por Woi » 05 Ene 2009, 00:21
experimeto, TODA la historia en letra a tamaño 1, y no me digais que no veis nada ¬¬
El Imperio Eptila, los Omnipotentes. Así solían llamar a nuestra raza, Habíamos sido una especie neutral desde que emergimos del meteoro "Olest*". Pero todo eso cambio cuando descubrimos la verdad, una verdad que nadie quería saber…
Pergamino de la verdad.
Han pasado 500 años desde la rebelión… Una rebelión que se convirtió en guerra… Una guerra que costo mas que vidas, nos costo nuestro orgullo, nuestra verdad, nuestra evolución…
Muchas de nuestras colonias se separaron de nosotros, se unieron entre si y se autoproclamaron como una raza diferente. De cierta forma llegaron a serlo, pero el odio entre ellos, la desconfianza, el exceso de poder, también los corrompió. Llevando nuestra especie al olvido.
Todo inicio cuando el líder, el gran líder, comandante de todas nuestras colonias, envuelto en su orgullo, decidió, cuando habíamos llegado a la cumbre de nuestro poder, que debíamos averiguar, ¿Quién era realmente aquel dios? Aquel que era conocido en toda la galaxia, del que había tantos adoradores.
Nuestro poder nos corrompió… después de todo ¿nosotros no éramos adorados por tantos? ¿No habíamos descubierto la formula de la vida?
Llegamos a la conclusión de que nosotros, que nosotros éramos dios.
Pero nuestros sabios se preguntaron ¿Antes de nosotros, quien fue?
Una pregunta que nunca debió ser preguntada.
Eso causo la rebelión y en ese momento comenzó nuestra verdadera historia.
Después de que fue revelado nuestro secreto, aquel secreto que nadie quería saber…
La verdad no le hizo bien a nadie, después de todo, se dieron cuenta que creyeron una mentira durante toda su historia…
Pergamino de la Verdad.
Nuestra falsa creencia de que podíamos ser comparados con aquel ser, convirtió nuestras peores pesadillas en realidad…
Nuestros aliados se convirtieron en enemigos, los zelotes al igual que los chamanes nos creían aquel falso dios del que hablaban sus profecías, deseándole la muerte a cada uno de nosotros. Incluso los nuestros se revelaron, los que no lo hicieron, sobretodo los más lejanos a nuestro planeta natal, fueron abrazados por el fuego de la condena.
Aun así no nos retractamos, debíamos demostrar que teníamos el poder suficiente para ser conocidos como dioses, ganar control sobre aquellos que se nos oponían, debíamos volver a consolidar el imperio Eptila, debíamos volver a ser llamados el imperio de oro y plata…
Que mejor manera de lograrlo que haciendo el mismo gran acto que el anterior dios…
Formar vida. Pero a diferencia de aquel falso dios, teníamos que acompañar a nuestros pequeños hijos a lo largo de su historia, nunca abandonarles.
Cada uno seria completamente diferente, lo único que los uniría entre si seria nuestro amor a nosotros, el amor incondicional que creíamos que recibiríamos…
Diez fueron nuestros hijos y diez fueron nuestros asesinos...