Ya tengo el segundo capítulo. La verdad es que escrita está la historia entera, pero para las fotos no tengo mucho tiempo y los protagonistas son bastante rebeldes
Espero que os guste la actualización
De repente escuché unas voces a mi espalda y me di la vuelta. Vi a mis padres y a mi hermano, muy tristes. Intenté preguntarles qué ocurría, pero no podía decirles nada. “Tranquila, no pasa nada”, dijo una voz tras de mí. Me giré, desconcertada, pero allí no había nadie. “Ven conmigo, te llevaré junto a tu familia”, me dijo. La seguí para intentar encontrar una explicación a lo que estaba ocurriendo.
Mi padre llevaba un cuerpo inerte en brazos. Era yo.
Aliena: Dios mío, pero qué pasa!? ¿Mamá?
“No insistas, no pueden escucharte”. Sentí ganas de gritarle a la voz que me dejase en paz, que eso no me estaba ocurriendo a mi, no era posible.
Padre: Llama a Ryan, fue el último que estuvo con ella. Tiene que saber algo.
Mi madre cogió el teléfono para llamarlo. Cada vez entendía menos, qué demonios estaba ocurriendo ahí?
Entonces lo vi. En su casa, relajado.
Aliena: ¡Ryan! ¿No me oyes? ¿Qué sucede? Contéstame, por favor. Dime que puedes verme, dime que esto no es real...
Sonó el teléfono.
Ryan: ¿Sí?... No sé, la llevé a casa y esperé a que estuviera dentro, como siempre... ¿CÓMO?... ¿Qué le pasa? ¿Está bien?... Voy hacia allí, gracias...
Aliena: Estoy muerta, verdad?
“Todavía no, pero te encuentras más aquí que allí”.
Aliena: Pues tengo que volver.
Me vi en el hospital. Me llevaron en una camilla hacia una sala. No sabía qué había allí dentro. Y de nuevo vi a mi familia otra vez, estaban destrozados y yo me sentía cada vez más impotente.
Y llegó él.
Ryan: ¿Dónde está? Decidme que está bien, por favor. Tengo que verla.
Madre: La encontramos en la puerta de casa y...
Ryan: No puede ser. Tendría que haberme quedado con ella...
Chillé, desesperada. No era su culpa y me dolía lo indecible verlo así. Necesitaba decirle que no se sintiera culpable, necesitaba abrazarlo y llorar con él. Todo esto me estaba matando más que otra cosa.
Apareció el médico.
Padre: Dígame que está bien, por favor.
Médico: Uuhm... yo... lo siento mucho...
Y estalló la desesperación. Quería estar allí con ellos, decirles que todo estaba bien, que seguía aquí pero no podía hacer nada.
Algo me alejaba de ellos, volví a ver la luz y seguí a la voz que me decía que estuviera tranquila, que el destino lo había querido así. Todavía escuchaba sus sollozos a mi espalda.
“Lo siento, ha sido un error. Sólo tenías que desmayarte”.
Aliena: ¿¡QUÉEEEE!? Menuda broma.
“Lo vamos a arreglar, no te preocupes. Te buscaremos un nuevo cuerpo, aunque no podrás recordar nada”
Pero si no podía ser yo y estar junto a ellos, no quería que arreglasen nada. Todo esto era una tontería, estas cosas no pasan de verdad.
“Si de verdad los quieres tanto, volverás a encontrarlos”.
Eché a correr, no quería sentir nada más...