elnovamas escribió:sin duda alguna un trabajo magnífico.
y esos jardines son
alucinantes
¿me permites un consejo?
me encantan tus ciudades, y se que construyes a la perfeccion con cuadriculas...
pero, por que no creas una ciudad un poco menos lineal,y le daria un toque casco antiguo a tu region.
en méxico, los cascos antiguos son más lineales que los fraccionamientos modernos mi estimado, además en una ciudad imperial, lo que se busca es un ordenamiento que de la sensación de que todo está bajo control, nada es improvisado.
Sobre la instauración de la monarquía en los Estados Unidos Hispanoamericanos
Los Estados Unidos Hispanoamericanos, una vez constituidos formaron una monarquía constitucional, no por otra razon sino porque en país tan extenso, los métodos representativos de la República eran insuficientes y muy dispares, pue habiendo estados como Texas que podían abarcar el tamaño de alemania entera, tenía que compartír el mismo estatus con estados como Tlaxcala o el DF, cuyas dimensiones eran menores que Bélgica. La única forma de balancear esta situación era el tener una figura de unidad que diera su balance adecuado al peso de cada una de las entidades.
LA monarquía por otro lado representaba que estos territorios, desde Panamá hasta Oregon eran habitados no por una sociedad multicultural multiétnica, sino que en realidad había una unidad de sangre, era pues no una neción de naciones sino una GRAN FAMILIA.
Como toda buena familia es necesaria una figura de autoridad permanenteque no solo imponga orden sino que de aliento y sentido al caminar de la nación. Esta figura tendría que ser un Rey.
La implantación de la monarquía representó un verdadero viacrucis en esta federación, ante todo porque había dos posturas, los que pensaban en una monarquía central y los que pensaban en una república federativa. Las dos posturas tenían simpatisantes, pod´ria decirse que un 50% para cada bando.
Las negociaciones de la clase política fueron muy arduas, por un lado la ventaja de tener un rey como simbolo visible de unidad de un territorio tan extenso y por otro lado el reclamo de mayor autonomia de gestión de los estados tenía que conciliarse.
La solución fue una monarquía constitucional parlamentaria. Un Rey, monarca de todo el Reino, conciliado con un sistema federativo autonomo que permitía una mayor libertad de gestión. Un primer ministro parlamentario, quien llegaría al mando del gobierno por mayoría parlamentaria.
Así, el jefe de estado sería el Rey, quien estaría encargado de la política exterior del reino, y por otro lado el jefe de gobierno sería el primer ministro de mayoría parlamentaria quien estaría a cargo de la política interna, de los servicios, la seguridad y la administración de los recursos nacionales.
El heredero tendría que ser un descendiente de la casa de Habsburgo y Borbón, se ofreició entonces el trono al segundo infante sucesor al trono de España, en aquel entonces Felipe Alonso de Borbón de la décima generación sucesoria al otrora Rey Juan Carlos I primer monarca español posterior a la guerra civil Española del siglo XX.
En la ciuda imperial de San Benito, el palacio del rey estaba dispuesto en uno de los extremos de la Calzada Real:
