Historias que poco, todo o nada tienen que ver con la Gran Guerra que se libra en el universo de la UIB. Aquí se muestra una de ellas:
Imperio Terraptor: Orígenes
Una especie tan agresiva como la especie Terraptor no pudo tener unos inicios tranquilos. Algo debió pasar en el transcurso de su evolución para que se volvieran tan orgullosos, tan agresivos, vengativos, tan... despreciados por otros imperios benévolos.
Uno de los muchos asteroides que surcaban el universo chocó, como no, contra un planeta. Esto sucede mucho en el universo, es muy común. Muchos asteroides caen en planetas cada día en el universo. Pero...
No siempre siembran la destrucción en el lugar donde caen.
El meteorito, la vida
El asteroide en cuestión no era un trozo de roca más, era un asteroide compuesto por hielo, un gran asteroide. Un gran asteroide, sin vida dentro, todo hay que decirlo.
El planeta no era tampoco muy común; además de bastante frío, era un planeta de color gris-rojizo. No porque fuera un planeta caluroso -al contrario-, si no porque el gran océano que lo cubría casi por completo estaba teñido de ese color gracias a las rojas algas que durante millones de años lo habían teñido. El color de la tierra era gris por que no poseía la más mínima célula de vida, sólo en el océano había, y, claro, las rocas que conformaban los pequeños continentes eran grises.
Pero se tornaron negras cuando el gigantesco asteroide cayó sobre ellas, desencadenando una gigantesca explosión que evaporó parte del gran océano y al propio asteroide, además de calentar el planeta por el calor producido por el propio asteroide.
Ríos de lava empezaron a correr por el suelo del planeta, ya que el asteroide, antes de tener tiempo de evaporarse por completo, abrió un agujero en el suelo del planeta, y desestabilizó sus placas tectónicas.
Se formó una densa atmósfera rojiza y el vapor de agua de los estratos más altos de la atmósfera se enfrió lo suficiente como para condensarse en agua líquida; empezó a llover y llover durante años y años. Otros asteroides cayeron en ese tiempo, calentando al planeta y aumentando su masa y volumen. La lluvia, enfriada por encontrarse muy alta en el cielo antes de caer, enfrió el suelo del planeta, calentado por la propia lava que surgía de él. Las placas tectónicas se estabilizaron, tras mucho tiempo dejó de llover. El resultado, muchos años después del choque del primer asteroide, fue un planeta cálido, con más porción de tierra firme que antes, y unos océanos más cálidos y claros también.
En esas condiciones, con una atmósfera lo suficiente densa para que las radiaciones de la estrella alrededor de la que rotaba no alcanzaran el suelo; con una temperatura media de diecisiete grados centígrados al nivel del mar, y un suelo estable, la vida pudo empezar a desarrollarse. Por supuesto, las primeras células aparecieron en el mar. En el caldo primordial.
Planeta antes del impacto del meteorito
Planeta miles de años tras el impacto del meteorito