por Erika » 13 Jun 2013, 20:55
*OOOOOOOOOOOOOOOO* no comento por un tiempo y todo lo que pasa *OOOOOO* Laik le confesó a Vastid que era licántropo, a los niños más grandes no les gusta su condición de hechizeros y tenemos al ... Adiel será el heredero verdad? es un infante precioso y esos ojos son como que ajdlajksjfkslfj muy verdes y me hipnotiza... quiero verlo adolescente o3o
Pues por ahora todo parece indicar que es el que más convence a Vastid... Y tiene los ojos de ella!! jajajajaja
Mensaje sin leerpor fuerzacr03 » 13 Jun 2013, 23:32
Una imagen vale más que...
Imagen
¿será que él pequeño tiene todo para heredar?
Por tener, si que lo tiene todo jajajaja
por Narawen » 14 Jun 2013, 08:34
Saclae, me reitero en mi afirmación ¡es mi favorito! Es muy... pj (personaje jugador en un juego de rol). Un ser que nace para conseguir hacer del mundo algo mejor de lo que es, pero que no es muy consciente del peso que lleva a sus espaldas (al menos no al principio). Me guuuuuusssssta. He dicho.
Jajajaja, me alegra que te guste, Nara ^^ Y tienes razón, el pequeñín ahora no es muy consciente de lo que es, evidentemente... Pero ya se verá más adelante qué pasa con eso xD
por Maggie » 14 Jun 2013, 09:41
Adiel siendo infante se convirtio en mi favorito.
Limpiale un poco la baba que se le cae a Vastid cada vez que habla de él
Ay pobrecita mía, Vastid... jajajaja Pa uno que lo siente mágico de verdad, hay que dejarla disfrutar!!! jajajaja
por Rucklia » 14 Jun 2013, 16:31
OHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH !!! Pequeña cosita adorable :'33333
Ah, ah, pero antes:
"Estúpida y sensual mujer gruño ... ¡Deja de preocuparte y baila un poco conmigo! ¡Que te van a salir telarañas!"
*Vastid mira* ...
Que hermoso ese pequeñín y que rasgos en general tan perfectos <3333 ~ Ya quiero ver mayorcito al grandioso hechicero Q_Q!
Parece que ha tenido éxito Adiel... Me hubiera gustado que alguno hubiera salido moreno, pero jo, todos rubios jajajaja Menos mal que Adiel sacó los ojos verdes de la madre xD Aunque les pongo ojos que no son default, siempre respeto el color de los bases y Adiel sacó los de Vastid jajajaja igual que Deirom, todo hay que decirlo xD
Bueno, sin más preámbulos os dejo la siguiente actu, que no he podido hacerlo antes xD
Capítulo XIV. Unos se quedan y otros se marchan.La vida en mi casa transcurría con normalidad y mientras mis hijos mayores cada vez se despegaban más del nido, Adiel parecía tener una unión especial con aquella casa que me habían vendido con problemas en las tuberías. Sarkia y Deirom no se comportaban mal en casa, pero pasaban más tiempo con los amigos que con nosotros.
Sarkia-¿Qué me dices, tía? ¿Qué Abel va a hacer una fiesta en la casa de la playa? ¡Hay que ir!Deirom-No, no... ¡No, tronco! A ver, que si fuera por mí, me quedaba hasta las 6, pero que como desobedezca me van a hacer sacar la basura todos los días y paso de mancharme. ¡Me da igual si no lo comprendes!Al parecer, mi hija estaba empezando a tontear con un chico que se llamaba Abel.
Aquel chico no me gustaba para Sarkia. De hecho, las pocas veces que había venido a casa, le había pillado intentando llevarse algo. Creo que como a cualquiera, ya sea normal o sobrenatural, no me gusta que me roben y yo le avisé a Sarkia de ello. Si aquel chico volvía a intentar llevarse alguna cosa, por muy poco valor que tuviera, le iba a poner unas gotas de ad nauseum en la bebida para que no pudiera salir de su casa en una semana por los mareos. ¡Ya estaba bien!
Sarkia no aceptó lo que le dije de su novio y no perdió el tiempo en decirme que, cuando cumpliera la mayoría de edad, se iría de casa. Yo al principio le dije que eso era una tontería, pero recordé que yo me había ido muy joven de mi casa. Las causas evidentemente no eran las mismas. Mientras Sarkia lo hacía por puro capricho, yo lo hice por necesidad. De todos modos, Laik me dijo que no la insistiera en que se quedara. Mi marido había perdido a confianza hacía bastante tiempo en Sarkia. Su carácter alegre y simpático había cambiado con ella radicalmente. Supongo que le dolía los desplantes que nos hacía nuestra hija y la manera que tenía de despreciar nuestra condición sobrenatural. Por otra parte, Deirom, que a pesar de no tener un carácter tan despegado como su hermana, también quería irse, nos dijo que sus motivos eran diferentes. Él quería trabajar y vivir una vida lo más cotidiana posible porque no se veía capaz de usar la magia. Me pidió perdón miles de veces y yo le dije que no se preocupara. Deirom era un buen chico y yo sabía que al contrario que a su hermana, su condición no le producía asco o repulsión, sino mucho agobio. Eso ocurre cuando no se tienen perspectivas sobre la magia y se le tiene miedo. Si mi hijo temía la magia, aunque no me lo dijera, yo no sería quien para obligarle a ser un brujo. No sería como mi familia. Así que acepté a regañadientes que cuando él cumpliera la mayoría de edad, también se iría de casa.
Pasando a temas más alegres, el cumpleaños de mi pequeño Adiel llegó y con él la nueva etapa en la vida de mi hijo más místico.
Siendo un niño, Adiel siguió mostrando su naturaleza mágica por donde pasaba.
Le encantaba estar al aire libre y muchas veces salía al pequeño jardín. Se quedaba horas inmerso en su mundo o leyendo. Porque tengo que decirlo, Adiel no mostraba un particular interés por las cosas que hacían los otros chicos. A él le gustaba más la lectura y le gustaba el conocimiento. Quería saber y quería aprender muchas cosas.
Otra cosa que me parecía curiosa era la manera que tenía de hablarnos a los demás miembros de la familia. Nunca lo hacía por el nombre y siempre lo hacía desde un profundo respeto que a veces me preocupaba.Vastid-¿Qué tal te fue hoy en el colegio, Adiel? ¿Ya hiciste los deberes?Adiel-Me fue bien, madre. Normal, como siempre, supongo. Y claro, madre. Acabé los deberes hace un rato.Vastid-¡Qué bien! ¿Por qué no sales a jugar un rato? Puedes llamar a tus amigos si quieres.Adiel-No me apetece salir ahora a jugar, madre. Prefiero leer un poco o ver la tele, si puedo. Mis amigos estarán estudiando.Vastid-¿Estudiando? ¡Qué raro! Si a vuestra edad solamente pensáis en jugar. ¡Y por supuesto que puedes ver la televisión! No me tienes ni que preguntar. Cuando hayas hecho los deberes, puedes hacer lo que quieras.Adiel-Gracias, madre. Y a mis amigos y a mí nos gusta estudiar. Dicen que quieren saber tanto como yo.Vastid-Eso es bueno...Adiel-Oye, madre ¿te puedo hacer una pregunta?Vastid-Claro, hijo. Y ya te he dicho muchas veces que puedes llamarme mamá, si quieres.Adiel-Sí, madre. Esto... ¿La próxima noche de luna llena puedo visitar el cementerio de aquí al lado con padre?Vastid-¿El cementerio en luna llena? ¡Ni hablar, Adiel! Es muy peligroso, hay muchos zombis y más allí.Adiel-Ya, madre. Pero por eso te dije que me acompañase padre. Es que necesito ir...Vastid-¿Por qué necesitas ir?Adiel-No lo sé... Soy un brujo y solo sé que necesito ir.Los ojos de Adiel me miraron tan suplicantes que a pesar de mis recelos no pude negarme a su petición.
Me preocupaba que Adiel saliera por la noche con todos los zombis y más en luna llena. Pero mi hijo presentía que tenía que ir. Pensé que Laik, que ya estaba acostumbrado a enfrentarse a los zombis podría ayudar a que no le ocurriera nada. Aun así me preocupaba.Vastid-Está bien, hijo... Pero no quiero que estéis mucho rato.Adiel-¡Gracias, madre! No te preocupes, el cementerio está aquí al lado y solamente quiero visitarlo.Después de aquella conversación con Adiel, cuando se lo conté a Laik, quedó muy sorprendido. Al principio se negó como yo, pero luego aceptó y dijo que acompañaría a Adiel para ir al cementerio pero que sería una visita rápida. Eso me tranquilizó un poco. Aun así, me dediqué a comprar ingredientes para crear elixires que pudieran necesitar para aquella noche.
Y mientras compraba, cuando alguna de mis clientas me veía, no dejaban pasar la oportunidad de pedirme una lectura privada. Eso sí, yo no lo hacía gratis. Aquellas mujeres estaban siempre en el carromato y me abordaban allá donde fuera. Si alguien necesitaba ayuda, con gusto le hacía una lectura gratis, pero si ya era por puro vicio, tenían que pagar.
Adiel, por su parte, estaba ilusionado con su excursión al cementerio. Menos mal que Deirom le sacaba en ocasiones de su pequeña obsesión. Ambos se ponían a hacer sus tareas juntos en la nueva mesa que compramos, puesto que reformamos todo el salon con nuevas paredes, sillones, una televisión nueva y una videoconsola para que pudieran entretenerse los chicos y los que no eran tan chicos.Adiel-Ya queda poco para la noche de luna llena.Deirom-¿Por qué tanto interés en esa noche? Papá y mamá te consienten mucho, Adiel. Ir al cementerio con luna llena es un capricho de niños...Adiel-¡No es un capricho, hermano! Es algo que necesito... Tú como brujo deberías saberlo.Deirom-Ya sabes que la magia y yo no nos llevamos bien. ¡Y llámame Deirom! Que tengo nombre, Adiel...Adiel-Sí, hermano.Deirom-Mira que eres raro.Como decía, Adiel parecía ilusionado, pero a la vez espectante. Yo me preocupaba por él y Laik me regañaba en ocasiones. Como siempre, él era el que llevaba el optimismo como bandera. Para hacerme de reír hizo las más inimaginables tonterías.
Como un día disfrazarse de ladrón y perseguirme por toda la casa. Casi se lleva una ráfaga helada por el susto que me dió. Y muchas veces, después aquellas tonterías, acabábamos en la cama o en la ducha.
Debo reconocer que Laik lograba que me olvidara de mis preocupaciones y eso era algo que tenía que agradecer. De todos modos, la noche de luna llena llegó y Adiel, estaba claro que no se había olvidado.Laik-Adiel, cuando acabes los deberes, saldremos.Adiel-Sí, padre. Me queda muy poco para acabar.Mi hijo no tardó mucho en acabar sus tareas. Estaba claro que deseaba ir al cementerio.Laik-¿Estás totalmente seguro de querer ir, Adiel? Si quieres puedes irte a dormir y podemos ir otro día.Adiel-Sí, padre. Estoy totalmente seguro. Tiene que ser hoy.Así fue como aquella noche, Laik se llevó a Adiel al cementerio. Yo le dije a mi marido que si necesitaban cualquier cosa, no dudaran en llamarme.
Pero lo cierto fue que no me llamó y cuando llegó a casa, me contó lo que había ocurrido en el cementerio. Él y Adiel llegaron al cementerio y mi hijo se paseó en silencio entre las lápidas, seguido de Laik. Luego, se quedó en silencio frente a una pequeña charca y Laik al verle tan serio le preguntó que qué le pasaba.
Laik-Adiel, hijo ¿qué pasa? ¿Por qué querías venir?Adiel-¿Tú crees en el más allá, padre?Laik-¿En el más allá? Pues viendo lo que soy, ¿cómo no voy a creer? Tienen que haber muchos misterios en esta vida. ¿Por eso hemos venido? ¿Para ver si vemos fantasmas?Adiel-No exactamente... Es que verás, hay veces en las que escucho voces. Voces que no sabía de donde provenían... hasta ahora. Pensé que se trataría de voces del más allá porque nuestra casa no está muy lejos del cementerio, pero no es así. Me he paseado entre las tumbas y no consigo escuchar esas voces. Creo que no escucho las voces de los espíritus humanos... creo que más bien es la naturaleza la que se comunica conmigo... ¡No pienses que estoy loco!Laik-No pienso que estés loco, Adiel. ¿Qué te dicen esas voces que escuchas?Adiel-A veces no las entiendo muy bien... Otras solamente me saludan o me llaman por mi nombre. Pero nunca me han ordenado nada, ni me han dicho cosas extrañas. He leído sobre la esquizofrenia y estoy seguro de que yo no estoy loco.Laik-Adiel, no llores. Lo que te pasa no es algo que le ocurra a los demás. No estás enfermo, hijo mío. Pídele a tu madre, cuando crezcas un poco más, que te cuente la historia del unicornio. Yo ahora no puedo decirte más, pero quiero que sepas que te comprendo y que voy a estar aquí para lo que necesites.Adiel-Gracias, padre... Te haré caso y le preguntaré a madre. También le contaré lo que me pasa... A ver si me puede ayudar.Laik-Así es, hijo. Y ahora vámonos si no quieres que tu madre me quite el pelo a mí y a ti te deje sin salir una buena temporada...Adiel-¡Jajajaja! Sí, tienes razón padre. ¡Vámonos a casa!Adiel, cuando llegó a casa se fue a dormir inmediatamente no sin antes mostrarme una de sus bellas sonrisas. Mi hijo era tan bueno que no quería mostrarme que había algo que le preocupaba. Después de hablar con Laik, comprendí que algo muy profundo y fuera de mi alcance le estaba ocurriendo a mi pequeño Adiel.
En los días siguientes hablé con él y me explicó lo que le pasaba. Yo también pensaba que podía comunicarse con los espíritus de la naturaleza. Lo sabía porque en mi casa había escuchado hablar de esa facultad pero dirigida a los espíritus malignos. Es cierto que para poder mantener una comunicación con los espíritus del mal, hay que prácticar mucho, sacrficiar muchas cosas y a muchas personas y tener un gran control de la magia para no acabar poseído por ellos. En esta ocasión, la capacidad de comunicarse con el mundo espiritual le era innata a Adiel. Podía hablar con ellos, le podían hablar y eran los propios espíritus de la naturaleza los que hacían que esa comunicación fuera posible. Los espíritus de la naturaleza no son malvados, son los que rigen la vida, y eso tuve que explicárselo a mi hijo porque tenía miedo del alcance de aquel poder. Le dije que no les temiera, que le dejaran hablarle, que no le harían daño y que sería más feliz. Que tuviera en cuenta solo una cosa, que era un hechicero y no un brujo. Mi hijo me hizo caso. Me dijo que él quería seguir la estela de la magia y que me enseñaría algún día a hablar con los espíritus. ¡Mi buen e inocente hijo! Yo sabía que jamás tendría esa capacidad.
El tiempo paso así, con Adiel concentrado en su habilidad mágica y con Sarkia y Deirom esperando con ansias el día de su cumpleaños. Cuando llegó ese día, ambos estaban radiantes. La primera en soplar las velas fue Sarkia, ¿como no?.
Sarkia se convirtió en una mujercita muy parecida a mí, nada más que con el cabello de color rubio y la nariz mucho más fina.
Mi hija era hermosa realmente, pero su caráctery su dejadez, le daban un aspecto de presunción que no me terminaba de convencer. Después de su estancia en el instituto, sacó el rasgo de valiente.
Deirom, no esperó a la tarta, como casi siempre...
Y cuando fui a buscarle del castigo que le había puesto por hacernos jugarretas, ya se había convertido en todo un hombre.
Deirom también era un chico muy apuesto. Con una elegancia muy masculina y a la vez muy tierna. No sé que diantres haría con sus amigos en su época de instituto para sacar el rasgo de temerario... Pero me ponía nerviosa de que mi hijo fuera todo un temerario, aunque me dijera que no me preocupara.
Después de sus cumpleaños, Sarkia y Deirom se graduaron rápidamente para poder irse de casa en cuanto antes.
A mí sus prisas por irse ya no me afectaban. Me dolía que mis primogenitos se marcharan de casa pero no podía hacer más.
Sarkia se iba directa hacia un futuro no muy claro junto aquel chico de mala vida. Sin escuchar nuestros últimos consejos, Sarkia se marchó, eso sí, no sin antes decirnos que nos visitaría de vez en cuando... Veríamos si cumplía su promesa.
Deirom tardó un poco más en irse. Se despidió de todos nosotros y dijo que estaríamos en contacto. El vendría a vernos para saber de nuestra vida y que supieramos de la suya. Nos dijo que nos echaría de menos, pero que era lo mejor y que él sabía que aquella casa llena de magia ya tenía destinado un dueño y no era él. Se despidió muy cariñoso de su hermano Adiel, que lloraba de la pena y se marchó como lo hizo Sarkia. Mis hijos mayores eran Redirok, pero no serían ellos los que cumplieran con nuestro destino.