El fundador es Martín Orellana, sus rasgos son: Con un don para las plantas, ama los exteriores, romántico empedernido, vegetariano y pescador. Le gustan el color gris, la música clásica y la tarta de frutas. Tras un par de días jugando (que no hice fotos ). Martín conoce a Blair Wainwright y parece que hacen buenas migas.
Así que, bodorrio improvisado, vestidos de sport y los anillos son aritos de cebolla, y tras esa boda y esa cuantiosa suma de 137 simoleones (si iba a por el dinero )
Blair resulta ser una solitaria, genio, romántica empedernida, infantil y buena. Le gustan el color rosa, la música indie y de la comida es el pescado con papas fritas.
Una vez asentados en casa (Rambla Villacielo junto a la casa de Christopel Steel, un solar de 40x40) vendemos los regalos de boda porque no tenemos ni para un triste desayuno, como a Blair le han dado una excelencia se dedica a leer libros sobre lógica (porque tampoco hay para el ajedrez) y Martín cuida el jardín.
Blairita mía ¿a quien llamas?
Blair: A mis padres que no saben que me he casado ni siquiera que tenía novio...
Martín: Anda, y yo con 2 puntos de cocina solo...
Martín: Ajá, algo sencillo la pasta gallo, esto le gusta a todo el mundo, les echo queso y "bon apetite"
¿Te has cortado Martincillo?
Martín: No solo miraba mi sortija .
Que pose mas poco masculina... .
Los Wainwright (que lio para escribirlo, no podían ser los Jiménez) llegaron y después de un malentendido porque Susan había contado un chiste de coqueteo a Martín se sentaron a comer, varios segundos/ minutos de macarrones volando y de atragantamientos cansan a cualquiera, así que se sentaron a ver la tele.
Y en medio de la fiesta bombo al canto... Por supuesto sus padres la felicitan.
Como verán la decoración del salón es algo años 50, me pareció acorde con la personalidad de Martín (y también con los fondos disponibles).
El jardín seguía prosperando.
Y Martín cuidaba a Blair para que el embarazo llegara a buen puerto.
Martín: Estas friegas se las daba una partera a mi madre durante mi embarazo.
Blair: ZZZ...
Martín estaba atento en el periódico por si había alguna clase de lógica o jardinería rebajada, pero solo decían que había nacido una tal Jacobina Ursine (en serio de dónde sacan esos nombres).
¡Un ajedrez siiii! Gracias a una oportunidad lo conseguimos, un ajedrez con los simoleones, aunque nos hayamos quedado con 7$.
El parto, no os engañéis por las caras, duele de verdad.
Que bien una niña (prefería un niño pero bueno, la clásica ejecutiva-agresiva que lucha en un mundo de hombres, oh, solo unos segundos de vida y ya tiene la vida marcada. Se llama Blanca y es artística y virtuosa, le gustan el color blanco, los fideos con verdura y la música egipcia.
¡DOS! NOOOOOOOOO...
La segunda se llama Celia, es de sueño ligero y genio, le gustan el color baya picante (violeta), la música clásica y los espagueti.
Al día siguiente, Blair acude al parque para charlar con Justine Keaton, su mejor amiga y compañera de trabajo.
Y después las niñas se hacen infantes (yo tengo las edades configuradas como en Los Sims 2).