Aviso de antemano que el tema de mi historia va a ser como un willosaurio que vivía en una sociedad "utópica", al principio adora esa utopía pero descubre que el precio a pagar por ella es desmesurado, aún así decide ayudar a su gobierno en un programa secreto en el cuál el objetivo es llegar al centro de la galaxia, no revelo más porque acabaría con el suspense...
Esta historia comienza cuando todavía se podía tener esperanza en nuestra especie, cuando estaba en su momento hegemónico, cuando el aire era tan depravantemente limpio que no había remordimiento alguno por respirarlo, cuando un agente de policía eran aquella persona en la que confiabas ciegamente, cuando no quedaban religiones en todo el planeta,cuando la sociedad era inmóvil, cuando todos afirmábamos ser objetivos por tener conciencia absoluta, por segregar como a animales a la población , por pensar que todos eramos iguales; aunque siempre supimos que había algunos mas iguales que otros, en ese momento hegemónico que sólo podría describir con una partitura de la mejor ópera Willosaurio que jamás haya oído, cuando acabando, se alza la voz dando lo mejor de sí, como en el final de nuestra corta vida Willosaurio damos los últimos signos de vitalidad suprema antes de ser enterrados; en ese momento de máxima properidad, yo me convertí en la peor y última esperanza de mi especie.
Años antes, participé de soldado en la liberación de una reserva de willosaurios del Continente Sur, unos terroristas los tenían presos, ahí empezé a cuestionarlo TODO, salvo a mí mismo...Muchos me recordarán pues compartiré lugar con ellos, pero otros...bueno, creo que seré yo el que no me acuerde nunca de ellos.
Año 40 ciclo B
Era un precioso día soleado en la ciudad 1 del planeta Bilzac, el mar estaba en calma, el agua era transparente, el cielo estaba totalmente despejado, alguna nube tal vez, pero sin importancia, las calles estaban llenas pero imperaba el silencio, la tranquilidad, la calma...tras la cuál siempre llega la tempestad. Todo esto era un día rutinario en el continente Norte, lo que no me dijeron cuando me alisté al ejército de liberación cómo de terrible era la tempestad, pero incluso al final acabas haciendote amigo de los peores lugares y las mas pésimas condicones de vida, no discutes con ellos, ni siquieras dudas si se podrían cambiar dichas condiciones, al final depués de toda temepestad llega la calma.
Cuando nuestro equipo de asalto se aproximaba al continente Sur, el miembro mas joven del grupo preguntó cómo era psoible que quedasen colonias en el continente Sur, era una tierra virgen pero desaprovechada, por qué ninguna empresa había intentado poner toda su infraestructura en dicha zona. Hubo un silencio momentáneo, salvando el sonido del motor del avión de transporte Herschel 22. Pero cuando este joven soldado iba a pedir que alguién le respondiese, comprendió rápido la respuesta cuando uno de los tre aviones Herschell 22 que formaban el equipo de asalto fue derribado. Rápidamente todos nos pusimos los propulsores de emergencia y cuando el piloto dió luz verde, nos lanzamos sobre una pequeña playa segura.
Recibimos todos una transmisión, nada alentadora, si teníamos dudas de la duración de la misión, en ese momento supimos que se alargaría unas semanas más. Los objetivos eran 1) asegurar la zona de aterrizaje 2) Infiltrarse continente adentro 3) Establecer una base en alguna ciudad 4)Liberar la colonia de Willosaurios
Cuando pisé tierra firme con mis tres pies, me arrastré por el suelo lo más rápido que pude, esquivando la lluvia de lásers que nos venía desde el frente. esa playa era realmente una maravilla natural, en los extremos de la playa había acantilados milenarios, de los cúáles caía el agua en el mar. En el centro se observaba una lenta pero concetrada transformación de la playa en un bosque tropical , y el agua era totalmente cristalina, sin requerir tratamiento de ningún tipo, sólo la naturaleza en estado puro. Utilizé de parapeto los troncos de madera que serían antiguos árboles que antes ocupaban ese lugar y con la fuerza erosiva de esas olas cristalinas, tan bellas pero tan violentas, cayeron. Fui cubriéndome de árbol en árbol, jugándome la vida en cada movimiento, en uno de ellos casi me alcanza un proyectil, cuando llegué a la posición del escuadrón al que me asignaron, nos dividimos, por orden de uno de los mejores comandantes que pude conocer, el comandante Urodian, su aspecto veterano, las heridas de guerra que tanto caracterizaban su aspecto no afectaron para nada su personalidad, si era necesario sacrificaba su munición para que cualquier soldado menos experimentado la usara, no mostraba desprecio por los de menor rango, resultaba extraño que un willosaurio así se alistase al ejército y sobreviviera. Me tocó en el grupo de flanqueo, mientras Urodian y el willosaurio mas joven que antes mencioné, ahora no recuerdo el nombre pero si del primer apellido, Holden. Holden intentaba atraer la atención de los enemigos con una torreta fija XIRK Devon VII .30 cal, Holden prefería las armas de munición perforante nada de láseres, pero esta se la tubo que comprar a una empresa privada pues el ejército solo concedía como arma oficial a este comando los rifles de asalto Heinch 16 con munición láser algo más débil pero de mayor durabilidad, Urodian disparaba mientras tanto con un arma mas extraña, él fue un paso mas allá que Holden, cuando llegó al planeta Bilzac la noticia de un cargamento de armas de un planeta lejano se decantó por un M1903A4 con mirilla telescópica, este arma era muy efectiva, pero no era automática, por lo que Urodian dependía del fuego de supresión de Holden para abatir a los enemigos desde la distancia.
Mi compañero, Rorik y yo, avanzamos rápidamente hasta el final de la playa, donde estaba el búnker donde nuestros enemigos nos avasallaban constantemente con esos proyectiles, íbamos avanzando y en el momento menos oportuno, Rorik tropezó con algo, rápidamente se puso a salvo, pero la curiosidad pudo conmigo y con Rorik, aunque a él le costó reconocerlo, desenterramos de la arena aquel objeto, era una especie de panel de datos, lo introducimos cuidadosamente en mi mochila y continuamos, no había tiempo para averiguar qué era aquel extraño panel. Cuando llegamos al búnker, nos posicionamos cerca de la entrada, esperando que Urodian nos diese un informe de la situción dentro del búnker, pero no podíamos aguantar en aquella zona por mucho tiempo, pero Rorik avanzó y en ese momento le advertí que estaba cuestionando órdenes y que podria poner en peligro la misión, obligándome pues a dispararle si continuaba. Me ignoró y huyó de mí y de los enemigos, ahora Rorik era una presa huyendo, consiguió esquivar muchos lásers, los míos y los del enemigo, hata que llegó a la pared lateral del búnker, en ese momento me gritó y dijo que se rendía, que podía solucionar dicha falta de obediencia pacíficamente, en aquel momento le hubiera disparado de no ser porque Urodian nos informó de que teníamos luz verde para asaltar el búnker. Rorik era el típico soldado que cuadraba con la ley de máxima adaptación a la situación, era el soldado multifuncional, pero se las apañaba con el mínimo inventario, era un superviviente con honores, pero algo salió mal en una misión, en el continente Oeste, durante el asedio a una ciudad empresarial altamente defendida todo su escuadrón murió, el pudo sobrevivir gracias a sus habilidades natas y a saber ocultarse, a pasar inadvertido, a cuestionarse sus propias órdenes en numerosas ocasiones incluso relacionarse con el enemigo si era necesario para salir vivo de allí. Rorik preparó un extraño explosivo, sacó de su maleta una bote de alcohol de laboratorio, introdujo un pañuelo en él, y con el láser del arma prendió fuego al pañuelo, luego lo lanzó dentro del búnker y tomamos asiento en el suelo arenoso para ver el espectáculo de fuegos artificiales. Concluyendo el primer objetivo con un gran silencio en aquella playa, establecimos un campamento en un búnker secundario cercano al destruído.
Urodian y Holden, nos dieron la enhorabuena, Rorik aún así no estaba satisfecho, para él, la misión ya había empezado mal, en ese búnker podíamos haber cogido munición pero estaba altamente protejido, él no quiso destruirlo, el descenso de emergencia para él ya era un fatídico comienzo y nos recordó que lo que mal empieza peor acaba, ahora comprendo cuanta razón llevaba...Aún así, celebramos con un trago de Wuster (bebida alcóholica muy apreciada en el continente Este) aquella pequeña, pero memorable victoria.
FIN CAPÍTULO 1