CAPÍTULO 9: REYES DE LOS MARES 
Si bien hacía un par de semanas que Licen y yo lo sospechábamos, nos pillo de imprevisto cuando en el cumpleaños de nuestras hijas descubrí que estaba embarazada.

Ellas se tomaron con mucha alegría el regalo que les íbamos a dar en un par de meses.
Organizamos una pequeña fiesta a la que sólo asistieron nuestros hijos.

La primera en crecer fue Heather, que se volvió una niña un tanto rebelde pero aún así amorosa.

La siguiente fue Sammy que inmediatamente demostró su amor por la naturaleza

Eran hermanas pero aún así muy diferentes.
Sammy: Joo, no entiendo como pueden gustarte las matemáticas
Heather: Son muy divertidas Sam, sólo tienes que aplicar unas normas y voilá!
Sammy: Prefiero pasar rato en el jardín.....

Lo cierto es que mi relación con cada uno de mis hijos era especial y cada semana dedicábamos un rato a estar en familia, ya fuera en casa o en el parque.
Tyler: ¡Pescaré muchos peces para que el nuevo bebé pueda tener un acuario enorme!
Talia: ¡BRAVO! ¡ARTISTAS!
Licen: Lo habéis hecho muy bien, princesas!
Licen: ¡PERO DEJAD PASO AL VERDADERO ARTISTA!
Heather: Mamá, como se metió el hermanito dentro de ti?
Licen: Pues veréis, chicas. Un día, papá se encontraba pintando y decidió enseñarle a vuestra madre la brocha del amor y...
Talia: ¡OH, LICEN! ¡CÁLLATE O DE DOY UN COLETAZO!


Tyler y Deklan se alcanzaron la mayoria de edad pocos días antes que su hermano viniera al mundo, lo cual nos vino perfecto, porque teníamos una habitación libre para una guarderia.
Licen: Talia, o yo tengo perdidas de orina o creo que has roto aguas.

Efectivamente, había roto aguas. Fue precisamente el día de Navidad que llegaron al mundo nuestros dos pequeños angelitos.

El primero en nacer fue Jax.

Seguidamente de Tony

Dos pequeños los cuales demostraron desde pequeños que habían nacido para ser reyes de los mares.

Esta claro que los tritones cuando son bebés no tienen escamas, puesto que aún son demasiado pequeños.

Pero yo sabía que esas dos cositas tan pequeñas, llegarían a ser muy poderosas.

Ya que por sus venas corría la sangre del mismísimo Poseidón, y a quien quiero engañar, se que podrían llegar a hacerle sombra.

Muchas veces Licen me decía que exageraba, pero todas las madres lo hacemos y es algo que no podemos evitar, pues para nosotras, nuestros hijos son perfectos.

Ver como crecían poco a poco y como observaban el mundo de su alrededor, me fascinaba.

Y cuando sus escamas crecían del mismo color del atardecer, me lleno el corazón de orgullo.

Muchos me decían que era imposible reconocerlos.

Pero yo sabía que Jax tenia mis ojos y Tony los de Licen, y con eso me bastaba para diferenciar a mis dos amores.