por Eddlm » 28 Dic 2009, 00:57
Y ahí se quedó, al 68%.
y lo pongo, que no se me ocurre que poner a partir de ahi:
La muerte segura
Pero no eran esas las naves que importaban. Recordé –tarde- la nave Grox que vi cuando entré por primera vez, hacia cincuenta segundos, a la sala donde estaban las naves.
No había aterrizado. Chorreando sangre –de los Grox caidos-, se mantenía en el aire y su morro me apuntaba a mí. Sus cañones también.
Me lancé hacia delante en el momento en que la nave empezó a disparar. Los disparos láser se cruzaron donde yo había estado una centésima de sectundo antes. Me levanté todo lo rápido que pude mientras los disparos se entrecruzaban cada vez más cerca de mí, y corrí hacia la nave. Empezó a retroceder. Más rápido de lo que yo avanzaba.
Los disparos se acercaban, no tardarían en alcanzarme. Seguí corriendo. La nave salió por la puerta de Fuerza, que daba al espacio. Gracias a Spode, sus cañones-ametralladoras láser también salieron, y sus disparos no atravesaron la puerta de Fuerza.
Muy “listo”, el Grox. Me dirigí sin pensarlo a una de las naves intactas –no había muchas-, justo a mi derecha, al lado de la puerta de Fuerza. Una puerta, en un lado de la nave, se abrió al acercarme. Me metí dentro en el momento en que la otra nave –me di cuenta de que era un caza, concretamente- volvía a entrar y disparaba a mi nave. Cerré la puerta –oí un sonido extraño al hacerlo, como si se encendiera algo- y me senté a los controles. Al estar hechos para criaturas bípedas, los pude manejar bien.
Encendí el motor, y elevé la nave rápidamente -las balas láser de mi enemigo ya no me afectaban; de alguna manera, sin saber cómo, había puesto en marcha también el escudo- y sin pensármelo dos veces, embestí a la otra nave y salí a toda velocidad a la inmensidad del espacio. Donde me esperaban todo un escuadrón de cazas Grox -50-.
Los esquivé como pude pero, al poco tiempo, mientras esquivaba a los últimos cazas Grox –tampoco podían hacerme nada, se estaban amontonando detrás de mi- un disparo láser, diferente de todos los demás, me alcanzó. La fuerza del impacto fue tal que casi me caí de los controles... Todas las luces del panel de controles empezaron a parpadear y algunas sirenas de alarma sonaron.
Una voz brotó de un altavoz del panel de controles:
Alerta, daños graves en el fuselaje. Escudos al veinte por ciento. Motor principal dañado gravemente. Rendimiento del motor al veintisiete por ciento.
Todos los pilotos odian esa voz.
Nunca supe de dónde provino el disparo, imagino que de una de las torretas de defensa –me encontraba en un buque mediano de los Grox-. El caso es que al poco tiempo, unos diez segundos después, el segundo y último disparo me alcanzó. No necesitaron más para derribarme.
Una grieta apareció cerca de la puerta -por la que entré al caza- y el aire empezó escaparse rápidamente por ahí mientras el caza empezó a inclinarse hacia la derecha -sin cambiar el rumbo-. Me empezó a doler la cabeza mucho. Me desmayé en pocos segundos, convencido de que moriría.
Todos los demás cazas Grox dieron media vuelta y entraron otra vez a los hangares. Había mucho que arreglar, ese bicho había hecho grandes destrozos.
Desperté. Me encontraba flotando –que sensación tan extraña!!!- en un mar de luz morada.
Mi Garras de Acero volvian a estar en mis muñecas. Mi muñecófono en mi brazo izquierdo, al lado de las Garras. No habia conocido tal miedo nunca.
Una voz, que pareció venir de todas partes, sonó a mi alrededor. Femenina, armoniosa, y muy calmada, me dijo:
-Ter Rawinston, nativo del planeta Terra, en el sistema Galia. En mi Galaxia.
Ese soy yo...
-Has sido salvado de la muerte segura. Spora, diosa de la vida y de la naturaleza, te ha salvado. Yo te he salvado.
Estaba tan impresionado que no pude ni susurrar un “gracias”.
Spora siguió hablando.
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Eddlm el 28 Dic 2009, 14:25, editado 1 vez en total
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