Política y Derecho:La Bellísima República de las Islas Eindhoven, es un Estado social y democrático de Derecho, basado en los ideales de libertad, igualdad, justicia, tolerancia y pluralismo político; y por lo tanto existe en su sistema legal una clara división de poderes entre el ejecutivo, legislativo y judicial, respetando la reserva de ley y permitiendo la protección de sus ciudadanos mediante tribunales independientes. Así pues, se constituye, como su propio nombre indica, en una república parlamentaria unitaria, con un jefe de Estado y jefe de Gobierno.
La Constitución de 1954 es una constitución profundamente liberal y progresista, hace una profunda separación entre Iglesia-Estado, reconoce amplios derechos a ciertas minorías, vela por el cuidado del medioambiente, legaliza ciertas drogas, pero al mismo tiempo establece una férrea protección de la propiedad privada y limita el intervencionismo del gobierno en ciertos temas económicos. Ha sido reformada en varias ocasiones (la más reciente en el año 2003 para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo), y sus interpretaciones han ido tendiendo hacia una mayor permisividad (por ejemplo, para legalizar el aborto). El Tribunal Constitucional se encarga de velar su estricto cumplimiento, y posee una amplia jurisprudencia en temas de polémica y controversia social.
El gobierno de la nación es el que se encarga de gestionar el país, encabezado por el primer ministro, que es el más alto representante del país, y seguido por el resto de los ministros, los cuales tienen absoluta libertad para gestionar y llevar a cabo las políticas de sus propios ministerios. Se reúnen todos los jueves en el Consejo de Ministros, donde el primer ministro debe de coordinar las políticas ministeriales, definirlas a grandes rasgos y planear los pasos conjuntos del gobierno. Cada cuatro años hay elecciones al gobierno, donde el primer ministro es elegido por sufragio universal entre aquellos ciudadanos mayores de 21 años. Una vez elegido, el primer ministro establece un equipo de gobierno (designa al resto de ministros) y se lo presenta al jefe de Estado en una ceremonia solemne, que debe dar el visto bueno (esto es meramente de carácter simbólico, el jefe de Estado no se puede negar, incurriría en un delito de traición si lo hiciera). El primer ministro debe seguir unas normas para escoger a sus ministros, no pueden ser elegidos directamente según sus preferencias, si no que para poder ser ministro el aspirante debe de haber sacado antes unas duras oposiciones (en diversos temas tales como economía, derecho, sociología, etc), entre los cuales se elige. Esto se traduce en que en numerosas ocasiones, los primeros ministros no eligen estrictamente a gente de su propio partido si no que también le proponen un ministerio a técnicos de alto y reconocido prestigio (por ejemplo, el ministro actual de Asuntos Exteriores es un reconocido profesor de Derecho Internacional, catedrático por la Universidad de Palm Beach).
El poder legislativo lo ostenta el Parlamento, unicameral, que se define en 150 diputados que son elegidos por circunscripciones de islas en una proporción similar a la población de cada circunscripción, pero beneficiando a los municipios menos poblados. La Isla Barbate elige a la mayor parte de los diputados, 118, mientras que Nutunde elige 14, Fitii 8, Palaau 5, Boowa Boowa 3 y Puka Puka 2. El resto de islas pequeñas se reparten en el resto de circunscripciones si es que están habitadas por alguna persona. Las elecciones parlamentarias se celebran también cada 4 años, pero siempre 2 años más tarde (o antes) que las elecciones al gobierno. Los partidos políticos que controlan el Parlamento son 5, pero el sistema eindhovés permite que los miembros de los partidos tengan libertad de decisión en sus votos parlamentarios, por lo que una propuesta legislativa por parte del gobierno no siempre está apoyada por los miembros de su partido, y al contrario, puede estar apoyada por miembros de partidos distintos. El Parlamento es el que aprueba las leyes, y para hacerlo siguen los siguientes pasos: En primer lugar se hace la propuesta de ley por parte de algún partido, de seguido se establece una primera votación para ver si se acepta la iniciación del proceso de elaboración, si no sale, entonces se deja un período de una semana para que los partidos negocien entre sí, se den más motivos y argumentos para intentar convencer a los parlamentarios, y después se vuelve a hacer una segunda votación en el mismo día de la semana siguiente; en el caso de que se acepte a la primera votación, entonces se establece una comisión formada por distintos parlamentarios de distintos partidos en proporción a cómo estén repartidos los escaños, más adelante se elabora un borrador de la ley, y finalmente se somete a votación en el Parlamento, si es rechazada se deja un plazo de 3 semanas para que se vuelva a negociar y/o modificar el contenido, y al finalizar el plazo se vuelve a hacer una segunda votación. Las leyes han de ser firmadas y sancionadas por el jefe de Estado.
El poder judicial es totalmente independiente y se accede a él por oposición. El tribunal más importante es el Tribunal Constitucional (que sólo puede dictar sentencias sobre la constitucionalidad o no de normas jurídicas emanadas del Parlamento, el Gobierno o la Administración), después está el Tribunal Supremo (que conoce de todo tipo de casos excepto de la constitucionalidad de normas, es el que tiene la última palabra por lo general), después se encuentran los Tribunales Regionales (uno por cada una de las 6 islas más grandes), y finalmente los Tribunales Ordinarios. El sistema judicial es supervisado y gestionado por el Consejo Supremo de Justicia, que agrupa a los juristas más prestigiosos de las Eindhoven, elegidos a medias entre el Parlamento y el Gobierno por un período de 6 años, pero para poder ser aspirante se debe de contar con un extenso currículum y méritos tanto académicos como profesionales. Se dice a menudo que la independencia del sistema judicial, totalmente eficiente y rápido gracias a la informatización de los procesos, viene garantizada por el elevado sueldo que reciben los jueces eindhoveses.
Los partidos políticos actuales que están en el Parlamento son:
-Partido Nacional Liberal-Conservador: 65 diputados.
-Partido Democrático Socio-progresista: 42 diputados.
-Partido del Frente Convergente: 26 diputados.
-Partido Democristiano: 9 diputados.
-Partido Socialista Eindhovés: 7 diputados.
-Partido Descentralizado: 1 diputado.
El Presidente (jefe de Estado) actual es Mr. Anthony O. Jacobs, del Partido Democrático Socio-Progresista, ex primer ministro de la Bellísima República.
La primera ministra (jefe de Gobierno) actual es Ms. Summer M. Evans, del Partido Nacional Liberal-Conservador, secretaria general del partido.
Sociedad y cultura:La historia de las Islas Eindhoven está marcada por la huella del colonialismo holandés y británico mezclada con un rico pasado pre-europeo que ha desarrollado una cultura única y especial en todo el mundo. En otras partes del mundo tropical con pasado colonial anglosajón, la población (caucásica en su gran mayoría) se ha seguido comportando casi igual a cómo lo hacían en sus respectivos países de origen, imponiendo su cultura, costumbres y habla; pero, aunque en las Eindhoven también se impuso la cultura occidental como modelo de referencia de desarrollo, las costumbres locales que adoptaron los primeros europeos pobladores son únicas y están influidas por las antiguas tribus de nativos llegados desde el sudeste asiático, con lo cual los habitantes de origen europeo que viven en las islas tienen un estilo de vida distinto al de la antigua metrópolis.
Prueba de ello la tenemos en la multitud de festividades nativas que existen durante todo el año, la mayoría de ellas en verano, o la gran importancia que tiene el deporte en la cultura eindhovesa, así como la gastronomía, los bailes locales y la toponimia. En otras palabras, podríamos resumirlo todo en
Saloreh, my friend, una frase popular entre los eindhoveses, procedente del antiguo idioma nativo, que viene a significar algo así como "disfruta de la vida". La cultura de las Eindhoven está muy marcada por el clima y el buen tiempo que se respira en la mayor parte del año, así como en la libre vegetación y vida animal tropical. El resultado es una cultura de playa, sol y fiesta que, curiosamente, no por ello excluye los ideales anglosajones del "trabajo bien hecho" y el "esfuerzo máximo", puesto que, aunque se vive en un ambiente desenfrenado de "vive la vida", los datos hablan por sí solos y muestran una gran espíritu emprendedor de la población, una meticulosidad laboral envidiable y la importancia de los pequeños detalles. Esta máxima del trabajo se puede también extender a otros ámbitos de la vida, como la honradez en las relaciones personales, el respeto por el medio ambiente o la organización social del país.
Así pues, vemos una cultura y una sociedad altamente progresista donde el consumo de ocio de ciertas drogas como el cannabis está bien visto, se tolera y respeta el derecho de una persona decidir su propia muerte, y se aprecia la diversidad cultural y religiosa como un bien común; entre otros ejemplos. Aún con todo, las minorías existen, y hay algunos sectores que, aunque pequeños, están totalmente en contra de estas prácticas y se rezagan en un conservadurismo más anglosajón, no por ello peor ni mejor, simplemente son posturas diferentes. Como ejemplo podemos citar a la Asociación de los Hijos de Dios, que abogan por un modelo confesional, el freno a la inmigración y el final de una cultura que venera la psicodelia. A pesar de sus esfuerzos, el conjunto de la sociedad no tiene visos de cambiar de tendencia puesto que la cultura actual está profundamente arraigada, sobretodo entre la gente más joven.
La distribución de la población por etnias revela una sociedad abierta, plural y tolerante. Aproximadamente el 59% de la población son caucásicos descendientes de británicos, holandeses o americanos; el 16% son personas de origen asiático, el 15% son de origen africano y el restante 10% son de origen polinesio. La convivencia pacífica y el sentimiento de unidad se refleja en el bajo número de delitos cometidos por motivos raciales y en la no discriminación social de ninguna etnia. Por otro lado, estudios demuestran que la sociedad eindhovesa respeta y valora la figura de la mujer en mayor proporción que otros países desarrollados, dado que cuentan con una serie de derechos laborales a veces controvertidos por dar lugar a discriminación positiva en algunos casos. Los delitos de violencia de género son claramente insignificantes, aunque no por ello se debe de dejar de hacer hincapié en su erradicación.
Sin embargo no son todo cosas buenas. Los problemas de la sociedad eindhovesa también son múltiples, entre los que se encuentran multitud de problemas sanitarios por el consumo excesivo de drogas (sobretodo entre los jóvenes). Por ejemplo, en la última década el consumo de las drogas de diseño como el LSD o las anfetaminas se ha duplicado entre la población que va desde los 16 años hasta los 30. Este tipo de drogas son claramente ilegales (en las Islas Eindhoven sólo es legal el cannabis, cáñamo y derivados, y hongos psicotrópicos), y el gobierno está iniciando campañas para su erradicación. Por otro lado, el escaso interés de la juventud por la política y la desvaloración que esta sufre provoca una alta tasa de abstención en las elecciones, y un excesivo pasotismo sobre las actuaciones del gobierno que no impliquen modificar su estilo de vida. Finalmente, la delincuencia juvenil, que, aunque está en niveles bajos, ha experimentado un aumento durante los últimos años en algunos lugares específicos tales como zonas de discotecas, lo cual preocupa a la sociedad en su conjunto.
En conclusión, la Bellísima República de las Islas Eindhoven ha logrado labrarse una merecida fama internacional gracias al calor de sus gentes, a la diversión como exponente de la vida misma, y a su contraste con la seriedad en las relaciones formales de los eindhoveses. Esto es uno de los motivos de peso por los cuales las Eindhoven han logrado convertirse en una de las mecas del turismo internacional.