Negra es la noche. Negro es el día. Negra es la esperanza de todos los que vean la friccion magnética-planetaria de una nave ardiente acercarse a su atmosfera terrestre. Pero nada era tan oscuro y inspiraba tanto terror como el nombre de la nave corsaria que hoy quemaba la atmosfera con su cuerpo y de las docenas de pequeños ``meteoros´´ que le seguían. Entre susurros los Arios de Strosk-Makai (alinienijenas procedentes de Haran-Khan) dijeron un nombre. Klapp. Klapp Ob Tiamat El Rey Gusano y su flota raider proveniente de los mas infernales agujeros del espacio.
Nin-Karra el Mesolobo segundo al mando de Klapp y capitán de la Dualidad de Flamm activo la red de comunicaciones de combate encriptada (RCCE) y treinta puntos de luces verdes destellaron en su pantalla. Abrio el SETI y establecio comunicación con Klapp a través del mod informatico del RCCE. Ante el apareció la imagen de Klapp embutido en pieles de mamíferos de color negro y caros atavíos de Ssem el Puerto de la Seda.
Nin-Karra era un Mesolobo, un ser de pelaje gris con ciertas rasgos lobunos pero mas parecido a un homínido que a aun lobo espacial en si, creado a partir de exaltación hasta la posterior destrucción de su civilizacion por una flota de misioneros de combate (especialmente celosos) Amati. Era un experimento fallido a pesar de sus tres metros de altura y su increíble masa muscular fibrosa. Vestia una armadura de placas energizadas conectadas entre si mediante claves y placas de inconel tipo 17. Llevaba puesto en la cabeza con un casco mental con claves rojos, verdes y azules clavándose en su cabeza y casco de navegación.
Klapp por su parte era de la efímera y casi extinta raza de los En-Ki Aola o como eran llamados burlonamente ``hombres pájaros enanos´´. Klapp era pequeño de apenas metro y medio (aun asi grande para su raza) pero peligroso como una bestia picara. Su cuerpo pequeño sin alas era perfecto, con miembros bien proporcionados y nada ridículos a la vista. Era musculoso de cuello corto y bien encajado, su boca era un enorme pico cachibestia aserrado y de aspecto realmente temible que hacían juego con sus ojos de aspecto reptilineo. Sentado en su hermoso trono de ébano y Envuelto en sus caros ropajes con encajes de amatistas, esmeraldas y zafiros perfectos, manejaba mentalmente la sala de mando mientras psíquicamente daba ordenes a la docena de En-Ki Aola que manejaban su nave.
-¿Parangon Klapp cuales son sus ordenes? Dijo Nin-Karra con un acento que se parecía al de los rugidos de un Nigthraptor.
-Da la orden de ataque...Formación de hostigamiento 172
-Asi se hara. Nin-Karra fue a volverse cuando la pedregosa voz de Klapp volvió a restellar en la comunicación.
-Nin-Karra.
-¿Si Parangon?
-Ponme con Abaros.
Nin-Karra pulso unos cuantos botones del panel y envio una línea de comunicación entre el Krukuro Mercenario y el En-Ki Aola a través del SETI encriptado. Una retahíla de palabrotas bastante imaginativas (prácticamente un protocolo de saludo en esta hermandad de guerreros-saqueadores) vino a modo de saludo y bienvenida.
Nin-Karra con la voz del Mercenario y la de Klapp a sus espaldas se dio la vuelta y a través de un estrecha escalera bajo a la sala de mando.
La sala de mando estaba compuesta por enormes telemétricos de corto y largo alcanze, un centro de comunicaciones Ces, ordenadores de apuntado y un enorme trono de ébano . Nin- Karra se dirigio al trono atravesando la metalica sala llena de cables y ordenadores de pantalla holográfica.
Nin-Karra se sento en el trono mientras una docena de entera de Mesolovos como el esperaban en sus puestos de combate. El trono comenzó a elevarse y unas agujas retiraron sus cables de colore claros y los cambiaron por otros mas oscuros. Las agujas mentales se clavaron fuertemente en su cerebelo y un estallido energético cegó su visión momentáneamente.
Nin-Karra vio el planeta ante sus ojos. En tercera persona vio la posición de las treinta naves aliadas y las escasas naves enemigas que tenían delante. Nin-Karra observo los campos rojos de hierba carmesí de Stros-Makai y los desiertos meridonales de este. Mas lejos todavía pudo ver (gracias a sus telemétricos de largo alcance) las cristalinas ciudades de los Arios, con sus negras fabricas y sus edificios de aguja de cristal y acero, emplazados al lado de enormes lagos creados a partir de ingeniería terraformadora. Un mensaje holográfico apareció ante sus ojos.
-¿Ordenes Capitan?
-Orden 172...Armen los misiles de protones y preparen las capsulas de Desembarco Orbital. No se acerquen a las ciudades, el Equipo de Tierra se encargara de las torretas y los antiaereos, nosotros nos encargaremos de las naves. Nin-Karra retransmitió la orden a las diez naves pesadas que tenia bajo su mando (naves de asalto HigthTower).
-Roger.
Nin-Karra vio como la sala de mando virtual estallaba mientras diez hologramas de distintos colores daban su confirmación de la orden. Sonrio presa de la alegría de tener a lo que quedaba de su combativa raza a sus ordenes. Un comunicado procedente de una de sus naves restallo en cara.
-Alla vamos. El comunicado holográfico reboto con su sonido por toda la virtual sala.
Nin-Karra volvió a sonreír, pensando en la masacre que estaba a punto de acontecer.