Capítulo 5. Idas y venidas.
A los Phoenix les iba realmente bien. Quellay no hacía más que ascender y ganar dinero con sus conciertos. Ane, entre todas las piedras que recogía y los sucesivos ascensos como cocinera, también aportaba mucho en la casa. Con todo esto pudieron hacerse una casita pequeña, aunque con casi todas las comodidades para vivir muy bien. Claro, que ninguno se esperaba que se torciera todo, pero no adelantemos cosas.
Como a todos los bebés, a Shawn le tocó la hora de saltar de la cuna y pasar a medir más de un metro. Sacó todos los rasgos de su madre, incluída esa GRAN boca, excepto el pelo, que era claramente de su padre.
Era una niña muy cariñosa, se llevaba bien con todos sus familiares, incluído Luis. Aunque la única con la que compartía todos sus secretos, y de la cual era inseparable era de su hermana Zoe.
La pequeña de la familia había salido tan creativa como su padre, y cada vez que éste se ponía a practicar para su trabajo, ella se quedaba obnubilada mirándolo.
Por su parte, a Luis se le acababa el chollo de la adolescencia: pronto iba a ser mayor de edad, y eso quería decir responsabilidades. A pesar de que tenía su trabajo impuesto por su madre, nadie estaba a gusto con su presencia en la casa. A la mínima, montaba alguna discusión, y todos acababan de mal humor por su culpa.
El día que cumplió la mayoría de edad, se fue de fiesta con sus amigos durante días. Ane estuvo muy preocupada, pero supuso que eran cosas de la edad.
El ambiente en casa sin Luis era tan alegre, que Quellay y Ane volvieron a tener intimidad y ganas de estar juntos. Y... bueno, ella se quedó de nuevo embarazada.
A Quellay le llegó la hora también de hacerse adulto. Su cumpleaños vino de la mano de un gran ascenso. ¡Ahora iba en traje al trabajo! Tan elegante Quellay... Ane no hacía más que suspirar cuando lo veía.
Un día, de forma inesperada, la Parca llamó a la puerta.
Venía a entregarles los restos de Luis, que por lo visto había muerto en extrañas circunstancias en su gran fiesta de cumpleaños.
Shawn y Ane se entristecieron bastante, aunque pronto lo superaron. Realmente, ambas sabían que sin él todo iba a mejor.
Zoe, que como ya sabemos, se llevaba a matar con Luis, fue la que más lo visitó en su tumba. Aunque no precisamente para llorarlo.
Ella también cumplió años, y se hizo adolescente. Una adolescente algo rellenita, no nos vamos a engañar. Eso hizo que empezase a hacer ejercicio. Hacía footing todos los días y además se compró un sac de boxeo. ¡Todo para quemar calorías! Y oye, poco a poco lo iba consiguiendo.
Al fin Ane dió a luz por cuarta vez. Otra niña para la familia, a la que llamaron Lily. La pobre había sacado lo peor de sus padres, tanto en genes como en personalidad, aunque ellos se lo negaban y la querían un montón. Estaban muy felices.
Lo que ninguno sabía, es que Lily era fruto del espíritu vengativo de Luis. La pobre niña había sido poseída... O quizás, simplemente era un demonio, a saber.
¿Les seguirá yendo tan bien a los Phoenix? ¿Echarán de menos a Luis? ¿Qué pasará con Lily? ¡Hasta la próxima!