Bueno,pues cuando Rucklia me envíe el mensaje...¡Podemos comenzar! ^^
EDITO: Una cosa,cuando ponga el link de la isla,me pondré manos a la obra para hacer el tema de :
╠~~HØRAS D£ SIL£NCIØ~~╣ Debates y opiniones
Y luego me gustaría crear el tema dedicado a la historia.Por supuesto,las reglas de SS Van Dine y de Knox,habría que elegirlas.
Aquí pongo las que deberían ser obligatorias (En negrita las obligatorias):
Decálogo de Knox:
Knox escribió:1. El criminal debe ser alguien mencionado al principio de la historia, pero no debe ser nadie cuyos pensamientos el lector pudo seguir.
2. Todos los agentes sobrenaturales son descartados rutinariamente.
3. No está permitida la existencia de más de una habitación o pasaje oculto.
4. No pueden usarse venenos que no hayan sido descubiertos hasta la fecha, ni ningún aparato que necesitaría una larga explicación científica al final.
5. En la historia no debe figurar ningún "Chinaman" (Criminal loco que asesina sin ningún motivo, tiene su base en la novela del mismo nombre escrita por Stephen Leather)
6. Ningún accidente puede ayudar al detective, ni él puede tener una inexplicable intuición que resulte ser correcta.
7. El detective no puede cometer el crimen.
8. El detective no puede presentar pruebas que no se produzcan para la inspección del lector.
9. El amigo "estúpido" del detective, el Watson, no puede ocultar los pensamientos que pasan por su mente; su inteligencia debe ser un poco, pero muy poco, ligeramente por debajo del lector medio.
10. Los hermanos gemelos, y los dobles en general, no pueden aparecer a menos que hayamos sido preparados para ello.
Ok sí,aquí,para mí serían todas obligatorias,pero es que es un repertorio pequeño. Ahora veremos con SS Van Dine:
20 Leyes de S.S Van Dine:
Van Dine escribió:
1.- El lector y el detective deben estar en igualdad de condiciones para resolver el problema.
2.- El autor no tiene el derecho de emplear, con respecto al lector, trampas y recursos distintos de los que el mismo culpable emplea con respecto al detective.
3.- La verdadera novela policial debe estar exenta de intriga amorosa. Si se introdujera el amor, se perturbaría el mecanismo puramente intelectual del problema.
4.- El culpable nunca debe ser el mismo detective o un miembro de la policia.
5.- El culpable debe ser identificado por medio de una serie de deducciones, no por accidente, por casualidad o por confesión espontánea.
6.- En toda novela policial, por definición debe haber un policia. Y ese policía debe hacer su trabajo y hacerlo bien. Su misión consiste en reunir las huellas que nos llevarán al descubrimiento del individuo que cometió la fechoría en el primer capítulo. Si el detective no llega a ninguna conclusión satisfactoria por medio del análisis de las huellas que reunió, eso significa que no logró resolver el problema.
7.- Una novela policial sin un cadáver, no puede existir. Me permito decir también que cuanto más muerto el cadáver, mejor será. Porque dar a leer unas trescientas páginas sin presentar siquiera un solo asesinato, es demasiado pedir a un lector de novelas policiales. Con algo hay que compensar su gasto de energía. Nosotros, los norteamericanos, somo esencialmente humanos; por ello un bello asesinato nos provoca un sentimiento de horror y el deseo de venganza.
8.- El problema policial debe solucionarse con recursos estrictamente realistas.
9.- En una novela policial digna de ser considerada como tal no debe haber más de un detective. Reunir el talento de tres o cuatro policias para poder atrapar al bandido equivaldría no sólo a dispersar el interés y a perturbar la claridad del razonamiento sino además, a tomar una ventaja desleal con respecto al lector.
10.- El culpable debe ser siempre un personaje que desempeña un papel más o menos importante en la historia, es decir, alguien a quien el lector conoce y por quien se interesa. Si en el último capítulo se adjudica el crimen a un personaje que se acaba de introducir o que desempeñó durante toda la intriga un papel insignificante, ello demostraría la incapacidad del autor para medirse de igual a igual con el lector.
11.- El autor nunca debe elegir al criminal entre el personal doméstico: valet, lacayo, cocinero u otros. Hay que evitarlo por principio, porque es una solución demasiado fácil. El culpable debe ser alguien que valga la pena.
12.- El culpable debe ser uno solo, sean cuantos fueren los crímenes. El lector debe poder concentrarse contra una sola alma sórdida.
13.- Las sociedades secretas, las maffias, no pueden tener cabida en una novela policial. EL autor que las incluye pasa al terreno de la novela de aventuras o de la novela de espionaje.
14.- El modo en que se comete el crimen y los medios que van a llevar al descubrimiento del culpable deben ser racionales y científicos. La pseudociencia, con aparatos puramente imaginarios, no puede ser admitida en la novela policial.
15.- La solución final del enigma debe ser visible a todo lo largo de la novela, siempre, por supuesto, que el lector sea lo suficientemente perspicaz como para descubrirla.
Quiero decir con esto que, si el lector releyera el libro, una vez que el misterio está resuelto, advertiría que en algún sentido la solución estaba a la vista desde el principio y que todas las huellas permitían identificar al culpable, y que, si el hubiera sido tan perspicaz como el detective, habría podido descubrir el secreto sin necesidad de leer el libro hasta el final. Está de más decir que esto ocurre, en efecto, con mucha frecuencia. Hasta me atrevo a afirmar que es imposible ocultar el secreto a los lectores hasta el final, si la novela policial está construida lealmente y bien. Por eso siempre habrá cierto número de lectores que demostrarán ser tan sagaces como el autor. Y en esto reside el valor del juego.
16.- En la novela policial no debe haber largas descripciones, análisis sutiles o preocupaciones de “atmósfera”, porque perturban cuando se trata de exponer claramente un crimen y buscar al culpable. Retardan la acción y dispersan la atención, distraen al lector del asunto principal que es plantear el problema, analizarlo y encontrarle una solución. Por supuesto, hay descripciones que no se pueden evitar y, además, es indispensable situar a los personajes, aunque solo fuera de un modo somero, para que el relato pueda resultar verosímil. Creo, sin embargo, que cuando el autor ha logrado dar una imagen de la realidad y captar, para los personajes y para el problema, el interés y la simpatía del lector, no tiene necesidad de hacer más concesiones a la técnica puramente literaria. Hacerlo no sería legítimo ni compatible con las exigencias del género. Porque la novela policial es un género bien definido; el lector no busca en el mismo ni adornos literarios, ni virtuosismos de estilo, ni análisis demasiado profundos, sino una excitación de la mente o una especie de actividad intelectual, como la que encuentra asistiendo a un partido de fútbol o haciendo palabras cruzadas.
17.- El escritor debe evitar elegir al culpable entre los profesionales del crimen. Corresponde a la policía ocuparse de las fechorías de los asaltantes y bandidos, no a los autores y a los detectives aficionados más o menos brillantes. Forman parte de la tarea diaria de las comisarías mientras que lo realmente fascinante son los crímenes cometidos sea por un hombre piadoso o por una mujer anciana conocida por su gran caridad.
18.- Lo que desde el principio de la novela se presentó como un crimen no puede resultar ser, al final del relato, un accidente o un suicidio. Hacer terminar una investigación larga y complicada de un modo semejante sería jugarle al lector una mala pasada imperdonable.
19.- El motivo del crimen siempre debe ser estrictamente personal. Los complots internacionales y las turbias maquinaciones de la gran política corresponden a la novela de espionaje. La novela debe ser conducida, por lo contrario, de una manera -llamémosla así- “gemuetlich”. Debe reflejar las experiencias y las preocupaciones cotidianas del lector y dar una posibilidad de escape a sus aspiraciones y sentimientos reprimidos.
20.- Para finalizar, voy a enumerar algunos recursos a los que nunca debe recurrir ningún escritor que se respete. Son recursos que hemos encontrado con frecuencia y que ya le son muy familiares a los verdaderos aficionados al crimen literario. Por eso todo autor que los utilizara demostraría con eso su incapacidad y su falta de originalidad.
a) Descubrir la identidad del culpable comparando la colilla del cigarrillo encontrado en el lugar del crimen con el que fuma el sospechoso.
b) El criminal que durante una sesión de espiritismo se delata, presa del terror.
c) Las falsas impresiones digitales.
d) El empleo de un maniquí para fabricar una coartada.
e) El perro que, por no ladrar ante el intruso, demuestra que éste le es familiar.
f) El culpable es mellizo o pariente del sospechoso, por lo que surge un equívoco.
g) La jeringa hipodérmica y el suero de la verdad.
h) El asesinato cometido en una habitación cerrada y en presencia del representante de la policía.
i) El empleo de asociaciones de palabras para descubrir al culpable.
j) El desciframiento de un criptograma por el detective, o el descubrimiento de un código cifrado.
Ok,sí también aquí son muchas,pero hay menos.
Por cierto,respecto a la novena norma de Van Dine: no puede haber más de un detective,pero eso no implica que haya más personas que opinen sobre los sucesos. Me explico: el detective es el encargado de buscar las pistas,pero si por ejemplo un familiar quiere compartir sus deducciones con el detective,está permitido.