A igualar la cantidad de vistas y respuestas con las de tu historia Segioví

a publicar la continuación, y quién dijo que eran 2 historias distintas

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Continuación :Edilberto Flores?- me preguntó un tipo de facciones típicas italianas, algo masizo, tenia la voz seria, pero un tono amistoso.
Asentí con la cabeza, un tanto asustado. Me dió la mano, esbozando una sonrisa un tanto forzada.
Antes de que pudiera decir algo, él me interrumpió diciendo: Entrad!
En su amplio despacho pude apreciar muchas fotos de Gerst. No se parecían a nada de lo que había visto en esta ciudad que a primera vista parecía un criadero de ratas.
Habeís traído el "café"?-me preguntó-se lo debes entregar a Mr. Cortéz Biggs.
Asentí sin saber que sería lo que tendría que hacer.
Lo conoces?-me preguntó-Es un gran productor musical. Muchas de las grandes estrellas de Gerst trabajan con él.
Buono, te daré la chave de mi automóbile-dijo en su accento italiano.
El señor Biggs se encontrará en su penthouse en el edificio BiggsProductions, al costado de la avenida El Progreso.
Sin más remedio, decidí partir. No se veía un panorama muy alentador pero ya estaba metido en ello.
Qué suerte que su automóbil poseía sistema GPS, de otra forma me hubiera sido imposible encontrar el edificio.
Tras minutos de dar vueltas en medio de atolladeros interminables, llegué al edificio.
Me acerqué a la recepcionista y esta misma me dijo: El señor Biggs lo está esperando. Puede tomar el ascensor 6 a su despacho.
Que bueno que llegaste!-gritaba el señor con su accento latino, pero que eminentemente se creía muy importante-Te estaba esperando!
Su voz ronca me decía, y el olor presente en la habitación eran inconfundibles. El fumaba la hierba.
Veo que trajiste el paquete!-me dijo a medida que lo colocaba sobre su escritorio.
Thiz is good sh*t! Esta cocaína es buena!- repitió en los 2 idiomas, como creyendo que yo no sabía inglés.
Me tardó un poco de tiempo absorberlo-Que!! ¿¿No era café!??
No podía creer lo ke estaba pasando. Podía ser yo tan inocente?
Sacó de su escritorio un buen fajo de billetes. Los olió, los miró sonriente, y me los entregó.
Yo me sentía como en una nube, "cocaina, dinero, esta gente..."
Regresé a con Rovegno, tal como me lo había pedido. Después de todo, debía devolverle el automóbil.
Pero cuando llegué, Rovegno se echo a reir, y me dijo que me quedara con el auto.
Sé que necesitas un lugar donde quedarte, así que con ayuda de Biggs te hemos encontrado un pisito, en la calle Shell.
Vete a descansar muchacho-me dijo-pronto estaremos en contacto.
Tome el auto y me dirigi a mi nuevo "depa". Llegué ahí, era una departamento cómodo, no muy grande, para mi estaba bien.
Era suficiente, tenía todo lo necesario. Al llegar al dormitorio, casi por instinto me lancé a la cama
Que cama mullida, nunca había tenido una asi, tan amplia. Allí estaba, encendí la tele.
Mi cabeza era una ensalada de ideas, de recuerdos,
de sucesos..., esa noche no dormí.