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LEGACY: Familia Guerreiro [Cap V] y [Cap VI] 22/11/14

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LEGACY: Familia Guerreiro [Cap V] y [Cap VI] 22/11/14

Notapor Kobane » 13 Nov 2014, 14:27

Familia Guerreiro
Fundador: Kerarta Guerreiro (Romántico, Friki y Bueno).
Leyes de sucesión:Género: Igualdad, Linaje: Moderno, Heredero: Primogénito.



CAPÍTULO I: Los comienzos siempre son duros

Kerarta llegó a Oasis Springs solo y paupérrimo, pero ilusionado. Había cargado desde la otra punta del mundo con aquella pesada, cara y obsoleta armadura, símbolo del legado de su familia, y estaba dispuesto a cumplir lo que le había prometido a su padre en el lecho de muerte: Recupera nuestra parcela en Oasis Springs y devuelvele a la familia Guerreiro el lugar que le corresponde.
Kerarta era conocedor desde su más tierna infancia, de cómo por cuestiones políticas, su familia había sido expoliada y despojada de sus bienes,además de condenada al destierro. Tras el titánico esfuerzo que sus padres habían realizado en el extranjero para reunir un pequeño capital, Kerarta decidió gastarlo en recuperar sus tierras en Oasis Springs, invirtiendo en ello casi toda la suma, y quedándose con 1800 simoleones para comenzar su nueva aventura.
El resultado fue el esperado.

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Una cama... un baño a la vista de todo el barrio... y mil historias en esa cabecita friki mientras contemplaba las estrellas.
La gran armadura lo hacía sentir bien. Le proporcionaba esa sensación de protección que todos añoramos cuando nuestros padres nos abandonan. Le recordaba quién era, y le hacía sentir especial. Le hacía sentir que tenía un objetivo, un destino, y lo que era más, que iba a conseguirlo!

Kera tenía un plan perfecto en su cabeza, y se ciñó a él. Consiguió un trabajo como operador de chat, lo que lo mantenía ocupado desde la mañana hasta bien entrada la tarde. Todo su tiempo libre lo invertía en seguir formandose como programador y jugador de videojuegos, cómo no, en la biblioteca.

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Conoció a mucha gente allí, ya que durante sus largas noches solitarias de estudio entre teclas y antiguos tomos llenos de polvo, debía sacar un poco de tiempo para socializar si quería mantener la cordura. Algunas veces, cuando amanecía, Kerarta seguía pegado al ordenador.

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Lo más salientable de esta etapa de su vida (como contaría el propio Kera años más tarde), fue un encontronazo que tuvo con la matriarca de la familia archienemiga de la suya: Nuria Del Solar. Los Del Solar se habían quedado con las tierras de los Guerreiro tras la resolución de la guerra, y recién ahora el estado había determinado que esos solares debían ser puestos a la venta, dando prioridad de compra a sus antiguos propietarios, después a los actuales, y por último aquellas personas que quiseran adquirirlo sin tener ningún tipo de relación con las tierras. De este modo, pese a la inmensa fortuna que atesoraban los Del Solar, tuvieron que claudicar, perder su terreno, y mudarse a otra mansión (una desgracia, vamos xD).
Kerarta fue claro en su exposición cuando Nuria se acercó a hablar con él: No tengo nada que tratar con vosotros. He venido desde muy lejos para recuperar lo que nos corresponde por derecho. Supongo que habíais pensado que os quedaríais las tierras de mi familia para siempre... pero no ;)

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Y, por supuesto, lo REALMENTE salientable: Sara
Sara Nuñez había sido la única que no había coqueteado con él. La única que se había preocupado por conocerlo realmente, por saber qué había detrás de esos ojos pálidos y tristes. La única que, cuando Kera dejó de asistir tan asiduamente a la biblioteca, se preocupó, y lo visitó en su solar (porque aquello todavía no era una casa).

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Sara comprobó aliviada que Kera estaba perfectamente, que lo único que había sucedido era que lo habían ascendido a Asegurador de calidad, y casi de un día para otro a Picacódigo, por lo que había ganado los suficientes simoleones para tener su propio ordenador. Un friki se debía a su trabajo: puede que su casa no tuviese paredes, pero la conexión a internet para seguir avanzando en su empleo, eso, era innegociable.
Kera estaba encantado con Sara, disfrutaba increíblemente de su compañía, y aunque sentía un fuerte interés romántico por ella... no quería condenarla a esa vida de pobreza en la que el ahora mismo sobrevivía.

La sorpresa llegó una noche que Sara lo visitó y le confesó lo profundamente atraída que se sentía por él. Kerarta no pudo resistirse más y la besó. Y después de ese beso vinieron muchos más... y Kera consideró que era el momento de hacer un alto en el camino y comprarse 4 paredes para que Sara pudiese ir a vivir con él.

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CAPÍTULO II: Con muchas privaciones, pero mucho amor

Kerarta había promocionado ya en su trabajo hasta el puesto de Jefe de Proyecto, lo que le dejaba algunas horas libres más, y le reportaba un poco más de dinero. Aunque Sara era creativa y ambiciosa (y eso era más de lo que Kera habría soñado siempre en una compañera), también era niñofóbica, lo cual suponía un problema para ambos. Kera necesitaba tener descendencia, necesitaba un heredero que continuase con su legado y mantuviese esas tierras, bañadas antaño con tanta sangre, en las manos de sus legítimos dueños.
Finalmente, el amor y la pasión vencieron a la razón y Sara se quedó embarazada.

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Fueron unos meses muy tensos, ya que además de los malestares propios de la gestación, Sara estaba muy agobiada e irascible. Ni tan siquiera pintar la relajaba, y eso que, después de Kerarta, era la pintura lo que ella más amaba. Aun así, Kera estaba constantemente pendiente de su pareja, tratando de que se sintiera mejor, halagandola y elogiandola.

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Incluso cuando estaba en el ordenador, formándose o haciendo algún trabajillo que le proporcionase unos ingresos extra (ejem ejem), estaba pendiente de ella, de darle conversación y atenderla. De hacerla sentir especial y querida. De apoyarla. Ya que nunca podría agradecerle el acto de generosidad y amor desinteresado que tuvo hacia él cuando accedió a tener hijos. Él lo deseaba con todo su corazón. Ella lo quería a él, y trataba de convencerse que su felicidad, sería también la suya.

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El esperado día del parto llegó, y la sorpresa no pudo ser mayor para ambos: ¡eran mellizos! Artai y Sainza fueron los nombres elegidos para ellos.
Kerarta estaba encantado, pero no podía dejar de trabajar, su puesto como Director de Desarrollo le proporcionaba el suficiente dinero como para ir tirando pero no podía relajarse, y se sobreexigía a si mismo, pasando miles de horas frente a la pantalla del ordenador cuando finalmente llegaba a casa.

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El primogénito y por lo tanto heredero (aunque por unos segundos solamente), Artai, era un saco de nervios. Uno no podía quitarle la vista de encima ni un segundo, porque ya estaba poniéndose a prueba con un nuevo peligro. Había heredado el cabello negro de su madre, y los ojos claros de su padre. Pero esa inquietud y actividad frenética que lo caracterizaban... era un misterio de dónde habían salido.

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La melliza de Artai, Sainza, era todo lo opuesto. Ya de bebé sus padres se habían dado cuenta de lo muchísimo que la calmaba la música, y tan pronto tuvo edad para coger un violín, comenzó a pasar así las horas del día. Era soñadora y risueña, contaba historias sin parar y hablaba de sus sueños con frecuencia. Tenía el pelo castaño como su padre, y los ojos oscuros de su madre.

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CAPÍTULO III: ¡Todo marcha! ... o casi.

Mientras Sara trataba de ganarse también el pan como artista hambrienta... Kera pasaba innumerables horas fuera de casa trabajando como Competidor de Ciberdeportes, y aunque el salario era sustancialmente mejor, salía de casa al mediodía, y no volvía hasta casi la media noche. Esta situación provocaba, que fuese en Sara en quien recaía la mayor parte del peso de la educación de los niños, y contra todo prognóstico... todavía no había tenido ninguna crisis, pese a su rasgo de niñofóbica.

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Sin embargo... el día tenía que llegar y llegó. Fue un viernes, después de que los niños hubiesen terminado sus deberes, y ella hubiese preparado sus tareas para su siguiente jornada laboral (recién ascendida a Imaginera Imaginativa, con la presión que esto suponía...). LLamó a un taxi, y los tres se fueron al parque de Oasis Springs, Desert Bloom.
Sara acompañó a sus hijos hasta la estructura para trepar, y, en un instante, los gritos y risas de los niños comenzaron a ensordecerla, y los leves roces que recibía empezaron a asemejarsele empujones y mortajas alrededor de su ser.
Entró en pánico, y no paró de correr hasta llegar a casa.

Cuando Kerarta salió del trabajo, y leyó los mensajes de texto de sus hijos, suspiró y se puso camino al parque, mientras llamaba a Sara por teléfono.
- Cariño,- le dijo comprensivo,- Pide otro taxi, y ven al parque, recogeremos a los niños juntos.
Como pensaba, no era ningún drama, los niños seguían jugando, y, aunque estaban extrañados por la conducta repentina de su madre, no estaban asustados. Kera llegó sonriente y los acompañó un rato en sus juegos.

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Ya había anochecido, y Kera estaba comiendo algo, cuando Sara llegó al parque. Llevaba puesto su atuendo de pintora, lo que esclarecía qué era lo que había estado haciendo.- Cada uno encuentra la calma donde sabe, o puede.- Miró a Kera avergonzada, y éste le lanzó un beso mientras seguía bañando su perrito caliente en ketchup, lo que provocó que Sara se riese y se dirigiese hacia sus hijos. Se acercó a ellos como si fuese un monstruo aterrador, dispuesta a darles un susto!

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Kera se unió a los juegos de su familia cuando terminó su tentempié, y ayudó a Sara a convencer a los niños de que había llegado el momento de volver a casa a descansar.

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Había sido un día duro. Kerarta había conseguido ascender a Jugador Profesional, y veía la gorra de su clan, ya tirada sobre el sofá, con suficiencia. Miraba orgulloso a su mujer, que también sacrificadamente ascendía en su trabajo, y colmaba de amor a sus dos hijos, pese a lo detestables que le resultaban los niños, ellos eran una excepción, y la amaba todavía más por eso.
Miró a su alrededor, saltando con su mirada de Artai, a la armadura de su legado; de Sainza, a los inquietantes ojos rojos del gato en el cuadro recién colgado en la pared; y otra vez a Sara. Suspiró y pensó, Lo estoy consiguiendo.

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CAPÍTULO IV: Los amores crecen

Sara se había convertido en una auténtica Pintora Profesional, y sentía que su vida iba por donde debía ir. Nunca más había vuelto a tener una crisis niñofóbica, pese a que el tiempo había pasado y sus hijos ya eran adolescentes, y ella, toda una adulta. Su carácter ambicioso la empujaba a desempeñar su trabajo con gran ahínco, lo cual hacía que estuviese alcanzando sus metas a un ritmo vertiginoso. Además, acostumbraba a pasar las horas en su rinconcito creativo, y repartía sus cuadros entre los que vendía para ganar dinero, y los que atesoraba en las paredes de su casa, entre ellos, múltiples obras de arte valoradas en cientos de simoleones. El poder permitirse el lujo de guardar esos pequeños tesoros, nos da una idea de cuánto había mejorado el nivel de vida de la familia.

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Artai había hecho un gran amigo en el barrio, Carlos Gómez, o Charlie, como a Artai le gustaba llamarle, que era otro entusiasta del deporte. Juntos daban salida a sus vigorizados ánimos, ya que nadie más en la familia Guerreiro compartía esta pasión. Solían pasar mucho tiempo juntos, incluyendo las horas de instituto, lo cual estaba dando lugar a un sinfín de camaraderías y confidencias, y hacía de "inseparables", el mejor adjetivo para definirlos.
Cabe destacar que en ese momento, Artai, no era el muchacho fornido y encantador en el que se convertiría tiempo después, sino un chico que recién estrenaba la pubertad; enclenque, hortera y tímido. Aun de esta forma, y entre los barros y lodos propios de la adolecencia, Charlie fue su colega y amigo desde el primer segundo, sabiendo apreciar el diamante en bruto que era.

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Así y todo… no era Artai el único que se había parado a apreciar las cualidades de Charlie, ya que su melliza, Sainza, había manifestado a su hermano en varias ocasiones, su deseo de intimar con él. Con este fin, había llegado incluso a parcticar deporte con ellos.
Lo cierto era que Sainza se había convertido en una adolescente encantadora y bonita. Su temprano gusto por la música la había convertido en toda una melómana, y pese a no haber heredado el rasgo familiar de romántica (cosa que si empezó a manifestarse en Artai a muy temprana edad), una hermosa historia de amor comenzó a crecer entre ella y Charlie.

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El tiempo siguió pasando y colmando de dicha a la familia Guerreiro. Kerarta alcanzó su sueño de convertirse en Campeón de Videojuegos el día antes de su cumpleaños para entrar en la vejez, y se sintió dichoso al pensar que, ahora, tendría más tiempo para centrarse en su gran aspiración de ser Experto en Ordenadores, de la cual lo separaban apenas unos pasos.
Se sentía afortunado y contento cada vez que observaba la pasión con la que sus hijos desarrollaban sus habilidades. Habían dejado atrás esa etapa perdida de la adolescencia, y se preparaban para entrar en la juventud con grandes aspiraciones. Sainza mostraba una capacidad innata para el violín, que, encima, parecía hacerla más feliz que ninguna otra cosa, exceptuando pasar el tiempo al lado de Charlie, lo cual no era sino, motivo de alegría.
Y Artai, por su parte, demostraba una capacidad de esfuerzo asombrosa, visible en la dedicación con la que afrontaba cada una de las horas que invertía levantando pesas, y realizando desafíos de montaña en la cinta de correr.
Y Sara. Kerarta bendecía cada noche que se dormía entre sus brazos, y despertaba a su lado, así como cada instante de las vidas que compartían.
Antes de soplar las velas de su tarta, Kera cerró los ojos para pedir un deseo, Que nos queden muchos años de felicidad y armonía familiar juntos.

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Pocos días después de esto, Sara asaltó a su hija tan pronto entró por la puerta a su vuelta del instituto. Aprovechando la ausencia de su hijo, más acentuada de lo habitual en las últimas semanas, le preguntó.
- ¿Qué pasa con Artai y la pequeña de los Iglesias?
Sainza la miró sonrojada.
- No soy ninguna chivata, mamá.
- Sainza Guerreiro..- entonó Sara con dureza. Pero Sainza guardó silencio.
- ¿Tengo que preocuparme?.- preguntó Sara esta vez casi con tono de súplica.
- No.- respondió Sainza con rotundidad.- No todos los miembros de una familia son iguales mamá. Me sorprendes, y... me decepcionas.
Sara miró a su hija con profundo asombro, y casi al instante sintió una intensa vergüenza de si misma. En su afán de protección maternal, se había convertido, aunque solo hubiese sido durante un breve período de tiempo, en lo que siempre había odiado: una persona subyugada a estúpidos prejuicios.
- Tienes razón, perdóname.- musitó mirando al suelo.- Esta mañana, en el acto de titulación como Maestra del Realismo, he escuchado ciertos comentarios y, en fin, he sido una idiota.- le dijo mientras la abrazaba.- Haré lo posible por conocerla, te lo prometo.

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Sara cumplió su palabra, y algunas semanas después, Artai aceptó la invitación de su madre, y llevó a casa a su amiga Eva.
Se habían conocido en el instituto, pese a que Eva vivía en otro barrio. Su padre y algunos de sus hermanos mayores llevaban una vida, sino al margen de la ley, pisando constantemente la línea, por lo que Eva prefería levantarse algo más temprano por las mañanas, y alejarse de todo eso, aunque fuese por unas horas. No necesitaba que la increpasen también por las faltas de su familia en el patio durante el recreo.
A Artai le había gustado todo de ella en cuanto la había conocido. Principalmente, el verla siempre con una novela en la mano o asomando entre los cuadernos y libros de texto de la mochila, le hizo imaginar una mente abierta y bibliófila, necesitada de vivir y contar historias. Y, por supuesto dada la edad, aquella diminuta carita en forma de corazón coronando su esbelto cuerpo quinceañero, provocaba en Artai sentimientos y emociones demasiado fuertes e imprecisas para ser descritas con palabras.
Cuando cruzaba el umbral de casa de sus padres con su amiga, no pudo evitar pensar que ojalá pudiese presentarla de otra forma.
Le besó las manos cuando notó que ella empezaba a ponerse nerviosa, y le sonrió.- Todo saldrá bien. Mis padres son geniales. Ven, voy a enseñarte la plataforma de juegos que tiene mi padre. Es muy divertida, te gustará.

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Sainza estaba tocando el violín en la habitación cuando su hermano y Eva entraron. Dejó el instrumento en su funda con sumo cuidado, antes de aproximarse a Eva y abrazarla, para después invitarla a sentarse con ella en la cama, mientras Artai hacía una estupenda demostración de R.E.F.U.G.I.O. en aquella sorprendente y exclusiva plataforma.
- Escuché que habías dejado el Club de Música...- comenzó Sainza para romper el hielo.
- Bueno...- titubeó Eva -No suelen interesarme las cosas durante demasiado tiempo...- sonrió con timidez apartando la vista.
- Son unos idiotas.- contestó Sainza riendo -Yo también lo abandoné hace tiempo!- colocó su mano con confianza y afabilidad sobre la de Eva antes de levantarse.- Tengo que seguir ensayando, mañana tengo una prueba para un cuarteto al salir de clase.- miró a Eva con una sonrisa mientras se alejaba, e introdujo la mano en el holograma del videojuego para desestabilizar a su hermano antes de salir.

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La velada resultó como resultan ser las cosas que están destinadas a suceder. Eva se sintió en confianza y comprendida con Kerarta y Sara, dejando entrever en algunas ocasiones trazos de su alma romántica, en exaltadas explicaciones de historias y cuentos que conocía; u opinando casi sin tabúes acerca de todas las cuestiones y materias que saltaron a la mesa. Incluida la reciente noticia de la intención de Aratai de unirse a la carrera de Agente Secreto tras su graduación.
Eva explicó, no sin cierta ansiedad y pesar, a dónde había conducido a su familia la carrera de su padre, y posteriormente de sus hermanos. Deambuló en su narración alrededor de varios incidentes con la ley y recuerdos amargos que habían provocado en ella un profundo rechazo a esa forma de vida, e incluso, fugazmente, dejó entrever como comenzaba a fraguarse en su interior lo que terminaría siendo un sentimiento de pánico al compromiso.
Cuando comenzaba a anochecer, Eva comenzó a revolverse en la silla.
- Supongo que se te hace tarde... Podemos pedirte un taxi, no queremos que venir a cenar aquí sea motivo de que tus padres se preocupen.- le dijo Kerarta sonriendo.
Sara le dió un toque con la pierna bajo la mesa mientras lo miraba con cara de "¿Es que no has entendido nada?", y acto seguido sonrió en dirección a su hijo y a Eva.
- Para nosotros no es un problema que pases tiempo aquí, con Artai, o con Sainza- agregó viendo que su hija salía por la puerta de su habitación al grito de "¡Decidme si esto suena bien!"- Podéis estar aquí cuánto queráis. Y puedes dormir aquí siempre que quieras..- sonrió como solo Sara sabía sonreir.- Para nosotros no eres un problema.

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Esa noche, bajo las sábanas, Eva pasó largas horas hablándole a Artai de todo aquello que la extrañaba y maravillaba de su familia. Se deleitó con cada uno de los gestos de respeto y complicidad que había observado entre Kerarta y Sara, describiéndolos detalladamente mientras observaba fijamente las pupilas de Artai. También se regocijó en la facilidad de éstos para expresar sus pensamientos y emociones, de una forma tan profunda y sana, que la hacía que sintir casi escandalizada. Y, por último, se complació explicando cómo le afectaba y la hacía sentir ese ambiente.
- Había visto algo de todo ésto en ti,-le susurró a Artai segundos antes de caer rendida al sueño.-Pero no me imaginaba que pudiese llegar a ser tanto...
Artai la contempló durante largo rato, y en su profunda estupidez, le pareció que incluso era más atractiva durmiendo. Le pareció que sus labios, iluminados con pequeños topos del color de la luz lunar que se colaba por la persiana, se separaban levemente y se hinchaban, pidiéndole, no, rogándole, ser besados. Recuperó la lucidez a tiempo, y se volvió hacia el techo.
- Duérmete..- se dijo.

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CAPÍTULO V: El ocaso de los fundadores

Los días se sucedían sin grandes alteraciones en el seno de la familia Guerreiro. Kerarta, ya como Experto en Ordenadores, después de haber pasado miles de horas jugando online para ganar seguidores, disfrutaba de las nuevas funciones que le proporcionaba su condición de Genio Informático, mientras que Sara, que se había convertido en una Pintora Extraordinaria, gozaba de su recién adquirida capacidad para plasmar sobre lienzos las emociones existentes, aunque no estuviese sintiéndolas en ese momento.
Estaban orgullosos de lo que, con mucho esfuerzo, habían conseguido, y, conscientes de que el fin de sus vidas estaba cerca, solo podían sentirse agradecidos por la fantástica existencia que habían tenido. Les complacía también profundamente la seguridad de saber que Artai, su heredero, no tendría que comenzar a formar su propia familia en unas condiciones tan precarias como las que ellos habían padecido. Eso le facilitaría las cosas, y si bien no aseguraba la felicidad, proporcionaba una cierta ventaja.

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Artai siguió viéndose con Eva incluso después de terminar el instituto y conseguir un empleo como Recepcionista de Agencia. Su amistad y conexión crecía día a día. Pasaban numerosas horas conversando en los sofás del pub o en la terraza del bar. Artai hacía un verdadero ejercicio de autocontrol cada vez que estaba con Eva, ya que era otro tipo de relación la que él ansiaba, pero había decidido ser paciente, esperar el momento.
Todo depende del momento.- solía decirse -El momento lo es todo.
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A menudo, Eva le hacía partícipe de los problemas en los que se veía envuelta por culpa de sus familiares. Relataba con gran angustia y enfado, las situaciones humillantes y violentas a las que era sometida casi a diario, unas veces a manos de los propios miembros de su familia, y otras veces eran las víctimas de sus familiares quienes la atacaban. Artai la escuchaba atentamente, y, en más de una ocasión, pese a la cantidad de años que llevaba escuchando ese tipo de historias, no podía evitar sorprenderse.
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Era en estos momentos de deshaogo cuando hablaba también, ya sin tabúes, del rasgo de anticompromiso que había desarrollado al entrar en la juventud. Artai lo sabía, pero seguía empecinado en creer que su relación con Eva sería más fuerte que todo eso.
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La tarde que fueron al bar a celebrar el ascenso de Artai a Analista de Información, tuvo lugar una de esas situaciones que eran habituales en la vida de Eva. Patricia, una antigua amiga de Artai y suya, se acercó a ellos en actitud desafiante, y en mitad del bar, comenzó a gritar e insultar a Eva, llegando a sugerir incluso que su madre era una llama. Eva, ni corta ni perezosa, le lanzó una bebida encima y se abalanzó sobre ella.
Artai se encontró con la escena cuando volvía de la barra, y no tuvo ocasión de intervenir, ya que cuando llegó al encuentro de las chicas, Eva ya se sacudía las manos, y a Patricia le daba vueltas la cabeza por el atontamiento.
- No vuelvas a acercarte a mi.- le dijo Eva mientras se dirigía al baño a refrescarse.

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Cuando salió del baño, Eva vio a Artai hablando con Patricia. Una sensación de vacío comenzó a ascenderle desde la planta de los pies hasta la boca del estómago, y tuvo que agarrarse al marco de la puerta cuando comenzó a tambalearse. Es del esfuerzo de la pelea...- se dijo con poco convencimiento.-No, no lo es. Es por ver a Artai así, con ella.- Eva suspiró.-Tan anticompromiso, tan anticompromiso... ¡pero quiero pasar todas las #!@?%! horas del día con él!.

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Antes de comenzar a caminar hacia Artai, Eva buscó en su interior algún indicio de que no debiese hacer lo que iba a hacer, pero no lo encontró. Mientras cruzaba el habitáculo principal de bar, miles de voces en su interior la coreaban y la empujaban a seguir adelante, no había rastro de dudas ni temores en su interior, no con respecto a Artai. Sus sentimientos la hacían caminar con paso firme y decidido. Cuando estuvo frente a él, lo estrechó entre los brazos y se fundió entre los suyos.
-Te quiero.- le susurró.

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Esa noche, cuando la pareja llegó a la residencia Guerreiro, se encontró con Kerarta y Sara entreteniéndose en la zona de pintura. Llevaban puestos unos pijamas viejos, que exhibían innumerables salpicaduras y pringues de varios y dispares colores. Artai y Eva los saludaron, y entre bromas, se dirigieron a la habitación. Sonrieron al saber que Sainza y Charlie habían ido a una fiesta a casa de un amigo en otro barrio, y dormirían en la casa del anfitrión.
Cuando cerraron la puerta del cuarto tras ellos, se sonrieron un instante en silencio. Artai se aproximó a Eva con dulzura, y apretándola contra él, comenzó a besarla en el cuello. Eva percibía con excitación el deseo de Artai, y no pudo evitar sonreír con júbilo.
-Te quiero..- repitió.

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Pero si las cosas marchaban bien entre Artai y Eva, no era menor la dicha de Sainza y Charlie.
La fiesta estaba siendo un auténtico éxito. Estaban en un caserón hasta arriba de gente, con música, bebida, piscina (!), e incluso habían contratado a un conocido humorista para amenizar el ambiente. Estaba claro que Charlie estaba haciendo muy buenas amistades en su cargo como Responsable del Puesto de Mando.
En un momento dado de la noche, cuando Sainza salía del baño del piso superior, Charlie la estaba esperando al borde de las escaleras.
- Estás preciosa.- le dijo seductor.
- Gracias.- contestó ella riendo, consciente de que vestía normalmente.
Charlie se acercó a la que durante años había sido su novia, y le susurró: Cásate conmigo.

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CAPÍTULO VI: Una boda y dos funerales

El día no se hizo esperar. Los Guerreiro dispusieron un arco nupcial en la parte de atrás de la casa, y en el primer día que ambos tuvieron libres en sus respectivos trabajos (ya que Sainza se ganaba la vida como Telonera), se casaron. Fue una ceremonia íntima, a la que solamente asistieron Sara, Artai y Eva.
Por desgracia, Kerarta tuvo que asistir a un campeonato de campeones que había surgido de forma repentina, y cuya recaudación sería donada a una ONG, por lo que no pudo evitar perderse la ceremonia, aunque sí estuvo presente en el convite posterior, al que también asistieron muchos más invitados, y, por supuesto, en el momento en el que Sainza abandonó la unidad doméstica para formar la suya propia con Charlie: Familia Gómez-Guerreiro.

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La alegría que llenaba a la familia no duró. Una mañana de domingo, Sara se despertó temprano y se sintió animada como para hacer un elaborado y nutritivo desayuno. Se giró hacia Kerarta, y lo vio descansando tan plácidamente, que lo besó en la mejilla casi sin rozarlo, se levantó de la cama, y se vistió haciendo el mínimo ruido posible antes de salir a la cocina.
Estaba afanaba batiendo la masa para las tortitas, cuando escuchó un golpe seco procedente de la habitación. Derramó la mezcla que estaba haciendo sobre el mesado, y salió lanzada hacia su cuarto.
Cuando abrió la puerta se le heló la sangre en las venas. Kerarta yacía en el suelo y La Parca estaba parada frente a él. Cuando vio entrar a Sara, la miró y negó con la cabeza. Sara rogó, suplicó e imploró por la vida de Kerarta, pero La Parca fue despiadada, y arrancó a Kera del mundo de los vivos de forma cruel e implacable, ante la congoja y desesperación de Sara.
- Hace unos minutos estaba junto a mi, y ahora tengo esta gélida urna.- se lamentó Sara.

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Los días fueron sucediéndose, pero para Sara nunca más volvió a salir el sol. Su ánimo era triste y desesperanzado. Deambulaba por la casa como un alma en pena. Invertía la mayor parte del tiempo en dibujar cuadros de tristeza e ira, y apenas dormía ni comía.
Artai se desvivía por ayudarla, tratando de consolarla o animarla, o simplemente ofreciéndole su compañía. Echaba de menos a su hermana Sainza, y lamentaba que ya no estuviese en casa con ellos, para acompañar a su madre cuando a él le era imposible, ya que su carrera le exigía cada vez más dedicación.

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Artai estaba ascendiendo raudo en su profesión, ya que su puesto era ahora el de Detective Principal, e invertía incontables horas en conseguir la condición física que necesitaba. Tenía mil motivaciones y sueños, y, al igual que su padre, ponía todo de su parte para conseguirlos. Además, la extroversión que había adquirido al entrar en la juventud, estaba jugando muy a su favor.

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Pero, por supuesto, aunque ya no viviese con ellos, Sainza visitaba a su madre con mucha frecuencia y se ocupaba de ella. De hecho, la última gran alegría de la vida de Sara, se la dio su hija Sainza al comunicarle que estaba embarazada.
- ¡Un nieto!- dijo Sara ilusionada.- Estoy deseando verle la carita y tenerlo entre mis brazos.
- Cualquiera diría que eres niñofóbica...- la pinchó su hija.
Madre e hija se rieron a carcajadas.

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Pero la vida no le dio a Sara ese gusto. Antes de que su hija Sainza diese a luz, La Parca vino a buscarla. Sara se sintió aliviada en su último instante, e incluso dichosa de ir a reunirse con Kerarta, que siempre lo había sido todo para ella. No había sitio para ella en un lugar en el que no estuviese él.
Quien, obviamente, no compartió esta visión, fue su hijo Artai, que aunque consciente de la liberación que suponía para su madre, no pudo evitar derramar amargas y abundantes lágrimas a los pies del cuerpo ya inerte de ésta. En esos segundos de total irrealidad, Artai incluso creyó notar como el peso de la armadura se subía a su espalda y se sumaba al de su tristeza.
- Me he quedado solo.- pensó al verse sin compañía en la casa familiar, antaño rebosante de la presencia de sus seres queridos.

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Última edición por Kobane el 22 Nov 2014, 17:35, editado 5 veces en total
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Re: LEGACY: Familia Guerreiro

Notapor rubiaza20bcn » 13 Nov 2014, 18:03

Bonito comienzo! :lol:
Lo relatas como un cuento o libro. Me gusta.
Kerarta y Sara han fundado una bonita familia! Continuare leyendo el legacy!! :mrgreen:
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Re: LEGACY: Familia Guerreiro

Notapor Kobane » 13 Nov 2014, 20:03

Muchísimas gracias! :D
La verdad es que viendo otros Legacy me doy cuenta de que tiene muy pocas imágenes y de que la historia avanza demasiado deprisa y con poco detalle :S El tema es que llevo mucho tiempo jugando a los sims, y nunca había escuchado hablar del Legacy Challenge! Hace unas semanas, por casualidad, tropecé con información sobre él y empecé a interesarme. Me hice la familia Guerreiro y comencé a jugar "según las normas", pero sin idea de publicar la historia, por lo que tengo muy pocas imágenes de la primera generación y ahora tengo que intentar hilarlas lo mejor posible jajaja
De verdad te agradezco tu comentario, nunca había participado en un foro... y el Legacy me pareció una gran oportunidad, y que podría disfrutarlo mucho y hacer que los demás lo disfruten.
En cuanto llegue con la narración al punto de la historia en el que estoy, prometo que será más detallado y con mejores imágenes!
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Re: LEGACY: Familia Guerreiro [Cap IV] 15/11/14

Notapor Carmesina » 17 Nov 2014, 03:18

Justo es lo que te iba a comentar cuando lo leí, que comparado con el ritmo de otros legacys ha ido muy rápido en relación sucesos/capítulos. En parte lo entiendo porque yo ahora estoy con mi primer legacy oficial y luego a la hora de montarlo me doy cuenta de que no saqué tantas fotos o que no son tan buenas como deberían xD

El legacy está chulo, me trajo curiosidad como lidiarías con lo de la ley del primogénito y los mellizos pero veo que Artai es el elegido xD La casa y la decoración me gustan mucho, yo vendí casi todos los cuadros y los que conservé no se me ocurrió distribuirlos así xD A ver como avanza la historia...
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Re: LEGACY: Familia Guerreiro [Cap V] y [Cap VI] 22/11/14

Notapor Kobane » 22 Nov 2014, 17:52

Sí, la verdad es que hay Legacys que tienen un detalle increíble, pero creo que si me paro tanto me volveré loca, además de que no disfrutaré de jugar tranquila porque me volveré loca haciendo fotos jajaja Hago alguna cuando creo que puede "valer" y después trato de que la historia se haga interesante en base a esas imágenes, explicando un poco lo que pasa.
Lo de los mellizos, la verdad es que me planteé que si fuese una herencia en una familia real jaja habría sido un problema, pero aquí, como dios-sim XD soy testigo de que el primero que nació fue Artai, y por lo tanto es el primogénito ;)
Lo de los cuadros es una pena, porque es normal pensar que en el futuro ganaremos más dinero... pero no más cuadros! Pintados por tu abuela o tu tatarabuela! :) Y lo cierto es que quedan muy bonitos.
Gracias por comentar! :)
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Re: LEGACY: Familia Guerreiro [Cap V] y [Cap VI] 22/11/14

Notapor rubiaza20bcn » 22 Nov 2014, 19:15

oh que pena me da cada vez que muere un sim en los legacy :cry: :cry:
Ahora que les iban tan bien las cosas :cry:
Bueno haber si Artai supera pronto la perdida de sus padres y podemos ver una bonita boda :mrgreen: :mrgreen:
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Re: LEGACY: Familia Guerreiro [Cap V] y [Cap VI] 22/11/14

Notapor Carmesina » 23 Nov 2014, 14:53

Vaya, realmente me da penica que Artai se haya quedado solo... Con todo lo que está pasando con Eva y con la muerte de su madre... Espero que su hermana ahora se pase a visitarlo a él a pesar del embarazo/bebé y lo tenga bien cuidado... En fin, me encantaron las caras de Artai mientras hablaba con Eva xD
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