Como vimos, los Washington eran ahora una nueva familia…
Madison era una adolescente, que a pesar de tener su lado malvado, era muy disciplinada; tenía unas ganas tremendas de practicar artes marciales.
Chloe, al contrario que su hermana, era muy bondadosa y le encantaba ser buena con los demás. Visitaba frecuentemente a compañeros de clase.
Y Elijah y Malvina, a pesar del paso de los años, mantenían la llama de su amor todavía encendida.
Malvina decidió comprar un ordenador, ya que su profesión literaria lo requería. Lo puso en la habitación de las niñas, que era donde había espacio.
Las dos hermanas de llevaban bien, a pesar de la cierta incompatibilidad que existía entre ellas.
La casa últimamente se estaba rebelando, y los aparatos se rompían uno tras otro. Elijah, que tenía los días libres (ya que trabajaba de noche como ladrón), se encargaba de reparar cada uno de ellos.
Pero no podía ser todo trabajo. Elijah y Malvina se permitieron el lujo de ir al bistro a cenar, que todavía no habían ido ni una sola vez.
A Malvina le gustó tanto que nada más llegar escribió una crítica positiva sobre el restaurante.
De repente Chloe avisó a toda la casa de que estaba a punto de sufrir una metamorfosis. A la pobre no le hicieron fiesta, con lo buena que era…
Y no pudo entrar con peor pie… (Ganó el rasgo de no desnudarse nunca.)
Tras peinarse un poco y tirar la ropa viejuna, Chloe parecía otra cosa. Ahora le hacía la competencia directa a su hermana… (Pregunta abierta: ¿Madison o Chloe?)
Como un baño era muy poco para cuatro personas, amueblaron la habitación que habían dejado preparada. Ahora ya nadie tendría que hacerse pis encima.
Elijah, como bien podéis suponer, seguía dándolo todo por su amado jardín. Algunas plantas murieron, pero iba sembrando nuevas.
Una tarde dieron una fiesta, y los anteriores hijos de Malvina se conocieron con Madison y Chloe, aunque tampoco hablaron mucho.
Chloe prefirió coquetear con un chico de su clase que era bastante atractivo. Pero no le dio tiempo a mucho ya que salió corriendo…
Visto el éxito de la fiesta, las hermanas se fueron a pescar, ya que a las dos les habían pedido que llevaran un pez para mejorar en la escuela.
Elijah mejoró en su trabajo por la vía de ladrón y ahora llevaba un atuendo que pasaba totalmente desapercibido.
De vez en cuando se ponía en el ordenador a trollear en los foros, le encantaba ser inapropiado con los demás.
Aunque los moderadores eran muy duros y le banearon...
Como habían ahorrado bastante dinero, decidieron romper la rutina y emprender un viaje familiar rumbo Shang Simla. Así Madison podía lucir su rasgo de disciplinada y Elijah además cumpliría una oportunidad laboral.
Se dividieron en dos grupos: Madison y Elijah tenían interés en aprender artes marciales, así que fueron a la Academia.
Por el otro lado, Malvina y Chloe se pusieron en la búsqueda de aventuras, a lo mejor ganaban algo de dinero y todo!
Siguieron los pasos de un habitante local, y se introdujeron en una tumba. Entre las dos fueron avanzando y lograron lo que buscaban.
Mientras tanto, Madison y Elijah empezaron desde cero haciendo artes marciales. Había que tener paciencia…
Pero Madison era tan disciplinada, que en un par de horas ya se enfundó un traje especializado.
El día se les pasó volando, y bien entrada la noche volvieron a la base a descansar.
Desayunaron en las mesas comunales y pronto se pusieron en marcha.
Exploraron la ciudad, compraron los objetos para mejorar en artes marciales y resolvieron alguna aventura. Malvina buscaba trozos de piedras y chinches rojas (cómo corren las muy…) para una mujer. Mientras le pagara, perfecto.
Madison seguía horas y horas en la academia, hasta fatigarse. Aprendía muy rápido e incluso ya tenía público!
Pero pronto las vacaciones llegaron a su fin y tuvieron que volver a casa. Había sido estupendo y encima habían vuelto con el doble de dinero con el que partieron. A la casa le esperaban nuevas mejoras...