Llevo años sin poder jugar a los Sims 3 por culpa de un PC demasiado lento. Ahora que al fin tengo un ordenador nuevo me apetece jugar y afrontar el reto del legacy. ¡Espero poder terminarlo y llegar a la décima generación!
Aquí la primera generación de la família Schulz:
(Se actualizará con el heredero de cada generación.)
Árbol genealógico
Normas:
- Se aplican las normas básicas del legacy alternativo.
- El heredero se elegirá de entre los hijos biológicos del fundador y, posteriormente, de sus descendientes. No habrá restricción por sexo o orden de nacimiento.
- Los rasgos de personalidad serán siempre aleatorios. No hay un gen o rasgo familiar a heredar.
- Los hermanos no herederos y sus parejas podrán abandonar el hogar familiar. Si el heredero muere sin descendencia de forma imprevista no se podrá recurrir a los hermanos que hayan abandonado el hogar.
Generación I: Alexia Schulz
Capítulo 1
Llevaba años deseando salir de aquel hogar. Hija de un padre inventor y una madre científica, personas dedicadas a la ciencia, al conocimiento, unos padres que trazaron el futuro de su hija desde antes de nacer.
Alexia Schulz debió ser el nombre de una gran doctora. Eso pensaron sus padres al verla nacer. Pero año tras año era más evidente que aquel destino no era para ella… Desde pequeña fue una niña torpe y distraída, sumergida en los libros, siempre sola, leyendo en cualquier rincón. El mundo era un lugar complicado para alguien cómo ella; demasiado sensible para afrontar a los demás. No fue extraño ver cómo, con los años, el mundo de la literatura la atrapaba por completo.
A pesar de sus padres, incapaces de entender aquella pasión por algo tan ilógico, Alexia soñaba con escribir, ser autora y poder crear nuevos mundos e historias fantásticas.
Al cumplir 18 años, con todo el valor que pudo reunir esa mañana, decidió abandonar su hogar, coger la bicicleta y dejarlo todo atrás.
¡Al fin sería completamente libre!
Alexia había ahorrado suficiente dinero para poder instalarse en una pequeña casa en un lugar llamado Riverview. No era gran cosa pero tenía lo justo para instalarse y vivir.
Aquí algunas fotos de su nueva casa:
En cuanto estuvo instalada le faltó tiempo para encontrar la biblioteca, podía pasarse horas allí dentro. Es extraño que la chica no necesite gafas con tanto ordenador… Así, Alexia se apresuró y enseguida fue a registrarse cómo escritora autónoma. ¿Si iba a escribir al menos poder comer de ello, no?
Y hablando de comer… La chica podrá ser una gran escritora pero, entre nosotros, en la cocina apenas logra hacer una simple ensalada. ¿Será capaz de vivir a base de lechuga o se atreverá con algo más? Misterios por resolver…
Estos primeros días en Riverview eran fantásticos para ella; un pelmazo para mí (vuestra narradora). Aquí un resumen EXACTO de la jornada: Despertarse, ir al lavabo, desayunar sus cereales e ir a la biblioteca dónde pasaba TODO el día hasta que el estómago le recordaba que hay vida más allá de los libros y las letras de la pantalla del ordenador. Vamos, lo que diríamos una vida al límite (nótese la ironía).
Aquí podéis ver el momento más emocionante vivido en estos intensos días, Alexia petando el ordenador por sobreuso e intentando arreglarlo con su cara de “Pseee, con un destornillador arreglo yo esto”.
Tanto viaje a la biblioteca ha servido para que Alexia empezara a conocer gente. La chica es joven y no puede evitar saludar a todo hombre sano candidato a contribuir con la genética de las futuras generaciones Schulz. O cómo diría ella, a los chicos “majos”.
Sin que nadie logre comprender el por qué, la chica se encaprichó de un señor con pintas de vaquero… Ai, madre…
Así, gracias al señor vaquero, Alexia empezó a explorar el barrio. No penséis mal, su intención “no” era perseguir al hombre y encontrárselo “casualmente” en cualquier lugar. Eso jamás.
Pero la tontería duró poco, tan poco cómo tiempo tardó el susodicho señor en mencionar a su señora esposa. La chica intentó salvar su dignidad con todas sus fuerzas. ¡Jamás lloraría delante de un vaquero comprometido al que persiguió por todo Riverview!
Y esta es la cara que se le queda a una cuando el vaquero de tus sueños resulta estar casado…
Tratando de recuperarse de semejante chasco, Alexia intentó dejar de pensar y olvidar aquel momento. Fue al cine y al terminar la película se subió a la bicicleta y empezó a pedalear.
Pasó varias horas dando vueltas, sin ir a ningún lugar, cuando sintió cómo le fallaban las fuerzas; estaba hambrienta y muerta de sueño. Perdida en medio de la nada, vio un edifico extraño y decidió acercarse.
La puerta al fin se abrió y de allí salió un hombre extraño. Se veía nervioso, mirando siempre alrededor, pero al explicarle la situación la dejó entrar. Alexia observó aquel lugar, el hombre vivía en un búnker bajo tierra.
* Nota de narradora: Cualquier persona mentalmente sana debe evitar entrar en búnkeres de desconocidos. Gracias.
El hombre fue directo a la cocina pero era tan patoso que Alexia no pudo evitar reírse de su poco talento culinario. Ejem… mira quien fue a hablar, ejem, ejem…
Dicen que lo que cuenta es la intención, y sin querer ofender más al hombre forzudo, Alexia se comió el plato de pasta más quemado que cualquier ser humano podría comer jamás. Al acabar, cansada cómo estaba, se echó una cabezadita en el sofá.
* Nota de narradora: Cualquier persona mentalmente sana debe evitar dormir indefensa en presencia de desconocidos, más aún si te encuentras en su búnker. Gracias.
Al despertar, descubrió que el señor forzudo se llama en realidad Hunter Cottoneye y le agradeció haberla salvado de una muerte segura. No exagera, esta chica hubiese sido incapaz de llegar a casa sin tropezar con algo, dormirse al volante de la bici o encontrar algo comestible en su nevera…
Y aquí la extraña sonrisa del tal Hunter… ¿Qué estará pensando?
Por la mañana Alexia siguió con su *aburrida* rutina habitual, pero el cansancio de la noche le pasó factura y tuvo que dejarlo antes de tiempo e ir a descansar.
Esa noche Hunter la sorprendió llamándola al teléfono. ¿Cuándo le dio su número? Pero aquel era un detalle sin importancia para Alexia que enseguida se emocionó y le invitó a salir.
Sorprendentemente, el hombre aceptó y ambos pasaron una noche bailando, jugando al futbolín (nótese el señor entrometido…) e incluso cenaron juntos en el mejor restaurante de la ciudad.
Fue una noche increíble y ambos prometieron repetirlo pronto. Parece que el destino al fin empezaba a tratarla bien…
Fin del capítulo 1