Bridgeport
Tras el extraño suceso de la noche anterior, Elizabeth tardó en quedarse dormida. Cada vez que cerraba los ojos volvía a ver la imagen de su madre tirada en lo que parecía ser un bosque. ¿Había sido real o simplemente el cansancio aguzó su imaginación? ¿Había levitado o el vapor de la ducha le jugó una mala pasada?
Era viernes y por suerte Elizabeth tenía el día libre. Kenneth hacía ya una hora que se había levantado y se había ido a trabajar.

La muchacha se despertó sobresaltada, ¿una pesadilla? tal vez... se desperezó y bajó hasta la cocina para hacerse un café, eso la despertaría.
Todavía rondaban en su cabeza las preguntas de la noche anterior pero había decidido disfrutar de su día libre y dedicárselo por entero a ella misma. ¿Sesión de spa y peluquería? Todavía estaba a tiempo de llamar a Susanne y pedir hora.
'Podría adoptar una mascota' - pensó medio en broma -
'me haría más compañía que Kenneth, mira que irse sin darme un beso' después se sintió tonta por pensar así ya que lo más probable es que el chico no quisiera despertarla.

El teléfono la sacó de sus pensamientos
'¿Y ahora qué? es muy temprano...' - se preguntó.
Elizabeth tenía un carácter afable por naturaleza, era difícil verla enfadada y acostumbraba a tener paciencia con todo el mundo... siempre y cuando hubiese dormido bien.
-
Como vuelvan a ser los de la telefonía móvil me van a oír - dijo en voz alta sin darse cuenta mientras dejaba la taza vacía sobre la mesa y se acercaba al teléfono -
¡a estas horas! - descolgó.

-
¿Diga?-
Buenos días, ¿puedo hablar con Elizabeth Applewhite? - preguntó una voz femenina.
-
Yo misma ¿Quién llama? - quiso saber Elizabeth ya que de primeras no reconocía esa voz.
-
¡Oh! Buenos días Señorita Applewhite - saludó la chica amablemente -
le llamo de Campbell Abogados, si fuera tan amable de pasarse hoy por nuestras oficinas tenemos un asunto que tratar con usted.
-
¿Campbell Abogados? no conozco su buffete, ¿qué quieren de mí? - quiso saber totalmente desconcertada.
-
Se la reclama para la lectura de una herencia- dijo con total naturalidad la mujer, esperando que con esos datos a Elizabeth le bastase.
-
¿Qué? No puede ser... ¿Una herencia de quién?-
Oh, vaya... Lo lamento pero no puedo facilitarle más datos ya que no soy yo quien lleva el tema. Sólo la llamo para informarle que se requiere su presencia. ¿Puede tomar nota de nuestra dirección?
Finalmente Elizabeth aceptó la cita y apuntó los datos que la mujer al otro lado del teléfono le facilitó. Ella esperaba tener un día tranquilo y al parecer el destino se había empeñado en lo contrario...
3 horas más tarde...
Bridgeport - Campbell Abogados
-
Buenos días - saludó una chica rubia muy guapa -
¿En qué puedo ayudarla?-
Buenos días, soy Elizabeth Applewhite - se presentó -
me han llamado esta mañana para que viniera a ver a Gabrielle Campbell.-
¡Ah si! La he llamado yo - sonrió la rubia -
tome asiento, por favor, voy a avisar a Gabrielle que ya ha llegado.
- Gracias - dijo Elizabeth tomando asiento en un precioso sillón de piel que invitaba a postrar el culo sobre él.
La rubia cruzó la habitación y desapareció por un pasillo. Elizabeth sentía un hormigueo en la boca del estómago. ¿Para qué la habían llamado?, ¿acaso había muerto alguien y ella no se había enterado aún? pero no podía ser, por parte de su padre apenas tenía familiares y en principio todos gozaban de buena salud, por parte de su madre... ¿tenía familiares por parte de madre? si los tenía no los recordaba.

Mientras seguía pensando en el tema se oyeron unos tacones acercándose. La rubia apareció y con una postura de modelo le indicó a Elizabeth que la tal Gabrielle la estaba esperando en su despacho.
-
Si hace el favor de acompañarme le muestro el camino. - terminó de anunciar con una sonrisa.
Elizabeth se levantó y la siguió hasta una puerta cerrada. La chica picó, sin esperar respuesta abrió y anunció su llegada.
-
Si, si, hazla pasar. - se oyó desde el interior de la habitación.

El despacho era muy amplio, incluso gozaba de una salita propia. La tal Gabrielle Campbell recibió a Elizabeth apoyada en una maciza mesa de madera.
-
Adelante, Elizabeth, pase y tome asiento. - dijo con una voz muy segura y firme. Dio la vuelta al escritorio y se sentó en su sillón.
Elizabeth pensó en Kenneth, no había querido llamarlo y contarle sobre el asunto hasta saber de qué se trataba pero tal vez tenerlo allí no habría sido mala idea.
-
Gracias - dijo con apenas un hilo de voz mientras tomaba asiento.

-
Bueno Elizabeth, estamos aquí para hacer la lectura de un testamento del cual es usted la única beneficiaria. - empezó a explicar Gabrielle.
-
Pe..pero eso debe ser un error. - comenzó a decir Elizabeth.
-
Ya, bueno, eso dicen muchos ¿Sabe? - rió la mujer -
Veamos, primero necesito ver su DNI para acreditar que es usted quien dice ser.Elizabeth abrió su bolso y sacó su DNI, miró su móvil y pensó en pedir un momento a la tal Gabrielle para hacer una llamada. Tal vez aún estaba a tiempo de hablarlo con Kenneth ya que todo esto sólo podía tratarse de un error y ella no debería estar allí. Pero lo pensó mejor y llamarlo representaba molestarlo en su horario laboral para algo que hablando podía tener solución. Así que mientras entregaba el documento a la mujer y ésta miraba que fuera auténtico aprovechó el momento para hablar.

-
Verá Gabrielle, - comenzó a decir lo más tranquila posible. -
Yo sigo pensando que esto es un error ya que no se ha muerto ningún pariente recientemente, - explicó -
y aunque así fuera no conozco a ninguno que me dejase a mí como única heredera.-
Por experiencia le puedo decir que mucha gente se sorprende de recibir la herencia de quien menos esperaban. - insistió Gabrielle -
un hombre dejando todo a su exmujer, abuelas ricas dejando todo al mayordomo que siempre las cuidó en vez de a los hijos... estas cosas también pasan aunque parezcan de película.-
Ya, puedo entender que usted lleva años en esta profesión pero yo... -
¿Es usted Elizabeth Applewhite hija de Alice Applewhite? - preguntó de golpe, sin esperar respuesta, sólo con la cara que Elizabeth puso afirmó -
entonces no estoy equivocada, su madre se lo ha dejado todo al morir.
- ¿Cómo dice? - preguntó sobresaltada Elizabeth, no podía dar crédito a lo que acababa de oír.
-
Lamento su pérdida, si realmente hasta hoy no ha sabido la noticia debe ser que no se llevaban bien ¿correcto? - quiso saber la abogada. -
Como ya le he dicho estas cosas pasan.-
No, no... esto no es posible, ahora estoy segura de que se trata de un error. - Elizabeth comenzó a palidecer y temblar, notaba que le faltaba el aliento.
-
Señorita Applewhite le aseguro que no es un error, lamento ser yo quien le informe de la muerte de su madre, no sé que clase de relación tenían y entiendo que no es agradable enterarse así pero debe usted calmarse o puede sufrir un shock emocional. - La cara de Gabrielle era de verdadera preocupación.

-
¿Calmarme? ¿Acaso es una broma? ¿Me ha visto cara de tonta o qué? - casi sin darse cuenta comenzó a reír para librarse de la tensión. -
Me voy de aquí y espero no volver a tener noticias suyas.-
Elizabeth, por favor, respire hondo y escúcheme. - Gabrielle trataba de calmarla pero entendió que no conseguiría nada, la cara de la muchacha era una mezcla de pánico y dolor. -
Esta bien, ¿por qué no voy a buscarle un vaso de agua? mientras puede quedarse aquí e intentar entender el asunto.Gabrielle se levantó del sillón y se dirigía a la puerta cuando Elizabeth la paró.

-
No, no se moleste, ya le he dicho que me marcho. - afirmó.
-
Pero aún tenemos que hacer la lectura d...-
¡Ya es suficiente! - gritó Elizabeth, había llegado a su límite. -
Mi madre murió hace muchos años, apenas era yo una niña, ¿Quiere hacerme creer que murió hace unos días? -
Yo... - Gabrielle se quedó sin palabras.
-
Si es una broma, no tiene gracia. Adiós Gabrielle Campbell. - se despidió Elizabeth.
Salió del despacho tras un portazo y cruzó la recepción sin mediar palabra con la simpática recepcionista.
'
¿Qué se habían creído? ¿Cómo alguien podía jugar así con los sentimientos de las personas?' pensaba Elizabeth mientras salía del edificio de Campbell Abogados. Frente a éste había un precioso parque donde decidió pararse y tomar un respiro.
Por más que pensaba en el asunto no podía acabar de creérselo. Entonces recordó todo lo sucedido la noche anterior ¿Acaso no había sido el cansancio? ¿Había sucedido de verdad?
'Mamá...' pensó. ¿Había estado viva su madre hasta hacía apenas unos días?
'Tal vez por eso la ví... ¿podría ser? joder, debo estar volviéndome loca...'.Finalmente decidió ir a ver a la única persona que podía tener respuestas.