CAPÍTULO 34-(Noticias de alguien del pasado)Pasan los días entre llantos, biberones, pañales y más llantos. Parece increíble pensar que una cosa tan pequeña puede hacernos sonreír tantas veces y a la vez darnos tantos dolores de cabeza. Pero uno acaba acostumbrándose a esta rutina, a los patucos, las cunas, los peluches… Pequeñas cosas que hacen que día a día me sienta más y más feliz.
Mis padres ayudan en todo lo que pueden, están encantados con la pequeña, con su nieta.
Y si no que se lo digan a mi padre, que no para de llenarnos la casa de peluchitos y juguetes para cuando Judith crezca… e incluso un escarabajo que trajo el otro día y pretendía poner en la habitación de la niña, cosa que entre mi madre y yo conseguimos evitar.
Aunque de vez en cuando necesito despejarme y salir a dar un paseo… y para esas ocasiones está mi madre, que encantada va a presumir de nieta con los vecinos.
Resulta irónico que aun no haya quitado todas estas cosas del jardín, ¿para qué sirven ya? Supongo que aun guardo la esperanza de que él regrese algún día y poder ser yo la que le pida matrimonio… Matrimonio. Suenan raro oír de mí esa palabra, teniendo en cuenta que ni siquiera tengo pareja. Todavía no he estado con nadie desde que se fue. Porque él sigue siendo el hombre al que quiero, MI HOMBRE.
Aunque hay quien intenta que mire hacia delante
-Noa: sé que ya te lo he dicho un par de veces, cariño, pero creo que deberías dejar de pensar en él.
-Cristal: ¿de dónde sacas eso? Yo ya he pasado página, mamá, no hace falta que insistas en el tema.
-Noa: como tú digas, hija, pero te repito que quizá debas pensártelo mejor, Judith debería tener un padre, y no hay nadie mejor que Maximus para eso.
-Cristal: no mezcles temas, claro que Maximus es su padre, pero por nada del mundo quiero tener nada que ver con él. Y fin de la conversación, voy a salir a comprar, ¿os quedáis con Cristal?
-Noa: si no me equivoco tu padre tenía pensado dar un paseo con ella, así que sal tranquila.
-Cristal: de acuerdo, luego nos vemos, voy a despedirme de la peque.
Otra cosa que no había contado es que mi padre vive la vida más ‘’libre’’, por eso sale en pijama a la calle.
Pero, ¿a quién intento engañar? ¿Y si mis padres llevan razón? ¿He estado perdiendo el tiempo hasta ahora?
-Noa: ¿qué peque, se lo digo a tu mamá? ¿se lo digo?
-Cristal: ¿decirme qué?
-Noa: ¡Cristal! No me des esos sustos, por favor.
-Cristal: ¿qué es eso que me tienes que decir?
-Noa: nada hija, es una tontería…
-Cristal: pues con más razón para decírmelo
-Noa: Cristal, en realidad es algo serio, así que creo que será mejor que tu padre y yo estemos juntos cuando te lo digamos.
-Cristal: mamá, me estás empezando a preocupar, lo mejor será que me lo digas ahora mismo.
-Noa: bueno hija, no pensé decírtelo, pero veo que ha llegado el momento de que lo sepas, tienes que tomar una decisión. Verás, se trata de una carta que recibimos hace un tiempo bueno, en realidad era una invitación. Una invitación de boda desde Lucky Palms.
-Cristal: ¿dónde quieres llegar?
-Noa: la invitación estaba firmada por Abra Noboa, Cristal. Abra se casó hace seis meses. Abra ha logrado rehacer su vida completamente, es el momento de que tu hagas lo mismo. He intentado evitarte el dolor todo este tiempo, por eso no te lo he dicho hasta ahora, pero no quiero que sigas pensando que él volverá a por ti y pases sola el resto de tu vida. Lo siento mucho, hija.
-Cristal: ¿esa era la gran noticia?
-Noa: sí.
-Cristal: no es para tanto mamá, me alegro por él, yo ya no siento nada por él, no os lo había dicho hasta ahora, pero yo también tengo pareja, no os preocupéis por eso.
Y sonreí. Una sonrisa fría, gélida, enmarcada en lágrimas que se acumulaban en mis ojos, pero no lágrimas de tristeza, porque no estaba triste, estaba enfadada. Muy enfadada.
-Noa: ya se lo he dicho todo, y parece que se lo ha tomado bien, aunque no estoy muy segura, dice que tiene pareja…
-Billy: pues entonces genial, ya era hora, y ahora celebremos el cumpleaños.
Eso. El cumpleaños, me centraré en el cumpleaños. El cumpleaños de mi pequeña, al que mis hermanos han sido invitados. Tengo que pensar en eso. Sacar de mi mente a Abra, sacar de mi mente su boda, el hecho de que tiene pareja, sacar de mi mente que he mentido a mi madre y la he dicho que tengo pareja. Todo fuera, el cumpleaños.
Una fiesta sencilla, solo la familia.
El cumpleaños de mi pequeña… me parece increíble que todo haya pasado tan rápido.
Se oyen unos golpes en la puerta. Alguien la abre, el golpe de un bastón en el suelo.
Increíble. ¿Lo parece? Lo es. Es increíble el cambio de Maximus, está muy diferente, con el pelo blanco y el triple de arrugas.
-Cristal: Maximus… tú otra vez, estoy cansada, muy cansada y ya no lo soporto más.
-Maximus: lo siento si estás cansada, pero no tengo tiempo para tonterías, en realidad no sé cuánto tiempo tengo, y por eso estoy aquí, porque ya no aguanto más el hecho de que me hayas separado de mi única hija.
-Cristal: por favor, Maximus, vete, vete de mi casa ahora mismo.
-Maximus: lo siento, pero no me voy, esta vez no, Cristal.
Clic. No lo oí, lo sentí. En ese momento lo vi claro, vi claro lo que tenía que hacer. No solo con respecto a Maximus, sino en todo. Ahora lo sabía, ahora sabía que había estado equivocada todo este tiempo.
-Cristal: ¿sabes qué? Espera aquí un momento.
-Cristal: Maximus, te presento a tu hija.
-Maximus: hola peque
, ¿sabes quién soy yo?
En ese momento no pude evitar sonreír. Ya no estaba enfadada, ni triste, pero necesitaba pensar.
-Maximus: ¿puedo cogerla?
-Cristal: Maximus, ahora estoy muy cansada, y prefiero que te marches, todos se han ido ya, pero prometo que te haremos una visita pronto y pasarás tiempo con Judith.
-Maximus: gracias, muchas gracias.
-Cristal: no me las des, nos vemos pronto.
-Cristal: ¿qué Judith, te cae bien tu papá?
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Título soso, capi soso... pero bueno, es lo que toca
Aun así espero que os haya gustado y que comentéis, por cierto, tengo caaaaaaaaaaaasi preparada una actualización del árbol genealógico, pero aun le quedan algunos retoques