Malvadela escribió:Por un momento he tenido una sensación de Deja Vu...

Jajajajajajajaja!! No me extraña, poniendo el avance tres veces...
Muchísimas gracias! Me alegro de que te guste
idoia escribió:Roberto parece un poco tontaina, pero se le ve muy buen chico. Va a ser un gran padre
Eso espero, miedo tengo de que se duerma mientras le da el biberón a la niña
eliana escribió:=D> yo no había podido leerla, que bueno que la bolbiste a colgar... muy buena actu

Miles de gracias por leer y comentar. Me alegro de que te guste
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Bien, allá voy... esperemos que este avance no se lo trague ningún boquete negro

Con el aporte económico de Roberto hemos podido reformar la casa. Bueno, mejor dicho, la hemos tirado entera para construir una nueva. Tiene lo básico, pero el chaval no traía demasiado dinero porque era un desempleado.

Ha pensado en dedicarse a escribir, como Rebeca, pero parece que no le gusta mucho, así que ha descubierto su vocación mientras preparaba una ensalada y ha decidido unirse a la profesión culinaria.
(Aprovecho que estamos hablando de él para hacer un inciso y contaros un poco cómo es el co-fundador. Rasgos: Afortunado, valiente, bueno, temerario y con dotes culinarias innatas. Deseo de toda la vida: Chef con reconocimiento de cinco estrellas (alcanzar el nivel 10 de la profesión culinaria). Favoritos: Salmón a la parrilla, música indie y color rojo).

Rebeca es feliz, le encanta cuidar a su pequeña Rocío (a la que, por cierto, le gusta la música infantil, el dim sum y el color rosa), abrazarla mientras pone cara de loca y darle su biberón.

Roberto prefiere juguetear con la cría y parece que ella está encantada de la vida con su papi.

Rebeca decide ponerse seria con esto de la escritura ya que solamente lleva tres libros terminados. Roberto se sienta a estudiar cocina cerca de ella. Necesitan dinero para que su hija tenga la mejor vida posible.

Pero me parece que Rebeca hace trampas... mientras Roberto se va a trabajar, la pillamos chateando.

Un buen día Rebeca se pega un susto de muerte cuando ve a su marido tocándole la trompetilla al ordenador.

Ah, calla, no, que es que la niña va a crecer... Pero cualquiera diría que va a aparecer alguien importante por la puerta.

Vale, Rocío es... horrorosa

Pasemos de la pobre criatura y vamos a zampar pastel!

Mientras Rebeca observa a la niña comiendo, Roberto se pone en el ordenador a leer su próxima novela sin que ella se dé cuenta. No le gusta lo que ve. Claro, tanto chatear... no la tiene muy avanzada que digamos.

Ya que está estancada con la escritura, Rebeca decide invertir el tiempo en algo bueno y enseñar a hablar a su hija. La niña lo capta rápido y sus primeras palabras son “Mamá, cállate ya y dame el biberón, que me MUERO de hambre”.

Roberto va muy bien con su vocación. Tanto, que se permite mirar a Rebeca de reojo mientras cocina.

También se mira de reojo en el espejo cuando enseña a la niña a caminar (en el lavabo, que hay mucho espacio, sí). Verás tú como la pobre Rocío tropiece...

No sé qué está diciendo la niña, pero creo que Rebeca se está arrepintiendo de haberla enseñado a quejarse.

Lo último que nos queda para tener una hija estupenda es que no ensucie los pañales, así que su madre se pone a ello aunque le dé un poco de asco y a la niña un poco de vergüenza.

Con esto de hablar, andar y usar el orinal le ha pillado el gusto a aprender cosas. Quiere más, ya no se conforma jugando con el barquito y por eso lloriquea.

A Rebeca le dan dolor de cabeza los berrinches de su hija y se va a la biblioteca a leer un rato (porque lo que es escribir, qué?).

Una tarde la paz familiar se ve amenazada por un tema peliagudo: ¿quién hace la cena?
“Cariño, tengo hambre. Quiero pollo”.
“De eso nada, me paso la vida preparando pollo en el trabajo, te lo haces tú”.

“Vale, pues me quito el pijamita sepsi y me largo a prepararme pollo para mi sola”.
“Pues haz lo que te venga en gana”.

Y la cosa acabó así, sin pollo...

Roberto fue tan contento a trabajar que se ganó un ascenso.

Rebeca se levantó indispuesta una mañana. ¿Le sentaron mal los platos experimentales de Roberto? ¿Está embarazada otra vez? ¿O le da asco la porquería que tiene el lavabo?