por Lady Deirdre Skye » 26 Oct 2005, 19:20
El viento susurraba por los pasillos del palacio presidencial, ataviado con un pijama de verano y una bata, el gobernador andaba descalzo buscando a alguien... los pasillos, vacíos, estaban tímidamente iluminados por la escasa luz de la calle que se colaba por las delgadas cortinas de seda blanca... sin embargo, ¿cómo podía haber viento si las ventanas estaban cerradas? Una voz tintineante en la lejanía llegaba a sus oidos, y con rostro a medio camino de la valentía y el miedo, se adentró aún más en el ala de gestión gubernamental... un guarda se interpuso en el camino del gobernador, pero pasó de largo, como si el gobernador fuera un fantasma que nadie viera... ¿qué demonios? pensó, pero la voz era más melodiosa y le atraía más que llamar la atención al guarda... ¡ven! le decía, una voz cláramente femenina. Finalmente llegó a la puerta del despacho presidencial cuyo marco estaba iluminado por una luz procedente del interior. No sin miedo, el gobernador abrió la puerta y tras ella, una resplandeciente luz, que inundaba el despacho presidencial, lo cegó por un momento. A pesar de ello una fuerza lo atrajo hacia el centro de la estancia, cuando se adaptó un poco a aquella situación, entre la luz y una misteriosa neblina azulada se dibujó la figura de una mujer... ¿quién eres? preguntó asustado el gobernador, yo soy el verano, yo soy el ébano, yo soy el otoño, yo soy la soñadora, la primavera y el invierno, yo soy, el agua, el viento, el arce y el ciervo, soy yo... ante la mirada atónita del gobernador se vislumbró la forma aún más, la única facción humana reconocible era unos luminosos ojos que desprendían una cálida luz junto con la niebla, y la figura le llamó, a tí que te llaman gobernador de ésta porción de tierra que llamais Mytica, has sabido hacer adelantar a tu pueblo y a unir a la gente abrazando el ideal de tu bandera, el principio del yo de la humanidad El gobernador tuvo el impulso de arrodillarse ante la efigie, entendiendo que algo grande iba a pasar. Tú que has despertado la conciencia del nuevo ser humano, que comprende que es una única raza de hombres y mujeres, comenzarás una nueva vida en un mundo nuevo, libres de las cadenas que vuestro propio ego ha forjado con el fin de separaros de la concienca universal o lo que vosotros llamaríais, Dios. Es hora de que partais y deis el siguiente paso para la evolución humana, el cambio a la 4ª dimensión. El gobernador se sintió tan pequeño, pero tan grande a la vez por la luz que le envolvía, que siguió escuchando... Tu destino está escrito, como todos los de los de ésta isla, y cuando llegue el momento, tendrás que transmutar junto con tu mujer lejos de ésta isla para que otros tomen la iniciativa para salir de ésta realidad. El gobernador inquirió, significa eso que moriré junto con mi esposa, ¿verdad? La criatura de luz envolvió con un calor más agradable al hombre... No, tú y tu esposa pasareis directamente al otro lado cuando esteis acorralados... pero no tengais miedo. Lo real, es imperecedero, eterno, lo irreal, no. A pesar de que el gobernador se sintió abrazado por el calor de la seguridad de aquel ente, había algo que le atormentaba... ¿Si nosotros dejamos éste mundo, qué será del resto de la humanidad, gran señora? Una vez más, el calor le volvió a rodear apaciblemente, era la forma de sonreir de la criatura. La gente de éste mundo se ha dejado consumir por el ego, y pronto los desastres naturales arrasarán países enteros, la contaminación que se libere de esos desastres generará enfermedades prácticamente incurables y el agua dulce escaseará... sin embargo, se ha dispuesto un plan que ayudará a la humanidad para seguir evolucionando. Aunque esa es otra historia...
Somos uno ante la inmensidad del universo.