EL DIABLO JUNTO A TI Estuvieron un rato en el salón, asta que Ana se cansó de esperar más.
- Bueno comamos, cuando venga si quiere comer que coma.- dijo Ana mientras se dirigía al comedor.
Mónica agacho la cabeza incomoda, y Tomas no dijo nada asta que ella entro en la cocina.
- ¿Va todo bien? – pregunto Tomas confuso
- Si, papa… le cuesta acostumbrarse a los cambios…pero tranquilo… no es tan malo como parece.
Tomas se sintió algo aliviado, le dio un beso en la mejilla a Mónica y se fue a la cocina a ayudar a Ana. Comieron los tres solos, con largos e incómodos silencios, esperando a que Adrián apareciera. Pero no fue así. Mónica se fue a su habitación Ana y su padre se quedaron tomando el café en el comedor.
Ana sonrió a Tomás mientras le estrechaba las manos. Tomás rompió la incomoda situación.
- Por cierto casi se me olvidaba – dijo el mientras se sacaba algo del bolsillo del uniforme.
Ana se sonrojó cuando vio que se trataba del anillo de compromiso.
- Se que aún quedan muchas cosas por concretar, pero una novia sin anillo …
- ¡Me encanta!.. es precioso.
- Mónica lo eligió conmigo antes de irme…
.
Tomás le dio dinero a su hija para que fuera a mirar algún traje para la boda y para los días navideños que ya estaban próximos.
Ana sirvió el té mientras el le esperaba en el salón. Adrián asusto a su madre entrando sigiloso por la puerta del comedor.
- ¿Se puede saber donde estabas?
- Por ahí… hay algo de comer, me muero de hambre.
- Si claro que hay. Pero me merezco una explicación ¿No crees? Hemos esperado una hora a que aparecieras, Mónica Tomas y yo.
- Ah! Eso… esta aquí mi futuro padrastro…no recuerdo que me dijeras que llegaba hoy.
- Ayer cuando… tu. – dijo ella confusa
- Yo...recuerdas que yo estaba ahí. – continuo el
- Es igual, Adrián no hay excusa. Tienes que venir a comer a casa como las personas… - chilló.
- ¡Mama! No querrás que tus chillidos se oigan por todo el vecindario ¿no? Voy a atender a los invitados que tu desatiendes – contesto con una sonrisa.
Ana le miro seria mientras se Adrián iba al salón.
Tomás se levanto sobresaltado cuando la vio la sombra de Adrián.
- OH! Vaya… Tomás el padre de Mónica… encantado.
- Adrián… el Demonio. – le sonrió.
- ¿Cómo dices?- le pregunto Tomás
- Nada… Aquí esta el Té… ¿Azúcar? – interrumpió Ana.
- Si por favor. – Bueno Adrián tu madre me ha hablado mucho de ti, se que estas al corriente de la situación entre tu madre y yo. Y seguramente te parecerá precipitado…
Mónica entro por la puerta sin hacer ruido, y se quedo detrás de la pared escuchando la conversación.
- Mi madre es infeliz...- le interrumpió Adrián.
- OH señor – susurro Ana temiéndose lo peor.
- Perdón era infeliz con mi padre. Tomaron una decisión… la de separase. Y ahora es mi madre y tu quien volvéis a tomar otra decisión. Si es lo que a ella le hace feliz, no importa lo precipitado que sea.
Ana miraba con ojos llorosos a su hijo mientras Tomás le sonreía alegrado. Adrián se levanto del sillón a por algo de comer. Mónica seguía en el pasillo.
- No sabía que te gustaba espiar. – le asusto Adrián- Deberías ser mas disimulada.
- Pero si no he hecho ruido. – contesto ella
- Te he visto por la ventana del salón… no eres invisible. – le respondió el entrando en la cocina.
- ¿Ah si? Y como es que mi padre no me ha visto. – le pregunto ella
- No paraba de mirar a mi madre como un adolescente en plena pubertad. – contesto el irónicamente.
- Que quieres decir con eso… - le dijo Mónica con otra cara.
- Nada. – le corto el. – Esta enamorado, ya se le pasara.
Mónica se giro, con cara enfadada. Lo que le había oído decir antes en el salón era como si de una nueva persona se tratase, y la manera de hablar de ahora era como la del primer día en que le conoció.
Adrián se volvió, Mónica estaba de brazos cruzados y avanzaba hacia su cuarto sin decir palabra.
- Olvídalo…Olvida lo que he dicho. Desde que nací mi naturaleza ha sido la de ser un Demonio. Ojala seas tu el ángel que convierta a este Diablo. – se disculpo el.
Mónica no se paro, pero las mejillas se le sonrojaron y dibujo una amplia sonrisa, mientras seguía avanzando.
Al día siguiente Ana y Tomas se marcharon temprano para empezar a concretar un poco los preparativos para la boda. Dejaron una nota avisando que llegarían bien entrada la noche. Adrián descolgó el teléfono para llamar a sus amigos. Podrían ensayar algo y hablar sobre nuevas canciones para tocar.
Mónica sin embargo, se fue a casa de su padre, a intentar estudiar algo para los exámenes antes de las vacaciones de navidad eran fundamentales para aprobar la evaluación. Con todo lo que había pasado este mes, no podía concentrarse en casa de Ana.
Quedaron en el centro para llenar la nevera de comida “de sus gustos”.Comieron temprano y se quedaron ensayando toda la tarde. Al caer la noche Adrián tuvo que ir al trabajo a por un paquete cuando se encontró con Miriam en el porche de la entrada. Entraron en la casa y el le hizo una seña para que fuera al salón.
- Se que lo sabes Miriam. – no se por que lo evitas.
- No lo evito, es solo que cada persona necesita su tiempo. – le contesto ella.
Se giro al instante, y le abrazo con lágrimas en los ojos.
- He hablado con ella esta mañana, si intento ser mejor persona tu podriás…
- No Miriam – le corto el. – Te necesito, te necesito mucho a mi lado, pero mi cariño hacia ti es como si fueras de mi sangre, como si fueras…
- Tu hermana verdad…- le corto ella soltándose de el. – La diferencia es que yo nunca seré tu hermana Adrián, y ella si. Y le harás dañó, cuando abras los ojos te darás cuenta.
- Tú también deberías abrir los ojos Miriam, y saber que tienes una persona no muy lejana a ti, que daría lo que fuera con tal de estar a tu lado.
Mónica que había entrado por la puerta del comedor escuchaba la conversación a trozos sin entender nada. Se encamino sigilosa cuando una mano la agarro del brazo y la empujo hacia la habitación de Adrián.
- Pero que… - intento decir Mónica.
- ¡Estáis juntos! – chillo Cristian
- Que! No se…Yo no
- Como que no sabes. – volvió a chillar Cristian.
- Sabes tú que vas en calzoncillos. – le corto ella
- Ahora me visto… pero aun no has contestado a mi pregunta.
- ¡Y yo que se!... – chillo Mónica con mas fuerza. – No entiendo nada, no e oído toda la conversación y ala vez me alegro por que no se si me habría gustado oírla terminar. No se a que esta jugando.
- A nada… el no la quiere, y no hay ninguna manera de decirlo sin hacer daño. – comento Cristian. – La persona a quien se refería con que daría todo por estar con ella soy yo.
- Tu… - pregunto Mónica mas tranquila.
- Miriam nunca fue una persona muy sociable. Se metía en líos con las chicas mayores. Y el la rescato de ese mundo. Desde entonces nunca se ha separado el… - le explico Cristian. – A mí siempre me ha gustado, pero ella nunca se ha dado cuenta. Y yo sin embargo nunca…
- Se lo has dicho
- No… quizás por que su respuesta no me agradaría.
- O quizás si… eso no lo sabes.
- No, al igual que tu, que tampoco sabes. – finalizó.
Mónica se cambio de ropa mientras oía como Adrián se despedía de sus amigos. Salió al porche a contemplar el cielo estrellado.
- No te he visto mucho hoy. – dijo una voz entre las sombras.
- Yo tampoco – le contesto Mónica mientras se dirigía a sentarse junto a el.
- Que pasa Adrián… que pasará. – le dijo ella con voz baja.
- Necesita su tiempo…
- No me refiero a Miriam…
- Lo se… pero yo no pienso en las cosas que están por ocurrir… Prefiero vivir el momento. Eres la persona con quien quiero estar y para mi es suficiente… En cambio tu… Deberías preguntarte si quieres lo mismo que yo.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Pasaba el tiempo y el otoño se marchaba dejando un paisaje desnudo a su alrededor. Aunque el invierno seria especial, y no como otros años de fuertes nevadas. El parte meteorológico había anunciado que serian unas navidades más bien calurosas.
La actitud de Adrián parecía estar cambiado y Mónica le veía con otros ojos. No habían vuelto a hablar del tema desde aquella noche. Sin embargo el parecía estar alerta, esperando que Mónica le diera alguna respuesta a aquella conversación. Estaba claro que cada día que pasaba, era mas duro intentar no pensar en el, pero la situación de su padre era lo que no le dejaba dar el paso final.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Era viernes por la tarde, los exámenes de la universidad habían terminado y la gente tenía ya sus ansiadas vacaciones. Miriam y el encargado del Eje habían organizado un pequeño concierto al aire libre. Era una ocasión ideal para que la gente se despreocupara del resultado de los exámenes.
.
Mónica veía una película en el salón cuando Ana apareció de repente.
- Hola cariño – le dijo mientras cogía el bolso.
- Hola Ana, que lo paséis bien. – le dijo ella.
Ana se sentó un momento junto a ella.
- ¿Estas bien Mónica? – le pregunto Ana un poco preocupada.
- Si... – mintió ella – Son los exámenes… ya sabes las dudas que tienes depuse de hacerlos.
- No te preocupes cariño, eres inteligente, seguro que te han salido fenomenal. – le calmo Ana.
- Si seguro... – respondió Mónica.
Ana se levanto del sofá en cuanto oyó la bocina del coche de Tomás.
- OH! Casi se me olivada cielo. Adrián me dijo que fueras al parque esta tarde.
- ¿Para que? – pregunto sorprendida.
- No me ha dicho por que. Ya sabes lo misterioso que es a veces. – le contesto ella mientras se despedía con la mano.
Mónica se vistió como un rayo, y se fue al parque. El concierto ya había empezado. Había bastante gente, la gran mayoría eran universitarios. Mónica se coloco entre la multitud, pero no podía verle. Se abrió paso asta poder colocarse lo bastante cerca.
Adrián estaba tocando la guitarra, concentrado. Mónica alcanzo la primera fila y el levanto la cabeza hasta alcanzar su mirada. No parecía estar prestando atención ala canción solo la veía a ella, y ella solo le veía a el… el tiempo se había detenido. Adrian soltó la guitarra y se dirigió hacia ella. Cristian y Rubén se miraron aturdidos pero continuaron tocando.
Mónica lo miraba paralizada mientras el avanzaba hacía ella.
- Pero que estas haciendo le dijo Mónica en voz baja.
El le no le dijo nada, le cogió su mano y la beso.
- Espero impaciente a mi princesa. – le susurro el.
Le devolvió su mano y volvió a colocarse la guitarra. Cristian y Rubén se miraron más aliviados.
Mónica se fue antes de que acabara, la decisión estaba tomada, se encerró en su cuarto a escribirle una carta a Adrián. Al anochecer oyó el sonido de las escaleras del porche. Mónica se apresuro ala puerta, la abrió pero no vio a nadie.
- Eres poco sigilosa, y yo bastante rápido. – le sorprendió el sentado en el sofá del porche.
- Ten – le dijo ella extendiendo la mano con la carta. – La princesa no te hará esperar más.
Adrián cogió la carta con el ceño fruncido. Mónica se sentó a su lado. El terminó de leer la carta y la metió de nuevo en el sobre.
- Y bien. No me dices nada… Te he dicho lo que siento, sabes que soy bastante vergonzosa, preferí poner todo lo que sentía en el papel.
Adrián seguía con la mirada en el horizonte, y parecía no escucharla.
- No te hace sentir nada… - insistió ella
- Si… – dijo el - Un sentimiento de celos. – Pienso que así, con estos sentimientos escribiste la carta a Raúl. Y mientras más lo pienso mas me enfada.
- Ha pasado mucho tiempo desde lo de Raúl. Por que tienes que revivirlo ahora – le respondió Mónica mirándolo fijamente. – Mi corazón estaba en la dirección equivocada y mis ojos estaban mirando ala dirección equivocada también. Quieres una disculpa por eso… esta bien lo siento. – dijo ella mientras miraba hacia abajo.
- Eres tonta – le dijo el mirándola – Cuando miras hacia abajo ¿Cómo puedes ver tu dirección?
Mónica levanto la cabeza y le miro a los jos..
- ¿La ves ahora? – le pregunto el. – Esta bien… pero si dejas tus ojos abiertos ¿Cómo te besaré?
Mónica esbozó una sonrisa y cerró los ojos al instante. Adrián sonrió mientras la miraba .Se acerco y le beso apasionadamente.
Rubén y Adrián habían quedado en el parque para tomar un café después de que el saliera de trabajar.
- Ayer me asustaste tío – le dijo Rubén mientras cogía los cafés.
- ¿Por qué? – le pregunto Adrián.
- ¿Por qué? … Quizás por tu momento Romeo, en mitad del concierto.
- Ah por eso – rió Adrián.
- Tenias que a ver visto a alas tías de la primera fila, tengo que buscarlas por la fraternidad. – le comento Rubén entusiasmado.
- Que loco estas. – le dijo Adrián – Y Cristian… Le he llamado estaba mañana pero el teléfono lo tenía apagado.
- Ha ido a llevar a Miriam a no se donde. Creo que esta a punto de decirle algo.
- Se lo dira… solo necesita tiempo.
Miriam esperaba impaciente a que Cristian viniera a buscarla al gimnasio. Llegaba tarde como de costumbre...
Alguien le toco el hombro por detrás.
- Vaya, vaya ¿Pero a quien tenemos aquí? – le dijo una cara familiar. – La adulta que va de chulita con el Demonio… dime .. ¿Dónde esta ahora?.. ¿Te ha dejado solita?
- Déjame en paz yo no te he hecho nada. – le chillo Miriam.
- No tienes razón en eso. No me has hecho nada… pero, no me gusta la forma de ser que tienes. – le contesto la chica.
- Yo no voy de chula. Andamos juntos desde niños. – le contesto
- Venga ya a mi no me engañas, miras al resto como si fuésemos bichos raros
La chica se abalanzo sobre Miriam mientras esta intentaba quitarse de encima ala otra. Miriam intentaba a apartarse como podía pero la otra chica era mas fuerte. Chicas de la fraternidad se acercaron a mirar la pelea… pero nadie hacia nada.
Cristian aparco el coche de malas maneras, en cuanto oyó los gritos de la gente animando la pelea. Aparto a la multitud y empujo ala chica a un lado.
- Si te acercas otra vez a ella, ten por seguro que recordaras mi cara – le dijo Cristian con tono amenazante.
La chica miro a Cristian y se dio la vuelta.
- ¡Que estáis mirando los demás eh!... ¡Largo de aquí! – chillo Cristian a los demás.
Se acerco a Miriam y le extendió la mano para ayudarla a levantarse del suelo, ella le aparto la mano y se incorporo como pudo. Entro en el coche y se sentó atrás. Mónica que estaba dentro del coche le miraba atónita.
- Vamos a casa Cristian…
- Pero si hemos quedado con Adrián en el parque…- protestó el
- A casa… tendrá que lavarse y mirarse las heridas. – le contesto ella
- Déjalo Mónica…estoy bien. – le contesto ella.
Llegaron a casa, Miriam se ducho y se pudo algo de ropa de Mónica. Cristian llamó a Adrián para explicarle lo ocurrido. En menos de diez minutos Adrián se presento en casa con la ropa de deporte empapada en sudor. Miriam y Mónica estaban en el salón. Adrián se sentó junto a Miriam, dando un suspiro.
- No me digas lo que ya se. – le dijo ella antes de que el retomara el aliento.
- Si lo sabes por que eres tan tonta de seguir metiéndote en líos. – le dijo el mientras le pasaba el brazo por el hombro. – Prométeme que nunca más te meterás en líos… sino dejar de quererte.
Mónica se puso roja y se lavanto ala cocina, incomodada por la situación. Adrián se dio cuenta de que faltaba Mónica pero no le dio importancia.
- Esta bien – le dijo ella mientras se dejaba abrazar.
En ese instante Ana y Tomas entraban en casa, cargados con bolsas de comida ropa, revistas y papeles de invitaciones. Se levantaron todos al unísono y después de hacer las presentaciones a los amigos de Adrián, Ana insistió en pedir unas pizzas para cenar, pero al final no se quedaron.
Cristian detuvo a Miriam en el jardín de detrás.
- Yo no he tenido la culpa Miriam… es que no piensas hablarme. – le dijo el
- La verdad Cristian es que siempre que vienes a buscarme llegas tarde… no es solo por hoy… es por …
- Me pones nervioso – le corto el
- ¿Qué? – le pregunto ella sorprendida.
- Me pongo nervioso cada vez que tengo que ir a buscarte… no se que hacer ni que decir; me tiemblan las piernas, mi cuerpo no responde- le explico. – Me gustas tanto que pierdo el Norte cada vez que te tengo cerca.
Miriam se empezó a poner colorada como un tomate, pero gracias a la oscuridad de la noche Cristian no se dio cuenta .Le hizo un gesto para que no siguiera y se fueron para el coche.