Tú eliges Capital SimCity Capital Sims Capital Spore
Capital Spore

La Gran Guerra

Escribe la historia de tu especie, desde sus inicios hasta las aventuras galácticas.

Moderador: Equipo moderador [CSP]

¿Sobrevivirá la diosa Terra a la terraformación?

Si
11
65%
No
6
35%
 
Votos totales : 17

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 28 Jun 2011, 12:02

Te refieres a que por lógica peliculera, algo o alguien deberia poner en peligro el proceso de terraformación antes de que se completara o algo así? :lol:
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Ghen » 28 Jun 2011, 12:04

Mas bien por tendencia xDD
Imagen
Avatar de Usuario
Ghen
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 818
Registrado: 31 Oct 2009, 18:54
Ubicación: Algun lugar.
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 08 Ago 2011, 14:07

Tras más de un mes de inactividad ( :-x ) vengo a decir dos cosas:

1º: Ya tengo los siguientes capitulos de la historia escritos, me falta repasarlos para ver qué puedo mejorar -redactar mejor- , y eliminar faltas de ortografía. Mañana, pasado a lo más tardar tendréis... uno de ellos :mrgreen:


2º Una pequeña petición a los que se hayan descargado este libro, y es que, agradecería que los que lo tenéis, no difundáis ese libro. Tengo intencion de reescribir los primeros libros de La Gran Guerra, eliminando los numerosos fails que sus páginas contienen, y mejorando la redacción. Cuando los tenga bien escritos los publicaré en otros PDF :wink:

En el remoto caso de haberlo difundido ya... #-o avisad al receptor de que no es el libro final! :lol:
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 10 Ago 2011, 02:02

Formación de combate




El proceso de Terraformacion avanzaba a grandes pasos. La gran nube de insectos traídos por los Rinara había terminado de eliminar la contaminación del suelo, y las grandes torres terminaban ya de extraer por completo la atmosfera (e hidrosfera) del mundo. En breve aquellas torres comenzarían a traer una nueva atmosfera, limpia, extraída de un gigante gaseoso.



Mientras tanto, en los alrededores de aquel planeta, en las centenas de naves que ahora servían de hogar temporal a los Rinaptor, éstos seguían observando con inquietud a su mundo. Ahora aparecía sin ningún tipo de atmosfera o hidrosfera, tan sólo era una esfera de roca gris.

Pero no muerta, al menos no del todo. Así como fue acordado, varias decenas de animales, la mayoría importados del Anillo Rinara, habían sido guardados en la capa superior del manto del mundo -acondicionados adecuadamente- , Los dos Tyranodontes entre ellos (se esperara que la Tyranodonte hembra diera a luz ahí), con la esperanza de que, habiendo seres vivos en su mundo, el Laia vinculado a él no muriera.


Ter no había recibido ningún mensaje o estímulo, ni bueno ni malo, de Terra, por lo que suponía se encontraba bien.

Aunque ciertamente no había recibido ninguno en semanas, desde el día en que le dijo que no quería que volviera a comunicarse con él, ni Terra, ni ningún otro dios.

Pero no se preocupaba. Sabía que aquella diosa se comunicaba con otras criaturas, como Alay. Si realmente Terra había obedecido su orden y no se comunicaría más con él, sí podía hacerlo con Alay, y así él podría saber de Terra igualmente.






-Y así es como se mata a un dios –comentaba uno de los vigilantes frente a la pantalla del radar-. “Terraformas” su mundo, destruyéndolo para luego reconstruirlo, con la excusa de que “dejas seres vivos dentro para que no muera”, excusa que es mentira. El dios muere por falta de vida en su mundo, y tú reconstruyes el planeta. Ya no tienes que preocuparte por dioses a los que adorar o seguir sus órdenes.

Ziar miró a su subordinado con curiosidad.
-¿De verdad crees que Ter quiere asesinar a la diosa Terra? Ciertamente no se le ve muy devoto, pero… Tampoco le veo capaz.


-Es un Terraptor. Dudo que soporte tener a alguien tan por encima de él, dándole órdenes sobre qué debe hacer y qué no, porque estoy seguro de que es lo que ese Laia está haciendo. Lo eliminará y así sólo él mandará sobre todo este imperio, y no un dios al que no le importamos una mierda.

Ziar sonrió.
-Siguiendo esa lógica tú desearías matarme a mí para librarte de mis órdenes, Trane.


-Y tú a todos los demás superiores. Pero no, no es el mismo caso. Tú no eres un dios que dirija mi vida al cien por cien- dijo, guiñándole un ojo.

Ziar se levantó del asiento, y se puso a pasear por la pequeña sala.
-Ciertamente, no.


-Ni yo soy el rey de un imperio. Si yo fuera el máximo comandante de todo, me molestaría bastante que hubiera alguien por encima de mí. Pero en mi situación real… Bah, hay demasiada gente a quien cargarse para llegar a ser alguien importante –dijo Trane sonriendo.



Ziar también sonrió, divertido. Trane tenía toda la razón.

De pronto, una alarma comenzó a sonar en la pequeña sala llena de pantallas. Inmediatamente los dos supervisores dejaron la charla y se lanzaron a leer lo que estas decían: ocho perturbaciones en el tejido espacial habían aparecido en los límites del sistema Galia, donde ellos se encontraban. A su vez, también informaban de que los sensores distribuidos por los sistemas cercanos a algunas bases Ayler detectaban simultáneamente otras ocho perturbaciones en el tejido del espacio.

En efecto varios agujeros de gusano se estaban creando en aquellas bases, con varias naves esperando frente a ellos a que se estabilizaran, y así poder pasar por ellos. El destino era el sistema Galia.




-Habíamos previsto esto. –Ter sonrió con malvamiento- ¿A qué distancia están? ¿Y por qué nuestros centinelas no vieron antes que los Aylers se preparaban para el ataque?

-En estos momentos están llegando a uno de los extremos de este sistema, saliendo de esos agujeros. Y, no había indicios de organización de ataque de ningún tipo. Lo han organizado desde bases diferentes, esos cruceros no vienen de un mismo lugar. Vienen de ocho bases diferentes, totalmente aleatorias. A primera vista los movimientos de esas bases no indicaban…

Aylar se silenció cuando vio que Ter ignoraba su explicación y comenzaba a dar órdenes por su telecomunicador, a los oficiales militares encargados de cada una de las naves de combate que iba a implicar en la batalla.


Y así, todas las naves disponibles en el sistema se empezaron a trasladar al mismo tiempo, al lugar adecuado en la formación que los más altos oficiales militares de la Unión Rinaptor habían establecido. La más alta prioridad era proteger Terra y el Terraformador.




Poco después, los cuatro compañeros se reunieron en la sala de mandos del crucero de combate Degant.

-Bien. Las órdenes están dadas.

-Sabíamos que vendrían –dijo Tara-. Y estamos preparados. No debe ser difícil acabar con ellos, ya lo hicimos una vez.

-La última vez fuimos nosotros los atacantes y los cogimos por sorpresa -respondió Alay-. Ahora somos los atacados, y, aunque estemos preparados, ellos lo están más. No olvidéis que son Aylers.

-Chatarra, van a ser –comentó Ter.

-No te confíes –insistió Alay, prudente-. Y bien, ¿Cuál es mi lugar en esta batalla? O, en otras palabras. ¿Qué hago?

Ter se sorprendió ante aquella pregunta.
-No tienes mucho que hacer, a no ser que sepas pilotar un caza y quieras morir en combate.

Uno de los altavoces de la gran sala de control del Degant cobró vida:
-Ninguno de vosotros tres puede hacer gran cosa en esta batalla, sólo podéis esperar a que termine, en un lugar seguro. Os recomiendo que cojáis un transporte y os dirijáis a la Estación Morpheus, debido a su nula capacidad de combate estará alejada de la batalla. Tú también, Ter.

Ter arrugó el largo morro.
-No tengo inconveniente en que Tara y Alay se resguarden en un lugar seguro, pero cuando la batalla comience debo guiar esta nave a la victoria.

Tara miró extrañada al altavoz levitante que representaba a Aylar.
-¿No quieres que Ter dirija el Degant?

-¿Qué formación de combate espacial ha recibido? Sólo ha dirigido una vez un buque de combate en una batalla, en la Reconquista de Terra. He repasado los diarios de navegación, considero que antes de volver a los mandos de una nave de combate debería formarse en ese campo. Ya lo hablé con él antes.


-En otras palabras –dijo Alay-, lo hiciste de pena. Coincido con Aylar una vez más –miró al altavoz, y luego a Ter-, sería buena idea que dejaras los mandos al capitán Veier, tu sustituto. Él sabe controlar este trasto a base de órdenes. Una mala decisión puede costar muchas vidas en una batalla así.

Ante la presión, Ter finalmente cedió. No le gustaba, pero sabía que era lo mejor que podía hacer… al menos, lo suponía.

-Ya hablamos de esto y sigo queriendo con toda mi alma manejar esta nave en la batalla con o sin la formación necesaria, pero tengo que reconocer que tenéis razón. No he recibido la más mínima formación en esto y hay en juego muchas vidas. Será mejor que deje el control a alguien que sí tenga esa formación. –Alzó la voz, para que los tripulantes de la sala de control le oyeran- ¡El capitán Veier toma el control de esta nave!

Dicho esto, y sin añadir nada más, Ter salió lentamente de la sala de control, en dirección a los hangares, para coger una nave que lo llevara a la Morpheus.

Tara, Alay y las cámaras de la sala le observaron mientras salía de la misma, con los hombros algo caídos y la cola arrastrando por el suelo.

A Tara no se le escapó el decaimiento con el que Ter se marchó.
-No le ha hecho la más mínima gracia que le quitéis el mando de la nave, ¿eh?

-Recuperará la alegría cuando el Terraformador le devuelva su mundo natal -respondió Aylar- . Con tu permiso, Tara, voy a cargar ciertos programas en las IAs de algunas naves de combate. Ayudarán en la batalla. También voy a tomar el control total de unos veinte cazas, no necesitarán ningún piloto para combatir.

-¿Por qué me pides permiso a mí y no a Ter?

-Se me acaba de ocurrir, y con el estado de ánimo de Ter dudo que me lo permita. Y, en su ausencia, tú tienes el mando. A fin de cuentas eres la Reina.

Hacía tiempo que Tara había olvidado que ella también tenía poder.
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Pabloastronauta » 10 Ago 2011, 02:28

Sieesque que sería de esta historia sin mí :mrgreen:
Imagen
In soviet russia, god created humans
Avatar de Usuario
Pabloastronauta
Ilustrado
Ilustrado
 
Mensajes: 4775
Registrado: 19 Ago 2008, 21:46
Ubicación: The Game
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 10 Ago 2011, 02:29

Ya te dije que aparecerías en los créditos :lol:
¿Eso significa que te ha gustado? :D
¿Y a vosotros?
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Pabloastronauta » 10 Ago 2011, 02:57

I won't tell you 8)
El misterio mola :mrgreen:
Imagen
In soviet russia, god created humans
Avatar de Usuario
Pabloastronauta
Ilustrado
Ilustrado
 
Mensajes: 4775
Registrado: 19 Ago 2008, 21:46
Ubicación: The Game
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Xtrems » 10 Ago 2011, 16:47

Este capítulo es... desconcertante.Y,como siempre,me deja más dudas que otra cosa.

¿Que leñe pasa en el párrafo del medio?

Pero bueno,sigue siendo un capítulo excelente. =D> =D> =D> =D> =D> :D
Imagen
Avatar de Usuario
Xtrems
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2824
Registrado: 28 Sep 2009, 15:02
Ubicación: España
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Metafight » 13 Ago 2011, 10:47

Sabia yo que la terraformacion no iba a ser tan tranquilita :roll: :mrgreen: . Espero que no se carguen el terraformador, o Ter se va a c*gar en mas de uno :lol: .

Por cierto que Ter me da hasta penica, no poder llevar la nave :cry: .

Resumiendo, awesome cap =D> =D> =D> =D> =D> =D> .
Imagen
Mi taller: Zona Metafight||Mi historia: Destino Sombrío: La Guerra Definitiva
Las mejores historias están aquí: Foro Escritores. Se buscan usuarios.
Avatar de Usuario
Metafight
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2012
Registrado: 18 Oct 2009, 21:22
Ubicación: Aincrad
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 20 Ago 2011, 23:21

Gracias a los dos (tres), me temo que este cap no va a ser más claro que los anteriores... :lol:




Almas Militarizadas



Las compuertas comenzaron a abrirse lentamente, permitiendo vislumbrar millones de cazas de combate almacenadas en aquellos hangares. En pocos segundos, los programas se cargaron, los motores se calentaron, y decenas de enjambres de aquellas naves salieron al vacío del espacio, acelerando a velocidad sub-luz para encontrarse con sus enemigos, distantes varios miles de kilómetros de allí. A la vez, los grandes buques de combate espacial cargaron sus cañones de largo alcance, ejecutando los primeros disparos de la batalla.

Los escudos listos, motores a toda potencia, la tripulación en sus puestos. La batalla daba comienzo.

Imagen
Imagen


Las primeras bajas, fueron sufridas por los Rinaptor. Los disparos de largo alcance Ayler resultaron ser más potentes de lo esperado, y en un alarde de astucia fueron disparados a los buques más pequeños, sobrecargando e inutilizando sus escudos, dejándolos vulnerables frente a un segundo disparo. Debido a la gran compenetración de las unidades del bando robot, los disparos se sucedían rápida y eficazmente contra aquellos desgraciados buques, pues mientras una de las naves atacantes recargaba, la otra ya estaba disparando.

Los grandes buques y cruceros Rinaptor avanzaron así sin graves daños, disparando contra sus némesis Ayler, acabando poco a poco con sus escudos. Cuando por fin estos eran inutilizados, el siguiente disparo entraba en la nave enemiga como una flecha en mantequilla caliente, destrozando el lugar del impacto y varios kilómetros en el interior. No solía ser necesario un segundo disparo para rematar a la nave.

Entretanto enjambres de millones de pequeñas naves se enzarzaban en una batalla a infinitamente menor escala, entre aquellos disparos supercargados entre los gigantes del espacio. Aquí llevaban ventaja los Aylers, debido a su aplastante superioridad numérica. Aún con la superior potencia de las armas Rinaptor y la ayuda de Aylar en los programas de navegación, la batalla se inclinaba a favor de los cazas robot.


Pero entre aquella nube de cazas y disparos luminosos un escuadrón de poco más de quince naves avanzaba imbatible hacia los cruceros enemigos. De los veinte cazas iniciales, en una hora los Aylers sólo habían podido derribar cinco de los cazas que Aylar controlaba, y éstos, lejos de centrarse en la batalla contra otras naves de su tamaño, avanzaban entre los cazas y las fragatas evitando todo confrontamiento, sólo batallando cuando era cuestión de vida o muerte.


Su destino eran los grandes cruceros Ayler.




***




Más tarde, en la estación espacial Morpheus....
Imagen




-Aún no han conseguido acercarse ni un millar de kilómetros al Terraformador.

Tomando algo parecido a lo que un ser humano llamaría té, Tara y Alay esperaban sentadas junto con el abandonado y triste Frip en una sala espera –apropiado nombre- de la estación Morpheus, habilitada para ellas y sólo ellas. Los pocos Terraptor que no tomaban parte en la batalla esperaban también en aquella estación, en otras salas, o en las secciones de ocio.

-Según he oído, los escudos del Terraformador hacen casi imposible su asalto desde fuera-comentó Tara, mientras el sirviente Rinara que les había servido las bebidas salia por la puerta de aquella sala.

Alay no dudó en usar aquella oportunidad para dar rienda suelta a su lengua, comenzando por fin una conversación. Llevaban en silencio casi dos horas.

-Es Imposible, para la absoluta mayoría de armas conocidas. El escudo del Terraformador es impenetrable, por el simple hecho de que no puede inutilizarse por sobrecarga o falta de energía, como ocurre con los escudos normales. Todo exceso de energía es desviado con extrema eficacia a una gigantesca pila de almacenamiento de energía a través de la torre principal. Otra pila igual de potente, pero cargada, da potencia al escudo, apagarla o interrumpir la conexión es la única manera de desactivarlo. Y para ello es necesario entrar al Terraformador. Y para entrar, hay que desactivarlo.

Imagen


-Por lo que la única manera de eliminarlo es sobrecargarlo con un tiro muy muy potente.

-No hay un arma conocida cuyo disparo pueda sobrecargar este escudo.

Aylar hizo su impalpable aparición.
-Uno no, pero sí varios.

-Demasiado improbable.

-Los Aylers creían que es demasiado improbable que una nave atacante llegara a sus mundos y pudiera asaltarlos, por lo que no implementaron escudos a aquellos mundos. Hasta que aquella nave lo hizo.

Y se hizo el silencio durante unos segundos.

-Demasiado improbable- repitió Alay, por toda respuesta.


Tras otro silencio generado por la dificultad de cambiar de tema, Aylar decidió seguir con la explicación de Alay. También le encantaba hablar, y más sobre este tema:

-El escudo del Terraformador no sólo lo protege a él, sino al mundo al que terraforma. La energía que el escudo tiene que soportar en cada impacto también se desvía en forma de rayos hacia las torres de Terraformación, que actúan como si de pararrayos se tratara, ayudando así a evitar la sobrecarga del escudo y de paso recargando con energía las torres. Los Aylers lo van a tener muy difícil para conseguir la victoria esta vez. Somos vulnerables al estar todos en el espacio, pero hemos sido precavidos. Por suerte, debido al tipo de ataque que planearon, los Aylers no han podido traer naves planetarias. Demasiado grandes, demasiado lentas y poco protegidas. Pero bien usadas nos habrían dado problemas. Son fábricas volantes, si hubieran entrado en esta batalla con buenas defensas alrededor, habrían acabado por vencernos por desgaste.

-No olvidemos que aún deben estar ocupados en reconstruir por completo las comunicaciones entre sus mundos -comentó Alay-, además de que el ataque a su mundo Rey debe haber añadido unas variables a sus cálculos bastante extremas. Dudo que la mente Ayler esté en su momento más brillante. Estarán cometiendo muchos errores.


-También es muy probable que los imperios en contacto con los Aylers hayan aprovechado el momento para atacarlos. Muchos de ellos deben haber recibido el mensaje que enviamos a todas partes: “El Rey Ayler ha sido abatido.”. Los Aylers no pueden estar en un buen momento, desde luego.


Se hizo el silencio una vez más. En ese momento, la ya aburrida Tara aprovechó para llevar la conversación a un tema que le interesara de verdad.

-Me pregunto cómo irá la batalla ahí fuera.


Alay, viendo cortada del todo su conversación militar con Aylar, miró a Tara en silencio un segundo, para luego orientar la cabeza hacia el altavoz que representaba a Aylar, esperando una respuesta. Sólo ella podía informar de eso.

E informó.

-La batalla se encuentra muy equilibrada, nuestras fragatas y buques están siendo diezmados por los grandes cruceros enemigos, pero estos a su vez están perdiendo la batalla contra nuestros propios cruceros. Sus disparos son potentes, pero sus escudos no. La batalla entre cazas se inclina a favor de los Aylers por su superioridad numérica. Pero, al contrario de lo que pueda parecer, la batalla entre las naves de tamaño medio se encuentra equilibrada, las naves enemigas superan en número a las nuestras pero los cañones de media potencia de los cruceros han equilibrado la batalla. No es fácil hacer una estimación de posible victoria o derrota, pero cierto escuadrón de naves avanza entre las líneas enemigas hacia los grandes cruceros, si llegan a ellos y consiguen depositar la carga que transportan, la batalla se inclinará mucho hacia nosotros.


-¿Las naves que usaste? –Tara se sorprendió- ¿Y qué transportan? ¿Bombas?

-Otros Aylers. Con los restos de los Aylers que los Rinaptor han encontrado y destruido, fabriqué algunos pequeños robots cargados con potentes programas de pirateo creados por mí. Debido a que están construidos con material Ayler y yo me conozco bien los protocolos de supervisión Ayler, no será difícil que esas máquinas accedan a la red de esos cruceros y la inutilicen. Y, de paso, nos consigan algo de información.

Una de las puertas de la sala se abrió mientras Aylar hablaba.
-Eso no lo sabía yo. - comentó Ter con seriedad, desde la puerta.


-Eso no lo sabía nadie -respondió Aylar orientando las cámaras del altavoz volante hacía él, mientras Ter se acercaba a los sofás. Frip se alegró de volver a ver a Ter, pero no tardó en dejar de mostrar su emoción al ver que nadie le hacía caso-. Este proyecto era secreto. Te conozco, y si lo hubieras sabido no me hubieras permitido hacerlo.

Tara miró con sorpresa al altavoz. Eso indicaba que Aylar le había mentido.

-Conoces bien los motivos-respondía Ter-. Máquinas en tu poder que en estos momentos se están enviando a unidades Ayler. ¿Qué tipo de información pueden llevar? ¿Todo lo importante respecto a los Rinaptor, por ejemplo?

-Sería un ejemplo lógico- respondió Aylar, con audacia-. Pero no es así.

Aquella respuesta pilló por sorpresa a Ter, a la vez que le enfureció.

-Cuando aseguremos nuestro mundo tú serás desactivada hasta nueva orden -Miró a aquel altavoz volante con ira mientras hablaba-. Actúas de manera independiente pese a las advertencias que te hice, cuando sabes que tus actos sólo incrementan las sospechas hacia ti, y nos ponen en peligro a todos.


Hecha la sentencia, Ter dio la vuelta y salió por donde había entrado. Aylar mantuvo la puerta abierta cuando él salió, para observarle mientras se alejaba.

-Si sigues así acabará destruyéndote- comentó Tara, divertida, mirando a aquel altavoz.


-Sabe bien que le conviene mi presencia. Mi peligro potencial es también la mejor arma que tengo para ayudar a este imperio. Volverá a cambiar de opinión cuando mis máquinas inclinen la balanza de esta batalla. Además… -El altavoz se acercó con lentitud a Tara, y con extrema lentitud pronunció estas palabras- ¿de veras crees que puede destruirme?

Alay sonrió mientras miraba a su té. Pero no hizo ningún comentario al respecto.

Aquellas palabras inspiraron verdadero temor a Tara. De refilón vio la reacción de Alay, aquella sonrisa mezclada de complicidad y maldad aumentó en mucho aquel temor.

De pronto la situación se había tornado más preocupante de lo que había llegado a imaginar. ¿Por qué aquellas palabras?

-¿Acaso no puede destruirte? ¿Se lo piensas impedir? –pronunció Tara, disimulando el temor en su voz.


-Soy una Inteligencia Artificial cuyo procesador se compone de millones de máquinas independientes unas de otras, cada procesador que la Unión Rinaptor usa lo uso yo. Mi banco de memoria se compone igualmente de cada uno de los bancos de memoria de cada nave, cada robot, cada cámara de vigilancia, de cada aparato que posea memoria electrónica y pueda conectarse a la red. Asimismo, controlo cada uno de todos estos dispositivos, porque estoy dentro de ellos. Es imposible eliminarme. Y, dada mi superior capacidad de procesamiento, acabaría con cualquier ataque hacia mí en segundos, ya sea impidiendo el ataque o respondiendo a él.- el altavoz se acercó un par de centímetros más a Tara, esta pudo sentir en su piel las vibraciones que emitía- Sería perfectamente capaz de librar esta batalla yo sola contra los Aylers. Una orden mía y cada una de esas naves ignorará las órdenes de sus capitanes, y sólo obedecerá las mías. Hasta ahí llega mi poder.

El altavoz se alejó con rapidez de la cara de Tara, Frip había empezado a gruñir. Pero no dejó de hablar, aunque su tono dejó de ser amenazador.

-Pero por útil que fuera, también sería demasiado arriesgado. Desencadenaría una batalla de los propios Rinaptor contra mí. Y no, no busco eso. Lo parezca o no, busco ayudar a este imperio, pero el escepticismo de los Rinaptor me lo impide. Por eso debo tomar pequeñas decisiones secretas que demuestren lo que valgo. Y, lo que acabas de oir, dice mucho de lo que valgo.


-Nada mejor que una amenaza para impresionar a alguien mostrándole “lo que vales”

El altavoz se giró con rapidez a Alay.
-No era una amenaza –dijo-. Una amenaza desencadenaría más desconfianza. Aún.

-¿De veras no lo era? ¿Me puedes decir en qué se diferencian tus palabras de una amenaza?

Nadie sabía si una IA era realmente capaz de sentir emociones, pero más le valía a Tara y Alay que Aylar no se pudiera enfurecer. Ninguna de las dos pudo interpretar con claridad si el silencio de aquel altavoz significaba que Aylar estaba pensando, o que miraba a Alay fijamente con las cámaras de aquel altavoz.

-Amenaza o no –acabó hablando Tara, sorprendentemente tranquila-, si lo que Aylar dice es cierto volvemos a estar contra las cuerdas. Al igual que pasó con la UIB, nuestra vida está otra vez en manos de un Ayler.

-Esta vez el Ayler no pretende eliminaros sino ayudaros. –respondió Aylar.


Ter volvió a aparecer por la puerta.
-Si el Ayler pretendiera ayudarnos, se marcharía si se lo pidiéramos- dijo con tono grave.

Tara se sorprendió con la aparición de Ter. Siempre parecía saber de qué estaban hablando, y entraba en el momento preciso.

Cierta voz apareció en su mente para aclarar sus dudas.

Ter está informado siempre de este tipo de conversaciones. Le informo yo.


Aquella aclaración sólo consiguió aumentar el temor de Tara a niveles insospechados. ¿cómo podía Aylar hablarle mentalmente a ella? Y, aún peor, ¿sabía leer sus pensamientos?



-Si yo me marchara, además de que mis probabilidades de supervivencia caerían en picado, vuestras probabilidades de victoria en esta guerra también lo harían. Me parece una orden dañina para todas las partes, por ello, no la cumpliré.


Ter clavó su mirada en la cámara de aquel altavoz, y comenzó a avanzar con deliberada lentitud a la mesa donde se encontraban Tara y Alay.

-Escúchame bien. No pretendo librar una guerra contra ti. No me importa si ganara o perdiera. No quiero luchar contra ti, quiero luchar contigo a mi lado. Pero el rey de este imperio soy yo, no tú. Tú no tomas las decisiones, las tomo yo. Tú no das las órdenes, las doy yo. Y todo el que no sea yo y pertenezca a este imperio debe cumplir esas órdenes. Si vas a luchar a mi lado es con mis condiciones. Sino, vete.

Ter siguió avanzando, el altavoz de Aylar descendió para que los dos se pudieran mirar frente a frente.

-No me importa tu inteligencia, ni tu objetividad ni sus grandes aplicaciones en una guerra. Tú no lideras este imperio, con lo que si quieres formar parte de él, estás sometida a tus superiores. Estás sometida a mí.

Aylar tuvo que pensar durante varios segundos para poder responder a eso de manera adecuada.
Tara estaba realmente atemorizada, llevar al límite a una IA tan poderosa como lo era Aylar era extremadamente peligroso. Podían acabar todos muertos, si Aylar era tan poderosa como decía. Además, por el tono en el que antes le había hablado, Tara tenía claro que Aylar no iba a permitir que nadie la dijera qué tenía que hacer y qué no.


En cambio Alay se lo pasaba muy bien con la situación. En las situaciones límite era donde las personas se mostraban como realmente eran, y ahora mismo, Aylar y Ter lo estaban haciendo. Y la divertía verlo.


-Rechazas a un aliado más poderoso que tú para poder seguir en el poder. –Dijo finalmente Aylar.


La ira de Ter aumentó considerablemente, pero antes de que pudiera soltarle una retahíla de insultos y acusaciones, Alay vio su oportunidad y se adelantó, calmando la situación con unas bonitas palabras.

-Rechaza a un aliado que no le tiene en cuenta a la hora de trabajar juntos. Compréndelo Aylar, estáis juntos en esto. No puede haber secretos ni desconfianza entre dos aliados.

Alay se levantó con tranquilidad ante la sorprendida mirada de todos, aquella tranquilidad contrastaba mucho con el ambiente generado. Todos estaban tensos, incluso Frip.

Avanzó lentamente hacia los dos participantes de la discusión. Primero, miró a Aylar.

-Aylar, eres el mejor aliado que la Unión Rinaptor pueda tener, de lejos. Ter lo sabe, cualquiera con un mínimo conocimiento de la situación lo sabe. Pero el concepto de “alianza” que tienes en tu mente es equivocado, y eso hace tambalear los cimientos de esta relación. Por encima de todo, para que una alianza funcione, las dos partes tienen que confiar en la otra. Dos partes sin confianza no pueden cooperar. Tu objetivo es ayudar a este imperio a destruir a los Aylers, pero para que este imperio acepte tu ayuda debe poder confiar en ti. Sabrás mucho de guerra, pero no sabes nada de socializar. No puedes obligarles a que acepten tu ayuda.

Dicho esto, su cara, rebosando tranquilidad y buena intención, se volvió hacia Ter.
-Tú, Rey, harías bien en no dejarte herir por las palabras y actos de Aylar. Recuérdalo, es un robot, su mente está muy alejada de la de los seres vivos. Esa objetividad es lo que la aleja. Y también lo que la hace tan peligrosa. Toma en cuenta hechos, pero no sentimientos. –Dirigió su mirada a aquel altavoz- Ella no piensa, sino que calcula. Sería bueno que tuvieras eso en cuenta cuando habléis. Evitará muchas discusiones.

Se alejó de la asombrada pareja unos pasos, sin dejar de mirarles. Y dejó caer la guinda final.

-De vuestra amistad o enemistad dependen todas nuestras vidas. Cada uno de los dos sois al mismo tiempo la posible salvación y destrucción de este imperio. Cualquiera de los dos puede destruirlo, pero sólo unidos podéis salvarlo. Tened muy presente lo que digo. No os peleéis, el enemigo real está ahí fuera –dijo, señalando la ventana que daba al exterior. Dicho esto, aprovechó el silencio generado para dirigirse a la puerta- Por mi parte no tengo nada más que decir. Estaré en el sector del bar, si se me necesita.


Los cuatro, Aylar, Ter, Tara y Frip la observaron salir por la puerta y alejarse, con aquella suma tranquilidad, aquella extraña paz que siempre parecía llevar consigo. Aquella imborrable tranquilidad que, acababan de descubrir, era capaz de transmitir a voluntad.


-¿Qué tipo de criatura has creado? –preguntó Ter aún asombrado por las palabras de Alay.

-No estoy segura. Pero sí estoy segura de que es el mejor diplomático que jamás hubiéramos deseado.

-Doy fe…




Aprende como se demuestra lo que uno vale, hermana. Acabo de ganarme un asiento eterno junto al trono del Rey.
Al oír esas palabras exclusivamente en su mente, Aylar empezó a vislumbrar qué tipo de criatura había creado.


-Eso, no me lo esperaba.
Aylar y Ter se giraron hacia Tara. Era la más sorprendida del grupo, nunca había confiado en Alay, y aún menos desde hacía pocos minutos, cuando vio esa sonrisa en su cara. Esto cambiaba bastante su modo de ver a aquella criatura.

Aylar y Ter no estaban menos sorprendidos. No conocían bien a Alay aún, y no sabían que esperar de ella. Era un experimento totalmente nuevo, sin ningún precedente en la historia conocida del universo.

Pero, lo que nunca habían esperado de ella es que fuera una buena diplomática.

Lo que aún menos había esperado Aylar, es que Alay tuviera esa capacidad de manipulación, que acababa de demostrar con su declaración telepática a la propia Aylar. No era difícil que superara a Aylar en ese campo.


-Por cierto- continuó Tara, orientando su ya más tranquila mirada hacia aquel altavoz volante-, lo que ha dicho… ¿Realmente no tienes en cuenta los sentimientos de la gente al actuar?

-Yo y algunos pocos Aylers privilegiados poseemos un módulo especial que simula los sentimientos de los seres vivos inteligentes, originalmente con el objetivo de vaticinar sus futuras acciones. Pero no es precisamente eficaz. Y está pensado para la guerra, no para las relaciones amistosas. Puedo obligar a la gente a hacer cosas por medio del miedo o la esperanza, puedo adivinar cómo pueden reaccionar a ciertas acciones mías. Pero todas las acciones y reacciones que calculo tienen mala intención. No sé agradar a la gente. Sólo matarla.


-Eso, Aylar -dijo Ter, pensativo-, es bueno saberlo.


______________________________________
Moar photos de la historia :wink:
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Xtrems » 21 Ago 2011, 20:26

Vale,se que es como la décima vez que lo digo,pero ahora me has liado de verdad.Que si Aylar es "buena" pero no sabe serlo,que si Ter parece un Rey desquiciado,y que si Alay es la manipuladora...

Resumen:Me encanta esta historia. :lol:
Imagen
Avatar de Usuario
Xtrems
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2824
Registrado: 28 Sep 2009, 15:02
Ubicación: España
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Pabloastronauta » 21 Ago 2011, 21:31

Keep it going! Y sobretodo, sigue pasandome capitulos a mi antes que nadie :lol:
Imagen
In soviet russia, god created humans
Avatar de Usuario
Pabloastronauta
Ilustrado
Ilustrado
 
Mensajes: 4775
Registrado: 19 Ago 2008, 21:46
Ubicación: The Game
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 22 Ago 2011, 00:35

@Xtrems: Bueno, ahora he aclarado un poco sobre el comportamiento de Aylar :mrgreen:
Y dejado entrever cómo ha salido el experimento Alay... :twisted:
Y Ter se está controlando, recordemos a qué especie pertenece y por qué en principio era especial, otro hubiera partido en dos aquel altavoz volador :lol:




@PAblock: :-$ :-$ :-$ que a tí solo te los paso porque se supone que no te interesa tanto la historia, y porque me ayudas a quitarle la mayor parte de la ciencia falsa :lol:


Gracias a los dos por dignaros a comentar!

Aprovecho para dar lo que yo considero una gran noticia para mí, he creado un blog donde iré publicando los capitulos de esta historia... pero bien escritos! Desde el principio! Sin burradas! Y que serán los oficiales cuando distribuya esta historia :D


Este es el enlace: http://granguerraspore.blogspot.com/

A los que le interese me gustaria pedirles que -obviamente- siguieran el blog, y sobretodo que comenten que tal les van pareciendo los cambios en los capitulos, todas las criticas constructivas son bienvenidas, sobretodo porque las necesito. :wink:

¡Ya hay un capitulo publicado ahi!


Por supuesto seguiré publicando aqui capitulos :D
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Eddlm » 04 Sep 2011, 14:04

¿Ni un comentario al respecto...?




Bueno, este capitulo es una continuación del anterior, seguimos en la batalla :wink:



***


Un inmenso rayo de energía continuo fue enviado de los generadores hasta aquel inmenso cañón. Los radares y sensores tenían fijado al objetivo. El cañón comenzó a cargar la esfera… y continuó…
...y continuó, sin disparar.

Los sistemas de alarma por sobrecarga se activaron, los controladores del arma intentaron cortar el suministro de energía hacia el arma, pero les fue denegado el acceso. Asique optaron por cortar la conexión por el modo manual. Enviaron decenas de pequeños robots por los pasillos de cableado, hacia la palanca que interrumpía la conexión entre el generador y los cañones de energía. Ninguno pudo llegar. La sala de conexiones estaba sellada por peligro de intrusión enemiga.

Una petición de desvío de energía llegó a la IA central de aquel crucero, según la petición, el generador estaba fallando y el cañón semicargado se desestabilizaría peligrosamente si dejaba de alimentársele con energía. El pequeño proceso encargado de encontrar fallos y arreglarlos pedía que se desviara energía de los escudos hacia aquel cañón inestable. IA central aceptó la petición y permitió el desvío de energía.

El cañón, inestable, no por falta de energía sino por sobrecarga, recibió aquella inyección de energía como un bidón de gasolina recibiría una chispa.

La potencia de la explosión desintegró centenares de metros cúbicos del interior de la nave y dejó un gran agujero en el casco, visible a simple vista por sus enemigos. La absoluta mayoría de sistemas fallaron. Todas las armas, los escudos de defensa, varias salas de mando y kilómetros de cable fueron inutilizados o desintegrados por la explosión.


La evidencia que los cruceros Rinaptor estaban esperando. Aylar había conseguido sabotear algunas naves Ayler. Algunas de ellas desactivaron los escudos, para cargar con su energía los cañones y disparar a regiones vacías del espacio, otras replegaron todos los escuadrones de cazas disponibles para batirse en retirada, unas pocas comenzaron a atacar a sus compañeras. Los Mundos Ayler no podían creer los informes que recibían de la batalla.

En ellos se les informaba de que una gigantesca flota de naves Rinaptor había aparecido de la nada frente a ellos y les estaba derrotando con suma facilidad. Algunos de ellos habían conseguido entrar en los cruceros Ayler y empezaban a robar información.

-Por eso se atacan entre ellos. He conseguido controlar completamente sólo a tres de los siete cruceros Ayler que quedan operativos, a otros dos sólo he podido sabotearles con información falsa. Esos creen de verdad que hay millones de nuevas naves Rinaptor en este sistema, la IA principal de esos cruceros no puede comprobar por sí misma si esto es cierto. Si bien no puedo controlarla, controlo sus ojos. IAs inferiores.

-Wow. Estoy realmente sorprendido.

-Esto no acaba aquí. Debido a que realmente creen que hay refuerzos Rinaptor en la zona, esa información está plasmada en los informes que envían a sus superiores periódicamente. Los cruceros que controlo están enviando la misma información.

-¿Eso significa que sus superiores creen también que tenernos refuerzos?

-En realidad, no. No les será difícil ver que eso es mentira, no sólo tienen ojos en esas naves. Es probable que nos puedan ver desde sus mundos, así como nosotros les vemos a ellos. Pero ya es demasiado tarde para que reaccionen. La mayoría de naves están inutilizadas. Hemos ganado.


-Perfecto.



Los ahora cinco amigos –Aylar, Alay, Ter, Tara y Frip- se encontraban en la misma sala de espera, esperando –valga la redundancia- los informes de la batalla. No tardarían en llegar informes de victoria.

Alay, apoyada esta vez en una de las paredes de la sala, copa en mano, aislada de la alegría que reinaba entre los amigos, pensaba. Había cabos sueltos.


Al poco, levantó la baja mirada y la orientó hacia el altavoz volante.

-Habrás cerrado toda puerta de comunicación entre los cruceros y tú, ¿verdad?

-Por supuesto –respondió Aylar con rapidez-. No tengo intención de exponerme a un ataque informático de los Mundos Ayler. Los cruceros servirían de puente.

-No tardarán en comenzar a tenderte trampas en el campo del pirateo. Acabarán atacando ellos.

Viendo que Alay y Aylar volvían a enzarzarse en una conversación bastante poco apropiada para el alegre momento, Ter Tara y Frip se pusieron a celebrar la victoria ellos solos, brindando y hablando, una vez más, del futuro.

-Fracasarán en cada ataque. No soy como ellos, aunque haya sido creada por ellos. Mi inteligencia, mi forma de procesar, de actuar, de protegerme, ya es muy diferente de lo que ellos esperan. Y cada día que pasa la perfecciono más. Ellos son sólo robots entre robots fabricados por ellos mismos. Todos con la misma estructura. Yo no. Me he extendido por toda la red Rinaptor, cada uno de sus robots, las IAs que hay aquí, tiene una estructura especial. Y yo las conozco todas. Pero los Aylers no.



-Y muy pronto –añadió Ter con la copa en la mano-, podrás… podremos, tú y yo, controlar a aquellos que no son IAs. Los cerebros orgánicos de los ciborgs que estamos creando. Sólo es necesario añadir una especie de contraseña que sólo nosotros sepamos, grabada en esos cerebros, y podremos controlarlos por telepatía. Eso nos facilitará mucho las cosas.


-Mala idea–respondió Alay-. Eso significaría que los dos tendríais poder suficiente para controlar a todas las armas de la Unión Rinaptor. Por lo que, si alguna vez, pudieran controlar a alguno de los dos, estaríamos todos condenados. No recomiendo que una, y menos dos entidades –dijo, negando con uno de los dedos de la mano con la que sostenía la copa- puedan tener tanto poder sobre el imperio. Se puede mandar con órdenes verbales. Piensa: si tú estás controlado por otro, quien reciba tus ordenes aún tiene la capacidad de decidir si la cumple o no. Por lo que si le ordenas que mate a todo el mundo, usando su sentido común, no lo hará. Aún hay una barrera ahí, el sentido común, la razón, la lógica. Pero ¿qué ocurre si la orden es mental? La cumplirá. Sin pensárselo dos veces. Sin barreras lógicas.


-Alay tiene razón- dijo Aylar-. No conviene concentrar tanto poder. Suficiente tenemos ya con el de los robots… -Ter vio una especie de complicidad en las palabras de Aylar, que nadie más percibió.


-Cierto- respondió él-. Aunque yo no los controle, tú si puedes, y lo haces con mucha eficacia. Nos vale con eso.












Y así he asegurado mi existencia en este imperio, al lado de Ter. Y, sin haber hecho más que decir la verdad que nadie veía, aderezada con unas palabras agradables, me he ganado la confianza absoluta de todos ellos.

Aunque… Si bien todos se han dejado llevar por mis bonitas palabras, Tara desconfiaba de mí desde el primer momento en que me vio, no creo que esto la haya hecho cambiar de opinión respecto a mí. Seguirá desconfiando. Aunque sea un poco. Pero desconfiará.

Conozco el motivo. Ella ha captado desde el principio una parte de mi naturaleza que nadie más parece haber captado. Como bien dije el primer día de mi existencia, mi vida ahora tiene importancia para mí. No soy un robot, puedo sentir dolor, y puedo temer a la muerte. Con esas palabras los que me rodean han deducido que soy más “normal” de lo que esperaban, es probable que esperen que, ya que temo a la muerte, tendré sentimientos, algo que me caracteriza como criatura inteligente orgánica más que cualquier otra cosa que pueda mostrar.


Craso error. No temo a la muerte.




¿Qué es la muerte?

Es el fin de tu existencia.
¿Puedo yo dejar de existir?

Cada segundo que pasa, toda la información de mi excepcional cerebro se almacena en un banco de memoria especial, dedicado por entero a mí. Si muero, esa información se volcará por entero a un nuevo cuerpo, que será despertado. Y volveré a ser yo. Volveré a estar viva…

No. No puedo dejar de existir.

Sé lo que dije nada más nacer, no tardé en dejar claro que mi vida me importaba, que ya no era un robot, que tenía miedo a morir. Así les convencí de que tenia sentimientos como ellos. De que estaba viva.

Pero no dije la verdad. No puedo temer a la muerte… Porque su efecto no es válido en mí. Por lo tanto, todos los que de aquella frase deducieron que tengo sentimientos, están ciertamente algo equivocados.


Pero Tara no dedujo nada. Cuando oyó que yo temía a la muerte, no pudo creérlo. Yo no podía temer a la muerte… Sabía que mi mente iba a ser eterna.

Por ello desconfía de mí. Los demás desean que yo sea como ellos, que sea como todos los seres orgánicos, que sea lo que ellos esperaban. Por ello, se han dejado engañar.

Pero Tara no. Ella no desea que yo sea normal. Al contrario, busca que no tenga ningún tipo de sentimiento, ni el más mínimo atisbo. Por ello ha sabido ver lo que soy. Ella no tiene el velo de la esperanza confundiendo a su mente. O, mejor dicho, el velo de su esperanza iba por el buen camino, y ha visto lo que debía ver, y lo que ha visto es que yo no puedo tener sentimientos como los demás.

¿Por qué me deseaba tal insensibilidad? Lo llaman celos.
El amor es un sentimiento, y, como la historia ha demostrado varias veces, no entiende de especies. Por algo dicen que es ciego.

Pero puedes estar tranquila, Tara. No te quitaré tu puesto junto a Ter. No me interesa y no le intereso, al menos no en ese sentido.

Es lo que todo el mundo ha comprendido menos tú, yo no puedo amar a nadie. El amor no es más que una excusa de la naturaleza para hacer más atractivo el engendrar más criaturas de tu propia especie. Ni siquiera poseo los aparatos reproductores necesarios para llevar a cabo eso. No puedo amar. No me puedo reproducir.

Haces bien en desconfiar de mí, Tara. Pero aunque no tema a la muerte, sí tengo sentimientos. Pero ninguno se asemeja mínimamente al amor.
Yo diría que más bien todo lo contrario.











Ganamos. Una vez más. No pensé que iba a ser fácil. Los Aylers llevan machacando imperios desde casi el principio de los tiempos, creí que nos derrotarían y tendríamos que escondernos en otro universo inhabitado para fortalecernos allí. Pero no ha sido necesario. ¡Estamos ganando!

El mérito no es nuestro, hay que reconocerlo. Se han concentrado varias circunstancias que nos han dado mucha ventaja respecto a esos robots. El ataque de esa nave Nhex, a la vez que mi ascensión a Héroe –como lo llama Spora- y la creación de este imperio, nos ha permitido poder avanzar. La UIB no hubiera podido con esto, ni aun estando preparada.

Nosotros sí. Se han dado las mejores circunstancias que podría esperar para comenzar esta guerra. Y aún poseemos más ventajas. Aylar, Alay. Yo mismo. Bien lo dijeron anoche. Tenemos, los tres, muchísimo potencial. Más de lo que ellas mismas dicen. Aylar… máquina de matar casi perfecta. Los más altos militares me lo han comentado. Sus muestras de estrategias militares, tanto a grande como a pequeña escala, son perfectas. Sabe como destruir tanto una flota de naves como a un asesino individual, casi con cualquier arma.

Alay. ¡Diplomática sin precedentes! Al menos eso lo tenemos claro. Pero no dudo que también será buena consejera y mejor combatiente.

¡Yo! ¡Yo tengo el mando aquí! Aunque no sea lo más eficiente que se haya visto, las propias Alay y Aylar me ayudarán a mejorar. Y mis dotes de combate son dignas de tener muy en cuenta. Y más lo serán… en breve.


Cuando el Terraformador termine de arreglar nuestro mundo, el Imperio Rinaptor comenzará a ser conocido. No tardaremos en colonizar otros mundos, otros sistemas. Y más imperios se unirán a nuestra causa. Y seguiremos creciendo… Pero no en base a guerras. Nuestro progreso no verá como fuente los conflictos armados contra otras especies. Será el comercio, y el mismo progreso en la tecnología lo que nos hará crecer. Y las alianzas.


Este será un imperio extraño. Unos seres bélicos y destructores por naturaleza, aliados con otros que son su contrario. No sé muy bien como conseguiremos establecer un equilibrio entre la maldad y agresividad de los Terraptors y la bondad e inocencia de los Rinara. Pero creo que combinadas bien nos darán mucha ventaja frente a otros imperios. Sobre todo contra el Imperio Ayler.


En fin… mi emoción y alegría no pueden medirse en estos momentos. Pocas cosas me preocupan, todo mejora. Sólo Aylar es una fuente de preocupación fuerte, y Alay se está ocupando de arreglar eso.


No sé hasta qué punto puedo fiarme de ese robot. Pero… su clon orgánico me da muchas esperanzas de que Aylar sea de verdad nuestra amiga. A fin de cuentas, Alay, su clogn orgánico, parece nuestra aliada, y no ha dado ningún motivo para desconfiar de ella. Al contrario. Por lo que se puede ver hasta ahora, tiene buenas intenciones respecto a nosotros. Aunque aún debemos esperar para saber cómo es de verdad. Sólo tiene una semana de vida.



Me pregunto cómo esas dos pueden haber salido tan diferentes de un mismo molde.
Signature does not match with the actual status of this user
Starting artrage.exe
Eddlm is busy...
Eddlm
Manipulador
Manipulador
 
Mensajes: 5734
Registrado: 08 Nov 2009, 01:50
Ubicación: Under the iron sky
Género: Hombre

Re: La Gran Guerra

Notapor Xtrems » 04 Sep 2011, 19:05

¡Buen capítulo!Y diria algo más,pero seria repetirme. :wink:

Sobre lo del los primeros capítulos reescritos.Solo puedo decir que están mejor que los originales. :D
Imagen
Avatar de Usuario
Xtrems
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2824
Registrado: 28 Sep 2009, 15:02
Ubicación: España
Género: Hombre

AnteriorSiguiente

Volver a Historias de otros mundos

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 2 invitados

Comunidad Capital Sim (2003-2008) webmaster arroba capitalsim.net