Crea la historia de tus sims en las ciudades de Los Sims 3.
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por Jose_mrlsclv » 28 Abr 2011, 20:02
Hola soy principiante en esto, tengo una historia pero no se como subir mas de 5 fotos en un mismo mensaje, es muy incomo hacer los capitulos por partes me podrias decir como se ponen mas de 5 fotos. Gracias
Estoy impaciente por el capitulo 2
ADIOS
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Jose_mrlsclv
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por Moira » 02 May 2011, 13:48
CAPITULO 2:
Tormento de Waylon
Dos semanas y media de absoluto aburrimiento, bastaron para empezar a replantearme que haría con mi futuro.
Mientras espiaba a mis vecinos con el telescopio que había mandado mi padre por correo por mi cumpleaños. Mi mente se debatía en un sinfín de posibilidades empresariales que no me convencían lo mas mínimo.
La profesión de actriz estaba completamente descartada desde hacía ya mucho tiempo. La rama de cocina era un reto imposible, así como la científica ya que la biología y la química nunca habían sido mis puntos fuertes en el instituto.
Trabajar en el ayuntamiento…. Descartado… demasiada gente…
Deporte profesional… demasiado delgada…
Quizás debería de trabajar de ayudante en el mausoleo… no tendría que ver a nadie y nadie me vería a mi…
Pero que estoy pensando…
¡Mierda!... me ha pillado.
Tape el objetivo del telescopio y salí corriendo hacia el interior de la casa. Cerré la puerta de la terraza con brusquedad y me quede apoyada de espaldas…Espere unos instantes hasta que mi corazón dejo de latir a 150 por minuto. Descendí las escaleras hasta la cocina, mi madre que estaba sentada en el sofá, ella se apresuro a buscar el mando del televisor en cuento me vio aparecer.
- ¿Qué estás viendo?
- Nada… yo… veía la programación… no recuerdo la última vez que me senté en este sofá a ver la tele… pareces sofocada ¿Has estado en la cinta?
- ¿En la cinta?... No… he estado ordenando la habitación... tenía demasiadas cosas por ahí tiradas.
- Me alegro de que ordenes tu habitación de vez en cuando…
- Si… le hacía algo de falta…
- Bueno debería subir a cambiarme de ropa, espero llegar a casa antes de medianoche. ¿Y tu cariño tienes algún plan interesante?
- Nada diferente a lo que he hecho estas dos semanas, iré a la biblioteca, devolveré los libros y cogeré otros.
- La revista del cine venia con el periódico esta mañana, podrías ir a ver alguna película y si salgo para cuando termine la última sesión podríamos prepara algo de cena las dos… ¿Qué te parece?
- No es mala idea… no suele a ver mucha gente en el cine en vacaciones no se me había ocurrido.
- Ponte una túnica… así nadie te conocerá cuando compres palomitas.
Hice caso omiso al comentario cómico de mi madre y continúe bebiendo el vaso de agua.
Escuche el ruido de la puerta de la verja y salude a Alan Feng desde la ventana. Me senté en el sofá y abrí la revista por la página de los estrenos.
- Buenos días señorita Olivia
- Alan…
Alan me guiño el ojo mientras dejaba la compra en la encimera de la cocina. Sabía que odiaba que me tratara como si fuera una marquesa, y siempre bromeaba con el mismo saludo.
La lista de estrenos era bastante amplia, del primer vistazo había descartado más de media página. ¿Por qué tenían que ser la mitad de comedia romántica? Prácticamente todas las “ pasteladas” tenían el mismo argumento: Chica conoce a chico y al final de una serie de sucesos e imprevistos acaban juntos…tan real como la vida misma…
Aparte de un documental sobre ciencia y tecnología y un par de cortos de terror no vi nada más de mi interés. Cerré la revista desganada y subí hasta mi habitación.
Pase las horas restantes picando tentempiés en la cocina y jugando al ajedrez desde mi portátil. Ignore los pitidos del chat donde mis “antiguas compañeras “de instituto se bombardeaban a privados desde no se sabe desde que lugar del mundo, atropellándose por contar con quien se habían liado.
La verdad es que yo nunca había tenido novio. Ni si quiera un amigo que me gustase. Jamás me habían besado y mucho menos llegar a algo más. Mi adolescencia parecía sacada de la película y no es que pretendiera llegar virgen al matrimonio… pero si alguna vez me enamoraba, estaba segura que sería de alguien que no sabría nada de mí, y mucho menos de mi madre.
Me desplome de espaldas sobre la cama más aburrida que una ostra… Gire la cabeza hasta la mesilla y volví a coger la revista del cine.
Sonó el teléfono de la sala y me levante refunfuñando de la cama.
- ¿Sí?
- Olivia llegare para las once y media… ¿Me esperaras para que cenemos juntas?
- Claro, llevo media mañana picando cosas no creo que vuelva a tener hambre hasta dentro de bastante.
- Me alegro cariño, entonces preparemos una ensalada y unos sandwiches.
- Mmm… si vale… por cierto me voy a ir al cine a ver unos cortos. No me llames al móvil lo desconectare en cuento entre. Hablaremos cuando llegues a casa…
- De acuerdo cariño. Pásatelo bien… te tengo que dejar voy a entrar al estudio
Deje el teléfono en la encimera y subí a la habitación. Me puse unos vaqueros limpios y un suéter blanco. Deje el pijama sobre la cama y desconecte el teléfono móvil. Me situé frente al espejo y me coloque la cazadora vaquera.
Sentí una sensación de alivio cuando vi que la entrada del cine estaba completamente vacía. No me lo podía ni creer… no había nadie, y aunque no faltaban más que 10 minutos para que empezara la sesión de cortos de terror supuse que no habría mucha gente en el interior dada la cara de aburrimiento de los dependientes de las tiendas.
Después de casi hora y media de sangre y gritos mire el reloj de mi muñeca… las 9 y media… que lata. Me levante del asiento y deje a tras a un par de parejas de la última fila. Salí del cine y me enfunde la cazadora vaquera para resguardarme del viento.
Las primeras estrellas de la noche se empezaban a dibujar tímidamente en el cielo, apenas había tráfico debido a la estampida por las vacaciones de verano. Decidí dar un paseo en moto por la ciudad para hacer tiempo hasta que mi madre saldría del trabajo.
La verdad es que jamás habría pensado que había tantos lugares en Bridgeport, siempre me dirigía a los mismos sitios y nunca se me había ocurrido dar una vuelta por toda la ciudad.
La luz de la moto parpadeo y me pare en una calle sin salida. Baje de la moto y volví a arrancar a…tras varios intentos fallidos decidí esperar unos instantes.
Las 10 y media y yo sin teléfono móvil maldije.
Estaba claro que no pensaba ir andando y parecía que por allí no pasaría nadie. Las luces rojas de un letrero se iluminaron de repente.
Tormento de Waylon
Me levante del bordillo de la acera y me acerque hasta la puerta. Apenas apoye la mano en la manilla cuando la puerta del bar se abrió.
Casi sin pensar entre en el interior echando un vistazo a la gente que estaba dentro. Cruzé la mesa de billar y me senté en el taburete de la barra sin apenas levantar la cabeza.
- ¿Qué te pongo?
La voz del camarero me hizo levantar la cabeza.
- Un vaso de agua por favor…
El camarero me miro perplejo y soltó una carcajada. En ese momento me sentí la persona más absurda sobre la faz de la tierra.
- Que sea un vaso de agua…
- Gracias.
Cogí el vaso de agua y me lo bebí de un trago mientras el camarero me miraba con interés.
- Dime… ¿Es tu primera vez?
- Mi primera vez…no entiendo tu pregunta…
- Me refiero a que si es la primera vez que vienes a probarlo…
- Sigo sin entender la pregunta…
- Tranquila, no me pongas esa cara, puedes hablarme tranquilamente, no eres la única que viene aquí a probar a los vampiros.
“Afloja el ritmo, corazon” pensé mientras el camarero cogía un vaso para secarlo. Mire a mi alrededor y comprobé que nadie se había percatado de mi presencia. Volví a mirar al camarero para despedirme.
- No sabes que es este lugar verdad
- No… pero yo ya me iba… no deberia estar aquí.
Comprobé que el camarero ya no me miraba, su mirada se había perdido en la lejanía…
Note como una sombra se sentaba en el taburete al lado del mío. Por unos instantes me quede paralizada sin saber muy bien que debía hacer. La música de fondo había cambiado a una balada triste y melancólica que inundaba todo el local. Me pase la mano por la cabeza y me dispuse a levantarme del asiento…
- Ya te marchas… hace segundos que acabas de entrar.
Una angustia me invadió y suspire profundamente. Mire al camarero con tristeza implorando con mis ojos su ayuda. El me hizo un gesto y se giro hacia el estante de las bebidas.
Mis labios comenzaron a articular algunas palabras sin saber muy bien a quien me dirigía.
- Lo siento, no debía haber entrado, tengo que irme se me ha hecho tarde.
Intente levantarme del taburete pero mis piernas no respondían, estaba claro que no podría salir de allí así que, me gire desesperada, hacia la sombra que se había sentado junto a mí. La luz de la barra se iluminó tenuemente, y me hizo darme cuenta que no era un hombre adulto como me había parecido su voz. Aunque parecía alto y ancho de espaldas, era joven, tal vez un par de años mayor que yo. Tenía el pelo alborotado y liso. De color negro azabache, que le caía sobre la frente, ocultando unos ojos grises brillantes. Su tez pálida, casi sin vida, y su mandíbula fuerte y angulosa. Llevaba una camisa negra remangada a juego con unos vaqueros desgarrados y unas botas americanas con la punta metálica.
- Has terminado de mirarme.
Sus palabras hicieron que me sonrojara y mi nerviosismo afloro una vez más.
- No voy a morderte, hoy hay muchos voluntarios no tengo tanta sed…No deberías mirar de esa manera.
- Lo siento… yo nunca había visto a un…
- Vampiro puedes decirlo…no van a decapitarte por decirlo…
El camarero se acerco y le sirvió un vaso con una especie de líquido rojo. Supuse que sería zumo de plasma como tenía entendido, y me pareció muy infantil preguntarle por ello. Mi cuerpo se tranquilizo y mire detenidamente a las personas que había en el interior.
Observe detalladamente a unas chicas que bailaban sobre las mesas de las barras, eran fuertes y corpulentas y los hombres las miraban como hipnotizados por su apariencia.
Sus ojos eran rojos, como inyectados de sangre y de la boca les sobresalían la punta de los colmillos. Estaban alertas a cada movimiento, a cada gesto que sucedía en aquel local, como si en cualquier momento tendrían que hacer frente a una amenaza…
- No todos son Vampiros, algunos son humanos… vienen aquí y ofrecen su sangre eso es todo. Dicen el mordisco les produce una sensación placentera, como el efecto de una droga. La mayoría son habituales… otros lo prueban y luego no vuelven más…
- ¿Se convierten en vampiros?
- No. Solo bebemos su sangre, no les inyectamos el veneno… nosotros no convertimos a nadie que no quiera ser convertido.
- No lo creo…
Me arrepentí de mis palabras según salían por mi boca. El tipo me miro fijamente, con ojos amenazantes.
- Los humanos, sois bastante previsibles y no razonáis… Durante años os habéis aniquilado los unos a los otros y habéis llevado a la extinción aquello que se ha interpuesto en vuestro camino… Os creéis todo lo que veis y nada de lo que no podéis ver.
El se incorporo despacio apartando el vaso del que estaba bebiendo.
- Deberías marcharte, tu presencia aquí nos está poniendo nerviosos…
Me levante del taburete temblando y recé para que mis piernas empezaran a funcionar. Camine con paso vivo hacia la salida mientras el volumen de la música se alzaba a cada paso que daba.
Mi corazón latía desorbitado y la puerta de la salida cada vez parecía estar más lejos. No mire atrás aunque sabía que su mirada me estaba taladrando la nuca. Empuje la puerta y corrí hacia el exterior. Subí a la moto y esta respondió como si fuera la primera vez que se ponía en funcionamiento, gire para dar la vuelta y esta derrapo dejando atrás el Tormento de Waylon.
Una tranquilidad envolvió mi cuerpo cuando aparque la moto en el jardín y vi que en el interior de la cocina había luz. Subí los peldaños de la entrada de dos en dos y abrí la puerta de la entrada con brusquedad.
Mi madre estaba en cocina concentrada en la ensalada que estaba preparando.
- ¿Qué tal la película?
- Sangrienta
Abrí la nevera mientras mi madre seguía aliñando la ensalada. Aunque mis piernas habían dejado de temblar, mi cuerpo aun seguía agitado.
- Pensé que estarías en casa , no sabía que la película terminara tan tarde
- La moto se quedo parada en la puerta de los cines, se me olvidaron las luces encendidas y espere un rato a ver si arrancaba.
Me senté en la mesa mientras mi madre servía la cena en los platos. La verdad es que no tenía ni pizca de hambre, mi estomago estaba bastante revuelto y mi cuerpo demasiado tenso para relajarse.
- ¿No tienes hambre Olivia?
- He comido un perrito caliente y creo que no me ha sentado nada bien
- Estas algo pálida… tomate algo y bebe mucho liquido.
- ¿Has hecho ya las maletas? Apenas hay ropa en el cesto.
- Las termine esta mañana, no quiero tener que prepararlas a última hora, y teniendo en cuenta que la fiesta del proyecto es un día antes del vuelo tengo que estar preparada.
- ¿Qué fiesta?
- Mmm… se me olvido comentarte, Alan a organizado una fiesta de “inauguración” en el Aquarium, los actores más cercanos al rodajes y algunas amistades cercanas. También estas invitada.
- No pienso ir a ninguna fiesta…
- Olivia, no serán mas de 10 personas, estará Aria también, no me hagas quedar mal no tienes escusas.
- Di que estoy enferma…invéntate algo… yo no pinto nada en esa fiesta
- Eres mi hija y si… pintas demasiado en esa fiesta…
- No pienso ir a otra de esas fiestas, no me apetece que me adulen sobre lo mucho que me parezco a mi madre y sobre lo maravillosas que son sus películas
- ¡No te permito que me hables de ese modo! Gracias al trabajo te vistes todos los días, comes todos los días y tienes todo lo que quieres y más de lo que no necesitas…
Me incorpore del asiento y le di una patada, apreté mis puños y me mordí la lengua para no contestar a mi madre. Le di la espalda y subí a la habitación enfurecida. Oí que gritaba mi nombre cada vez mas alto pero no me detuve me desvestí de mala gana y me coloque el pijama. Salí de la habitación hacia el baño para lavarme los dientes.
Mi madre estaba de pie frente al piano esperando, como un guardia esperando al preso.
- ¿Qué te pasa con migo Olivia?
- ¡Me pones furiosa!... Quiero que no me preguntes lo que hago cada día, que no me busques un plan que hacer, porque creas que me aburro. Que no me presiones con el tema de lo que voy a hacer con mi vida, del tema de ir a ver a papa. Quiero que me dejes vivir como yo quiera, deja de preocuparte de que sea feliz. Tú haces que no lo sea.
Los ojos de mi madre se volvieron húmedos, aunque no derramaron ni una sola lagrima. Seguía frente a mí con la mirada clavada en mis ojos, pensando en que aquella situación le había superado.
- Te diré una cosa Olivia, solo lo diré una vez y daré por zanjado este tema. Puedes hacer lo quieras durante mi viaje a Francia, ir a donde quieras sin preocuparte de mis llamadas, porque no te molestare, a cambio vendrás a la fiesta de Alan sin pegas ni escusas. Y si cuando vuelva del viaje sigues pensando que te hago infeliz te ayudare a buscar un trabajo y una casa para que puedas independizarte… si aceptas mis...con….
Antes de que mi madre pudiera seguir hablando mi voz sonó cortante y firme.
- Acepto
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por Moira » 12 May 2011, 18:35
CAPITULO 3:
LA AUDICIÓN
La bruma de la mañana había cubierto el cielo de Bridgeport, haciendo así que pareciera una ciudad fantasmal.
La situación con mi madre no había mejorado desde la última vez que discutimos. Nos evitamos casi sin darnos cuenta, cuando ella llegaba, yo me marchaba y viceversa. Estaba claro que estaba cumpliendo su promesa, y yo no iba a dar mi brazo a torcer.
En parte me sentía culpable por lo que le había dicho pero por otra parte me sentía aliviada por la libertad que tenia.
El teléfono móvil parpadeo unos instantes antes que comenzara la melodia.
Llamada entrante:
Papa
Me tome unos segundos para responder, pero el teléfono dejo de sonar. Lo lance hacia la cama desecha, sin intención de devolver la llamada.
Oí el sonido de la puerta y mire por la ventana. Mi madre se marchaba al trabajo.
Seguí el recorrido del coche con la mirada, hasta que se perdió en la lejanía. Baje las escaleras y salí al jardín. Mis pies recorrieron la fría piedra hasta el buzón, el cartero acaba de marcharse y parecía que había dejado algún paquete.
Abrí el buzón y saque un paquete con un enorme lazo rojo que llevaba mi nombre. Lo abrí cuidadosamente y mire el interior.
Había un reloj negro en el interior con una nota que decía:
No llegues tarde a la audición. Es tu segundo regalo de cumpleaños.
Aria
No puede evitar reírme durante unos instantes. La verdad que el reloj era precioso y estaba gravado con la fecha de mi nacimiento… Seguro que le habría costado un fortuna…
La puerta de seguridad de la casa de Alan se abrió silenciosamente.
El la recibió por la puerta del salón y bajaron hasta el estudio subterráneo.
- Me tienes bastante intrigada con tanto secretismo Alan. No sé porque me has hecho venir hasta aquí. Hay algún problema con el rodaje, del que no me haya enterado...
- Vamos Susan no estaría tan tranquilo si hubiera algún problema ¿No crees?... nos conocemos desde hace varios años…
- ¿Dónde esta Emmy?
- Bajara en seguida… o al menos eso espero…
- Y bien…
- Bueno te contare lo que pasa, ya que no puedes esperar… Esta Susan va a ser la última película en la cual trabajaremos los tres juntos. A llegado la hora de mi retirada.
- ¿Qué?
- Lo que as oído Susan, vamos no me mires así soy muy mayor.
- No lo entiendo Alan, eres el mejor director de cine de todos los tiempos… y no …
- ¿Tienes miedo de lo que pasara con tu carrera no?
- Pues sí, egoístamente si… pero lo que no entiendo es por qué ahora, cuando estabas tan ilusionado por escribir nuevos guiones y nuevos proyectos… de repente te rindes…
- Me jubilo mas bien…en cuanto tu carrera profesional no debes preocuparte por ello, trabajaras cuando quieras y para quien quieras.
- No es lo mismo Alan y tú lo sabes… ¿Lo sabe Emmy?
- Claro que lo sabe ella fue quien me animo
- No entiendo nada , soy yo verdad, yo soy el problema …
- No, no, no hay ningún problema contigo, eres la mejor actriz junto a mi mujer con la cual he tenido el placer de trabajar… es solo que bueno que…
- ¡Que!
- Queremos ser padres
Susan se quedo parada frente a Alan mientras este esbozaba una leve sonrisa. Susan miro hacia un lado y respiro hondo antes de seguir hablando.
- Vais a ser padres
- Eso es lo que pasa, esperaba que Emmy bajara y te lo contase personalmente pero no me has dado tiempo.
- Cállate y dame un abrazo.
Ambos se abrazaron mientras ella comenzaba a llorar con nerviosismo.
- Vamos Susan, no llores ¿No te alegras?
- Si claro…no es eso, es que os voy a echar de menos…
- Vamos, vamos pero si no nos vamos a ir de la ciudad, esperamos que seas la madrina junto con Olivia.
Susan comenzó a llorar aun más fuerte, mientras Alan intentaba tranquilarzarla sin saber muy bien cuál era el motivo de su llanto.
- Me estas preocupando…
- No es nada, lloro por que, bueno las cosas con Olivia pues no van…. Pero estoy contenta por tu decisión.
- Que ocurre, no quiere ir a la fiesta de inauguración.
- Parece que lees mis pensamientos Alan… Hace un par de días le dije que habría una fiesta, y se puso como una loca, nos gritamos, dijimos cosas que no queríamos le puse un ultimátum y bueno… no se qué va a pasar… no nos hablamos…
- No creo que sea yo la persona más indicada para darte consejo, pero no deberías ponerte así Susan, deberíais hablar, estate tranquila, las cosas siempre tienen solución.
- No esta vez es diferente, me dijo que le hacía infeliz.
- No lo ha dicho en serio… sabes que te quiere… debes darle tiempo para que madure y recapacite. A lo mejor os viene bien un tiempo de distancia…
- Eso es lo que le dije, que no la llamaría durante el viaje y si cuando volvía seguía pensando lo mism..
- Recapacitara, dale esos 15 días y ya verás que cuando volvamos de Francia pensara de otra manera.
- Eso espero…
La voz de Emmy se sonó en el piso de arriba.
- Porque no subes con Emmy, aun me queda un rato para ordenar las tomas en el ordenador.
- Claro, gracias Alan.
El reloj de mi muñeca emitió unos leves pitidos. Deje caer el pincel y la paleta en cuanto vi que eran las 7 y media de la tarde.
Mire desorientada el reloj del salon… las 7 y media.
¡Llegare tarde! Maldije en voz alta.
Recogí el pincel y la paleta y los metí en el baúl sin aclararlos. Subí a mi habitación casi sin respiración y me puse lo primero que tenía a mano.
Frene junto a el espejo de la pared y vi que tenía manchas verdes alrededor de la boca.
Volví a maldecir y me fui al baño a enjabonarme la cara.
Salí de casa a medio peinar, y suplicando que la moto arrancara a la primera.
Aparque la moto en frente del auditorio cerca de la estación del tren. Las luces del edificio se iluminaron de repente, dibujando unas ondas en la estrellada noche. Las últimas personas entraban rápidamente vestidas con sus mejores ropas.
Puse el candado a toda prisa cuando observe que el portero daba paso a Aria y cerraba la puerta principal tras ella.
- ¡Aria Espera!
Llegue a la entrada casi sin aliento y empuje la pesada puerta. Los pasillos estaban vacios pero aun no se oía la música. Intente buscar al portero por el recibidor pero no lo encontré, así que volví a guardar la invitación y subí en el ascensor.
Las puertas del inmenso ascensor se abrieron de repente, y tras ellas un portero que más bien parecía un armario se giro de inmediato.
- Invitacion.
Saque la invitación del bolsillo y este la miro detenidamente. Me hizo un gesto con la cabeza para que entrara.
Me quede bloqueada en el mitad del pasillo cuando vi que todo el mundo permanecía sentado y que era yo la única que faltaba por sentarse. Me ruboricé de inmediato y busque mi fila y mi asiento con rapidez.
Mi asiento estaba justo en medio pero al lado del pasillo, lo cual significaba que no tenía que ir pisando a la gente. Agradecí en voz baja a Aria por haberme puesto en aquel lugar. El auditorio estaba abarrotado y por supuesto las personas más importantes estaban en primera fila cotorreando los unos a los otros y mirando hacia detrás para criticar a los “ no tan importantes”.
Un tipo se quedo mirándome un buen rato, no podía reconocer quien era y esperaba que el a mi tampoco. De repente caí en la cuenta de que aquel tipo era un compañero de reparto de mi madre que había estado en mi casa el día de mi cumpleaños.
El seguía mirándome mientras yo intentaba disimular mirando hacia los lados.
El tipo se levanto de su asiento en dirección al mío, los nervios se apoderaron de mí y me escurrí hacia abajo. Las luces se atenuaron suavemente hasta dejar la sala completamente a oscuras. Suspire aliviada y me incorpore del asiento, de nuevo.
Una suave luz fue iluminando poco a poco mientras Aria Trill avanzaba por el escenario. Llevaba un vestido dorado ceñido y su característico moño del cual no se le escapaba ni un mechón.
Se sentó frente al piano y sus dedos comenzaron a acariciar las teclas. Pude notar que el bello de mis brazos se ponía en punta con las primeras notas de la melodía. En la sala solo se oía el sonido del piano. Nadie carraspeaba, ni tosía, todo el mundo estaba como hipnotizado por la música.
Al terminar la gente se levanto para aplaudir a la que era y sería la mejor pianista de Bridgeport.
Antes de que la gente terminara los aplausos me levante de mi asiento en dirección a la salida.
Oí mi nombre desde la lejanía, así que apreté mas mi paso; el tipo de las primeras filas me había reconocido y si seguía gritando de esa manera todo el mundo se iba enterar de que estaba allí.
Salí del edificio casi sin aliento y me senté en la moto sin parame a colocarme el casco.
Pude ver como el coche de mi madre iba en dirección a casa dos coches más adelante. Reduje la velocidad y alargue el camino por la colina.
Pase frente a la casa Stanley cuando las luces de mi moto empezaron a parpadear.
No! Ahora no! Grite sin esperanzas.
La moto se detuvo frente el cementerio. Arrastre la moto hasta la entrada y la cande en la verja.
Desesperada me apoye en la farola y me deje escurrir hasta el suelo.
Una voz agonizante sonó detrás mio, y hizo que me levantara al instante.
Mire a mi alrededor desconcertada…juraría haber oído una voz.
Abrí la verja principal del cementerio y esta sonó como si fuera a desmontarse. Las sombras de aquellos enormes arboles se proyectaban en el suelo con la luz de la luna. Seguí avanzando dejando atrás las apelotonadas losas de mármol que surgían como hierba en aquella tierra muerta color ocre.
Restos, Flores y polillas nocturnas se entremezclaban en la oscuridad de aquel lugar que desprendían un olor a nostalgia. Camine hasta una fuente situada junto al mausoleo, custodiada por la estatua de un hombre robusto.
Aquella voz extraña volvió a oírse en mitad de la nada.
Mi razon me decia que debia abandonar aquel lugar pero mis piernas continuaban con paso firme hacia delante, hasta que al fin alcanze ver una figura humana que se retorcia en lo alto de la llanura. Aprete el paso y me situe junto al cuerpo que intentaba incorporarse del suelo.
- ¿Estas bien?
Intente levantarlo del suelo pero pesaba demasiado para mi así que lo deje caer con suavidad.
- Voy a buscar ayuda.
- Nooo…
- Si no me ayudas no podre levantarte yo sola …
El cuerpo empezó a incorporarse lentamente mientras yo le ayudaba por la espalada. Tenía las marcas de dos colmillos en el cuello que sangraban tímidamente.
- Te han mordido…
La figura del muchacho termino de incorporarse situándose frente a mí. Mi cuerpo empezó a temblar, mis piernas ya no obedecían. El joven se acerco hacia la luz mientras yo seguía inmóvil.
Mi voz temblorosa surgió de mi cuerpo inconscientemente
- ¡Tú!...
- De todas las personas de esta ciudad tenias que encontrarme tu.
- No hace falta que me lo agradezcas, podía haberte dejado ahí tirado…
- No lo hubieras hecho, eres humana… se supone que los humanos os ayudáis los unos a los otros.
- Tú lo has dicho humanos con humanos…
El cuerpo del vampiro se tambaleo y volvió a caer junto al suelo. Intente agarrarlo pero el contacto con sus manos desnudas hizo que le dejara caer de nuevo. Estaba completamente congelado, era como si por su cuerpo no circulara la sangre. Volvió a incorporarse mientras yo me alejaba unos metros.
Sus ojos dejaron de mirar a los míos prestando atención a mis brazo izquierdo. Note el dolor del rasguño ya cicatrizado y me lo tape con la mano.
El joven se abalanzó hacia mi brazo sin que yo pudiera apenas reaccionar.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo de pies a cabeza. Paralizada mientras aquel vampiro clavaba sus colmillos en aquel rasguño. Seguido un dolor tan intenso que era imposible describirlo. Mi cuerpo se debilitaba, notaba como me absorbía la vida…mientras yo me retorcía de dolor sin poder hacer nada al respecto. Ni si quiera un hilo de voz surgía de mi garganta, ni si quiera ya podía mantenerme de pie. Cerré los ojos esperando el fin y luego nada oscuridad y vacio.
Abrí los ojos y grite al ver que me encontraba apoyada en la farola donde me había sentado. Me levante de un salto y mire hacia los lados con nerviosismo. Volví a mirar mi brazo pero tan solo había restos de aquel rasguño ni rastro de sangre.
Descande la moto atropelladamente y la empuje hasta el final de la carreta para bajar la cuesta. Me senté en ella y me deje caer por la carretera, cuando cogí velocidad accione el arranque y esta sonó como nueva.
Llegue hasta casa casi sin darme cuenta pero la verja de seguridad estaba activada, no podía abrirla desde fuera. Casi sin pensarlo mis pies y manos se agarraron a la valla y la sobrepase en dos saltos.
Abrí la puerta de casa con cuidado… todo estaba oscuro.
Subí a mi habitación de puntillas y me tumbe en la cama sin deshacerla, mi cuerpo ya casi había dejado de temblar pero un fuerte dolor agitaba mi cabeza. Mis ojos se cerraban mientras intentaba apagar la luz de la mesilla. Mi brazo se desplomo hacia el vacio mientras mi madre entraba sigilosa en la habitación. Intente abrir los ojos pero no tenía fuerzas, note como la luz de la mesilla se desvanecía y mi madre cerraba la puerta de mi habitación.
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por Moira » 13 May 2011, 13:52
377 visitas y un par de comentarios por capitulo
estais vaguetes eh!!!
jajajajaj
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Que buena historia... me encanta.... ojala actualices pronto porque se me hace agua la boca por saber como sige 
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