Vamos a ver, Betty! Pero cómo te atreves a sonrojarme de forma tal?

Muack! Gracias por esa descripción, cariño.
Ahora me toca hablar de ti y, creéme, me podría tirar horas; así que voy a resumirlo todo de manera que se vea todo y no me deje nada.
Ante todo, decirte que desde que llegué aquí, siempre encontré en ti una referencia a seguir (un muy buen ejemplo, a decir verdad). Ello es debido a que te veía (y te veo) como una persona sensata, responsable y que sabe bien lo que hace; vamos que tienes los pies en la tierra.
Y todo aquello se acrecentó, cuando me dí cuenta de lo maravillosa persona que eras, con un espíritu constructivo digno de una persona con un bello corazón y siempre dispuesta a ayudar, preocupándose y desviviéndose por otras personas más de lo que lo haría por sí misma.
A pesar del gran carácter que te distingue (aspecto para nada negativo), siempre consigues terminar cayendo bien a todo el mundo. Te expresas de una forma afable y con unas palabras muy dulces, y eso hace que uno se sienta especial, como si te conociese de toda la vida...
La tuya es una confianza muy grata de experimentar.
Otro punto a mencionar es tu buena educación. También te caracteriza. Y yo sé que tú también te sabes divertir (bueno, que te va a decir un chavalín de 16 años, ¿verdad?), porque eres una persona increíblemente enrollada, graciosísima, con un sentido del humor muy, pero que muy agudo y, debe ser mi opinión, pero siempre te he imaginado con una sonrisa (amplia) en la cara.
Para terminar, sólo te quiero dar las gracias (¡en alto!) por tooodo lo que has hecho por mí desde que llegué aquí (que no es poco), y decirte que deseo devolvértelo de la forma que sea porque, simplemente, vales muchísimo para mí, te quiero un montón, MUCHO!
Gracias, gracias y gracias, Alex.