Hola a tod@s, soy Anna. He escrito una historia que me encantaría comenzar a compartir con tod@s vosotr@s. Debo añadir que es la primera vez que comparto una historia y espero que os guste como a mi me ha gustado escribirla.
Gracias.
Capitulo 1: Bajo la lluvia.
Resumen: Bajo la lluvia toca una canción para conseguir dinero que se convierte en comida que pueda llevarse a la boca. Pero esa noche todo se complica cuando es molestada por unos niños ricos quienes la golpean en un callejón oscuro. ¿Será el principio de una historia o el final de la misma?
B.S.O: Halsey_ Ghost
Bajo la lluvia espero ver caer unas monedas al sombrero. Tengo los dedos entumecidos por el frío y el hambre anuncia su llegada. La suerte no está de mi lado esta noche. Caminan por mi lado, sin ni siquiera dedicarme una mirada. Ignoran mi presencia porque al fin de cuentas solo soy un insecto insignificante a sus ojos. Para ellos no valgo nada.
Dejo escapar un largo suspiro mientras cuento las pocas monedas adquiridas. Por lo menos es suficiente para comprar algo de comida, esta noche podré comer. Recojo las pocas pertenencias que me acompañan, la guitarra que Luis me regaló, y corro hacia la tienda de comestibles antes del toque de queda. Solo quedan cinco minutos antes de que sus puertas cierren en mis narices.
Una vez cruzo la puerta siento la mirada del dependiente clavarse en mí. Desprecio es lo único reflejado en su mirada. Aunque sienta vergüenza de mi misma por el aspecto, por el estilo de vida que nunca escogí, estoy acostumbrada a lidiar con este tipo de trato.
Hace tiempo que dejó de molestarme la actitud de los demás.
Me limito a coger lo poco que puedo pagar y me dirijo hacia el mostrador hasta que me estampo contra algo duro y caigo al suelo, sintiendo una explosión de dolor en la anatomía trasera.
Al levantar la mirada sé que acabo de tener la peor de las suertes. Un maldito niño pijo, alumno de la prestigiosa escuela, junto a su compañera, comienzan a escupir palabras envenenadas.
_ Pringada._ Se burla la chica.
_ ¡No vuelvas a tocarme, escoria!_ Grita alterado.
La situación empeora cuando intento mostrar dignidad. Gritan e insultan sin contemplaciones, olvidando que se encuentran en un lugar público. El dependiente vuelve la mirada a un lado, fingiendo no ver a una chica siendo agredida por unos niños pijos. Ahora está claro, este mundo solo les pertenece.
Aprovecho un descuido para salir corriendo. Al girar la cabeza descubro que me persiguen como una jauría salvaje, dispuestos a continuar con su juerga personal.
Cuando quiero darme cuenta he sido acorralada en un oscuro callejón. No tardan en empujarme al suelo mientras oigo sus risas, burlas y más insultos. Por su forma de mirar comprendo que no están dispuestos a detenerse.
_ Vas a pagar por ensuciarme con tus sucias manos._ Gruñe, colocándose ahorcajadas sobre mí.
_ ¡Dale su merecido!
Carga los puños con ira y comienza a golpearme con ellos, mientras su acompañante grita emocionada por la paliza que presencia. ¿Por qué nadie les detiene? ¿Nadie escucha mis gritos?
Solo quiero que esto termine de una maldita vez, pero estoy equivocada. Esta pesadilla acaba de empezar y no me deja otra opción que resistir y luchar. Intento en vano quitármelo de encima, hasta que se cansa de golpearme. Apenas puedo ver su rostro por culpa de la sangre. Me duele al respirar. Y ya no me quedan fuerzas.
Dejo que me arrastre hasta que todo se vuelve oscuridad. Apenas puedo abrir los ojos. Ni siquiera puedo gritar por ayuda.
Solo limitarme a descansar hasta que amanezca otro día mientras escucho sus risas alejarse y desaparecer.
De pronto oigo pasos acercándose. ¿Han regresado para terminar el trabajo?
Unas manos cálidas se deslizan sobre mí, elevando mi cuerpo en el aire, obligándome a sentir ligera. Decido dejarme arrastrar por la calidez que estas manos proporcionan en mi cuerpo. Y solo por unos breves segundos antes de perder la conciencia deseo que se trate de un hermoso sueño.
Al abrir los ojos descubro un dolor insoportable en las costillas y en la cara donde ese malnacido descargo su rabia. Es imposible moverme sin sentir una punzada de dolor atravesar mi cuerpo, como si me hubiesen clavado miles de agujas.
¡Un momento!
¿Dónde demonios estoy? Estoy en una habitación que no reconozco. Por el estilo de muebles y la decoración indican que el dueño se trata de alguien elegante, seguramente con bastante dinero en los bolsillos. Aunque reconozco que despertarme en una cama es una sensación que añoraba. ¿Cuánto tiempo llevo sin estar bajo techo? Demasiado. Aún así, debo irme. ¿Quién sabe la clase de persona que me ha traído hasta aquí? Si analizo mi suerte, sé que probablemente se trate de un psicópata.
Desde la ventana observo la ciudad en todo su esplendor. Casi parece distinta a lo que es en realidad. Un lugar donde la gente como yo no tiene permitido estar.
Al dirigirme a las escaleras que llevan al piso de abajo escucho una conversación que debería ser privada. Dudo en escuchar hasta que la curiosidad se adueña de la situación. Se oyen dos voces, un hombre quien me da la espalda y una mujer sacada de una película de fantasía. Su ropa grita “Peligro” y su peinado impone rebeldía. Si nos fuéramos a encontrar por la calle no dudaría en cruzar al otro lado.
_ Muy bonito._ Escupe a regañadientes._ ¿Qué harás cuando el careto de esa niñata aparezca en primer plano de la prensa, por no decir cuando despierte?_ Explota como una bomba de relojería._ ¿En qué demonios estás pensando?
_ Es asunto mío._ Dice en tono tranquilo una voz grave, firme y ciertamente autoritaria.
_ Te meterás en un buen lío cuando se enteren y lo sabes._ Avisa en un tono más tranquilo.
_ No sucederá._ Responde seguro de sí mismo.
_ ¿Cómo puedes estar tan seguro, Ewan?_ Inquiere incrédula.
No responde pero algo me dice que su respuesta me avergonzaría.
_ Oh, ya entiendo._ Masculla._ Has recogido a un cachorrito abandonado._ Escupe con fingida pena._ Al no escuchar respuesta decide rendirse._ Muy bien, como quieras. Pediré algunas cosas prestadas para tu cachorrito.
_ Gracias.
_ Aún no me las des.
La mujer se da la vuelta, dirigiéndose hacia la puerta.
_ El cachorrito está despierto._ Se burla antes de desaparecer.
Al verle dirigirse hacia mi dirección corro hacia la cama con miles de emociones aflorando en mi interior: nervios, miedo, curiosidad,… Ni yo misma me entiendo.
Me cubro con las sabanas y finjo dormir cuando él ha puesto los pies en la habitación.
_ Finges demasiado mal._ Se burla.
Fingir ha dejado de ser una alternativa. Al volverme hacia él le descubro apoyado contra la librería. Es la primera vez que alguien mantiene la mirada y me observa, haciendo que me pregunte como ha quedado mi rostro.
No tengo más opción que enfrentarle mientras una pregunta vuela en mi mente. ¿Es mi salvador o secuestrador?
Continuará...