galactichero escribió:
-Tu debos ser el oxtrangero del que tunto hoblon mis guordios. ¿Nozocitos ulgo?
-e... si necesito si me dan cobijo durante una noche, esque tuve un pequeño problema y estoy un poco herido por si me dejeras pasar...

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galactichero escribió:
-Tu debos ser el oxtrangero del que tunto hoblon mis guordios. ¿Nozocitos ulgo?
galactichero escribió:Veo que he acertado en el idioma, así que le respondo:
-Ol Hastodonte Foroz os uno posodo muy buono, puodos quedorto ahó.
Al día siguiente me levanto y me pongo mi túnica con hombreras doradas, salgo al último piso de la torre y me dirijo a mi pueblo (Lo voy a decir bien para que se entienda mejor, tengamos en cuenta que ahora hablo en Judoon):
-Señores, señoras, niños y niñas Judoon, he tenido un sueño -Se escuchan aplausos y vítores de abajo.- y éste me ha enseñado algo aclarador, los Judoon crecíamos, nos expandíamos, brillábamos cual amanecer. Eramos felices, celebrábamos nuestro esplendor. Empezamos a comerciar con las Grandes Ciudades, pero los Judoon que entraban en ellas se desvanecían en polvo negro que flotaba en el aire con la suave brisa del viento. Todo culminó con un mensaje final "No debéis esparcirlo". Es la prueba del Gran salvador que las grandes ciudades no son de fiar, que nadie que no sea Judoon es de fiar. Ayer mismo un morador de las Grandes Ciudades entró en esta gran tribu, no se le ha negado el paso por que el honor Judoon nos impide no prestar ayuda a una persona herida a no ser que sea en una batalla, será vigilado hasta que parta, no os fiéis de él.
>>Ahora vuelvo a mis aposentos, ¡Las tribus libres Judoon permanecen!
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