La Viuda De Blanco:
Aún recuerdo aquella noche fría de invierno. Las pocas tormentas de nieve habían vuelto de nuevo a Rutterford. Todavía no me había ido a la cama, estaba clavada en la ventana viendo como aquellos copos de nieve iban cayendo lentamente mientras el suelo se iba volviendo blanco.Desde siempre me había gustado el invierno. Aunque la verdad, aquí en Rutterford era muy extraño que nevara. Me encantaría volver a ser niña y bajar corriendo a jugar con la nieve, pero mi casa está en un tercer piso, y yo ya no puedo apenas andar.Menos mal que mi vecina, la señorita Ana, me hace la compra todos los días. Es tan amable... Pero desde que se mudó con ella su madre ya no me hace ni caso.De todas maneras, Sharma, me ha dicho que ya me quedan muy pocos días de existencia en este planeta. Desde la muerte de Tomás tengo una gran depresión, pero todo se acabará por fin esta misma noche...