Tú eliges Capital SimCity Capital Sims Capital Spore
Capital Sims

Bajo tus pies - Cap. 5!!

Crea la historia de tus sims en las ciudades de Los Sims 3.

Moderador: Equipo moderador [CS]

Re: Bajo tus pies - Cap. 2

Notapor Narf » 25 Feb 2011, 03:30

¿Qué le esperará a Alejandro en ese laboratorio vacío? No será un banco con posibles ladrones entrando, pero a mí me daría miedito igual :mrgreen:. Si algo que no haría ni loco es ser guardia en un lugar vacío. Creo que me moriría del susto la primera noche. 8-[
Me gusta mucho la forma en que narrás, Edu. Espero más pronto, muy buen trabajo :D. Por cierto, me gusta mucho la carátula de la historia.
Imagen
"En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento." - Albert Einstein.
Avatar de Usuario
Narf
Celebridad
Celebridad
 
Mensajes: 1731
Registrado: 20 Sep 2008, 18:50
Ubicación: Gran Buenos Aires, Argentina.
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 2

Notapor edueleno » 25 Feb 2011, 19:33

Gracias a todos! Me alegra que les guste :D
Ya estoy escribiendo el próximo capítulo, que va a ser ya más larguito!!
Imagen
Capítulo 13 | El vínculo
Avatar de Usuario
edueleno
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 773
Registrado: 14 Ene 2011, 19:40
Ubicación: Argentina
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 3

Notapor edueleno » 27 Feb 2011, 19:19

Lamento el doble post, pero como en este pongo un nuevo capítulo, prefiero "actualizar" en el menú de temas para que quienes lo leen sepan que hay un nuevo capítulo. Lo siento :oops:

Imagen
3. Julián


Imagen
Abrí los ojos. El sol se filtraba por la ventana y daba de lleno en mi cara. Me encantaba sentir los rayos calentando mi piel, penetrando en mi cuerpo y llenándome de energía. Era una sensación maravillosa.

Imagen
Me incorporé en la cama, todavía un poco dormido, y me vestí. Caminé hasta el baño, me cepillé los dientes, me peiné un poco y me dirigí a la cocina. Comencé a preparar unas tortitas para desayunar mientras miraba por la ventana. Era agradable poder observar hacia el exterior desde allí, aunque también un poco vergonzoso. Aunque, a decir verdad, no había nadie en la calle. Quizá era todavía muy temprano, pero lo cierto es que la vida en Vista Azul parecía haberse pausado.
Metí las tortitas al horno y caminé hasta el cuarto de Margarita. Levanté su persiana, para despertarla con la luz matutina, y ella se revolvió entre las sábanas. Sonreí.

Imagen
—Buenos días, pequeña —murmuré—. ¿Adivina qué te ha cocinado papá?
Abrió los ojos, que brillaron de un verde intenso.
—Un ratito más —fue todo lo que dijo.
—Vale —accedí, disimulando una risita—. Pero no te duermas, que tienes que ir al cole.
Volví a la cocina y terminé de preparar el desayuno. Margarita se apareció al cabo de unos minutos, despeinada y todavía con camisón. Me quedé observándola mientras se sentaba en una de las sillas. Era idéntica a su madre. El mismo pelo; los mismos ojos. La misma forma de caminar, los mismos gestos. Incluso la misma forma de decir “un ratito más”.

Imagen
Serví las tortitas y las llevé a la mesa. Desayunamos, conversando sobre la escuela, y luego ella se fue a vestir mientras yo ordenaba un poco la cocina.
—¡Vamos, hija! —grité desde allí—. ¡Que pronto va a llegar el autobús!
Y era cierto. Enseguida oímos la bocina, que resonó fuertemente atravesando el silencio matutino. Margarita cruzó la casa a las corridas, me dio un fuerte abrazo y se fue.
—¡Pórtate bien! —la despedí, desde la puerta.
Me quedé allí, en la entrada de mi nueva casa, observando. Un vecino que había salido a regar las plantas de su jardín me saludó desde lejos. Le devolví el gesto, esbozando una sonrisa. Al fin parecía que Vista Azul comenzaba a despertarse.

Imagen
El muchacho se acercó sonriente. Era un joven de apariencia simpática, de unos veinticinco años. Llevaba una campera de lana y el pelo peinado hacia atrás.
—Hola, vecino —dijo alegremente—. ¿Qué tal la mudanza?
—Muy bien, gracias —respondí—. La casa estaba amueblada, así que no ha sido demasiado lío. Soy Alejandro, mucho gusto.
Le tendí la mano y la estreché contra la suya.
—Bienvenido a Vista Azul. Soy Julián.
En cuanto oí su nombre sentí que mi cuerpo se estremecía. Un cosquilleo ascendió desde mis pies y se concentró en mi pecho. Me quedé mudo. Completamente bloqueado. Ese hombre se llamaba Julián, lo que significaba que la nota que había recibido la noche anterior era auténtica. Supongo que mi expresión habrá sido aterradora, porque él reaccionó con sorpresa.
—¿Estás bien? ¿He dicho algo malo?
—No, no —me apresuré a decir, volviendo de golpe a la realidad—. Todo está bien. Es sólo que… —dudé mientras inventaba una excusa—, te llamas igual que un amigo que hace tiempo no veo.
—Oh, lo siento. ¿Él está…?
—No, no —me apresuré a decir, una vez más—. Él está bien, viajando por el mundo —mentí, sonriente—. ¿Quieres pasar a tomar algo? ¿Café? ¿Té?
—Será un placer —agradeció, mientras me seguía hacia el interior de casa.

Imagen
Preparé café y nos sentamos en los sillones, con la televisión encendida, aunque no le prestamos demasiada atención. Hablamos bastante, contándonos sobre nuestras vidas; sobre cómo habíamos llegado a Vista Azul.
—Mi esposa murió hace siete meses —le conté—. Vivíamos en Toledo hacía quince años. Tenía una enfermedad desconocida. No era contagiosa, pero sí muy peligrosa. Producía alteraciones genéticas… de un día para otro, y su cuerpo no alcazaba a adaptarse… y de pronto había operar un riñón, o quizá el hígado, el estómago, los pulmones... no pudo soportarlo mucho tiempo. Y tras su muerte yo caí en una terrible depresión. Dejé mi trabajo, mi vida… todo lo que me importaba era Margarita, mi hija —hice una pausa—. Después de unos meses de tratamiento logré componerme y decidimos irnos de Toledo, a un lugar más tranquilo. Así que bueno, busqué trabajo en varios pueblos y finalmente aquí estoy, desde ayer, en Vista Azul.

Imagen
Esbocé una sonrisa triste, intentando demostrar que estaba feliz.
—Y dime, Julián, ¿cómo llegaste aquí?
Me miró seriamente. Sus ojos centellaron ante la luz que ingresaba por la ventana.
—Vine a vivir con mis padres cuando tenía ocho años. Dos años después se separaron, y mi padre se fue a vivir a Barcelona, o a Madrid, o a algún otro lugar de España. No lo volví a ver desde entonces. Crecí con mi madre. Comencé a trabajar a los quince años, mientras estudiaba, para ayudarla a mantenernos. Murió hace cuatro años. Así que, bueno, me he quedado aquí. Un poco por nostalgia, un poco por miedo. Pero ya va siendo hora de dejar este lugar. Es… enfermizo vivir aquí mucho tiempo, ¿sabes? Nunca nadie viene de visita, ni toma el camino incorrecto y llega por casualidad. Jamás viene un músico a dar un recital. Jamás llega una obra de teatro, o un parque de diversiones. Y luego de varios años conoces a todo el pueblo. Si hasta a veces parece una ciudad fantasma. Es toda una noticia que tú y tu hija hayáis venido. Toda una alegría, debo confesar. Tenía ganas de conocer a alguien nuevo.
Miró su teléfono y se puso de pie.
—Debo irme: hora de trabajar —dijo—. Cualquier cosa que necesites, no dudes en pedírmelo. Trabajo en una librería, así que se te interesa algún libro, me dices, ¿vale?
—Genial, Julián. Muchas gracias.

Imagen
Lo acompañé hasta la puerta y luego ordené un poco la casa. Todavía debía conseguir a alguien que cuidara de Margarita por la noche, mientras yo trabajaba. Miré el diario, buscando a alguien que se ofreciera. Había sólo una persona, Emilia, así que la llamé por teléfono.
—¿Hola? —contestó.
—Hola Emilia, ¿cómo estás? —la saludé, alegremente—. Soy Alejandro, recién llegado al pueblo, y estoy buscando a alguien que pueda cuidar de mi hija mientras yo trabajo. El problema es que trabajo de noche, de seis a dos de la mañana… aunque sólo sería necesario estar aquí, en casa, hasta que Margarita se haya dormido.
—No te preocupes, Alejandro. Esta tarde voy a tu casa y lo hablamos bien, ¿te parece? Alrededor de las cinco estaré por allí, así nos podemos de acuerdo, ¿vale?
—Perfecto, Emilia. Muchas gracias. Nos vemos luego, entonces. ¿Tienes para anotar? Así te doy la dirección —pregunté, un poco más tranquilo.
Había conseguido una niñera. Pero no tenía idea de que, sólo en unos meses, se convertiría en mucho más que eso.
Imagen
Capítulo 13 | El vínculo
Avatar de Usuario
edueleno
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 773
Registrado: 14 Ene 2011, 19:40
Ubicación: Argentina
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 3

Notapor Mileypink26 » 27 Feb 2011, 19:40

Muy buena actu Edu =D> ,me deja con mucha intriga y saber quien es esa mujer que tanto se aparece...
Avatar de Usuario
Mileypink26
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2837
Registrado: 12 Jul 2010, 02:13
Ubicación: Sonora, México.
Género: Mujer

Re: Bajo tus pies - Cap. 3

Notapor Green Hedgehog » 27 Feb 2011, 19:41

Excelente capítulo! =D>
Me preguntó en qué se convertirá la niñera para Alejandro...
Avatar de Usuario
Green Hedgehog
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 716
Registrado: 12 Oct 2009, 18:01
Ubicación: Córdoba, Argentina
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 3

Notapor edueleno » 12 Mar 2011, 20:37

Disculpen el retraso, pero es que rendí un examen final el miércoles y recién ayer pude tomar las imágenes del Sims. En fin, ahora sí, les dejo que capítulo 4 que ya había escrito hacía bastante :D
Ah, y ¡muchas gracias Miley y Green!

Imagen
4. Calor subterráneo


Imagen
Emilia y yo estábamos sentados a la mesa, conversando. Era una joven de 17 años que había comenzado a trabajar para poder pagar sus estudios universitarios. Margarita ya había llegado y se encontraba en su habitación, jugando.
—No te preocupes por quedarte hasta que vuelva —dije—. Ayer ya se ha quedado sola, pobrecita, pero supongo que se ha acostumbrado a la soledad de cuando estuve…
—Alejandro, no te preocupes por mí —me interrumpió ella, con dulzura—. Cuando tú vengas, yo me subo al auto y me marcho. Pero no voy a dejarla sola. Además, aquí puedo cenar y hacer mis deberes. En serio, que en mi casa siempre me acuesto tarde. Estoy acostumbrada.

Imagen
Margarita se acercó, en silencio. Se quedó de pie, a unos metros de nosotros, durante unos segundos, y luego nos dirigió una sonrisa traviesa.
—Emilia, ¿te vas a quedar a jugar?
—Pues sí, hermosa. Me quedo a jugar contigo —hizo una pausa—. ¿Y sabes qué? Yo también tengo tarea, así que podemos hacerla juntas.
—¡Vale! —se alegró mi hija, y se alejó corriendo.
Emilia se volvió hacia mí y asintió con la cabeza. Pero no dijo nada.
—Muchas gracias —me despedí.
Caminé hasta mi habitación y me puse la ropa de trabajo. Por alguna razón, sentía culpa por no estar en casa a la noche. O quizá era, en realidad, que algo dentro mío me estaba pidiendo que no volviera a los laboratorios MTC.


Imagen
Laboratorios MTC
—¿Seguro que no quieres que me quede? Mira que yo no tengo nada que hacer, eh —insistió Isabel—. Me quedo un rato, charlamos de la vida y luego me voy.
—Tranquila —la calmé, sonriendo—. No te preocupes, en serio te digo. Que anoche ya he estado solo y tampoco es para tanto. Algún que otro ruido extraño, pero nada que no pueda sobrellevar. Ve a tu casa, cocínate algo rico y disfruta de una buena cena. Y duerme, tú que puedes.
Se rió.
—Vale, me marcho. Pero ten cuidado, esto no es tan seguro como parece —a pesar de ser los únicos en MTC, Isabel había bajado el tono de voz.
—¿Qué quieres decir? —indagué, un tanto extrañado.

Imagen
—Desde que trabajo aquí no he dejado de ver y oír cosas fuera de lo común. Todos niegan que algo esté sucediendo; pero vamos, yo no soy estúpida. Hay días que pareciera que las paredes están hablando. O que el aire dentro de la ventilación está a punto de estallar. No quiero asustarte, Alejandro. Tal vez sean ruidos usuales en un laboratorio. Yo no lo sé. Pero me andaría con cuidado —tomó su bolso y me dirigió una sonrisa—. Nos vemos mañana, entonces. Buenas noches.
La vi marcharse y me quedé de pie, observando el gran recibidor. Sólo se oían algunos búhos, pero nada más. Había un increíble silencio, pero ¿cómo podía ser posible? La noche anterior parecía que dentro de los conductos de aire había una revolución. Y ahora, nada.

Imagen
Recorrí los pasillos, prestando atención a los sonidos. Mis pasos resonaban fuertemente, especialmente al subir las escaleras. Pero por lo demás, parecía que todo el edificio había sido perfectamente acustizado de un día para otro.
Encendí la computadora y navegué por internet. Era una buena manera de pasar el rato, leyendo historias online, disfrutando de algunos cortos cinematográficos… frente al monitor, el tiempo corría maravillosamente rápido. Tanto, que cuando volví a mirar el reloj ya casi era la una de la mañana.

Imagen
Un fuerte ruido, como de un golpe, me llegó desde el pasillo. Me puse de pie, sobresaltado, y agudicé el oído. De pronto, habían vuelto los murmullos en los conductos de ventilación. De pronto, las maderas volvían a crujir, las paredes volvían a vibrar suavemente. Y un constante rugido retumbaba en el pasillo.
Un rugido que jamás había oído en mi vida. Un sonido profundo, taladrante, que penetraba los huesos y hacía vibrar el cuerpo entero. Pero además, un sonido tan débil que apenas podía oírse. Un sonido que los músculos notaban más que los tímpanos.
Caminé con cautela, avanzando hacia el fondo del pasillo. Estaba transpirando: unas grandes gotas de sudor se deslizaban a través de mi espalda. Quizá por el calor, quizá por los nervios. Sentía mis mejillas hirviendo y podía imaginarlas coloradas como tomates. Y los brazos, agobiados como si hubiesen estado esforzándose durante horas.

Imagen
Me detuve frente a la puerta roja: la puerta del laboratorio. Un intenso calor, que inundaba el aire, se colaba por las ranuras. Parecía que, en la habitación contigua, había nacido una nueva estrella.
Busqué la llave entre todas las que tenía. Fuera lo que fuese que estuviese pasando allí detrás, no podía ser nada bueno. Sentía mi mente a punto de desvanecerse. Mis músculos contrayéndose del calor, pidiendo a retorcijones un poco de ventilación. Toda el agua en mi cuerpo estaba emergiendo por cada poro, empapándome la piel. Debía concentrarme para poder lograr cada movimiento: localizar el músculo y enviar el impulso adecuado. De pronto, los procesos corporales inconscientes requerían un esfuerzo minucioso, específico; completamente fuera de lugar.
El teléfono de MTC sonó.
Agitado, respirando con dificultad, caminé hasta el mostrador. Respondí.

Imagen
—Alejandro, ¿qué tal? —preguntó Víctor Carmindio, del otro lado—. Escúchame una cosa: en unos pocos minutos va a encenderse un horno de combustión en el laboratorio. Está programado para eliminar toxinas y bacterias de las sustancias que manipulamos —hizo una pausa—. ¿Estás ahí?
—Sí, sí, Víctor —contesté, un poco atontado.
—Bien —continuó—. Abre todas las ventanas. Y, si te sientes muy mal a causa del calor, cierra todo y vete a tu casa. Siento avistarte tan tarde; acaban de notificarme al respecto.
—Vale, Víctor, no te preocupes.
—¿Seguro que estás bien, Alejandro?
—Sí, sí —insistí—. Un poco cansado, eso es todo.
Le mentí. Y es que no le creía ni una palabra. Había llamado unos minutos después de que el horno se encendiera; si es que ese horno existía. Por alguna razón, no me fié de Víctor. Algo en su tono, en sus modos, me hizo pensar que algo más estaba sucediendo en el laboratorio, en el subsuelo.
Colgué y caminé hasta la puerta. Había una sola forma de saber la verdad: ir allí abajo y averiguar qué estaba pasando. Tomé la llave y la puse en la cerradura. Pero, al girarla, nada sucedió.

Imagen
Extrañado, probé una a una todas las llaves: ninguna abría la puerta que llevaba al laboratorio. Por alguna razón, me habían dado una llave que no funcionaba. Una razón obvia: no querían que entrara, me lo habían dicho desde un principio. Definitivamente, en ese subsuelo no había ningún horno encendido. Algo más, algo de lo que no tenía idea, estaba sucediendo.
Y cuando, una hora después, llegué a mi casa y hablé con Emilia, comprendí que el problema era aún mayor de lo que hubiera imaginado.

Imagen
—¿Qué tal ha estado todo? —pregunté, ya más relajado.
—Muy bien, Margarita hizo sus deberes y se acostó temprano —respondió ella, con una sonrisa—. Pero ha pasado algo extraño, Alejandro.
La miré. Sus ojos se habían bañado en lágrimas de miedo.
—Ha sido alrededor de la una de la mañana —comenzó, con voz tensa—. De pronto fue como si hubiese encendido al máximo la calefacción. El calor era agobiante, Alejandro. Ha durado unos veinte minutos y luego todo ha vuelto a la normalidad.
Me quedé en silencio, asustado. Había sido durante el calentamiento de los laboratorios MTC. Decidí hacer como si nada, para no preocupar a la muchacha.
—Sí, ayer sucedió lo mismo —me quejé—. Debe ser un problema con la caldera. Mañana llamaré al técnico en reparaciones; supongo que sabrá asesorarme.
—Vale —se tranquilizó ella—. No sabes el susto que me di.

Imagen
Pero sí. Sí que sabía. Yo también estaba aterrorizado.
Última edición por edueleno el 06 Abr 2011, 05:24, editado 1 vez en total
Imagen
Capítulo 13 | El vínculo
Avatar de Usuario
edueleno
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 773
Registrado: 14 Ene 2011, 19:40
Ubicación: Argentina
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor EricPincasNPC » 13 Mar 2011, 00:05

:o Que intriga! Me ha gustado mucho. La primer historia que leo y ya me tienes atrapado! Espero un capitulo nuevo :D
Imagen Imagen
Avatar de Usuario
EricPincasNPC
Ciudadano
Ciudadano
 
Mensajes: 347
Registrado: 25 Sep 2010, 01:00
Ubicación: Montevideo, Uruguay. En un lugar muuuy lejano...
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor Badu » 13 Mar 2011, 00:34

=D> =D> =D> =D> =D> me ha gustado mucho! =D>
Imagen
"Los hombres prefieren pagar un perjuicio a un beneficio, porque la gratitud es una carga, y la venganza, un placer"
Avatar de Usuario
Badu
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 680
Registrado: 12 Ene 2011, 04:02
Ubicación: Ni te imaginas donde!
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor edueleno » 13 Mar 2011, 00:41

Bueno, en las últimas dos fotos quizá Alejandro debería tener aún la ropa de trabajo :wall:
Recién me doy cuenta, ¡qué tonto! Bueno, procuraré ser más cuidadoso #-o

Oh, y gracias Eric y Badu!! :D
Imagen
Capítulo 13 | El vínculo
Avatar de Usuario
edueleno
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 773
Registrado: 14 Ene 2011, 19:40
Ubicación: Argentina
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor Mileypink26 » 13 Mar 2011, 00:46

Excelente capítulo! =D>
Me gusta el misterio que le das,me da un poco de miedo a mi también :roll: ,ansío por ver el siguiente.
Buen trabajo Edu!
Avatar de Usuario
Mileypink26
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2837
Registrado: 12 Jul 2010, 02:13
Ubicación: Sonora, México.
Género: Mujer

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor Skatesim » 13 Mar 2011, 14:10

Narras de una manera buenísima =D> . Además el argumento tiene gancho y te deja con todas las ganas de saber qué viene a continuación. Una gran historia, y tengo el presentimiento de que estará llena de sorpresas :-k
Imagen
Skatesim
Ciudadano
Ciudadano
 
Mensajes: 296
Registrado: 25 Sep 2008, 18:39
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor Mexe » 13 Mar 2011, 15:50

me encantoo! =D> :D
Avatar de Usuario
Mexe
Concejal
Concejal
 
Mensajes: 2160
Registrado: 06 Feb 2011, 03:23
Ubicación: Verona ~
Género: Mujer

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor edueleno » 14 Mar 2011, 06:06

Gracias Skatesim y Mexe!! Me alegra muchísimo que les esté gustando :D
Imagen
Capítulo 13 | El vínculo
Avatar de Usuario
edueleno
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 773
Registrado: 14 Ene 2011, 19:40
Ubicación: Argentina
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor EricPincasNPC » 18 Mar 2011, 01:43

¿Y el el capitulo 5? Lo espero con ansias :D
Imagen Imagen
Avatar de Usuario
EricPincasNPC
Ciudadano
Ciudadano
 
Mensajes: 347
Registrado: 25 Sep 2010, 01:00
Ubicación: Montevideo, Uruguay. En un lugar muuuy lejano...
Género: Hombre

Re: Bajo tus pies - Cap. 4!!

Notapor edueleno » 18 Mar 2011, 02:25

¡Pronto! Es que tengo una reunión importante este domingo y me ha tocado organizarla, así que estoy dale que te dale juntándome con los demás organizadores... ¡pero de a poco voy avanzando! Pronto llegará. Aunque el capítulo 5, casualmente, no es lo que uno llamaría revelador... más bien es un capítulo de...relajación.
JAJAJA.
Imagen
Capítulo 13 | El vínculo
Avatar de Usuario
edueleno
Empresario
Empresario
 
Mensajes: 773
Registrado: 14 Ene 2011, 19:40
Ubicación: Argentina
Género: Hombre

AnteriorSiguiente

Volver a Historias

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 5 invitados

Comunidad Capital Sim (2003-2008) webmaster arroba capitalsim.net