Narawen escribió:Siempre sospeché que los Todo a 100 tenían algo de oscuro XD
Nunca se sabe lo que pueden tener en el almacén de atrás... xDDDDDDDDD!!! Bueno os dejo el capi XXIV, espero que os guste! ^^
Capítulo XXIV. Buscando el equilibrio.
La realidad llegó a mí como un mazazo del que no pude esquivar el golpe. Realmente no sabía bien que estaba ocurriendo. Me sentía aturdido y confuso cuando la llamada de Ciro me llegó. Pero cuando escuché la voz del pobre muchacho y lo que decía, desperté de aquella pesadilla que me había tenido como un zombi. Lys... Maldita Lys. Siempre ella y ¿ahora? ¿Gala? ¡Mi hija! No podía ser. Me dirigí a casa y vi toda la angustiosa situación. Mi adorada Bruni quemada y malherida, Ciro corriendo de un lado a otro nerviosa y Henia... ¡Ay, mi Henia! Sujetaba a su madre para intentar llevarla a la habitación con mucho cuidado por sus quemaduras. Pero Gala no estaba. Ni rastro de mi hija mayor. ¿Sería verdad que había sido parte de todo aquel horror?
Lys-Y ahora que has conseguido ser una de mis seguidores, espero que resultes mejor que cualquiera de los demás. Por tu bien, espero que le pongas empeño para solventar tu incompetente error. Sólo así me pensaré el subirte de rango. Por ahora, deberás alimentarte de sangre si no quieres morir. Tu cuerpo la necesita porque la tuya ya no es más que un río que lleva poder, pero no vitalidad. Tu habitación está en el segundo piso... Tengo aun esperanzas en tí, Gala, así que espero que no me falles.
Cuando acabamos de acostar a Bruni y de haberle curado sus heridas, quedé con Henia para hablar de todo lo que había ocurrido.
Henia, tal y como lo habiamos hablado, me esperó y aunque yo la notaba algo nerviosa, podía ver en su rostro determinación e ira. Mi pequeña hija estaba enfadada y a su vez, tal y como yo la notaba, desgastada. Algo había ocurrido para que Henia estuviera de aquella manera, como si hubiera salido de una pelea.
Henia-Papá... No sé como decirtelo pero... Gala fue una parte importante de lo que ha pasado. Creo que lleva sirviendo a esa tal Lys desde hace mucho tiempo... No sé con certeza desde cuando, pero sé que ha estado maquinando y tramando cosas junto a ella.
Adiel-¿Gala y Lys? ... ¡No puede ser! Pero, ¿cómo ha podido pasar?
Henia-Tú tienes mucha culpa, papá... (Me dijo mi hija en un suspiro, como si midiera sus palabras para no hacerme daño) Sé que Gala se parece a la abuela Vastid... Todos lo decís y habéis dicho. Y también he tenido asumido desde siempre que Gala adquiriría el título de heredera y no me oponía a ello a pesar de lo mal que me hacía sentir a mí. Tenía la esperanza de que cambiara, tal vez como tú. Pero has estado ciego, papá. Gala siempre ha sido malvada y no iba a cambiar. Ella era la que le hacía la vida imposible a mamá. Antes de tu cumpleaños, mamá y tú os unisteis y parecía que estabas embobado. Eso es raro porque mamá y tu no habéis estado unidos desde que tengo uso de razón. También creo que se debe a mamá también. Nunca resolvisteis vuestros problemas. No sé, papá... La casa ha estado muy rara, con un ambiente extraño que no me gustaba y no te diste cuenta de ello.
Adiel-Ahora lo entiendo todo... La profecía de Natura, mi estado... Lys ha estado aquí. Por eso este ambiente. Pero, ese es otro tema que tendré que solucionar. Dime, Henia. Ahora cuéntame qué es lo que ha ocurrido.
Henia-Gala se llevó esta noche a mamá. Se la llevó al Templo de la Luna aprovechando que no estabas en casa ni tu y ni Ciro. Yo me escondí y ella se pensó que tampoco estaba, así que no puso mucho cuidado en lo que hacía. La seguí y cuando llegué, Gala había intentado matar a mamá con una llamarada. No le salió bien y quiso intentarlo otra vez pero no la dejé y le lancé una ráfaga helada.
Adiel-Entonces... ¿La...?
Henia-¡No, no, papá! No sería capaz de matar a mi propia hermana... A pesar de todo el daño que nos ha hecho.
Adiel-Mmm... Perdóname por todo, hija. Quiero que te quedes tranquila en casa... Ya has hecho bastante por todos. Ahora me toca a mí moverme de una vez... Lo siento, de nuevo.
Después de la conversación con Henia me empecé a sentir mal. Mi hija Henia había estado siempre ahí a pesar de los desplantes que seguramente habría tenido que presenciar. Ella también es una Redirok, pero como bien dijo ella y como ella Bruni anteriormente, mi atención y la de muchos se enfocó en Gala. Me sentía triste por mi hija pequeña y quería compensárselo de cualquier manera. Ahora con todo lo que había ocurrido, estaba claro que Gala no sería la heredera y sería Henia la que adquiriera el títutlo. Pero no quería que mi hija menor pensara que aquello le venía como si fuera un segundo plano. Ella había demostrado tener lo necesario para serlo.
Cuando Bruni se despertó, hablamos mucho tiempo de todo lo que había ocurrido. Bruni me contó su relación con la bruja Carmín, quien evidentemente, se trataba de Lys. Poco a poco las piezas iban encajando y me di cuenta que mis últimos años habían sido una mentira y a su vez el camino que me estaba llevando a la perdición sin posibilidad de regreso. Lys había ocupado el cuerpo de mi mujer y gracias a eso había estado más cerca de mí de lo que jamás había podido. Comprendiéndolo todo, le dije a Bruni que la quería, que siempre había sido así y que debería haber confiado en mí. Ahora me tocaba a mí buscar a Lys para saber el paradero de mi hija y aclarar la situación. Era peligroso, sí. Pero si realmente Lys era como había demostrado aquellos últimos años en los que en mi confusión pensé que se trataba de mi mujer, debía de quedarle aun un poco de corazón.
Menos mal que Henia, después de todo, no había estado totalmente sola. Ciro se había convertido en su gran apoyo y me alegraba por ello. Aquel muchacho mágico era el mejor guardián que mi hija pudiera tener, aunque su humildad y su rasgo de perdedor le hicieran creer lo contrario.
Ciro-¿Entonces me perdonas, Henia?
Henia-¿El qué te tengo que perdonar, Ciro?
Ciro-Pues el no haber estado en casa cuando todo ocurrió... Si hubiera llegado antes de medianoche...
Henia-Ciro, nadie sabía lo que ocurriría aquel día. No te preocupes. Anda, dame un beso.
Ciro-Te quiero, Henia.
Henia-Jejeje... Yo también, Ciro. Mucho, mucho...
Henia y Ciro eran una pareja muy hermosa. Dos seres que a diferencia de los ideales de Lys, no tenían diferencias ni eran polos opuestos y siendo así se querían y se ayudaban. Mi hija Gala no había regresado desde aquella fatídica noche y entonces, mi idea de hablar con Lys se materializó. Debía ser valiente y hacerlo. Quería respuestas y las quería ya. Pensé en Lys y le dije en pensamientos que quería verla en el Templo de la Luna. Estaba seguro de que ella me escucharía.
Y así, aquella noche me acerqué al Templo de la Luna. Un enorme templo rodeado de una densa vegetación. Aquel Templo había sido usado en el pasado para canalizar la energía y la magia de las criaturas que fueran allí mediante sacrificios del cuerpo y el espíritu. En Moonlight Falls lo habían catalogado como lugar histórico y, a pesar de que la mayoría de las criaturas que vivían allí, así lo consideraban, estaba claro que algunas pocas como Lys sabían que el Templo seguía cumpliendo sus mágicas funciones. Cuando llegué, vi la inconfundible figura, aunque más cambiada y los ojos brillantes de Lys que me esperaban en la puerta. Me acerqué sin temor, puesto que tampoco sentía una energía agresiva y me puse frente a ella para hablar. Ella me miró con sus ojos como estudiándome y luego se decidió a hablar.
Lys-Aquí estoy, Adiel. Tal y como has requerido. ¿A qué se debe tu llamada?
Adiel-No te hagas la tonta, Lys. Sabes perfectamente porqué estoy aquí. ¿Dónde está mi hija, Gala?
Lys-¿Sólo me llamas para saber eso? No me hagas reir...
Adiel-Dime dónde está. Ya que te has pasado estos años por mi casa como si de un juego se tratara, tengo derecho a saber dónde está mi hija. No me hagas comenzar una batalla.
Lys-Así que por fin comprendiste que estuve allí... ¿Y no sacaste ninguna conclusión de aquella situación?
Adiel-¿Qué conclusión puede sacar alguien que está hipnotizado? No, no saqué ni puedo sacar ninguna.
Lys-Adiel, deja de mentir... Esta conversación la teníamos pendiente desde que tu madre se entrometió y no pudimos acabarla. Escúchame, Adiel... Estás envejeciendo y el reloj corre en tu contra. Déjame ayudarte. Ven conmigo... Serás joven y serás feliz, como lo fuiste mientras estuve ocupando el cuerpo de Brunilda.
Adiel-Una ilusión no es ser feliz realmente. Yo estaba feliz con mi familia hasta que volviste a meterte. ¿Por qué no eres capaz de entenderlo? ¿Por qué no te vas a hacer maldades a otro lugar? Viniste para hacerle la vida imposible a mi madre. Al principio no entendía por qué pero ya sí... No podías soportar que fuera una hechicera y tú no. Por eso viniste. ¡Deja a los Redirok tranquilos, Lys! No quiero una guerra entre nosotros y tu.
Lys-Adiel, no me seas ignorante. ¿Crees en serio que vine por Vastid? ¿Por qué fuera una hechicera? Vastid ha vivido engañada desde que se enteró de su condición de hechicera. Se pensó que los hechieros solamente pueden ser los magos que no estan unidos a la oscuridad... Y no es así, Adiel. Existímos los hechiceros oscuros. ¿Crees que si fuera una bruja corriente tendría tanto poder? ¡No! Vine aquí porque sentí tu energía especial y porque vi que por fin había encontrado mi otra mitad.
Adiel-Eso no me importa realmente. Tengo unos ideales bastante distintos a los tuyos, Lys. No te olvides que cuando me conociste era sólo un adolescente. Ya no estoy para juegos.
Lys-Pero, Adiel... No lo entiendes... Yo siempre te he querido... y me cambiaste por Brunilda antes de que pudiera regresar.
Adiel-Tú no eres capaz de querer a nadie, Lys. Yo no te cambie por Brunilda. Ella era la que estaba destinada a ser mi mujer. Lo nuestro sólo era una atracción física.
Lys-Y mágica, Adiel. Es una atracción completa, aunque tú no quieras verlo. Mis sentimientos también pueden ser dañados... No he sido capaz de amar hasta que apareciste tú. Pero todo lo has hecho tan dificil... Me has obligado a actuar de esta manera.
Adiel-De ser así, igual que tu me pides y has intentado que me uniese a la oscuridad, habrías cambiado y habrías abandonado las tinieblas. Pero, no lo has hecho y dañaste a mi madre sólo para conseguir tus propositos.
Lys-Vastid jamás lo hubiera aceptado. Además, se entrometió y me provocó. En cuanto a dejar mi faceta oscura... Por tí lo intenté. Desaparecí para intentar buscar el equilibrio. No puedo abandonar mi manera de ser, pero tal vez podía encontrar algo que me redimiera... Pero, fue llegar y verte y ya te habías casado, haciendo caso a Vastid y eligiendo a la humana. Entonces comprendí que mis intentos no habían servido para nada y si quería lograr algo debía ser como siempre he sido. Te lo vuelvo a repetir, Adiel... Quítate la venda de los ojos y ven conmigo. No dejes que pase más tiempo.
Adiel-No lo haré, Lys. Y si de verdad me amas tanto como afirmas, dime dónde está mi hija y deja a mi familia tranquila. Es lo único que te pido.
Lys-Tu hija... Tus hijas... (Al decir aquello, vi que Lys se frotaba suavemente su vientre. ¿Acaso sería posible?
Adiel-Un momento, ¿Acaso estás...?
Lys-Embarazada, sí. Pero no es tuyo. No llevarás esa condena a cuestas.
Adiel-¿Entonces?
Lys-Eso no importa,Adiel. Solo puedo decirte que será una criatura especial. Solamente si tu quisieras... Podrías criarla. Estoy segura que será más poderosa que nada de lo que hayas podido imaginar.
Adiel-Lys... Deja de decir locuras, por favor... Y dime donde está mi verdadera hija, Gala. Dime si esta viva o si la mataste. ¡Tengo derecho a saberlo!
Lys-Bien, parece que no estás por la labor de escuchar... Aunque yo si te escuche a tí. Me marcho, Adiel. Si quieres ver a tu hija, búscala en la noche.
Adiel-¡Espera, Lys!
Pero antes de que pudiera detenerla, Lys ya se había ido. Aquella conversación me había provocado dolor. Mi ilusión de adolescente siempre había sido estar con Lys, pero al haber descubierto toda la maldad que albergaba, me era imposible pensar en una unión entre ella y yo. Había notado tristeza en sus palabras y cierto tono de reconciliación, pero el destino ya nos había dispuesto a cada uno en un lado del tablero. Yo quería a mi mujer y a pesar de todos nuestros errores no la abandonaría. Lys no era capaz de entender eso y estaba seguro de que me insistiría de nuevo. En cuanto a mi hija, no entendí sus palabras. "Búscala en la noche" ¿Qué quería decir? ¿Se referiría a la noche como tal o a la oscuridad que llega con la muerte? Pensando en estas palabras regrese a mi casa agotado. Mi corazón latía despacio, entristecido y apenado por mi hija y por Lys. Gala... ¿dónde estarías?
¿Que había sido de ti?
A la semana de mi encuentro con Lys, mi familia había vuelto poco a poco a la normalidad, aunque Bruni se sentía humillada y no perdía ocasión alguna para maldecir a Lys. Yo la dejaba desahogarse, pero no podía ni sospechar lo que planeaba cuando en una de sus salidas con Henia, le dijo que debía irse a comprar unas cosas pero realmente fue a la casa de Lys poniéndose en peligro. Aunque de esto me enteré más tarde.
Lys-¡Brunilda! ¿Pero qué haces aquí? Ahora que sabes quien soy... tienes aun menos motivos para presentare aquí que nadie.
Brunilda-¡No te tengo miedo, Lys Abern! Me has utilizado para estar con mi marido y has corrompido a Gala. ¡No te lo voy a perdonar jamás!
Lys-¡Jajajaja! Bueno... no creas que voy a buscar tu perdón. Eres un simple peon, una doña nadie. Ahora, lárgate antes de que me irrite y te deje sin cabeza.
Brunilda-¡No te vuelvas a acercar a mi familia, Lys! ¡Búscate a otro al que molestar! ¡Adiel no te quiere, supéralo! Al decir aquello, Brunilda se armó de valor y sin que Lys se lo esperaba le dio una bofetada en la cara. La bruja irritada la miró con odio y enseñó sus afilados colmillos.
Lys-¡Maldita vieja! Vienes a mi casa, creyendo que puedes decir lo que se te antoje. ¡Te atreves a tocarme cuando puedo hacerte morir de agonía! ¡Vete de aquí o te pulverizaré!
Brunilda-¡No me importa lo que digas! ¡He sobrevivido al intento de asesinato de Gala! ¡No soy una cualquiera!
Lys-Arg... Estúpida humana... Yo no soy como tu hija. Yo fui quien se enfrentó a Vastid, que aunque fuera una inútil te superaba claramente. ¿Me vas a venir a mí con cuentos? No tienes poderes, no eres nadie. Lo que te dí eran judías mágicas que hacen tener sensaciones de magia pero no te convierten en ¡NADA! Te lo vuelvo a repetir, márchate o se agotará mi paciencia.
Brunilda-Si tan poderosa eres, ¿por qué no actuas ya? ¡Eres mucho de boquilla! ¡Lo único que sabes hacer es manipular a la gente!
Lys-No te mato por Adiel, imbécil. No busco hacerle más daño.
Brunilda-¡Ah! ¿Ahora es por Adiel? ¿Qué no buscas hacerle daño cuando le has arruinado su vida? ¡Venga, ya!
Lys-No, estúpida humana. La que le has arruinado la vida y le has convertido un infeliz has sido tú. Tú eres la que has tenido que venir a mi por tus tonterías mentales. Tonterías que no se resolvían con magia, sino con un poquito de personalidad. Tanto que le quieres y no has dejado que te toque hasta que yo ocupé tu cuerpo. En esa época sí que fue feliz. No vales para nada. Ni como amiga, ni como esposa, ni como madre... Ya me agotaste la paciencia, vete de mi vista vieja miserable. No quiero verte cerca de mi casa o te juro que te atravesaré la cara con mis uñas.
Antes de que Brunilda pudiera contestar, sintió una energía muy fuerte que la expulsó de la casa de Lys y la lanzó por los aires hasta la carretera. Brunilda que ya no era una jovencita, se resintió del golpe y de las heridas, convenciéndose de que Lys realmente tenía poder y que debía irse de allí si no quería morir.
Gala-Me ha parecido ver a la vieja por aquí... Aunque andaba un poco encorvada y parecía como si le hubiera pasado un coche por encima.
Lys-Sí... Ha venido aquí. A retarme... En fin, esas son las consecuencias de meterse conmigo.
Gala-¿Y por qué no la has matado? ¡Si la tenias a tiro!
Lys-Además de que no quiero gastar energías con mi embarazo, por tu padre, Gala. Si quiero que Adiel venga conmigo no puedo dañarle más. Hablando de eso, ¿ya te has presentado ante él?
Gala-No, aun no. He estado observándole... Se pasea todas las noches por los parques de la ciudad. Esta noche cuando esté solo me presentaré. Iremos las dos.
Lys-Bien, así lo haremos.
Desde mi conversación con Lys, decidí andar un poco por la noche con la esperanza de encontrar alguna pista sobre Gala, aunque de momento sin resultado. No sabía donde podía estar Gala y eso me ponía cada vez peor hasta que una noche, mientras caminaba al lado de la charca de uno de los parques que más me gusta visitar, me pareció escuchar su voz.
Gala-Hola, papá.
Adiel-¿Gala? ¿Eres tú, hija?
Gala-Claro que soy yo. ¿Quién si no?
Adiel-¡Hija! ¿Dónde has estado? (Me acerqué a ella y le cogí de los brazos notando enseguida que estaban helados como el hielo.) Pero... ¿Qué? Estás helada...
Gala-No es nada, papá...
Adiel-Pero... Estás tan pálida... Y esos ojos luminosos... Y... ¿Colmillos? ¡Oh, Dios mío, Gala! ¿Qué te ha hecho Lys?
Gala-Lys no me ha hecho nada, papá. Nada malo... Ahora soy más poderosa, soy una bruja mejor. Soy como quería ser.
Adiel-No, Gala... No digas eso. ¿Qué paso en realidad? Dime que realmente no querías hacer daño a Bruni.
Gala-Papá, no puedo mentirte. Sí, intenté matar a Brunilda. Ella es la causante de que hayas estado tan mal.
Adiel-No, eso no es así. No sabes lo que dices, Gala.
Gala-¡Sí! ¡Claro que es así! Pero yo voy a hacerte sentir mucho mejor, papá.
Lys-Hola de nuevo, Adiel.
Adiel-¡Lys!
Gala-¡Tranquilo, papá! Yo le dije que viniera... Tenemos muchas cosas de las que hablar.
Lys-¿Lo ves, Adiel? ¡Gala está bien!
Adiel-¡No! ¡No está bien! ¿Qué le has hecho?
Gala-Que no me ha hecho nada, papá. Solamente me ha dado más poder. ¡Ya está!
Aquella situación no me gustaba nada. Estando entre Gala y Lys, comencé a sentirme de nuevo aturdido, como si sus palabras quisieran adentrarse en lo más profundo de mi ser y yo me sintiera captado por los ojos de ambas.
Adiel-No, Gala, no... Yo no noto más poder en tí... Noto oscuridad. ¿Por qué hija? ¿Por qué lo hiciste?
Gala-Papá, yo no era feliz de la manera en la que vivía en casa. Y menos con la presencia de Brunilda. Nos ha hecho infelices a todos. Empezando por tí y acabando por Henia, la cual no ha conseguido ver la verdad aún. Hoy casi lo ha vuelto a lograr, metiendose con Lys en su propia casa. ¿Crees en serio que una mujer que dice quererte provocaría tanto a tu supuesta enemiga? ¡Reacciona!
Lys-Pero eso tiene fácil solución... Ven con nosotras, seremos la familia de hechiceros más grande que haya existido. Gobernaremos sobre todos los demás y podremos crear nuestro propio imperio mágico. Solamente dame una respuesta afirmativa, Adiel.
Gala-Papá, haz caso a Lys. Ella te quiere de verdad. ¡Conseguirías ser feliz! ¡Seríamos felices todos! ¡Grandes hechiceros! ¿No te suena bien?
Adiel-No... no sabeis lo que decís...
Lys-No... no retrocedas, Adiel. Ven, ven a mí, mi amado hechicero. (Antes de que pudiera reaccionar del todo, Lys me tenía abrazado y sentí por primera vez el verdadero calor de su cuerpo. Un calor que resultaba adictivo pero tenía que resistir. Aquello no estaba bien. ¡No, no estaba bien!
Adiel-Su- sueltame... Lys, suéltame...
Gala-Jejejeje, mejor os dejo solos...
Lys-Adiel... Ya sabes como funciona. Sólo un beso. Solamente un beso y sellaremos nuestra unión. Serás joven de nuevo, con todo tu poder y sabiduría. Bajo nuestro ala estarán tus hijas, Adiel... Tanto Gala, como Henia. Por fin seremos felices, tu y yo juntos para siempre...
A punto de caer en el hechizo de Lys, la voz de Natura me despertó de aquella dulce pesadilla.
"Adiel, ¡Luce ya o las sombras te devorarán!"
No, no iba a caer en la oscuridad, Ni en aquel momento ni nunca. Extendí los brazos y aparté a Lys sintiendo que mi poder mágico regresaba a mi con toda su fuerza.
Adiel-Jamás, Lys. Jamás me uniré a la oscuridad. Juré con mi madre en brazos que jamás volverías a acercarte a mí. Aquí se acaba todo. Te llevaste a Gala, pero no conseguirás llevarte a nadie más. Yo no te quiero, Lys Abern. Soy un Redirok y como tal mi destino es vencer a las sombras. Te daré una oportunidad, vete y no aparezcas más o si no tendré que enfrentarme a tí en un duelo a muerte.
Lys-¡Pero qué diablos estás diciendo, Adiel! ¡Eres un iluso! ¡Podrías haber sido feliz eternamente! ¡Ésta es la última vez que me rechazas! Tanto amor por los Redirok... La criatura que llevo en mis entrañas nacerá para desintegraros. ¡No parará hasta acabar con el último atisbo de ese maldito apellido! Yo no pretendía hacerte daño, pero tú lo has querido... ¡Mi venganza será terrible!
Con su última amenaza, Lys desapareció en una nube de color rojizo como la sangre y cuando miré al fondo del parque, vi la figura de Gala mirarme con odio mientras yo aun sentía que desprendía energía.
Gala-Eres un idiota, papá. Siempre lo has sido y siempre lo serás. Mereces ser un infeliz.
Después de aquella situación regresé a casa bastante irritado. Era el momento de dejar las cosas claras. Protegería a mi familia fuera como fuese, pero primero tenía que asentar las bases, para que jamás hubiera posibilidad de grietas. Así que, por primera vez discutí con Bruni. Siempre había sido pasivo con ella, pero en aquello último había sido suficiente.
Adiel-¿Cómo se te ocurre ir a la casa de Lys, Bruni? ¡Te hubiera matado si hubiera querido! Mira... jamás te he dicho nada, pero esta vez es necesario. ¡Deja de hacer las cosas por tu cuenta porque siempre estás metiendo en apuros a la familia! Yo te quiero y creo que te lo he demostrado. ¡Y mucho más de lo que seguramente me has demostrado a mí! Ya basta de tus tonterías. Jamás confiaste en mí. A veces me pregunto si te casaste conmigo porque me querías o era un mero capricho. Lo único que tengo claro es que yo si me case contigo porque te quería y te sigo queriendo. No quiero que te metas más en asuntos mágicos que te superan. No puedo protegerte si tu haces lo imposible para ponerte en peligro.
Con mi advertencia, Bruni quedó callada y se marchó a la habitación llorando. Sabía que le había dado un disgusto, pero era necesario. Tal vez si lo hubiera hecho antes no hubieramos llegado al punto en el que estabamos. Luego, subí al despacho para contactar con un amigo experto en criaturas sobrenaturales. Gala me había preocupado con su estado y tenía que saber realmente lo que le ocurría. Le di todos los detalles que recordaba sobre ella y él me prometió informarme de cualquier cosa en cuanto pudiera.
Luego, visité las tumbas de mis padres y les prometí que esta vez no haría las cosas mal. Que me aseguraría de acabar con Lys si algo malo volvía a ocurrir. Ya lo tenía pensado y sabía lo que debía de hacer. Pero eso quedaría en secreto hasta el momento en que fuera necesario hacerlo.
Al poco tiempo, mi amigo me contactó y me informó de lo que había descubierto. Gala ahora era una criatura de la noche, comunmente conocida como vampiro. Resultaba que los vampiros son humanos o cualquier criatura que ha muerto y han regresado a la vida como hijos del mal. Necesitaban alimentarse de sangre para continuar con su vitalidad y sólo los más poderosos o los que recibían algun tipo de ayuda podían ser inmunes al sol, porque la gran mayoría podía morir quemado por su luz. Mis ojos se llenaron de lágrimas al comprobar que mi hija en realidad era una muerta viviente y de sólo pensar que se tenía que alimentar de la sangre de otros para sobrevivir. Ese había sido el precio por la juventud eterna y la inmortalidad. Mi amigo me contó, que había más. Los vampiros solo podían nacer de otros vampiros por método natural o siendo mordidos, pero también, había un determinado tipo de seres que podían crear vampiros a su antojo sin tener que dar poder de su propio cuerpo. Esos seres eran demonios. Entonces le hablé de Lys y me dijo lo que yo sospechaba. Lys habría sido una bruja normal hasta que aumentó su poder de manera abismal mediante las artes oscuras. Una vez hecho eso, si conseguía derrotar a algun demonio invocado desde los más profundos infiernos, podia adquirir sus habilidades y convertirse en una diablesa muy poderosa. Por lo tanto, la manera de derrotar a Lys era distinta de la de derrotar a cualquier bruja. El medio para hacerlo era más poderoso y yo sabía de que se trataba.
Ideé mi plan con la esperanza de que nunca tuviera que recurrir a él, sobre todo por mi hija Henia, que ya avanzaba a una nueva etapa de su vida. Pero por ella, por la que realmente merecía y siempre mereció el título de heredera Redirok, lo haría si era necesario.
Mi hermosa hechicera estaría protegida siempre por su padre. Henia era mi esperanza para el presente y para el futuro, con la seguridad de que mi madre la hubiera elegido, pues no necesitaba copias, sino el verdadero espíritu de los Redirok.
♣Nombre: Henia Redirok
♣Rasgos: Virtuosa, Guarra, Impetuosa, Sueño ligero y Recolectora
♣Música favorita: Música de niños.
♣Comida favorita: Mantequilla de cacahuete con mermelada.
♣Color favorito: Lila.
♣Signo zodiacal: Cáncer.
♣ Deseo de toda la vida: Lengua de oro, dedos de oro.