¡Ole, ole, y ole!
Pues va. Un hombre perdido en un castillo mágico llega a una gran sala con tres puertas. De repente, mira hacia atrás y observa que una pared ha aparecido y bloquea el pasillo por el que había llegado. Sólo tiene una opción: salir por una de las puertas.
En ese momento, se le aparece un hada, que le dice: "Tras cada puerta hay un patio con una puerta al fondo por la que podrás salir del castillo. Pero ten cuidado. Tras la primera y la segunda puerta hay dos bestias míticas que jamás duermen y muy rápidas que te aniquilarán en cuanto abras la puerta porque sabrán que has elegido ir por allí. En el segundo en el que abras la puerta, serás devorado*. En la tercera, el patio está cubierto por una lupa gigante. Si pasas por debajo de ella, la luz te abrasará porque tiene un enorme poder de concentrar los rayos". En ese momento, el hada se desvaneció para siempre.
El hobre salió del edificio ileso, y eso que no llevava
nada con él salvo la ropa y no había
nada más que la sala, las puertas, los patios, las bestias y la lupa... ¿Pero por qué puerta... y cómo?
*Se sobreentiende que abres la puerta y eres zampado sin margen de tiempo para huir.