Capítulo 1: Lo que vino del cielo
Nadie sabe de donde salió aquella roca. Hay quien dice que de un satélite perdido, otros que de un planeta Grox, pero la más creída es que vino del núcleo galáctico. Aquella roca contenía una gruesa capa de hielo en la que dormía una pequeña célula esperando el momento para nacer.
La roca pasó por muchos sistemas estelares, son descanso, sin parar en su viaje. Pero el sistema estelar Pelculbrocio fue el elegido. Allí, un planeta virgen llamado Dironean, fue el escogido para que la vida de esa roca naciera. La roca se destruyó en varios pedazos y acabó en el fondo de un mar de color morado.
La célula salió de la capa de hielo usando sus flagelos, ansiosa por explorar su nuevo mundo. Se cruzó con algunas células de color rosado que vio que podía dañar con sus recien estrenadas pinzas para comer. Acabó con más de una célula. De repente, su cuerpo creció y descubrió que esas células ahora eran mucho más pequeñas y era más fácil comerlas. Pero grandes células también carnívoras comenzaron a hacer su viaje más díficil. A duras penas sobrevivió el ataque de las células enemigas y avanzaba de nivel cada vez más rápido. Nada se interponía en su camino, era el rey de las aguas.
Pronto desarrolló un sencillo cerebro que sería el comienzo de su largo camino hacia la evolución.
Demisaurio en sus primeros dias de vida