Rebelión
Tras cientos de años huyendo de esas máquinas, saltando de sistema en sistema mientras esos fragmentos de hierro nos cazaban como a animales; nos hemos rebelado. Nos hemos armado. Les hemos plantado cara.
Hicimos mal.
Cuando atacaron Restoria, enviamos a la mayoría de nuestras unidades de combate a defender el planeta. Las naves llegaron; mientras los Aylers atacaban Restoria desde el espacio, lanzando naves sin parar; nosotros atacamos por detrás. Hicimos uso de nuestras mejores armas; fue dificil pero lo conseguimos. Destruimos todas y cada una de sus naves. No habia ningún crucero o buque Ayler en la batalla; esta vez habian utilizado su común estrategia: lanzar miles de millones de naves pequeñas desde sus planetas-colonia. Nuestros pequeños cruceros de batalla realmente fueron muy útiles.
Ganamos. La primera batalla contra los Aylers en la que no ganaban los Aylers. Lo hicimos.
Es más; conseguimos rescatar a algunos robots de su raza; descubrimos que la mayoría de las naves eran en sí mismas robots, sin piloto. Otras si contenían un piloto, un ser bípedo, como nosotros. Los estudiamos a fondo. Lo que descubrimos no nos lo esperábamos.
Cuando abrimos en canal a uno de los pilotos de las naves –previamente inmovilizado, vivo-, encontramos en su interior algo que nos desconcertó. Un corazón. Un corazón vivo, palpitante. Conectado a algunos cables, que, haciendo de venas, llevaban un liquido marrón oscuro por todo el cuerpo del robot. Su sangre. Especia azul tratada, descubrimos después.
Cortamos los cables, el robot empezó a perder fuerza. Finalmente dejó de hacer fuerza contra las cadenas, no volvió a moverse. La cacofonía de sonidos que emitía se apagó.
Miramos todos los demás; todos eran igual. Contenían un corazón, que era quien les daba energía para moverse y pensar. Miramos sus cerebros, temiendo que también fueran orgánicos. No, no lo eran.
Gracias a que estudiamos sus cerebros pudimos averiguar cómo funcionaba el imperio Ayler. Como se organizaban, como vivian.
Hay máquinas Ayler de tres tipos.
El Rey: Sólo hay una máquina de este tipo. Gobierna, organiza el imperio y toma las decisiones. Se encuentra escondido en algún recóndito lugar del universo; guiando a los Pastores, el segundo tipo de Ayler. Es extraordinariamente sabio y poderoso, parece ser.
El Pastor: Está conectado al Rey mediante un sistema de envio y recepción de datos muy potente y rápido. El Rey y los Pastores pueden comunicarse desde muy lejos.
Recibe las órdenes del Rey y las ejecuta. Es muy listo, y puede tomar decisiones por sí mismo, si el Rey no le ha dado órdenes. Podría ser una máquina fija, como un gran edificio, que organiza a todos los demás Aylers mediante un sistema de encio y recpeción de datos; no tan potente y aunque si muy rápido. Tiene la desventaja de que no tiene un radio de acción muy extenso, unos cien parsecs.
El resto: máquinas de todo tipo, desde tanques a espadas de rayos, o misiles, pasando por buques de guerra del tamaño de estrellas. Algunos pueden tomar decisiones por sí mismos, pero no son muy listos. Aunque sí son muy potentes.
Puede que haya otro tipo de Ayler entre el Pastor y el resto, los cerebros de los Aylers rescatados no poseen demasiada información.
Pocos meses después de la batalla apareció en nuestros radares una gran bola de energia, que se dirigía directamente hacia Restoria. Nos fue imposoble detenerla, tenía el tamaño de un planeta....
Impactó contra nuestro amado planeta, desintegrándolo, y creando una explosión tal que todo el sistema estelar desapareció de los mapas. La onda expansiva acabó con todos los planetas del sistema, y disolviendo, literalmente, a su sol.
Matando a cientos de billones de Rinaras. Incluida yo.
Texto informático encontrado junto a un extraño artefacto, seriamente dañado, en una cueva del planeta Derinara OP.







