Skellington escribió:Hoy he empezado a leérmelo.
Me parece lógico que la película no funcione, ya que la gran baza del libro es la forma narrativa: el niño es quien va desgranando el hilo de la historia a través sus emociones y pensamientos con un lenguaje infantil muy propio. No creo que en la película hayan conseguido impactar de la misma forma.
Por ejemplo, la primera vez que el niño describe un nazi, lo hace sin saber exactamente qué es.... así que debes presuponer a lo que se está refiriendo y consigue transmitirte una sensación de sorpresa e inseguridad. En cambio, en la película evidentemente verás la imagen del nazi y sabrás qué está ocurriendo al instante: no deja espacio para imaginar el desconcierto del niño, lo que está sintiendo. O como mínimo, no de la misma forma.
(Acabo de empezar, pero el libro me está entusiasmando).
La película es un rotundo fracaso. Yo fui a verla el pasado sábado y sentí ganas de abandonar la sala. Al final me quedé sentado pero estuve durante todo el tiempo disintiendo de la gran cantidad de fallos que tiene. Os voy a dar mi juicio de valor:
(
ATENCIÓN
- Spoiler !!)Para empezar como bien dice Skell, el libro destaca por su estilo y forma narrativa: el niño es quién narra la historia en estilo directo, intercalando diálogos y pasajes con una lenguaje pueril, ingenuo e infantil que no hace sino que transmitir la inocencia de un niño, si bien del bando nazi, víctima también de una época vergonzante. Pues bien, este estilo directamente es inexistente en la película, la narración (voz en
off) del niño la han obviado salvajemente, restándole relevancia al film. Las sensaciones del niño, sus reflexiones quedan traducidas en una sucesión patética de escenas en ocasiones poco conexas e incongruentes.
Por otro lado, el tratamiento de los personajes en la película ha sido, a mi juicio, nefasto. En el libro existen personajes, que si bien no son trascendentales, tienen un especial relevancia en la vida del niño como por ejemplo la niñera María o el judío Pavel. En el libro Bruno y María tienen unos diálogos muy intensos y de dónde podemos llegar a deducir algunas cosas, que en la película se lo han saltado directamente. O por ejemplo la relación que surge entre el judío Pavel y el niño, Bruno.
Asimismo, la mala relación entre Gretel, la hermana del niño, a la que describe como una "tonta creída", queda totalmente difuminada en la película. Por no hablar de la enorme modificación del personaje del padre de Bruno. En el libro, el Oficial Raplh tenía una relación con sus hijos de corte militar, basada en la disciplina, en el respeto, en el orden y la prelación, donde cabía poco espacio a la ternura o los gestos cariñosos. En la película en cambio, el padre es mostrado como un padre atento a sus hijos y con una relación cálida. La madre en cambio, en la película toma un papel algo mayor que en el libro, donde prácticamente tiene una aparición circunstancial.
Incluso, la elección del Shmuel (pronunciado en alemán "Smúel" y no "Esmú" como lo pronuncian en el doblaje

), no ha sido todo lo certera posible. Obviamente, es imposible recrear el ambiente y la situación de las personas en los campos de concentración de aquel momento, sin embargo, podrían haber encontrado a un niño con un aspecto algo más enjuto, algo más famélico y quizás más pequeñín. No obstante, es lo único que puedo salvar de la película, los dos niños protagonistas.
Por otro lado, el director ha incurrido en el tópico fácil del drama que supone narrar una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto Judío. Ha buscado llegar al sentimiento del espectador desde el primer momento, olvidando que el drama del libro recae precisamente en la inocencia de dos niños que no sabe qué está sucediendo a su alrededor. La narración en la película da comienzo casi directamente en la nueva casa junto al Campo de Concentración, obviando la vida de Berlín, personajes importantes en la vida de Bruno y Gretel (su abuela, disidente del Régimen, o sus amigos).
Igualmente, la música me ha resultado patética y las escenas del humo (que inducen a la consabida quema de cuerpos en los campos de exterminio) creo que estaban de más. Ni qué decir tiene que la escena final en la cámara de gas se la ha inventado literalmente. El libro no habla de la muerte de los dos niños de forma explícita, sino implícita, transmitido especialmente por el dramatismo, la desesperación del padre de Bruno, el Oficial Ralph, que lo buscará incansablemente.
Asimismo, la ambientación me ha resultado poco pausible. La recreación de Auschwitz o Mathausen ha sido realmente pésima. A mí personalmente, me recordó más a una cerca de ganado ovino que a un campo de concentración. Y no digamos de la casa donde vive el niño o del espesísimo bosque que yo no recuerdo que en el libro apareciera como tal.
En fin, un gran libro con una pésima adaptación cinematográfica. Por ello, todo aquél que se haya leído el libro y tenga pensado ir a ver la película, mejor que se abstenga ya que quedará profundamente decepcionado. Es más, incluso no la recomiendo ni no habiéndose leído el libro.
¡Uff, qué tocho! La verdad es que me he explayado con la crítica
PS: Por cierto, Skell, el libro terminará por atraparte, te lo digo yo. Yo me leí el libro en el aeropuerto de Barcelona después de volver de Viena, mientras esperaba mi vuelo hacia Sevilla y no era capaz de levantar la mirada de él. ¡T'agradarà, segur!
