- Te pido disculpas, aunque soy consciente de que servirá de bien poco.-le dije avergonzado- Tienes que comprenderme, yo...
- ¿Así que es a ti a quien buscan?- me interrumpió.
Eso sí que no me lo esperaba. ¿Buscarme a mí? ¿Quién? ¿Por qué? Empecé a preguntarme si no sería la propia hermandad quien había organizado a un pelotón de sus miembros para ir en mi busca. Pero ¿por qué ahora? Hacía mucho tiempo de mi partida. Demasiado. Y, hasta donde mis contactos habían podido informarme, la misión de capturarme se anuló muchos años atrás. ¿Me habrían traicionado?
Mi cabeza era un batiburrillo de pensamientos y evocaciones del pasado sin sentido alguno. Y, por encima de todo, seguía recordando a la mujer misteriosa. ¿Dónde diablos se habría metido?






