Ahora voy a seguir con otro avance, lleno de sorpresas, espero que os sea ameno de leer.

Por fín Angela ha podido decorarle un bonito dormitorio a Zoe, la cual está muy contenta.

Mamá no le deja tocar la cocina de verdad, dice que es peligroso, así que Zoe se conforma con la que le ha regalado para que aprenda ha hacer magdalenas.

Ahora que Zoe a crecido, Angela dedica algunas horas al día ha enseñarla a jugar al ajedrez, pero la pobre niña se desanima bastante, no hay quien gane a mamá.

La rutina de los sabados, sigue siendo la misma.
Mientras Angela juega al ajedrez, Zoe juega con un amiguito del cole (Gesualdo Partarroyo, menudo nombrecito), aunqué Angela también se dedica a pasar un rato con ellos.

Y no nos podemos olvidar del ejercicio, aunqué Zoe sea culo de sofá, varias veces a la semana, mamá la obliga a practicarlo.
Abajo, arriba y abajo...
A la izquierda, a la derecha...
Brazos arriba, brazos abajo...
La pobre Zoe acaba para el arrastre, no puede seguir el ritmo de Angela.

Una tarde, alguien del pasado aparece ante su puerta, es Robbie...
Angela siente que su corazón late desbocado, a la vez que la colera crece en su interior.
¿Como puede presentarse en su casa? Y sin avisar...
No se lo piensa dos veces, y vá a su encuentro, le debe muchas explicaciones, lleva muchos años esperando, y ha llegado el momento de que se las dé.
Robbie se siente abatido por el recibimiento, ¿pero que esperaba? ¿que lo recibiera con los brazos abiertos? Ni de coña.

Durante la acalorada discursión, no se han percatado de que cierta personita, está observando y escuchando.
Ni corta ni perezosa, Zoe se acerca a los adultos, siente que ese que dice ser su padre, le debe algunas explicación, quiere saber porqué las abandonó.

Angela cree que es mejor dejarlos solos, y vuelve a la casa para preparar la cena, espera que algo rutinario, le calme los nervios.

Zoe decide que quiere conocer mejor a Robbie, y sin pedirle permiso a Angela lo invita a cenar, cosa que no le hace mucha gracia.
La cena trancurre con un tenso silencio por parte de Angela, le parece que ya ha aguantado bastante por un dia, como para tener que soportar a Robbie mientras cenan.

Más tarde, Robbie vuelve a salir de su casa y de su vida, pero no sabe por cuanto tiempo.
Angela espera que sea por mucho, no quiere volver a caer en sus redes.

La vida continua en casa de los Third, y aunqué madre e hija siguen estando muy unidas, Zoe se ha vuelto un poco protestona y contestona, cosa que a su madre no le hace mucha gracia.
Angela se dá cuenta que su pequeña está cambiando, está creciendo, o eso es lo que espera para disculpar su mal comportamiento.

Uno de esos días, mientras Angela hace sus ejercicios diarios, recibe una inesperada llamada.
Robbie acaba de fallecer, solo, igual que vivió toda su vida.
Angela se siente desfallecer, solo piensa en como le vá a dar la noticia a Zoe, y en como se lo vá a tomar ella.
Delicadamente, le comunica a su hija que su padre, a muerto de repente de un ataque al corazón.
Zoe se entristece, pero sabe que su amor es de su madre, que ha estado con ella desde el día en que supo de su concepción.
Al fín y al cabo no se puede echar de menos lo que nunca se ha tenido.

Este domingo ha tocado ir al cine, la pelicula no ha sido muy buena, pero al menos ha sido entretenida.
A la salida del cine, Zoe se sorprende al ver a su amigo, no esperaba verlo ese día.
¿Me acerco, o no me acerco? Me acerco.
¿Desde cuando es esta niña tan timida?
¡Ay, ay, ay...!
Dimidez, miraditas de cordero degollado....
Menudo par, me parece que el amor está en el aire.


Un día al llegar Angela del trabajo, recibe una pequeña sorpresa.
Zoe se ha acordado de su cumpleaños, y le ha comprado una pequeña tarta, suficiente para las dos.
Angela no se decide a pedir un deseo, y decide cambiarse de ropa mientras lo piensa.
Al fin... y voilá, Angela llega a la tercera edad.

Angela consigue llegar a lo alto de su carrera, Cirujana Internacional.
Aunque el uniforme deja mucho que desear, no sabía yo que se paseaban por todo el barrio en bata y guantes permanentes.


Dias después llega le cumpleaños de Zoe.

Un poco de maquillaje, y un buen corte de pelo, y tenemos a una bella adolescente.

Los estudios se complican, ahora los deberes no són tan faciles como antes, pero Zoe tiene claro que tiene que aprobar los cursos que le quedan si quiere conseguir un buen trabajo, no quiere acabar vendiendo comestibles en la tienda del pueblo.

Y para acabar por hoy, solo decir que le falta aprender a elegir a sus amistades.
Una de sus amigas de instituto ha ido con ella a casa al acabar las clases, la pobre está un poco loca.
Entre cosas raras, e historias de terror, al final Zoe, como buena neurotica que és, no la aguanta más, y acaba estirandose de los pelos.
