saludos!
Capítulo 8 : Alejarte de mi
Música: "music box"
En la mañana, con los ojos entrecerrados no hacía más que palpar el lado izquierdo de la cama, mis dedos atravesando el vacío me hicieron notar que ella ya no estaba ahí
Y que probablemente nunca lo estuvo, no me importaría vivir esas fantasías siempre y cuando no sea real, una tez tan blanca como la luna de invierno …aún me tiene cegado y a la vez asqueado de mi reacción, yo decidí cerrar con llave mis indecisos sentimientos y no es tiempo ahora de embriagarse en esas estupideces
Sé que en este mundo no existe persona que brinde amor sincero sin nada a cambio, también sé que una persona tan rara como ella se presentaría ante mí como si ya me conociera y de pronto me hiciera un favor luego de tratarla violentamente…no…
Fue un sueño más, un delirio o una borrachera quién sabe
Después de que una ducha me aclarara la mente, lo único que quería era comer, aún si Aaron no había llegado para obligarle a hacer esas tortillas que tan bien hace el desgraciado
Pero mis plegarias siempre fueron en vano y mis deseos de no verla otra vez, la brisa de un cabello color plata me dio una especie de mini-infarto que hasta ahora no puedo olvidar
-¿qué….qué…
Sólo me miró de reojo con su molesta sonrisilla, estaba concentrada en su labor
-en un momento estará el desayuno-dijo por fin- espera un momento por favor
-¿qué no haces más que cocinar?-afirme un poco mi voz a pesar del cansancio
-Kenji dice que es mejor comer en las horas debidas
-¿Kenji? ¿y ese quién es?
Sus ojos se entrecerraron un momento, tal y como sonaba, ese nombre era de varón pensé que había sido su anterior novio y la tenía cocinando todo el maldito día quizá
-me da igual, pero no esta bien que lo hagas todo el tiempo
-¿Por qué lo dices?- dejó el cuchillo un momento para clavar otra vez en mi su mirada inocente-no…¿no quieres que lo haga?
-digo que podrías salir por ahí …no sé, al parque donde sea no tienes que estar todo el día encerrada en este agujero ¿sabes?
La verdad es que tanto vivir solo le quita las ganas a uno de ver otro rostro nada más al despertar
-¿salir? Pero si no has comido nada
-¿qué eres mi madre? Ya vivía muy bien antes de que te aparecieras por aquí, en primer lugar.
A veces soy de decir cosas hirientes y arrepentirme luego, si, como un completo y total imbécil
¿por qué no puedo decirlas y ya?, sin culpas
-lo siento-se disculpó casi haciendo una reverencia
-y eso es otro tema, deja ya de disculparte tanto te vuelves insoportable
-lo sie…- se corrigió enmudeciendo de repente
-ahora ve por ahí ¿si? Sólo que no sea lejos y contesta el celular cuando te llame, no voy a aguantarme los regaños del viejo sólo porque no te sabes cuidar
-si…si…
No sé qué me molestaba más, su costumbre de no contradecirme o que me hiciera sentir un monstruo por tratarla de esa forma, pero no me iba a tomar favoritismos con nadie. Simplemente se alejó por el pasillo, con las copias de mi llave en mano. No miento si digo que después de eso no pude comer.
Layla
Darius parece ser de esas personas a las que no les gusta que invadan su espacio personal, lo entiendo porque Kenji era más o menos de esa forma la mayor parte de sus días los pasaba en el bosque, pero contestaba con palabras mucho más amables y sutiles.
Aunque estoy acostumbrada a que las personas no se me acerquen, ni quieran tener trato conmigo, algo me dice que en el fondo él es alguien adorable y que sólo se siente perdido aunque no sepa por qué
Busqué por varios minutos un lugar dónde pasar el rato, recordándome siempre no llegar el tarde al apartamento
. Por unos ventanales enormes como los que jamás haya visto, divisé muchos libros en fila, no pude evitar el impulso de ir hacia allí
-¡libros! ¡Hay millones!
De solo verlos quería leerlos todos, seguro había mil historias o mejor aún entre tantos, el príncipe podría estar allí
Sólo que el extraño material del piso me hizo resbalar e irme de lleno contra él, me sentí tan tonta por no ir con más cuidado
-¡oh cielos! ¿¡niña te encuentras bien!?
De pronto escuché una grave y preocupada voz acercarse adonde estaba yo, intentando levantarme un poco avergonzada más que adolorida.
-si… perdón, no debí entrar corriendo así
-no te disculpes, el piso recién está encerado. La empleada aprovecha estas horas, después de las seis ya no viene nadie
Cuidadosamente me tendió la mano, desempolvando mi camiseta y dándome una gran sonrisa al mismo tiempo que me decía su nombre
-soy el bibliotecario, me llamo Leonard
-es un placer, soy Layla
-Layla- repitió besando mi mano luego de que pudiera ponerme de pie-el placer es todo mío
-lamento haber entrado así, es que me emocioné al ver tantos libros, de donde vengo las bibliotecas no son tan grandes
Debí haber dicho algo que le llamó la atención pues abrió sus ojos de par en par y amplió su sonrisa aún más
-juraría que ya no existían personas con esa pasión por los libros, sobre todo viniendo de una jovencita tan linda como tú
-e…esto…- no supe qué responder, mis mejillas seguro mostraron un rubor notable
Leonard me ofreció darme un recorrido por toda la biblioteca, pasamos por unos armarios que tenía títulos hasta varios metros sobre mi cabeza ¿es posible que él los haya leído todos?
-por ahora estamos haciendo unas remodelaciones, moviendo los libros más antiguos a otro salón…que vergüenza me has pillado en el peor momento
-¡son tan bellos!-exclamé maravillada- ¿y puedo leerlos cuando quiera?
-¡por supuesto ! Puedes venir todas las tardes si quieres
-muchas gracias
-ni lo digas, aunque ya se está haciendo tarde…si no estás ocupada me gustaría que vieras el salón de cafetería
-de hecho…- por poco iba a decir “debo volver a casa” pero mientras más tiempo le dejara a Darius en soledad, menos le molestaría-no tengo nada que hacer ahora, me gustaría verlo
-perfecto, sígueme por aquí
Bajamos unos escalones hacia un salón precioso y decorad de una forma que dejaba boquiabierta
-ooohh…es tan hermoso
Las sillas estaban adornadas con listones y flores blancas, y los manteles tenían unos motivos tiernos y de colores muy veraniegos, papá tenía razón , la estación siguiente no sería invierno
Nos sentamos en una mesa cerca de la barra, él pidió un par de helados después de que le dijera que me gustaban las fresas. Su tono de voz me inspiraba mucha confianza, hablamos por un largo rato y le dije todo lo que había pasado desde que desperté en este extraño lugar, también de como Tunder y Shin me hallaron y me llevaron hasta papá, y por último mi nueva convivencia junto a Darius. No medí mis palabras, Leonard no parecía una mala persona y de todos modos ¿qué sacaría con saberlo?
-¿así que no recuerdas exactamente lo que pasó con tu hermano en aquel bosque?
-no..en realidad son imágenes borrosas, pero aprendí a tranquilizarme además hay mucha gente que me está cuidando, solo que no quiero molestar a Darius ni obligarlo a tratarme bien, o que me tenga confianza…
-¿pero…?
-pero quisiera agradarle-suspire bajando la mirada
El sonrió un momento, tornándose algo pensativo
- La confianza no es algo que se logre de un día para el otro todo siempre llega a su momento ...¡como las rosas!, “las rosas blancas sólo crecen en invierno”
-¿co…como dijo?
-es un dicho que mi padre solía tener siempre en cuenta
Quise preguntarle más sobre lo que acababa de decir, pero antes de pronunciar palabra alguna el celular comenzó a sonar
“¡Layla donde demonios te metiste! Son casi las ocho, te dije que volvieras a las seis”
-¡Darius! es que…
“¡es que nada! Regresa ahora mismo o llamaré mi padre para que te regrese a la cabaña ¿oiste?”
-si…de..acuer…
Colgó la llamada sin que terminara de hablar
-tengo que volver…Darius se oía molesto
-espero verte de nuevo por aquí Layla, y en cuanto a tu compañero de piso no te preocupes, esta noche tendrá mucho que pensar
No entendí con certeza si me advertía de algo o qué, me apresuré en salir de la biblioteca, por suerte no estaba lejos del apartamento.
Entre pasos y ruidos del tráfico tan pesado llegué hasta las puertas del edificio, mientras esperaba el ascensor me temblaban las manos algo me decía que esto no iba a ser discutido en buenos términos
Apenas me puse de pie en la sala Darius dio un par de vueltas hasta que se dirigió hacia mí con el ceño fruncido
-¡ escúchame, no soy tu niñero y tú no vives aquí! ¡este lugar es peligroso ¿lo entiendes?!
Yo me quedaba observándolo, en ese estado era obvio que debía mantenerme callada hasta que terminara de regañarme, creí que si volvía demasiado temprano también se iba a molestar
-¡estoy haciendo este maldito favor así que no lo hagas más complicado o te vas de aquí!
Si no estalló en ese momento, estuvo cerca. Me dolía verlo así, una persona como yo no podría agradarle y ya comenzaba a entender el por qué los aldeanos no me querían cerca. Quizá no nací para convivir con otros por más que lo intente sigo siendo la rosa prohibida que trae desgracias, la flor de la que todos huyen.
-¿y ahora quién mierda es? – dijo sacando el teléfono que vibraba en su bolsillo izquierdo -¡hola!
“Darius soy yo”
Su rostro se paralizó unos segundos, ahora su expresión no era la de un hombre enojado sino de un muchacho perdido en el bosque que no sabe cuál camino tomar
-¿mica?-contestó finalmente
“no, un manager millonario, ¡claro que soy yo imbécil! Escucha estoy de paso así que ábreme”
-¿qué? ¿ahora?
“¿estás bien?”
-si, si, enseguida voy, aguarda un momento
“ok, aquí espero”
-por favor, escóndete en el baño-verlo tan cambiante por momentos me daban ganas de soltar una carcajada, pero obviamente me contuve aún, así no podía evitar la curiosidad
-¿por qué quieres…?
-por favor, sólo unos minutos, yo te diré cuando salir-dijo casi en plegaria
A juzgar por sus redondeados ojos, algo le atemorizaba. Ya le había traído bastantes problemas así que solo asentí dando pasos rápidos hasta el baño y cerré la puerta
Darius
¿por qué todo tiene que pasar una semana antes del festival? Parece una broma de los dioses griegos
entreabrí para divisar la chaqueta de leopardo rojo que traía puesta mi compañera bajista, arqueó una ceja y con una sonrisa empujó hasta abrir la puerta
-te tardaste demasiado
-oye, no soy adivino ni nada para saber que andas por aquí
-Darius….-la noté algo melancólica, pero no olía a alcohol ni nada parecido, mas bien era la mirada de una chica que desesperaba por ver a su amante, cosa que me atraviesa el pecho sólo de pensarlo
Música: : "emeraude hime"
-mica…aguarda…
-hace días esperaba verte, te la pasas encerrado como un loco
Quería decirle sobre Layla, la muchacha que ahora estaba bajo mi cuidado, pero qué sacaría con ello, sus acciones en estos días no me han demostrado más amor porque sería imposible, pero no quiero herirla…aunque se lo hubiese advertido
no le correspondo…
-no sabes cuanto necesitaba de ti…-ya estábamos tumbados en la cama con las señales que nos llevarían a un encuentro apasionado, nada que no haya pasado antes, pero entonces ¿por qué me sentía tan perturbado?
-Mica, espera un segundo…yo….- la alejé un poco
-¡vaya que estás tenso! No eres tan atrevido cuando estás sobrio
-quiero decirte algo… yo… bueno…yo…
-¡espera! me diste una idea, iré a comprar unas cervezas. Voy por mi bolso, a ver si así se te quita lo tímido. Estas raro hoy, como si no fueras tú
Se levantó con la misma energía con la que me empujó sobre la frazada
-es más de lo mismo, ya sabes el ensayo y todo eso…- intenté excusarme
-oh, cierto tu error en el “Anima’s Rock” como olvidarlo
-¡hey, no fue tan grave, al menos supe arreglarlo!
-ok, cariño sigue hablando- rió un poco- regreso en veinte minutos, no te desesperes y vete preparando hoy estoy para derrochar pasiones jaja
-bah, niño bobo, se la pasa en su nube ¿pero qué es lo que querrá decirme?...será
…. no , no quiero ilusionarme, por ahora solo sexo nada más, tranquilízate Mica, no actúes como pre-adolecente y controla tus malditas hormonas
-….¿¡pero qué mier...?!
-no..no,no,no aléjate ¡¿qué ….qué eres?!
¡¡¡Darius!!
Lo que más me temía por fin paso, el destino claramente me dijo “de esta no te escapas, pobre infeliz”
-¡Mica!…esto …ella…-traté de todos modos buscarle la vuelta a tan confusa situación
Pero una bofetada silenció mis vacías explicaciones, y todo lo que recibí fue una mirada de ojos café llenos de desprecio
-¡vete a la mierda!
Sus botas hiceron estruendo por toda la madera del pasillo hasta desvanecerse en la entrada
-¡mica!- grité con la esperanza de que regresara, pero nada pasó
De pronto sentí la brisa de esa voz tan tímida y molesta como siempre
-¿Darius? ¿Ella es tu novia? ¿por qué está llorando?
“será porque ahora vivo con una niña que duerme mediodesnuda en mi baño” pensé mordiéndome el labio
“o mejor dicho era una niña” porque al voltear esa figura de muñeca de porcelana ahora se transformaba en una bella mujer, su cabello parecía haber crecido aún más…pero ¿cómo? He oído de los famosos “estirones” pero esto ya es una chiste de mal gusto. Lo bueno que pude sacar es que no estaba totalmente desnuda sino cubierta de tallos…como si fuese una especie de flor
-¿Darius?
No podía, ni quería contestarle, si quiera podía mantenerme en pie…toda esta locura…todo esto, tiene que ser un sueño
Casí me estrello contra una de las paredes del pasillo que por cierto, la imagen de éste se me estaba distorsionando.
-voy…voy a acostarme- lancé un suspiro sin levantar la vista, y me dejé caer sobre el colchón sin ánimos de moverme de ahí
Hasta que unos finos y suaves dedos me despertaron con torpes pinchazos
-¿Darius?
La miré disgustado, y me levanté para echarla de mi habitación antes de que volviera a explotar de rabia
-¿y ahora que diablos quieres?
Se puso firme, como si quisiera reprocharme algo aunque no le diera el valor para hacerlo
-¡que tengo frío!
Con un tono presumido le hice frente, viéndola sonrojarse y con sus labios temblando
-no es mi culpa que tengas la costumbre de desnudarte en casa ajena, luego dices que no te me estás insinuando
-¡no es eso!-volvió a contestar, un poco enojada esta vez
-es por eso que ese tal Kenji se deshizo de ti ¿no es así?- me burlé-no le gustaban las mujeres impuras como tú…
Si hubiese sabido su historia en ese momento no habría soltado tremenda estupidez, lo noté en sus ojos, fue justamente lo peor que le pude decir
-¿se deshizo de mi?
De pronto una de sus lágrimas alcanzó a mojar mi camisa hasta disolverse en la tela, fue como ver una luciérnaga apagarse y morir.
Música: "music piano"
Más de esas luciérnagas se borraron en el aire, cortando unos incontrolables sollozos al azotar la puerta
-Layla…
Regresé con los humos de arrogancia bajos, ya había herido suficientes damas por hoy, ni yo mismo me permito ser tan imbécil, al fondo en una esquina la vi, hecha una bolita como una niña pequeña. Ella encendió el antiguo tocadiscos de papá, el sonido de piano me infestó la casa de notas maravillosas, haciendo sombra a esa muchacha de cabellos plata y a su corazón herido
-buena música ¿no es así? Pocos le tomamos el gusto, cuando papá me regañaba hacía lo mismo que haces tú ahora…-
intenté hacerme el amigable con un tono poco creíble, pero de ella sólo recibí una leve mirada de reojo, y sus mejillas blancas totalmente empapadas
-debes pensar que soy un monstruo-dije con desgano
No me estaba sincerando por completo, pero no iba a mostrarle a ella lo cierto, no iba a decirle que todo esto lo hago porque cada minuto que la tengo cerca, me siento bien, que al ver su mirada inocente quiero abrazarla y que estoy más que seguro que nos conocemos de otro lugar
Sólo que este no soy yo, y no quiero serlo tampoco.
Dame una explicación Layla, dime que me odias y que no sientes lo mismo cuando me ves…dime que me quieres lejos y nada de esto será real
-yo…
-“¿eh?”
-yo no creo que lo seas, yo …quiero agradarte, quiero gustarte Darius
-“¿cómo puedes decir eso?"
-“después de como te traté, me muestras tu rostro de compasión…”
Pude haber hecho tanto en ese instante, aunque significara dejar de lado mi modo de pensar y vivir
¿Por qué simplemente no me dejas, hacer lo que quiero?...Layla...
-quiero alejarte de mí
Música: "music box"
En la mañana, con los ojos entrecerrados no hacía más que palpar el lado izquierdo de la cama, mis dedos atravesando el vacío me hicieron notar que ella ya no estaba ahí
Y que probablemente nunca lo estuvo, no me importaría vivir esas fantasías siempre y cuando no sea real, una tez tan blanca como la luna de invierno …aún me tiene cegado y a la vez asqueado de mi reacción, yo decidí cerrar con llave mis indecisos sentimientos y no es tiempo ahora de embriagarse en esas estupideces
Sé que en este mundo no existe persona que brinde amor sincero sin nada a cambio, también sé que una persona tan rara como ella se presentaría ante mí como si ya me conociera y de pronto me hiciera un favor luego de tratarla violentamente…no…
Fue un sueño más, un delirio o una borrachera quién sabe
Después de que una ducha me aclarara la mente, lo único que quería era comer, aún si Aaron no había llegado para obligarle a hacer esas tortillas que tan bien hace el desgraciado
Pero mis plegarias siempre fueron en vano y mis deseos de no verla otra vez, la brisa de un cabello color plata me dio una especie de mini-infarto que hasta ahora no puedo olvidar
-¿qué….qué…
Sólo me miró de reojo con su molesta sonrisilla, estaba concentrada en su labor
-en un momento estará el desayuno-dijo por fin- espera un momento por favor
-¿qué no haces más que cocinar?-afirme un poco mi voz a pesar del cansancio
-Kenji dice que es mejor comer en las horas debidas
-¿Kenji? ¿y ese quién es?
Sus ojos se entrecerraron un momento, tal y como sonaba, ese nombre era de varón pensé que había sido su anterior novio y la tenía cocinando todo el maldito día quizá
-me da igual, pero no esta bien que lo hagas todo el tiempo
-¿Por qué lo dices?- dejó el cuchillo un momento para clavar otra vez en mi su mirada inocente-no…¿no quieres que lo haga?
-digo que podrías salir por ahí …no sé, al parque donde sea no tienes que estar todo el día encerrada en este agujero ¿sabes?
La verdad es que tanto vivir solo le quita las ganas a uno de ver otro rostro nada más al despertar
-¿salir? Pero si no has comido nada
-¿qué eres mi madre? Ya vivía muy bien antes de que te aparecieras por aquí, en primer lugar.
A veces soy de decir cosas hirientes y arrepentirme luego, si, como un completo y total imbécil
¿por qué no puedo decirlas y ya?, sin culpas
-lo siento-se disculpó casi haciendo una reverencia
-y eso es otro tema, deja ya de disculparte tanto te vuelves insoportable
-lo sie…- se corrigió enmudeciendo de repente
-ahora ve por ahí ¿si? Sólo que no sea lejos y contesta el celular cuando te llame, no voy a aguantarme los regaños del viejo sólo porque no te sabes cuidar
-si…si…
No sé qué me molestaba más, su costumbre de no contradecirme o que me hiciera sentir un monstruo por tratarla de esa forma, pero no me iba a tomar favoritismos con nadie. Simplemente se alejó por el pasillo, con las copias de mi llave en mano. No miento si digo que después de eso no pude comer.
Layla
Darius parece ser de esas personas a las que no les gusta que invadan su espacio personal, lo entiendo porque Kenji era más o menos de esa forma la mayor parte de sus días los pasaba en el bosque, pero contestaba con palabras mucho más amables y sutiles.
Aunque estoy acostumbrada a que las personas no se me acerquen, ni quieran tener trato conmigo, algo me dice que en el fondo él es alguien adorable y que sólo se siente perdido aunque no sepa por qué
Busqué por varios minutos un lugar dónde pasar el rato, recordándome siempre no llegar el tarde al apartamento
. Por unos ventanales enormes como los que jamás haya visto, divisé muchos libros en fila, no pude evitar el impulso de ir hacia allí
-¡libros! ¡Hay millones!
De solo verlos quería leerlos todos, seguro había mil historias o mejor aún entre tantos, el príncipe podría estar allí
Sólo que el extraño material del piso me hizo resbalar e irme de lleno contra él, me sentí tan tonta por no ir con más cuidado
-¡oh cielos! ¿¡niña te encuentras bien!?
De pronto escuché una grave y preocupada voz acercarse adonde estaba yo, intentando levantarme un poco avergonzada más que adolorida.
-si… perdón, no debí entrar corriendo así
-no te disculpes, el piso recién está encerado. La empleada aprovecha estas horas, después de las seis ya no viene nadie
Cuidadosamente me tendió la mano, desempolvando mi camiseta y dándome una gran sonrisa al mismo tiempo que me decía su nombre
-soy el bibliotecario, me llamo Leonard
-es un placer, soy Layla
-Layla- repitió besando mi mano luego de que pudiera ponerme de pie-el placer es todo mío
-lamento haber entrado así, es que me emocioné al ver tantos libros, de donde vengo las bibliotecas no son tan grandes
Debí haber dicho algo que le llamó la atención pues abrió sus ojos de par en par y amplió su sonrisa aún más
-juraría que ya no existían personas con esa pasión por los libros, sobre todo viniendo de una jovencita tan linda como tú
-e…esto…- no supe qué responder, mis mejillas seguro mostraron un rubor notable
Leonard me ofreció darme un recorrido por toda la biblioteca, pasamos por unos armarios que tenía títulos hasta varios metros sobre mi cabeza ¿es posible que él los haya leído todos?
-por ahora estamos haciendo unas remodelaciones, moviendo los libros más antiguos a otro salón…que vergüenza me has pillado en el peor momento
-¡son tan bellos!-exclamé maravillada- ¿y puedo leerlos cuando quiera?
-¡por supuesto ! Puedes venir todas las tardes si quieres
-muchas gracias
-ni lo digas, aunque ya se está haciendo tarde…si no estás ocupada me gustaría que vieras el salón de cafetería
-de hecho…- por poco iba a decir “debo volver a casa” pero mientras más tiempo le dejara a Darius en soledad, menos le molestaría-no tengo nada que hacer ahora, me gustaría verlo
-perfecto, sígueme por aquí
Bajamos unos escalones hacia un salón precioso y decorad de una forma que dejaba boquiabierta
-ooohh…es tan hermoso
Las sillas estaban adornadas con listones y flores blancas, y los manteles tenían unos motivos tiernos y de colores muy veraniegos, papá tenía razón , la estación siguiente no sería invierno
Nos sentamos en una mesa cerca de la barra, él pidió un par de helados después de que le dijera que me gustaban las fresas. Su tono de voz me inspiraba mucha confianza, hablamos por un largo rato y le dije todo lo que había pasado desde que desperté en este extraño lugar, también de como Tunder y Shin me hallaron y me llevaron hasta papá, y por último mi nueva convivencia junto a Darius. No medí mis palabras, Leonard no parecía una mala persona y de todos modos ¿qué sacaría con saberlo?
-¿así que no recuerdas exactamente lo que pasó con tu hermano en aquel bosque?
-no..en realidad son imágenes borrosas, pero aprendí a tranquilizarme además hay mucha gente que me está cuidando, solo que no quiero molestar a Darius ni obligarlo a tratarme bien, o que me tenga confianza…
-¿pero…?
-pero quisiera agradarle-suspire bajando la mirada
El sonrió un momento, tornándose algo pensativo
- La confianza no es algo que se logre de un día para el otro todo siempre llega a su momento ...¡como las rosas!, “las rosas blancas sólo crecen en invierno”
-¿co…como dijo?
-es un dicho que mi padre solía tener siempre en cuenta
Quise preguntarle más sobre lo que acababa de decir, pero antes de pronunciar palabra alguna el celular comenzó a sonar
“¡Layla donde demonios te metiste! Son casi las ocho, te dije que volvieras a las seis”
-¡Darius! es que…
“¡es que nada! Regresa ahora mismo o llamaré mi padre para que te regrese a la cabaña ¿oiste?”
-si…de..acuer…
Colgó la llamada sin que terminara de hablar
-tengo que volver…Darius se oía molesto
-espero verte de nuevo por aquí Layla, y en cuanto a tu compañero de piso no te preocupes, esta noche tendrá mucho que pensar
No entendí con certeza si me advertía de algo o qué, me apresuré en salir de la biblioteca, por suerte no estaba lejos del apartamento.
Entre pasos y ruidos del tráfico tan pesado llegué hasta las puertas del edificio, mientras esperaba el ascensor me temblaban las manos algo me decía que esto no iba a ser discutido en buenos términos
Apenas me puse de pie en la sala Darius dio un par de vueltas hasta que se dirigió hacia mí con el ceño fruncido
-¡ escúchame, no soy tu niñero y tú no vives aquí! ¡este lugar es peligroso ¿lo entiendes?!
Yo me quedaba observándolo, en ese estado era obvio que debía mantenerme callada hasta que terminara de regañarme, creí que si volvía demasiado temprano también se iba a molestar
-¡estoy haciendo este maldito favor así que no lo hagas más complicado o te vas de aquí!
Si no estalló en ese momento, estuvo cerca. Me dolía verlo así, una persona como yo no podría agradarle y ya comenzaba a entender el por qué los aldeanos no me querían cerca. Quizá no nací para convivir con otros por más que lo intente sigo siendo la rosa prohibida que trae desgracias, la flor de la que todos huyen.
-¿y ahora quién mierda es? – dijo sacando el teléfono que vibraba en su bolsillo izquierdo -¡hola!
“Darius soy yo”
Su rostro se paralizó unos segundos, ahora su expresión no era la de un hombre enojado sino de un muchacho perdido en el bosque que no sabe cuál camino tomar
-¿mica?-contestó finalmente
“no, un manager millonario, ¡claro que soy yo imbécil! Escucha estoy de paso así que ábreme”
-¿qué? ¿ahora?
“¿estás bien?”
-si, si, enseguida voy, aguarda un momento
“ok, aquí espero”
-por favor, escóndete en el baño-verlo tan cambiante por momentos me daban ganas de soltar una carcajada, pero obviamente me contuve aún, así no podía evitar la curiosidad
-¿por qué quieres…?
-por favor, sólo unos minutos, yo te diré cuando salir-dijo casi en plegaria
A juzgar por sus redondeados ojos, algo le atemorizaba. Ya le había traído bastantes problemas así que solo asentí dando pasos rápidos hasta el baño y cerré la puerta
Darius
¿por qué todo tiene que pasar una semana antes del festival? Parece una broma de los dioses griegos
entreabrí para divisar la chaqueta de leopardo rojo que traía puesta mi compañera bajista, arqueó una ceja y con una sonrisa empujó hasta abrir la puerta
-te tardaste demasiado
-oye, no soy adivino ni nada para saber que andas por aquí
-Darius….-la noté algo melancólica, pero no olía a alcohol ni nada parecido, mas bien era la mirada de una chica que desesperaba por ver a su amante, cosa que me atraviesa el pecho sólo de pensarlo
Música: : "emeraude hime"
-mica…aguarda…
-hace días esperaba verte, te la pasas encerrado como un loco
Quería decirle sobre Layla, la muchacha que ahora estaba bajo mi cuidado, pero qué sacaría con ello, sus acciones en estos días no me han demostrado más amor porque sería imposible, pero no quiero herirla…aunque se lo hubiese advertido
no le correspondo…
-no sabes cuanto necesitaba de ti…-ya estábamos tumbados en la cama con las señales que nos llevarían a un encuentro apasionado, nada que no haya pasado antes, pero entonces ¿por qué me sentía tan perturbado?
-Mica, espera un segundo…yo….- la alejé un poco
-¡vaya que estás tenso! No eres tan atrevido cuando estás sobrio
-quiero decirte algo… yo… bueno…yo…
-¡espera! me diste una idea, iré a comprar unas cervezas. Voy por mi bolso, a ver si así se te quita lo tímido. Estas raro hoy, como si no fueras tú
Se levantó con la misma energía con la que me empujó sobre la frazada
-es más de lo mismo, ya sabes el ensayo y todo eso…- intenté excusarme
-oh, cierto tu error en el “Anima’s Rock” como olvidarlo
-¡hey, no fue tan grave, al menos supe arreglarlo!
-ok, cariño sigue hablando- rió un poco- regreso en veinte minutos, no te desesperes y vete preparando hoy estoy para derrochar pasiones jaja
-bah, niño bobo, se la pasa en su nube ¿pero qué es lo que querrá decirme?...será
…. no , no quiero ilusionarme, por ahora solo sexo nada más, tranquilízate Mica, no actúes como pre-adolecente y controla tus malditas hormonas
-….¿¡pero qué mier...?!
-no..no,no,no aléjate ¡¿qué ….qué eres?!
¡¡¡Darius!!
Lo que más me temía por fin paso, el destino claramente me dijo “de esta no te escapas, pobre infeliz”
-¡Mica!…esto …ella…-traté de todos modos buscarle la vuelta a tan confusa situación
Pero una bofetada silenció mis vacías explicaciones, y todo lo que recibí fue una mirada de ojos café llenos de desprecio
-¡vete a la mierda!
Sus botas hiceron estruendo por toda la madera del pasillo hasta desvanecerse en la entrada
-¡mica!- grité con la esperanza de que regresara, pero nada pasó
De pronto sentí la brisa de esa voz tan tímida y molesta como siempre
-¿Darius? ¿Ella es tu novia? ¿por qué está llorando?
“será porque ahora vivo con una niña que duerme mediodesnuda en mi baño” pensé mordiéndome el labio
“o mejor dicho era una niña” porque al voltear esa figura de muñeca de porcelana ahora se transformaba en una bella mujer, su cabello parecía haber crecido aún más…pero ¿cómo? He oído de los famosos “estirones” pero esto ya es una chiste de mal gusto. Lo bueno que pude sacar es que no estaba totalmente desnuda sino cubierta de tallos…como si fuese una especie de flor
-¿Darius?
No podía, ni quería contestarle, si quiera podía mantenerme en pie…toda esta locura…todo esto, tiene que ser un sueño
Casí me estrello contra una de las paredes del pasillo que por cierto, la imagen de éste se me estaba distorsionando.
-voy…voy a acostarme- lancé un suspiro sin levantar la vista, y me dejé caer sobre el colchón sin ánimos de moverme de ahí
Hasta que unos finos y suaves dedos me despertaron con torpes pinchazos
-¿Darius?
La miré disgustado, y me levanté para echarla de mi habitación antes de que volviera a explotar de rabia
-¿y ahora que diablos quieres?
Se puso firme, como si quisiera reprocharme algo aunque no le diera el valor para hacerlo
-¡que tengo frío!
Con un tono presumido le hice frente, viéndola sonrojarse y con sus labios temblando
-no es mi culpa que tengas la costumbre de desnudarte en casa ajena, luego dices que no te me estás insinuando
-¡no es eso!-volvió a contestar, un poco enojada esta vez
-es por eso que ese tal Kenji se deshizo de ti ¿no es así?- me burlé-no le gustaban las mujeres impuras como tú…
Si hubiese sabido su historia en ese momento no habría soltado tremenda estupidez, lo noté en sus ojos, fue justamente lo peor que le pude decir
-¿se deshizo de mi?
De pronto una de sus lágrimas alcanzó a mojar mi camisa hasta disolverse en la tela, fue como ver una luciérnaga apagarse y morir.
Música: "music piano"
Más de esas luciérnagas se borraron en el aire, cortando unos incontrolables sollozos al azotar la puerta
-Layla…
Regresé con los humos de arrogancia bajos, ya había herido suficientes damas por hoy, ni yo mismo me permito ser tan imbécil, al fondo en una esquina la vi, hecha una bolita como una niña pequeña. Ella encendió el antiguo tocadiscos de papá, el sonido de piano me infestó la casa de notas maravillosas, haciendo sombra a esa muchacha de cabellos plata y a su corazón herido
-buena música ¿no es así? Pocos le tomamos el gusto, cuando papá me regañaba hacía lo mismo que haces tú ahora…-
intenté hacerme el amigable con un tono poco creíble, pero de ella sólo recibí una leve mirada de reojo, y sus mejillas blancas totalmente empapadas
-debes pensar que soy un monstruo-dije con desgano
No me estaba sincerando por completo, pero no iba a mostrarle a ella lo cierto, no iba a decirle que todo esto lo hago porque cada minuto que la tengo cerca, me siento bien, que al ver su mirada inocente quiero abrazarla y que estoy más que seguro que nos conocemos de otro lugar
Sólo que este no soy yo, y no quiero serlo tampoco.
Dame una explicación Layla, dime que me odias y que no sientes lo mismo cuando me ves…dime que me quieres lejos y nada de esto será real
-yo…
-“¿eh?”
-yo no creo que lo seas, yo …quiero agradarte, quiero gustarte Darius
-“¿cómo puedes decir eso?"
-“después de como te traté, me muestras tu rostro de compasión…”
Pude haber hecho tanto en ese instante, aunque significara dejar de lado mi modo de pensar y vivir
¿Por qué simplemente no me dejas, hacer lo que quiero?...Layla...
-quiero alejarte de mí