(UNA VIDA POR OTRA)
Isabel Goya no permitiría que la muerte de una de sus mejores amigas se convirtiera en un juicio; búsqueda de la verdad. Ella y Catalina insistieron… y mucho… en que Andrés Martín y su hijo se trasladaran con ellas a la vieja casa de las Colinas donde vivían. Andrés era un fanático de los ordenadores y su meta era llegar a Diseñador de juegos profesional. Su hijo Jacobo Martín era su vivo retrato; y quería seguir los pasos de su padre… sin embargo a Sandra Rozas (sobrina de Isabel) no le hacia mucha gracia que su novio perdiera el tiempo en esas cosas.
Sandra era la hija mayor de Timoteo y Estela Rozas. Su padre era encantador y sofisticado, representante de la alta sociedad de las Colinas de Río Flor. Su madre se había criado en una ciudad mas grande y se le hacia pequeño el lugar, le encantaba hacer nuevas amistades… aunque solo cuando las personas merecían la pena. Su hermano pequeño era un empollón equilibrado, que soñaba con llegar a ser capitán heroico. Y Sandra era la oveja negra de la familia… directa follonera y atrevida… no tenía ningún problema en decir lo que pensaba… y en ese momento lo único que le pasaba por la cabeza era ¡Jacobo Martín!
Los meses pasaban y parecía que padre e hijo iban superando la tragedia. Sin embargo Jacobo veía como su padre se distanciaba cada vez más… no hablaban a penas y las dos queridas ancianitas ocultaban algo que deseaban decirle. Sus sospechas se hicieron visibles cuando una mañana su padre con maleta en mano le dijo que se tenía que marchar a trabajar fuera de las Colinas. El adoraba a su padre pero sabía que tarde o temprano tendrían que hacer diferentes vidas. Aunque había entendido la marcha de Andrés Catalina y Isabel veían al joven triste y desconcertado.
Le regalaron un coche y la carta de admisión que habían solicitado para la universidad Simplutense. No era de extrañar dado las notas que tenia... y aunque Sandra había sido aceptada en la Academie Le Tour siempre podía ir a visitarla el fin de semana…
Jacobo era ya un sim adulto, sus tías como el las llamaba solían visitarle a la residencia y Sandra iba a casa de de Isabel los fines de semana. Siempre había querido llegar a lo más lejos en la carrera de jugón sin embargo al pasar ala edad adulta cambio sus aspiraciones, y no se junto con muy buenas compañías. No hacia los trabajos de clase, no asistía a los exámenes; se dedicaba a trabajar como vendedor callejero y corredor de apuestas. Asta que un buen día le expulsaron de la universidad y fue trasladado a las Colinas.
- No entiendo el cambio de Jacobo… – suspiraba Isabel
- Yo tampoco… yo tampoco… bueno por lo menos tiene un trabajo y gana dinero , aunque podría haber elegido otra carrera o otras aspiraciones – excusaba Catalina
- Trabajo ¡Dios bendito … la carrera de Criminal te parece buena idea¡… ¿As vuelto a tomar puré de bota del lago Catalina?
- No la verdad es que no…no se en que estaría pensando- se disculpo – maldito puré!- contesto para si misma.
- Deja de mirar … no vendrá asta el amanecer-dijo Isabel mientras se tapaba
- Ya lo se pero es que esta nevando fuerte…
Ambas discrepaban con el trabajo de Jacobo pero sabían que no podían hacer nada para impedirlo. Para su fiesta de aniversario les regalo a sus tías una residencia vacacional en las islas Twikki hicieron las maletas el mismo día y se marcharon al anochecer… el invierno era largo y aburrido; y donde iban a estar mejor que en una preciosa casa con playa privada.
Sandra se había graduado gracias a que era una gran persuasora y había logrado influenciar a sus amistadas para que le sacaran adelante su especialidad. Había cambiado sus aspiraciones por Familiares y puesto que sus hormonas estaban disparadas le gustaba ver a su novio convertido en un tipo duro, vestido con trajes elegantes. La carrera de criminal no era de las mejores, pero tan solo había que tener cuidado con las amistades y que no te cogiera la policía.
Jacobo estaba de suerte, sus tías estaban disfrutando de unas vacaciones, su novia se mudaba mientras ellas estaban fuera, estaba a dos puntos de habilidad para lograr el ascenso y tenía la casa sola para reunir a los compañeros de trabajo. Llevaba demasiado tiempo como timador, realizando estafas de poca monta… se merecía ya el ascenso a conductor de huidas, para demostrarle al jefe que era imprescindible. Tenia en mente formar grupo con Nacho y Teresa ya que necesitaba dos nuevas amistades, y ellos tenían el perfil perfecto para trabajar con el.
Regresaron como nuevas de la residencia, habían conocido a muchos isleños y venían bastante morenas, sin embargo no lograron aprender bien el gesto local.
Isabel conocía la relación entre su sobrina y Jacobo, y era la leal confidente de Sandra, ya que sus padres estaban demasiado ocupados con sus trabajos .Ella se pasaba prácticamente la mayoría del tiempo en su casa. Últimamente estaba extraña apenas hablaba (cosa muy rara en ella dado su excesivo carácter), comía con asco y tenia bastante mal genio por tonterías.
una mañana Catalina y ella encerraron a Sandra en la habitación mientras estaba despistada; con la intención de averiguar que era lo que le ocurría.
- ¿Pero que hacéis? ¿Acaso mi tía y su amiga me están secuestrando en su propia casa? – pregunto Sandra mientras se observaba en el espejo de la habitación de su tía.
- ¿Acaso crees que tu tía y su amiga nacieron ayer?, no te moverás asta que nos cuentes lo que te pasa.
Sandra rio fuertemente ante las caras de sorpresa de ellas.
- Esta bien … no quiero enfrentarme a dos jubiladas enfadadas- respondió entre risas
- Oye querida estas dos jubiladas….
- Estoy embarazada de tres meses y Jacobo ni se inmuto cuando se lo dije esta mañana. Se ha ido a trabajar tan tranquilo como cualquier otro dia. ¡Y como se a dejado el telefono no puedo decirle lo que pienso y esta embaraza se esta alterando demasiado!- explico Sandra mas seria
Isabel y Catalina se abalanzaron como locas a abrazarla y a besarla. Mientras Sandra se dejaba querer.
- ¿Lo saben ya tus padres cariño?
- Si Isa, mama se puso a chillar como loca y me dejo hablando sola por teléfono y papa me llamo hace media hora para darme la enhorabuena pero también me dejo hablando sola por que había encontrado no se que reliquia detrás de unos matorrales.
- Típico de la familia Rozas… a veces pienso que cambiar el apellido por el de mi difunto marido me dio algo de cordura - comentaba Isabel.- Tu tranquila hablare con Timoteo… es mejor que te traslades aquí para el embarazo y lo que venga después.
- Tranquila me imagino que se habrán dado cuenta que vivo aquí todo el día desde hace un mes.
Se pasaron el resto de la tarde de compras en centro, y cuando llegaron a casa terminaron de trasladar las cosas de una habitación a otra. Prepararon la habitación grande con la cama de matrimonio, un guardarropa de mimbre y unos bonitos cuadros para ellos. Ellas se trasladaron a las habitaciones de invitados y prepararon el estudio para el bebe con una bonita cuna, una trona, juguetes, una mesilla y una mesa para cambiarlo. Terminaron al anochecer cenaron y si fueron a dormir, no tardaron ni cinco minutos en quedarse dormidas.
Sandra se despertó con las luces del coche al amanecer. Se acerco a la cocina y espero con los brazos en jarras a que entrara Jacobo. Entro sigilosamente para no despertar a nadie.
- ¿Llegas pronto no?- le asusto Sandra.
- Estas loca que haces levantada a estas horas, deberías estar en la cama, no es bueno para tu estado.- contesto Jacobo sobresaltado por el susto
- Mi estado… ahora te preocupa mi estado- respondió ella irónicamente
- Acaso crees que estas flores y el anillo que traigo en la mano… del que ni si quiera te as dado cuenta… ¿es por que no me preocupas? – Hmmm…Creo que alguien se ha quedado sin palabras.
Sandra achucho a Jacobo fuertemente y se apresuro a ver el anillo de compromiso. Unas risas se delataron en el pasillo.
- Os he oído… hacia ya rato que no escuchaba vuestros ronquidos- grito Sandra.
Jacobo se agacho y acaricio la pequeña tripa.
- Espero que no tengas el carácter de tu madre -murmuro el
Así pues se casaron al comenzar la primavera. Fue una ceremonia intima con los padres de Sandra y un par de compañeros de trabajo de Jacobo. Su padre le había mandado una carta felicitándoles y excusándose por la ausencia. Catalina y Isabel no pararon de llorar y de jugar con Jandro el pequeño de los Rozas. Estela que tenia mucho donde gentes se pasó el resto de la ceremonia hablando con los compañeros de Jacobo, y Timoteo aprovechó para contarles todas las aventuras como aventurero a su hija y su marido.
CONTINUARA
