Los días pasaban tranquilos y mi hijo Adiel iba mejorando cada vez más su relación con la magia. Lo que me preocupaba era, que seguramente sin él saberlo, no estaba desarrollando magia para beneficiar y proteger, sino también para dañar y aquello no me gustaba. En varias ocasiones le ví invocando llamaradas. De acuerdo, después de mi experiencia con aquella zombi, tengo que decir que son útiles, pero he de decir que hay otros métodos para protegerse que he ido aprendiendo con el tiempo. No hacen falta hechizos tan destructivos. Como suponía que Adiel estaba sacando esos hechizos de alguno de los libros que le había regalado su amiga Lisa, un día cuando estaba en el instituto entré en su habitación para echárles una ojeada.
Iba directa a la estantería cuando me parecío ver un brillo fugaz por el rabillo del ojo. Miré a la mesa de Adiel y para mi sorpresa y mi horror, ví una gema sanguinaria tallada. Yo conocía perfectamente aquella piedra preciosa porque era la misma que llevaba mi tía Lys siempre. No solamente le servía para usarla como joya y adornar su infinidad de trajes, también guardaban su terrible maldad y poder en ellas. Mi tía Lys tallaba piedras sanguinarias con distintos motivos. Dependiendo del tamaño las usaba para una cosa u otra. Normalmente ella siempre solía llevar una enorme piedra tallada en forma de cristal por la cual veía todo lo que hacían los demás. En vez de la típica bola de cristal, mi tía utilizaba aquel cristal rojo sangre para que nada escapara a su mirada. He de decir, que Lys no solía estar nunca sola. Aunque mi madre era una bruja poderosa, mi tía siempre fue la mas odiosa y la que más poder maligno albergaba en su interior y es por eso que muchas brujas y brujos con aspiraciones malignas la admiraban y se convertían en sus subordinados. Mi tía, cuando veía que se trataban de brujos poderosos les otorgaba una piedra sanguinaria en forma de joya, igual que la que tenía Adiel en su escritorio. Esa piedra les identificaba y hacía que siempre estuvieran en contacto.
¿Acaso mi hijo se había convertido en uno de sus seguidores? ¡Imposible! Mi tía Lys estaba muy lejos, muy lejos de Moonlight Falls... Pero yo volvía a mirar la joya roja sangre y cada vez estaba más convencida de que pertenecía a Lys. Era muy parecida a las que daba a sus arrastrados seguidores, pero tenía algo distinto, era algo más grande y brillaba muy intensamente. ¿Qué significaba todo aquello? Decidí esperar a mi hijo en su habitación. No podía creerme que Lys estuviera rondando por Moonlight Falls, pero tenía que cerciorarme. Si ella estaba allí, no solo Adiel corría peligro, ¡sino todos nosotros!
Adiel llegó del instituto y vino a saludarme como todos los días con un beso. Yo no estaba para besos por lo que le retiré la cara y le miré fijamente. Muy seria. Tan seria que en sus ojos pude ver la preocupación.
Adiel-¿Qué...? ¿Qué pasa, madre? ¿Estás disgustada por algo?
Vastid-¿De dónde has sacado esa joya, Adiel?
Adiel-¿Qué? ¿Qué joya?
Vastid-Sabes perfectamente qué joya. La que está sobre tu escritorio.
Adiel-¡Ahhh! ¡Esa! Pues... Un momento, ¿No pensarás que la he robado verdad, madre?
Vastid-¿De dónde la has sacado, Adiel? ¡Responde de una vez!
Adiel-¡Tranquilízate, madre! Me la dio mi amiga, no te preocupes.
Vastid-¡¿Tu amiga?!
Adiel-Sí, sí... Mi amiga Lisa.
Vastid-¿Lisa? ¡Lys!
Adiel-Pero, ¿Pero qué pasa, madre? ¿Por qué te pones así? ¡No entiendo nada!
Vastid-Ah, que no lo entiendes dices... Te pasas todo el día prácticando hechizos dañinos y me vas a decir que no lo entiendes. ¡Ahora lo entiendo todo! Quiero que te alejes de esa mujer, Adiel. ¡Es peligrosa!
Adiel-¿Peligrosa por qué? Ella no me ha dicho nada extraño ni malo.
Vastid-Ya tuvo bastante con darte esos libros y pergaminos para comerte la cabeza. Y además, ¡esa piedra! ¿Sabes que significa esa piedra? ¡Significa que eres un maldito subordinado suyo! ¡Deshazte de ella! O mejor, le diré a tu padre que la haga mil pedazos.
Adiel-¡Madre! ¡No me insultes! No te he hecho nada. No entiendo por qué padre tiene que romper mi regalo. Me lo regaló Lisa por mi cumpleaños...
Vastid-Me lo harás como sigas relacionándote con esa mujer. No se llama Lisa, se llama Lys y es mi tía. Es maligna, odiosa y no es de fiar. Haz caso a tu madre y aléjate de ella. Ese regalo no va con buenas intenciones. ¿Me oyes?
Adiel-Madre, jamás he hecho nada que te pudiera disgustar. Siempre te he obedecido y he hecho todo lo que está en mi mano para ayudarte. Para una vez que conozco a alguien especial, también me quieres obligar a que te obedezca. Sólo porque digas que es tu tía y porque no te caiga bien no significa que Lisa sea mala.
Vastid-¡Adiel! Te estoy diciendo que es peligrosa, ¿qué hay que entender más? Hazme caso hijo y no te relaciones con ella.
Adiel-Estoy cansado, madre. ¡Por eso todo el mundo me dice que soy un niño mimado! No me dejas hacer mi vida. Si no me conviene su amistad, deja que yo me dé cuenta. Me voy, me voy a casa de Bruni. No quiero seguir escuchándote. Ahora entiendo porqué Sarkia y Deirom se fueron.
Cuando Adiel dijo eso me quedé parada. ¿Cómo podía mi buen hijo atacarme de aquella manera? Le vi marcharse por la puerta y no le detuve. Me sentía terriblemente mal. Mi familia había regresado a mi vida de la peor manera posible. Adiel no me escuchaba y yo sabía que Lys se lo intentaría llevar a la oscuridad. Así había sido siempre. ¿Pero por qué gastarse conmigo? ¿No se quedaron felices cuando yo desaparecí? ¡Ahora regresa para seguir martirizandome!
Me puse a llorar muy amargamente en la habitación. La felicidad que llevaba hasta ahora se había desmoronado por completo y el hijo que más sentía cercano se escapaba como sus otros dos hermanos, pero si seguía así, su destino sería peor. ¡Lys podía convertirlo en cualquier cosa menos en el chico bueno y dulce que aun era!
Cuando Laik llegó y me vio llorando de esa manera se preocupó muchísimo. Yo le conté entre sollozos todo lo que había pasado y él se fue hacia la puerta para ir a buscar a Adiel, aunque tuviera que traerlo del pelo. Yo entonces le detuve, le dije que le dejara pensar en lo que habíamos hablado. Si Adiel no estaba dispuesto a alejarse de Lys, yo la alejaría a ella de él.
Solo debía cosechar los ingredientes necesarios para un elixir potente que pudiera quitarle todos sus poderes.
No sería buena en hechizos, pero era una maestra de la alquimia. Lys no se lograría salir con la suya. Puede que estuviera vieja, pero no indefensa. La joven e inexperta Vastid se había ido hacía muchísimo tiempo.
Tenía que cerciorarme de que era realmente Lys la que se encontraba en Moonlight Falls, así que me dediqué a mirar de casa en casa a ver cual era su nueva guarida, si es que era realmente mi tía la que estaba allí. Me costó mucho encontrarla porque la busqué bajo el nombre de Lys, pero en el nuevo buzón de una casucha vieja, muy extraño en los gustos ostentosos de mi tía, ponía el nombre de Lisa Abs. A mí no podía engañarme. Estaba claro que aquel nombre era una tapadera de su verdadero nombre. Lys Abern. Con cuidado para que no me viera, me asome a la ventana y allí la vi. Era ella sin ninguna duda. Aunque estaba cambiada. Mucho más pálida de lo que yo recordaba, con un vestido más maligno que cualquiera de los que hubiera llevado antes y con sus ojos amarillos que parecían centellas brillando en la oscuridad. ¿Qué tipo de cosas horribles habría hecho para llegar a ser así? ¿Y cómo es que el bobo de mi hijo no se podía dar cuenta solamente con su aspecto? Seguramente la sola imagen de mi tía le había impactado, como a muchos hombres. Se seguía conservando igual de endiabladamente hermosa.
Después de comprobar que realmente se trataba de mi tía, me dedique a hacer todos los preparativos. ¡Esa maldita no se iba a acercar más a Adiel! Aunque la creación de la poción me tardaría días, por lo que teníamos que conseguir que Adiel no se acercara más a ella.
Laik habló con Adiel. Con él, la conversación fue más tranquila, pero mi hijo seguía negándose a hablar con Lys. Laik entonces le dijo, que investigara por su cuenta si lo que yo decía era verdad o si realmente era un tema de no afinidad con mi familia. Que lo hiciera por mí si de verdad me quería y Adiel aceptó.
Si no hubiese sido por mis dos lobos, aquellos horribles días no los hubiera superado. Adiel estaba enfadado conmigo y yo con él. Aunque podía notar que él quería hablarme, yo no daba mi brazo a torcer. ¿Por qué tenía que investigar y no creer lo que yo le decía? ¡Soy su madre! ¡Jamás haría algo para dañarle!
Todo aquello hizo que la situación estuviera tensa en casa. Me molestaba todo y siempre tenía cara de pocos amigos. Sé que cuando yo no estaba, Laik aprovechaba para hablar con Adiel de todo el asunto.
Laik-Adiel, hijo... Tu madre y tú no podéis estar así sin hablaros.
Adiel-Yo no soy el que no quiere hablar con ella, padre. Pero madre no entiende que debo saber la verdad por mí mismo... Es una cuestión de orgullo.
Laik-Adiel, tienes que tener cuidado con lo que haces. Yo sé lo que ha sufrido tu madre por su familia y la gran espina que tiene clavada por ellos. Esto no es como uno de tus videojuegos.
Adiel-Tranquilo, padre... Sabré cómo actuar. No le digas nada a madre, para que no se preocupe... pero hoy iré a ver a Lisa para aclarar las cosas.
Laik-Te acompañaré. No irás tu sólo. Es demasiado peligroso.
Adiel-No, padre. Tengo que hacerlo yo sólo.
Laik-¡Ni hablar! ¡No puedes arriesgarte tanto!
Adiel-Padre, no se me dá mal la magia. Si ocurriese algo, estoy seguro de que podría entretener a Lisa y salir corriendo de allí. Sé que Lisa es poderosa porque puedo sentirlo. Pero padre, tú eres un licántropo. No puedes atacar con hechizos y si a ti te ocurriera algo, ¿Qué sería de madre? No, debo ir yo solo.
Laik-Pero hijo...
Adiel-Padre, confía en mí. Si madre no confía en mí, al menos hazlo tú.
Aquella tarde Adiel se fue por la tarde. Dijo que se iba a casa de Brunilda, su amiga, pero yo no me fiaba. Quise seguirlo sin que supiera, pero Laik me lo impidió y me dijo que si seguía con aquella actitud tan protector perdería a mi hijo. Confié en él y fui paciente, deseando que Adiel no cometiera ningún error.
Lys-¡Oh! Pero si es Adiel... ¿Que tal estás, guapo? ¡Qué raro que vengas tan temprano!
Adiel-Hola, Lisa... Necesito hablar contigo...
Lys-Ya veo... Por tu cara debe de ser importante. Anda, pasa, no te quedes fuera.
Adiel-Lisa... ¿Te llamas realmente así? ¿O... tu nombre verdadero es el de Lys?
Lys-¿Lys? ¿Quién te dijo eso, Adiel?
Adiel-Mi madre me lo dijo.
Lys-Así que Vastid ya te habló de mí...
Adiel-¡¿Entonces es cierto?!
Lys-Tranquilo, Adiel. Sí y no... De acuerdo, mi verdadero nombre es Lys. Me puse Lisa porque sabía que aquí vivía Vastid y no quería perturbar su tranquilidad. Vastid y yo no nos hemos llevado bien nunca. No sé que cosas te habrá contado... pero los motivos eran diversos. Yo adoro la magia y ella la odia. Yo le ofrecí muchas veces enseñarla, pero ella se negó.
Adiel-Es lógico que mi madre nunca haya querido aprender magia negra... ¡Me has engañado!
Lys-Claro que no te he engañado. No se trata de magia negra o magia blanca o como comunmente se divida a la magia. Se trata del poder en general. Hay que saber controlar el poder interior de cada uno. Eso no tiene nada de malo... ¿O sí? Te lo pregunto porque sé que tu adoras la magia. Tú mismo me lo has dicho muchas veces.
Adiel-Yo adoro la magia... pero no la quiero usar para hacer daño a nadie.
Lys-¡Yo tampoco! ¿Vastid te dijo eso? ¡Ay, Vastid! Tu madre y yo nos llevamos mal por ser como tú. ¿Nunca has discutido con ella? Si lo has hecho, habrás sentido ese chispazo entre dos posturas que se repelen.
Adiel-Puede que alguna vez haya discutido...
Lys-Sé por lo que estás aquí. Tu madre y tu estaréis enfrentados porque ella sabe que somos amigos... Bien, no te pondré las cosas dificiles, Adiel. De hecho... no vine para molestar a Vastid, como ya te comenté. Podemos dejar de vernos una temporada. Si quieres, cuando seas adulto y tú mismo lo decidas, podemos vernos de nuevo. Estoy segura de que Vastid estará mucho más tranquila si no nos vemos.
Adiel-Entonces... realmente ¿eres tía de mi madre?
Lys-Bueno... ella siempre me llamó tía porque creía que era la hermana de su madre. La relación es más complicada, pero haberselo explicado a Vastid le hubiera supuesto más dolor aún. Realmente soy una tía muuuuy lejana. Tan lejana como que Vastid y yo no tenemos la misma sangre. Yo era la mejor amiga de la madre de tu abuela. Esa mujer murió en el parto y tu abuela quedó a mi cuidado como si fuera mi hermana. Me mantengo joven porque puedo controlar completamente mi poder. Sé que te lo preguntabas y algún día, si quieres y puedes, te enseñaré a hacerlo.
Adiel-Entonces, ¿No eres familia de mi madre?
Lys-De sangre no... Política sí. Pero no te apresures muchacho. Aún eres muy joven. Piénsate bien eso que te ronda por la cabeza. Si cuando crezcas mantienes la misma idea, tal vez pueda pasar algo... No te me sonrojas tanto ¡jajaja! Ahora vamos, vete. No nos volveremos a ver mientras sea necesario por el bien de tu madre.
Adiel-Gracias Lisa... Quiero decir, Lys.
Adiel llegó por la noche y me dijo que tenía que hablar conmigo muy seriamente.
Me pidió perdón por haber dudado de lo que yo decía y me preguntó si quería saber algunas cosas que había descubierto. Cuando me dijo que había estado hablando con Lys puse el grito en el cielo, pero él me dijo que no se iban a volver a ver más y eso me dejó en silencio. Mi hijo aprovechó para contarme lo que le había dicho Lys. Aquello de que no era verdaderamente mi tía me sonó extraño, aunque he de decir que me lo creí. Lys no tenía los rasgos de mi familia como el pelo negro y los ojos verdes o azules. Sus rasgos siempre fueron más duros, con esos terribles ojos amarillos y ese pelo rojizo sangre. Entonces, pensando así ¿A quién pertenecían los ojos de mi pequeño Irsus? Tenía que preguntar a Laik si alguien de su familia que el recordase aunque fuera un infante cuando lo abandonaron, tenía los ojos de Irsus. Si era así, ya nada me impedía acabar con Lys. Ni siquiera los lazos de sangre, porque eran inexistentes. Pero de mi plan no le dije nada a mi hijo. Solamente que me alegraba mucho de que no volviera a hablar con ella y que vería como toda su vida iría a mejor. Que no le creyera cuando decía que no pretendía molestarme porque esa mujer siempre planea algo malvado. Mi hijo pareció entender.
Y la verdad es que cumplió su palabra. No volvió a tocar los libros que le había dejado Lys y se le veía más tranquilo, con su inconfundible magia protectora. El cumpleaños de Irsus llegó y varios amigos de la familia acudieron, incluyendo nuestro hijo Deirom. Sarkia como siempre, decía que estaba ocupada y no vino. El mayor cambio entre la gente que asistió lo llevaba Brunilda, que vino ¡con el pelo corto y rojo!
Adiel-¡Ey, Bruni! ¡Qué guapa! ¿Y ese cambio?
Brunilda-Pues ya vés, me hice un nuevo corte de pelo y lo de teñirme de pelirroja... ¿Te gusta?
Adiel-¡Pues claro! ¡Te queda muy bien!
Brunilda-¡Ay, qué bien! Con eso de que te gustan las pelirrojas...
Adiel-¿Qué?
Brunilda¡Nada, nada!
Deirom nos sorprendió hablando de su novia. Decía que era un hada y que tenía cuerpo de sirena.
Deirom-¡Es taaaaaan bella!
Adiel-Sirena dice... Seguro que tiene cara de pez. ¿Qué no, Bruni?
Brunilda-¡Jajajaja! Sí...
Deirom-¡Callaos mocosos! ¡Vosotros no sabeis nada!
La fiesta transcurrió tranquila y entre bromas y risas el pequeño Irsus se convirtió en todo un hombrecito.
Irsus tenía una cara de pillo que no podía con ella. Era muy expresivo y entregado a su familia. Por Laik sentía realmente admiración.
Irsus-¡Papá! ¿Cuando sea mayor estaré tan mazao como tú?
Laik-¡Jajaja! Colega, ser un licántropo no te garantiza un cuerpo tan fuerte como el mío. ¡Tienes que entrenar!
Irsus-¡Lo haré! No quiero estar tan blandito como Adiel...
Adiel-¡Oye, un respeto!
Como Irsus ya había crecido, decidimos hacer algunos arreglos a la casa, como una habitación para él en donde teníamos la mía y la de Laik, pintar el cuarto de Adiel, hacer otro baño y colocar nuestra habitación en el piso de arriba.
(Habitación de Irsus)
(Habitación de Adiel)
(Nuevo baño)
(Habitación de Vastid y Laik)
No puedo mentir cuando digo que Irsus nos hacía de reir mucho. Era un niño con gran imaginacióny simpatía.
Irsus-¡Atención, atención! ¡Atención, hechiceros del rey Irsus! ¡Dentro de poco se celebrará el cumpleaños de Adiel! ¡De blandito pasará a super blandito!
Adiel-No te confíes Irsus... Que aún puedo convertirte en un sapo...
Vastid-¡Adiel!
Adiel-¡Jajajaja! Es broma, madre. Aunque sea un pesado, le quiero mucho para hacerle eso.
Irsus-Ya sabes que aunque seas un blandito, eres mi hermano preferido ¡Adiel! ¡Irsus y Adiel! ¡Los indestructibles héroes del mega universo!
Vastid-Deja de alucinar tu también Irsus... jajaja
Irsus-¡Pero qué cortarollos eres mamá!
Mi pequeño licántropo no iba muy desencaminado con las fechas. El cumpleaños de Adiel se acercaba y con él vino toda la familia, incluso Sarkia, sí.
Adiel-¡Y ahí va un pedazo de tarta volador!
Irsus-¡Ay! ¡Mamá! ¡Adiel me está pringando de tarta!
Brunilda-¡JAJAJAJAJA!
Cuando llegó el momento, mi hijo sopló las velas y pasó a la nueva etapa de su vida. Convirtiéndose en un guapo y joven hechicero con su poder mágico rodeándole como si de un aura se tratara. Mi pequeño Adiel, al fin se hizo mayor.
Adiel Redirok
Rasgos: Bueno, Le encanta estar al aire libre, Afortunado, Pescador y Experto en ordenadores.
Favoritos: Verde irlandés, Torta de patata y trufa y Música Clásica.
Deseo de toda la vida: Criador de híbridos criaturas-robot.
*Perdon por el doble post, espero que os guste el capi! ^^