Tras varios meses sin actualizar (que desastre

), traigo nueva actu. Espero que recordéis algo de la historia y podáis seguir desde donde lo dejamos. Esta vez no hay resumen pero introduzco la segunda guerra mundial y por fin conocemos un poco más de la personalidad de las futuras herederas. El juego ha sido un poco capullo con los rasgos, especialmente con uno que no quería ver por mi legacy
(os daré una pista: lo tiene Paloma). Pero ya que ha salido, lo he pensado mejor y me va a dar mucho juego para la historia, así que es bienvenido

Ya lo veréis

¡Y sin más os dejo el capi!

Mis dos niñas se habían convertido en la alegría de la casa. Ellas traían felicidad a este mundo triste. Sí, vivíamos tiempos malos, pero en casa de los Dinastía eso parecía estar muy lejos.
Pablo: ¿Queréis que os enseñe como se baila de verdad?
Paloma: ¿Tú? Pero si ya estás muy mayor papá, no creo que lo hagas bien.
Pablo: Yo en mis tiempos, baile en todos los locales de esta ciudad.
Paloma: Pues lo harías mal…
Pablo: ¡Pero bueno! Un poco de respeto que su tu padre ¬¬ Que ya era un gran bailarín antes de que nacieseis.
Ángela: No seas dura, dale una oportunidad.
Paloma: Vaaaale…
Pablo: ¡Esa es mi niña! Ahora atentas.
Mis dos pequeñas, muy diferentes entre sí.

Paloma era una soñadora, siempre en su mundo de fantasía. Le encantaba pintar como a su madre y a su abuela.

Pero también era muy aplicada y responsable.

Ángela por su parte era muy inteligente y curiosa.

Siempre preguntándose el porqué de las cosas, analizando y razonando todo a su alrededor.
Y aun siendo tan diferentes, siempre estaban juntas. Riendo y divirtiéndose.
Paloma: ¿Estás preparada?
Ángela: ¿Qué?
Paloma: ¡Guerra de almohadas!
Ángela: No, espera…
Paloma: ¡Ja ja ja ja! Esa no la has visto venir.
Ángela: ¡Te vas a enterar!
Paloma: Vale, vale, me rindo… Has ganado hermanita. Tienes mucha fuerza, quién lo diría.
Ángela: ¡Je je! Eso te pasa por subestimarme. Me lo he pasado genial, ¿repetimos?
Paloma: ¡Sí! ¡Esa es mi Angy!

“¡Noticia de última hora! Hoy 1 de septiembre de 1939, Alemania ha invadido Polonia. Algunas fuentes aseguran que la ofensiva se inició usando el pretexto de un ataque polaco simulado en un puesto fronterizo alemán. El gobierno de nuestro país ha instado a Alemania a cesar y abandonar el territorio polaco en el plazo de dos días, con la amenaza de una declaración de guerra.”
Eva: ¡Dios mío! ¡¿Lo has oído?!
Pablo: Sí…
Eva: ¿Una guerra? ¿De nuevo? ¡Es demasiado! ¿Es que no han muerto ya suficientes personas por disputas absurdas?
Pablo: Cálmate cariño, todavía no hemos entrado en guerra. Ten fe, aún hay esperanza…
Eva: ¿Esperanza? Ya has oído hablar como es ese político alemán, más que un hombre es un monstruo. No cesará en su objetivo y entonces nuestro país entrará en guerra, ¡Te llamarán a filas! ¡Oh dios! ¿Qué va a ser de nosotros?
Pablo: Eva por favor... Intenta calmarte.
Eva: No puedo. No quiero… Ya perdí a demasiados seres queridos en una guerra, mi padre, mi hermano… Y ahora tú… -Se levanta y se va-

Como temía Eva, Alemania no se detuvo y pocos días después recibí la llamada que sellaba mi destino.
Pablo: De acuerdo, allí estaré.
Me habían llamado a filas. Partía a la guerra.

El día antes de partir decidimos pasar un día especial en familia y nos fuimos de excursión con las niñas.
Pablo: ¡Preparadas o no allá voy!
Ángela: ¡Buen tiro papá!
Eva: No os confiéis. Ahora veréis de lo que es capaz vuestra madre.
Paloma: ¡Eso! ¡Dales duro mamá!
Paloma: Y allá voy yo. Mirad mi tiro especial. ¡Tiro mágico!
Ángela: Venga vamos a hacer un muñeco de nieve ^^
Paloma: ¡Vale! Pero esta vez déjame que le ponga alas y garras de dragón. ¡Mejor! Hagamos un dragón ^^
Ángela: Ni hablar…
Paloma: ¡Aburrida! ¬¬
Ángela: ¡Ya está! Ha quedado muy bien.
Paloma: No está mal… Pero con garras hubiera estado mucho mejor.
Paloma: ¡Mira! Papá y mamá están haciendo un muñeco también.
Ángela: Vaya dos… Y se supone que son los adultos.
Paloma: Vamos a ayudarles.
Ángela: Es mejor que los dejemos solos. Creo que necesitan un momento para ellos.
Paloma: Si tú lo dices…
Eva: Hacía mucho que no hacía esto.
Pablo: Sí, desde aquella vez… Fue el día que…
Eva: Nos besamos por primera vez.
Pablo: Pensé que no te acordarías.
Eva: Nunca olvidaré ese momento. Como me hiciste sentir, como me haces sentir.
Pablo: Eva, yo…
Eva: Shhh… -se acerca suavemente y le besa-

Ángela: Vaya besos os estabais dando mamá y tú. Deberíais evitarlo delante de nosotras, ¡somos vuestras hijas!
Pablo: ¡Je je je! No hay nada malo en besarse. Es una forma de mostrar el amor y el cariño que sientes por alguien.
Ángela: Puaj, a mí me parece asqueroso.
Paloma: Pues a mí me parece hermoso. Quiero enamorarme y que alguien me bese.
Pablo: Por mi salud, espero que suceda dentro de muuuuchos años.
Ángela: ¿Y tú mamá? ¿Qué piensas? ¿Te gusta besar a papá?
Paloma: Pues claro que le gusta tonta, están enamorados. Le besa todos los días y lo seguirá haciendo siempre.
Eva: No habléis más de eso niñas, es hora de irse.
Paloma: Pero mamá…
Pablo: Hacedle caso a vuestra madre, es hora de volver a casa, ya es tarde.
Fui un día maravilloso, pero al mismo tiempo triste. Al igual que a Eva me sentía abatido, sabíamos que esta felicidad no se volvería a repetir pronto. O quizá nunca.
Ángela: ¿Se puede saber qué haces?
Paloma: Mirar si hay monstruos debajo de la cama. No quiero que me ataquen mientras duermo.
Ángela: Qué tontería, los monstruos no existen…
Paloma: Para ti es fácil decir eso, como tú no duermes en la cama de abajo…
Ángela: De verdad, a veces pienso que estás un poco loca.
Paloma: Vale, tú misma. Ya te acordarás de mí cuando te ataquen los monstruos. ¡Buenas noches Angy!
Ángela: Buenas noches loquita ^^
Pablo: Mañana parto hacia la guerra… Ya sabes lo que tienes que hacer si yo… En fin, haz lo que hablamos, coge el dinero y vete a vivir con tu hermana, al menos por un tiempo. El testamento lo deja claro pero puede que tengas problema para adquirir la propiedad de la casa y…
Eva: ¡Por dios Pablo! ¿De verdad crees que todo eso me importa? ¿Crees que me apetece hablar contigo de ese tema la última noche que pasamos juntos?
Pablo: Lo sé, pero es importante y…
Eva: Shhh... Cállate y abrázame.
Pablo: Estás preciosa esta noche.
Eva: Te quiero Pablo Dinastía, y siempre te querré.
Pablo: Yo también, siempre.

Aquella noche el amor que sentía por Eva se hizo más grande. Si eso era posible.

El amanecer llegó demasiado rápido. Se acercaba mi hora. Intenté que mis hijas no supiesen lo que ocurría pero eran muy listas, siempre lo habían sido.
Paloma: Félix, ¿cuánto crees que papá estará de viaje?
Ángela: No seas tonta, papá no se va de viaje, se va a la guerra.
Félix: Cof cof… ¡¿Guerra?! ¿Quién les ha dicho esas cosas?
Ángela: Escuchamos a nuestros padres hablar de ello esta noche.
Félix: Tonterías, lo habrán entendido mal. No hay ninguna guerra. Vuestro padre tiene un viaje de negocios muy importante.
Paloma: Lo que tú digas Félix, pero algo no va bien… Vamos Angy.
Ángela: Si es que no sabes mentir…

Y llegó el momento de partir… Fue un momento muy duro.
Pablo: Cuídate mucho mi preciosa Eva. Te quiero muchísimo.
Eva: Pablo… Yo también… Te quiero... Snif
Ángela: ¿Por qué lloras mamá? ¿Es porque papá se va a la guerra?
Pablo: ¿Guerra? Pero si sólo me voy de viaje con unos amigos. Pronto estaré de vuelta.
Ángela: ¿Y por qué vas vestido tan raro?
Pablo: Pues porque nos vamos de acampada…
Ángela: Lo que tú digas papá…
Pablo: Portaos bien y cuidar mucho de vuestra madre.

Y así fue como aquella mañana de invierno me vi obligado a dejar a mi familia.

No puedo dormir. Estoy preocupada por papá. Su cara era tan triste…
Ángela: ¿Ahora me crees? Te dije que se va a la guerra.
Paloma: Estoy asustada Angy, ¿y si le pasa algo a papá?
Ángela: No te preocupes, papá es muy fuerte. ¡Él ganará a los malos!
Paloma: Ven, tengo una idea.
Paloma: Salgamos fuera un momento.
Ángela: ¿Fuera? Es de noche y está nevando mucho, está muy oscuro y hace frío…
Paloma: No seas gallina, tenemos que ser valientes como papá.
Ángela: De acuerdo.
Ángela: Ya estamos fuera, ahora dime que pretendes hacer.
Paloma: He pensado que papá necesitará protección… Así que he pensado pedir un deseo.
Ángela: ¿Un deseo? ¿A quién?
Paloma: Pues a la luna, a las estrellas, a la naturaleza… ¡A los seres mágicos que habitan este mundo!
Ángela: ¿Mágicos? Si con razón digo que estás loca…
Paloma: Que más te da Angy, hazlo por mí, por papá…
Ángela: Vaaale. No puedo creer que me hagas hacer estas cosas.
Paloma: Gracias hermana, te prometo que nunca lo olvidaré.

Y allí, a kilómetros de distancia, en el que solía ser mi hogar, mis hijas pidieron un deseo.
Un deseo a las estrellas, que alguien cuidase de su padre, que alguien velase por mí.