Hooola gente, tanto tiempo!
Vi que algunas personas se pasan muy de vez en cuando, leen y escriben, aunque hayan pasado muchos años. Vi que alguno escribió recientemente, y me dieron ganas de escribir de nuevo, por lo menos para los pocos que siguen pasando o los que van a pasar.
Escribí 10 capítulos, son bastante cortos. Los llamo "Historias Minimalistas" por eso, no son extensos, son simples, cada uno puede tomarse como una historia independiente y leerse sólo, pero también se cruzan y construyen una gran historia todos juntos. Mi idea era hacer más capítulos, hasta ahora tengo 10, y pienso mandar uno cada semana.
Las historias son las siguientes: Una historia Púrpura, Una historia Diminuta, Una historia Tortuosa, Una historia Zoológica, Una historia Causal, Una historia Traditiva, Una historia Viva, Una historia Primordial, Una historia Alimenticia, y Una historia Asimétrica.
Cuando me aprueben el post pongo el primer capítulo. Les dejo un saludo grande
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Edito, creí que requería aprobación, nada que ver. Pongo el primer capítulo:
Una historia Púrpura.
Piovo era un fiel creyente en Spode, un trabajador de la colonia del imperio Bananaz en el planeta Virlo. Su tarea era manejar el camioncito que lleva y trae la especia morada desde los Géiseres Púrpuras hasta la capital colonial. Esa especia es muy valiosa porque (luego de un proceso químico muy sencillo) se puede utilizar como combustible, alimento y medicina. Mejora la salud de quien lo consuma y extiende su vida. Es tan efectivo que uno podría vivir siglos, quizás mil años ingiriendo esta sustancia.
Nuestro amigo manejaba el camión y ganaba bastante bien. Iba cada mañana al Géiser, volvía cada tarde cargado del valioso cargamento, y recibía su paga. Pero un día al volver vio devastación, la colonia quemada, destruida, ni un sólo sobreviviente, nada. Sólo había cenizas, cuerpos desparramados, fuego; explorando un poco con su camioncito, Piovo vio partes de una nave Grox que habría sido abatida durante la invasión asimétrica, la única baja de los agresores.
Los Bananaz solían reconstruir las colonias atacadas pero, vaya a saber uno porqué, éste no fue el caso. Piovo quedó solo en el planeta, luego de muchos días de esperar ayuda que nunca llegaría, se las arregló para destilar especia. Conseguía el alimento necesario en los Géiseres y cargaba el motor. Vivía tranquilo, no envejecía. Al cabo de unos años comenzó a hacer largos viajes, Virlo era un mundo sin atmósfera pero tenía increíbles paisajes. Pasaron décadas y mucho más, y nuestro amigo seguía allí, no tenía otra alternativa pero estaba a gusto; veía las estrellas de noche, el par de soles de día, y algún día todos los meses aparecía en el firmamento aquel otro mundo del sistema estelar creando un increíble eclipse. Alguna vez apareció algo que parecía una estrella fugaz o una nave, pero nada, no se detuvo y desapareció. El tiempo siguió, décadas y más.
Esta no es la última vez que hablaremos de Piovo.