CAPÍTULO 9: Una relación mágica
Desde que estaba con Jamila mi vida había cambiado mucho, se había vuelto mágica. Cada momento que pasaba con ella era inesperado y cargado de amor.
Mi madre decidió empezar a esculpir, y parecía tener un don para ello.
Papá seguía siendo tan perfecto como cuando nosotros eramos niños.
Eneas: ¿¡Porque el coche va hacía atrás?!
Natsumi: Papá, tienes que darle al botón que pone A!
Tenía pocos momentos de tranquilidad, pero cuando podía estar sólo, me metía en la sauna y descansaba.
Aunque siempre bien acompañado.
Fue el señor pato, el que me animo a dar el siguiente paso en mi relación con Jam.
Gracias a dios su respuesta fue afirmativa y nos fundimos en un beso bajo la lluvia.
Esa noche hubo muchas cosas que celebrar.
Mis dos hermanos pararon a ser unos adultos.
Y mi padre paso a la última etapa de su vida.
Era feliz, pero había algo que me preocupaba incluso mientras dormía.
Mi trabajo como arquitecto. Los sims de mi barrio parecían agradecer las mejorar que hacía en los edificios estatales, pero no aprobaban lo que hacía en sus casas. Y eso me disgustaba..
Trina: No me gusta lo que has hecho ¡Se nota que no tienes buen gusto!
Ryu:¡ME LO DICE LA PERSONA QUE VA VESTIDA DE PERRITO CALIENTE!
Trina:¡VOY ASÍ EN HONOR AL GRAN SEBASTIAN WAVE! ¡FUERA DE MI CASA!
¡Mi cuñada me ponía de los nervios! Afortunadamente, su hermana no era como ella.
Pronto celebramos una boda rodeados por las personas que más queríamos.
Y esa misma noche nos entregamos uno al otro.
Un día, mientras observaba como mi esposa entrenaba, descubría cual era mi verdadera vocación: la magia.
Y todos los días, me iba con mi amor al parque para deslumbrar a los pocos vecinos que teníamos.
No podía pedir que la vida me fuera mejor.