Luego del pasaje de su alma a la otra vida, Warrior no sintió mas nada. En el lugar donde estaba, solamente había silencio y paz. Nadie lo podría molestar en aquel sitio, aunque siempre hay excepciones.
— ¡Hermaaanoooooo! ¡Despieeeertaaaaa!
Warrior se asustó y abrió los ojos. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que se encontraba en un lugar diferente al que estaba antes y de que una persona muy familiar para él le hablaba.
— ¿W... W... Wolverine? ¿Q... qué está pasando aquí? ¿Y por qué brillas tanto?
Desde que su hermano menor se convirtió en un hijo de la noche, su piel y sus ojos emitían una suave luz, pero esta vez su presencia le cegaba. Al acostumbrarse al lugar, pudo ver mejor a Wolverine, aunque el “blanco Ala” de la ropa seguía siendo intenso.
— ¿Todavía no te das cuenta? ¡Este es el cielo, hermano! Ven, te presentaré a unas cuantas personas.
Los dos avanzaron hacia un ascensor que se encontraba a un costado del enorme salón vidriado. La luz se reflejaba a través de ellos, pero al entrar a ese pequeño cubo se encontraron entre cuatro paredes. Warrior no sabía a dónde lo llevarían, pero una vez que se abrieran las puertas y salió, se encontró con un gran portón que daba a una fuente, y por detrás de ella, a un hermoso cielo azul. Caminaron hacia las personas vestidas de blanco que estaban a la izquierda de la fuente y la única mujer de allí lo saludó alegremente.
— ¡Warrior! ¡Bienvenido! Es un honor tenerte por aquí. Supongo que sabrás quiénes son ellos.
Los hombres a los que señaló eran parecidos entre sí. Tenía muy claro quién era el hombre rubio con puntas grises: su padre Allen. El que estaba a su izquierda era su abuelo Larko y el restante, de haberlo visto en un cuadro en el salón de su casa, supo que era Galore, su bisabuelo y fundador de la familia. Pero todavía no sabía quién era la joven de sonrisa grande.
— Sí, los conozco, pero todavía no sé quién eres.
— Digamos que soy la Creadora, pero puedes llamarme Mass.
— ¿La Creadora? ¿Tú hiciste todo esto?
— No, no. No soy tan poderosa. Yo creé a tu familia. Permití el comienzo de muchas historias de vida incluida la tuya. Soy la que los guía y ayuda a cumplir sus deseos. Soy la que pone en funcionamiento tu mundo, aunque hay cosas que se me escapan de las manos.
— ¿Cómo cuales?
—Tu hermano, por ejemplo. No pude hacer nada para salvarlo, pero está contigo ahora. Pero eso no es de importancia en este momento. Hay alguien que quiere verte.
Otra mujer de cabello oscuro apareció. Era mucho más joven que la primera vez que la vio, y Warrior se acercó a ella.
— ¡Estefanía!
Ella sonrió tímidamente y recibió el beso que Warrior le dio, La notaba un poco rara y quiso saber la razón.
— ¿Por qué estás triste? ¡Estoy aquí para que pasemos la eternidad juntos!
— No estoy triste, Warrior. Tengo un regalo para ti.
— ¿Qué clase de regalo?
— ¡Eliana! ¡Ven!
En una fracción de segundo, la persona a la que Estefanía llamó apareció bajando las escalinatas.
— ¿Qué sucede aquí? ¿Cuál es el regalo?
— Quiero darte la oportunidad de que pueda vivir una historia de amor de verdad con alguien que no sea una perdedora como yo.
— ¿Pero qué dices? ¡Yo te amo tal como eres!
— Podrás vivir una nueva vida, Warrior —dijo Eliana—. Será como nacer de nuevo.
— ¿Y qué pasará con ellas cuando muera en mi otra vida?
— No tendrás que elegir, Warrior. Las querrás por igual. Muchas aventuras te esperan. Nuevos amigos, nuevos lugares... Te la presentaré. ¡Ven, Adlen!
Una joven de cabello blanco se acercó a ellos sonriente, ubicándose al lado de Eliana.
— Ella es Adlen. Warrior. Será la persona con la que compartirás tu vida. Ella será tu destino. Ella es la elegida. Pueden conversar, si quieren, para conocerse más.
Mientras los dos jóvenes conversaban, Mass se acercó a Eliana para hablar de ciertos asuntos.
— Me imagino que no le habrás lavado el cerebro para que acepte entregarle su Warrior a tu Adlen, ¿no?
— ¿Lavarle el cerebro al vejestorio? ¿Me crees capaz de eso?
— Ya con esa palabra que usaste para definir a Stef, te creo capaz.
Adlen le pareció una chica genial, hermosa y simpática, pero su amor por Estefanía lo frenaba. Por otro lado, sentía mucha curiosidad por tener un amor adolescente, amigos de otra clase y ser diferente. Podría vivir muchas aventuras de todo tipo, como le dijo Eliana, sin renunciar a la persona que había sido la madre de sus hijos, y eso lo impulsó a aceptar.
— Mass... —la Creadora se dio la vuelta para escuchar su respuesta, mirándolo de forma serena—. Iré con Eliana a mi otra vida.
— Me alegro de que hayas tomado una decisión. Espero que disfrutes tu estadía con ella.
— Gracias por dejarme vivir una vida nueva. Es lo que ella quería. ¿Puedo abrazarte, verdad?
Mass lo rodeó con sus brazos como una madre abraza a su hijo. Luego le sugirió que fuera a despedirse de los demás.
— Buen viaje, Warrior. Espero que te guste mi regalo.
— Claro, Stef. Volveremos a estar juntos después de esto. Te lo prometo.
— ¡Hermanito! — dijo Wolverine apretándolo fuerte —. Te deseo mucha suerte. Eres afortunado de la chica que te eligieron.
— Es muy bonita, la verdad.
— En tu otra vida te la vas a comer con los ojos. Luego me cuentas todo.
Luego de los saludos, Warrior se acercó al portal junto a Adlen para irse. Mientras miraban el atardecer, ella dijo:
— Ojalá nos encontremos pronto. Y espero que todo sea como nos lo prometieron.
— No creo que nuestras creadoras nos abandonen fácilmente. La tuya nos estará vigilando. ¿Estás lista?
Ella asintió y dieron un paso hacia dentro del portal para desaparecer en la nada. Una nueva historia comenzaba.
— No puedo creer que por fin nos conozcamos.
En el Sunset Valley de un mundo paralelo, en una vida distinta a la que ya conocíamos, Warrior hablaba con Huren, su mejor amigo cibernético. Ambos se habían conocido en el Aion y después de un tiempo de jugar juntos, decidieron pasarse sus e-mails y comenzar a chatear. Fue ahí donde Warrior supo que el verdadero nombre de su amigo era Zeth; y Zeth que Kiio llevaba un nombre algo extraño para una persona.
— Sí, Kiio. ¡Menos mal que surgió la oportunidad!
— Va a ser muy raro para llamarnos por nuestros nombres de verdad, Huren.
— ¡Y más por el tuyo! Se las ingeniaron tus padres, ¿eh?
— Y bueno... Mi hermano mayor se llama Wolverine. Me parece que vieron mucho X-Men antes de que naciera. Y el de mi hermana viene de un libro, así que... parece que se les acabó la imaginación cuando llegué.
— ¡Jajaja! Warrior, tengo que irme. Nos vemos allá. ¿Tienes mi número, no?
— Sí, claro. Nos hablamos luego. ¡Suerte en el viaje, Zeth!
Warrior apagó el ordenador y suspiró. No veía la hora de encontrarse con aquel chico al que solo conocía a través de una pantalla. Sunset Valley quedaba más cerca de Bridgeport que Moonlight Falls, así que estarían partiendo en un par de horas. Cinco minutos después, Wolverine estaba con su novia Khelian, que vivía con ellos, y Warrior se les acercó.
— ¿No tienes que empacar? ¿O ya lo hiciste?
— Sí, anoche.
— ¿Estás contento? Si estuviera en tu lugar, no. Hay demasiado sol y aire.
— Bueno, a mí si me gusta. Aprendo cómo cuidar la naturaleza de los daños del hombre.
— ¿Pero Bridgeport no es un lugar contaminado? — preguntó Khelian.
— Sí, por eso vamos para allá. Además, tenemos lugares donde hay aire puro.
— Bueno, será mejor que te lleve a la escuela. Siempre hay que estar un rato antes para el papeleo y todo eso.
Allen y Warrior se marcharon a la escuela para esperar el autobús que llevaría al muchacho a Bridgeport. Antes de despedirse, Allen le dio un consejo:
— Cuídate, Warrior. Y ten mucho cuidado con las plantas-vaca. Pueden devorarte.
— Tengo mis galletas especiales para eso, papá.
— Te deseo mucha suerte, hijo.
— Gracias, papá.
Unas horas después, Warrior estaba en el hotel con sus compañeros de clase. Afuera hacía mucho frío, pero él esperaba la llamada de Zeth para arreglar el encuentro. Como no sabía nada de él, le mandó un mensaje de texto que decía así:
“Zeth, yo ya estoy aquí. ¿Tú también? Si quieres, ven para mi hotel y nos vamos a un bar que queda cerca de aquí. ¡Nos vemos luego!”
Cinco minutos más tarde le llegó un mensaje confirmando la asistencia y preguntándole por la dirección. A los quince minutos, alguien golpeó a su puerta y se encontró con una bella jovencita de cabello blanco.
— ¿Warrior? —dijo ella con voz preocupada.
— Sí, soy yo. ¿Tú quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre?
— Soy, Adlen Bueno, la hermana de Zeth. Vine porque...
— ¿Pasó algo con él?
— Desapareció. Se dejó el teléfono en mi mochila y se llevó el mío por equivocación. Traté de contactarme con él, pero no responde. No lo he visto desde que llegamos aquí. ¡Tenemos que encontrarlo!
Bueno, este capítulo es dedicado a Eli, y es una forma de enlazar a los Glawthorne con los Doumoon. Era algo que tenía pendiente y que ahora pude hacer.
Perdón por la tardanza, pero este capítulo fue más difícil de hacer que los otros.