por galactichero » 01 Jul 2010, 13:00
Bien. Continúo a cientos de pcs de allí...
La reunión
En el sendero de un vasto bosque bañado por la tenue luz de la luna, caminaba un hombre. Se paró un instante en el que esa tenue luz le iluminó. Era un humano de unos cuarenta años. Sus ropas consistían en una capa, una armadura y unas botas de adamantio. En su cinturón llevaba dos pistolas algo viejas para la época en cuestión. Escuchó un ruido entre los arbustos.
-Hola Gait, ¿Están los Saicrons en la fortaleza? -pregunto el desconocido a una sombra que se acercaba.
-Eso es lo que iba a averiguar, Crudle -Gait se acercó a la luz dejando ver sus marcadas facciones y su pelo rubio platino.
-Espero que sepas comportarte, mi último compañero pagó caro decirles "¿Y qué os importa?"
Ambos caminaron por el sendero, era de tierra y gravilla, en el planeta todo era así, pero el sendero tenía un aura de misterio a su alrededor. En ambos lados se veía con claridad el bosque, repleto de árboles de hojas grises y troncos retorcidos. La luna (O mejor dicho el satélite del planeta) era tapada de vez en cuando por siniestras nubes que hacían al bosque caer en una oscuridad casi completa.
Crudle aligeró el paso, el sendero cada vez le daba peor espina, mientras Gait seguía a su ritmo, sin prisa, pero sin pausa. Sus ojos, rojos como la sangre brillaban como dos rubíes a la luz de la "luna".
Pronto, llegaron a una verja, donde el sendero concluía. La abrieron y pasaron a un camino de piedra. Los setos, plantados a ambos lados del camino, amortiguaban sus pasos, pero, cuanto más se acercaban a la fortaleza veían como las plantas morían al igual que el planeta. Típico de los Saicrons.
Unos minutos después llegaron a la puerta de la fortaleza la cual se abrió al instante.
-¿Quién ha abierto? -pregunto extrañado Crudle.
-Será una puerta automática. Estás paranoico.
El recibidor era inmenso, recubierto por una mullida moqueta negra, recubierto de cuadros en los que solo aparecían luces azules y blancas, ni una persona, aunque allí no pintaba nada una.
Entraron por la puerta de la derecha, tras ella aguardaba un inmenso salón con enormes ventanales, la moqueta no era negra aquí y ,por supuesto, no era tan mullida, esta vez era blanca. Escucharon un ruido y Crudle sacó su pistola.
-Yo que tu no lo haría Crudle -replicó una voz grave
-Es vuestra manía de cambiar de lugar de reunión. Bueno, sentémonos.
De las sombras apareció el emisor de esa voz, era un robot de color blanco, con luces azules por todo su cuerpo. Era un Saicron.
-Mi lord, los Aylers están cada vez más enfadados con nosotros, tememos que nos hagan algo -dijo Gait.
-No os harán nada, el pacto que tiene la unión Gaia con nosotros os protegerá, los Aylers saben que nosotros somos más poderosos que ellos, tenemos infiltrados en las principales organizaciones, en cuanto queramos las destruiremos. Los Aylers se han topado con la UGI, un hueso duro de roer, sin embargo, tenemos 40 infiltrados en ella. Y los Aylers sospechan que también tenemos infiltrados entre ellos, como sabéis podemos convertirnos en cualquier cosa. Si se atreven a tocarnos les destruiremos. Recuerda que solo 200 de los nuestros destruyeron a todo un ejercito Ayler. Creedme, no os harán nada sin sufrir las consecuencias.
-En cuanto a las demás organizaciones, necesitáis más infiltrados, aún no tenéis ninguno ni en la ADG, ni en la EUC, ni en la ODI, ni en muchos otros -protestó vivazmente Gait.
-Todo a su tiempo. Mientras tanto ¿Cómo va la batalla en Sarelia?
Los dos amigos se miraron y miraron al Saicron, Gait empezaba a sudar sin embargo contestó, tartamudeando.
-Hemos conseguido salir de allí con vida, el General Killerem capturó a una chica, Lara creo que se llama.
-¿Lara? Traedla aquí...
-Si mi lord...