eliana escribió::o

Hay... no... no se... no me gusto... me parecio un capítulo muy cruel.. que triste

... Sigue pronto y redimete... que no sea tan triste y feo

Ays Eli lo siento

era necesaria su muerte, me sabe mal. Espero que el siguiente te guste más
galaica escribió: Pobre, me caía bien, por un mommento pensé que se iban a hacer amigos de ella. Continúa pronto me gusta coo narras y todas las imágenes geniales
jeje, lástima si. Gracias por pasar y comentar Gala
helly_xu escribió:Me encanto el capitulo aun algo triste, porque la han matado si solo se estaba bañado..
quiero saber masss!
ayssss, ser una bruja no está bien visto en Stars Hollow
Viri escribió:Me ha dejado

este capi!!! Va muy bien la historia Bir, me gusta mucho como se esta desarrollando

Gracias Viri!! Espero que el de hoy también te guste.
edueleno escribió:Oh, ¡las brujas me caen súper bien! ¡Y me encantan sus ropas! En cambio los humanos me caen mal porque ni siquiera se cuestionan nada sobre lo que están haciendo. Excepto James, claro. ¡Espero que él termine siendo buenazo!
Me encantó la historia, Birgitte!!
jejeje, veremos que ocurre con James y Steven. Gracias por pasarte Edueleno!!
Os dejo el capítulo 2, espero que os guste y os animéis a comentar.
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Bridgeport
Como cada día sobre media tarde, Elizabeth Applewhite llegó a casa. Vivía en un bonito ático duplex junto a su novio Kenneth Wells desde hacía 3 años. Su relación iba muy bien aunque últimamente Kenneth invertía muchas horas a su trabajo, cosa que hacía difícil que pasaran tiempo juntos como antes. Elizabeth era profesora de niños de primaria, tenía buena mano con los niños y desde siempre había tenido clara su vocación. Kenneth en cambio era abogado de un bufete muy importante de la ciudad, había llegado el momento de su promoción e intentaba por todos los medios que lo hicieran socio.
Hoy era un día especial para ambos, era su aniversario y Elizabeth tenía planeada una velada romántica.
- oooaahhh -
bostezó - que cansada me siento, no debí quedarme hasta tarde ayer por la dichosa película.

- Es el peor día para sentirme así, encima noto un ligero dolor de cabeza. -
dijo mientras se acariciaba la sien. - Necesito una aspirina. -
Notaba el cuerpo adormecido por el cansancio y parecía arrastrarse en vez de caminar. Fue a la cocina y allí se puso un vaso con una pastilla efervescente y tras beberlo hizo algunas muecas de asco. - que sabor más amargo... argg.
Lavó el vaso y se dispuso a preparar la cena. La cocina no era especialmente su fuerte, aunque tampoco era mala cocinera. Se podía decir que sabía cocinar platos sencillos, lo suficiente para no quedar mal ante el novio.

Se acercó a la nevera y la abrió, tras unos segundos de lapsus reaccionó.
- ¡Mierda! Se supone que tenía que pasar por casa de papá a por las cosas para la cena -
se reprochó así misma.- Que lástima das Elizabeth, ya no recuerdas ni lo más importante... -
se dijo.
Esa mañana tenía reunión en el colegio con el profesorado y parte de la tarde la había dedicado a tutorias con algunos padres, debido a todo eso no tenía tiempo de ir a la compra. La solución fue convencer a su padre '
por favor papá, te hago una lista y compras lo que te pida, luego me paso por casa a buscarlo ¿si?' y como siempre Quentin había aceptado, era incapaz de negar nada a su niña.
El problema ahora era que no tenía tiempo de ir a casa de su padre si quería cocinar, ducharse y arreglarse antes de que llegara Kenneth.

Al final la solución fue hacer algo tan sencillo como una ensalada. Normalmente ambos cuidaban mucho su salud así que lechuga y verduras no solían faltar en su nevera. Tal vez no era la comida más elaborada del mundo pero como solía decir su padre '
el secreto es hacerlo con cariño'. Elizabeth esperaba que realmente con cariño bastase.
Cuando terminó la ensalada, la puso sobre un vol en la nevera. Estaba siendo un verano caluroso y una cena fresquita ayudaría a refrescar el cuerpo.
Justo en ese momento empezó a sonar su teléfono móvil. Elizabeth miró la pantalla y al ver la llamada entrante sonrió.
- ¡Ay papá! soy un desastre -
exclamó riendo. - siento mucho haberte hecho ir a comprar esta mañana y luego olvidar pasar a buscar la comida. -
confesó mientras salía de la cocina.
- Ya sabía yo lo que iba a pasar, que cabecita más olvidadiza tienes.-
se burló Quentin.- ¿Todo bien hija?
- Si, tranquilo. Ha sido un día de muchas reuniones, -
explicaba mientras sacaba un mantel y lo extendía en la mesa del comedor.- tengo un poco de dolor de cabeza, pero ya tomé aspirina.-
declaró antes de que su padre se preocupase.- además ayer me acosté tarde... estoy cansada, nada más.
- ¿Y que pasa con la cena romántica que querías hacer? -
preguntó con tono de preocupación.- ¿Quieres que me acerque a llevarte la comida? si quieres estoy ahí en 15 minutos y preparo una cena que os chuparéis los dedos.-
se ofreció.
- No tienes remedio, siempre queriendo ayudar. -
sonrió afablemente Elizabeth.- Te lo agradezco papá pero he improvisado una ensalada con todo lo que he podido salvar de la nevera, ¡y no tiene mala pinta!
- Err... ya, vale cariño, como quieras. Me alegra saber que te las puedes apañar sin tu padre. -
dijo con voz triste.- ¡oh! pero mira que eres teatrero...-
comenzó a decir Elizabeth.
- jaja, me has pillado. -
se adelantó Quentin.
- Tengo que colgar, aún tengo que acabar de preparar la mesa, ducharme y ponerme guapa.
- Hija, tu siempre estás guapa. -
declaró su padre.- Jeje, gracias adulador. Te quiero. -
colgó tras escuchar las mismas palabras de siempre 'te quiero pequeña', era la fórmula de despedida de su padre.
Tras colgar el teléfono subió las escaleras y se desnudó para entrar a la ducha. Sentir las gotas de agua caliente golpear su sien ayudaron a calmar el dolor. El último enjuague lo hizo con agua fría para despertarse. Se puso cremas varias y perfume, luego se secó su media melena pelirroja con el secador.
Salió del baño con el albornoz y se paró ante el armario. '
¿Qué me pongo?' - pensó. Había estado el fin de semana de compras, pretendía comprar algo de lencería sexy pero al final no encontró nada que le gustase. Además, por extraño que parezca, Kenneth no era de los hombres que disfrutaban de ver a una mujer bonita vestida con algo "diminutamente sexy", al contrario, desnuda era como siempre prefería verla. Esto no ayudó en absoluto a encontrar algo adecuado.
Al final eligió un vestido rojo ajustado en el que la espalda quedaba descubierta, lo tenía desde hacía meses pero aún no lo había estrenado. Elizabeth era una chica bastante sencilla a la hora de vestir, cambió un poco el look al empezar su relación con Kenneth ya que al ser un importante abogado asistía a algunos eventos en los que no se podía asistir vistiendo "cómoda". Desde entonces en su armario había todo tipo de ropa, desde lo más sencillo como un vaquero y una camiseta hasta vestidos y abrigos de lo más caros. Por norma general intentaba ir con su propio estilo, lo cual hacía que a veces encontrase prendas sin estrenar en el armario.
Una vez vestida, se sentó en el tocador y se maquilló, poco, no le gustaba como dejaba la piel el maquillaje.

Bajó al comedor y acabó de preparar la mesa. '
Velas para crear ambiente, champagne para brindar, la comida y el postre...creo que está todo' - dijo repasando la lista mental que se había hecho.
- Ya sólo falta Kenneth.-
miró el reloj, las once de la noche. - que tarde viene siempre, ojalá lo hagan socio pronto y esto no dure mucho más.
Se sentó en el sofá y se puso la televisión para pasar el rato.

Pasada media hora se levantó, apagó el televisor y cogió el móvil dispuesta a llamar para saber a qué era debido el retraso. En ese momento, como si supiera la que le iba a caer si no llegaba a casa, Kenneth abrió la puerta del piso.
- Hola cariño, -
saludó al entrar.- siento llegar tarde, ¡oh vaya!.-
exclamó al ver a Elizabeth tan arreglada. Entonces dirigió la mirada a la mesa.- mierda, el aniversario... lo siento de veras. Tengo tanto trabajo que lo he olvidado. -
se disculpó.
Para su sorpresa, Elizabeth se acercó y le besó.
- No te preocupes, lo entiendo. -
expresó mientras lo abrazaba.- Últimamente no has tenido tiempo para pensar en nada que no sea el trabajo, disfruta de esta noche.
Ella no tenía ganas de discutir, había sido un día muy largo y lo cierto es que sólo quería cenar e irse a dormir. La cabeza ya no le dolía pero el cansancio cada vez era mayor. Con suerte Kenneth estaría más cansado y después de cenar diría de acostarse.

- Es increible nena, menuda sorpresa. -
sonreía el chico.- Te debo un regalo, después de haberme olvidado lo mínimo es dejarte elegir lo que quieras ¿Tienes algo pensado?.
Esta pregunta cogió por sorpresa a Elizabeth '
¿lo mínimo, eh? encima no te vas a molestar en buscarme un regalo, esperas que yo te diga lo que debes comprar... ¡que morro! '
- No lo sé... da lo mismo, no necesito nada. - '
pasar más tiempo juntos no estaría mal'
pensó.- No te preocupes Kenneth, ya sé que no tienes tiempo de ir a comprarme algo.
- Mujer si es por eso cómprate lo que quieras y ya me dirás lo que vale... así no gasto mi tiempo, como has dicho últimamente no tengo mucho, no sé como lo haces para siempre pensar en mí.
- Ya sabes como soy...me sale solo, jeje.-
sonrió tristemente Elizabeth tras su copa de champagne.
- Esto está muy bueno, gracias nena.
- Me alegra que te guste, lo cierto es que olvidé pasar a por la co...-
comenzó a explicar Elizabeth.- ¿Sabes qué? -
la interrumpió Kenneth.- Hoy en el bufete me han asignado un nuevo caso, es de un actor famoso, será complicado satisfacer al cliente pero si lo hago bien puede que por fin me hagan socio. ¿Qué te parece?
- Bien cariño, me alegro mucho por ti. -
se forzó a decir la pobre chica tras sentir que nunca la escuchaba.Tras la cena, Kenneth la ayudó a recoger los platos y luego se puso cariñoso. Elizabeth sabía lo que eso significaba.

El sexo con Kenneth no siempre era satisfactorio, normalmente disfrutaba, pero a veces tenía que fingir. Si él venía cabreado o estresado del trabajo, se le antojaba montarla cual perro en celo, sin apenas mirarla a la cara y con un trato bruto... en esos casos Elizabeth fingía pasarlo bien hasta que él terminaba y se dormía. Otras veces, cada vez menos, era cariñoso y dulce, la miraba y la besaba como la primera vez juntos y era en esos casos cuando ella recordaba lo mucho que se amaban y disfrutaba en sus brazos. A medida que Kenneth ascendía en su trabajo, su relación se deterioraba.

Al acabar Kenneth manifestó su inmenso cansancio y se durmió a los pocos minutos. Elizabeth aprovechó para entrar al baño y darse una ducha.
'
Vaya día...' -
pensó.
Al principio estaba ilusionada con la celebración de su aniversario, esperaba darle una sorpresa con una cena de lujo y esperaba sorprenderse con un bonito regalo por parte de él. A medida que fue pasando el día sólo pensaba en llegar a casa, hacer la cena, cenar e irse a dormir, ¿sexo? tal vez, si al final apetecía...
'
El día ha terminado siendo un verdadero desastre...' -
suspiró.
La cena no resultó saliendo como ella esperaba, encima él llegó tarde y olvidó por completo el aniversario. El colmo es el tema del regalo, '
¿Que me compre yo el regalo? ¿Qué se ha creído? ' -
se repetía una y otra vez. La peor parte son las sensaciones que le quedaban, sentía que de nuevo había accedido a todo y no había sido capaz de enfrentarse a la realidad de su relación y ser sincera con él.

La ducha la ayudó a relajarse, al salir notó un homigueo en sus manos que fue recorriendo todo su cuerpo y de pronto notó como su cuerpo se elevaba y se separaba del suelo.
'
¿Qué ocurre? Acaso... no puede ser... ¿estoy volando? ' -
se preguntaba sorprendida mientras veía como sus pies se iban separando del suelo.

De repente Elizabeth se desmayó, un cálido halo amarillo la envolvió.
Su cuerpo estaba inconsciente pero su mente seguía despierta, volaba rápida hacía alguna parte. Entonces la vio.

'
¡¿Máma?!... mamá... ¡¡MAMÁ!!' -
intentaba gritar con todas sus fuerzas pero resultaba imposible, todo era cosa de su mente.

Sin darse cuenta volvió a ser consciente, consiguió abrir los ojos y allí estaba, en el baño de casa. Seguía de pie en la alfombrilla de la ducha con su albornoz puesto. Pero ella sabía que algo había cambiado, lo notaba en su interior, un fuego recorría cada rincón de su cuerpo. Se tocó las manos, la cara, los brazos, las piernas... estaba intacta, nada.
'
¿Qué me ha pasado? ¿Ha sido un sueño? ¿Por qué he soñado con mamá después de tanto tiempo? ' -
se preguntó.- '
casi parecía real, debo estar volviéndome loca, estoy tan cansada que me duermo de pie. Mamá murió hace muchos años y yo ya lo superé... pero casi juraría que en esa imagen estaba más mayor, casi como si la viera ahora... será mejor que me vaya a dormir, está claro que lo necesito.'