Bueno sigo la actu del Capitulo 1, espero que os esté gustando... pronto se pondrá interesante ^^....................................................................................
* Contado por un chico *
De nuevo la misma pesadilla, aunque no sé si eso es su nombre, pues en ella estaba la chica más guapa que alguna vez hubiese yo visto. Ahí estaba ella, con su hermoso pelo rojo a la luz de la luna. Vi como aquél lobo plateado se acercaba. No, no iba a dejar que nadie la hiciese daño alguno.
Como siempre yo pegaría al lobo y después me despertaría.

Su cara se giró hacia la mía y supe que ella no me veía, pero aún así sonreí. Sus ojos verdes miraban hacia el horizonte, más allá de mi.
Su nombre era Emy, la conocía. Ella era de mi clase, y yo estaba enamorado de ella, aunque yo para ella era invisible. Pero hoy todo cambiaría, para eso hoy era catorce de Febrero.

* Contado por Emy *
Llegué y me deparé con Julia, mi mejor amiga, sentada en uno de los bancos de la entrada. Julia me miraba con su típica cara de "Sherlock Holmes".
- Hola, tía - dije jadeando, porque vine corriendo.
- Un minuto tarde, ¿cómo te declaras?
- ¿Inocente? - respondí con aire de angelito - Vamos, Jul, si papá no ha podido llevarme.

Al instante llegó Nick, el chico que me gustaba. Caham, el chico del cual TODAS las chicas gustaban. Pero aún así yo albergaba alguna esperanza, aunque la chica más guapa del colegio estaba por él también.
- Buenos días, chicas. - saludó mientras se dirigía a la puerta.
- Hoooola - dije haciendo mi mejor voz, aunque sonó un poco extraño porque se marchó sin mirarme.
Estúpida Emy, me insulté.

Llegamos a clase, mi adorada clase. La profesora de Matemáticas, Angelina, me adoraba pues yo era la mejor de la clase, algo que me traía verguenza. Como no, dio sus tres gritos e insultos a modo de saludo y me llamó a la pizarra.
- Emy Sánchez, pizarra. - sonrió.
De repente, parecía que mis piernas pesaban mil quilos.

- Resuelve esta cuenta - me pidió, apuntando a unos números en la pizarra.
Cogí la tiza y la resolví sin esfuerzo, lo que me traía de nuevo verguenza. Emy Sánchez, pelirroja, alta y cerebrito de la clase, pensé.
- Aprended de ella, es perfecta en esto - dijo y me ruborizé-¿Me escuchas, Ellie?

* Contado por chico *
Sí, deberas es perfecta, pensé. Una vez más la observé con entusiasmo y cariño. Después de esta clase, cuando ella no estuviera en su mesa, pondría la carta encima de su mesa, si señora.
Pero algo dentro de mi me decía que no era capaz. Oh, si que lo era.

* Contado por Emy *
Finalmente acabó la clase, y una vez más, como siempre, me fui con Julia al baño, era nuestro ritual femenino. Nos levantamos las dos y fuimos, yo iba a recogerme el pelo y ella a retocarse su maquillaje.
Julia era muy bonita y un tanto alocada, se hacia los peinados más raros y usaba las ropas más invulgares. Pero era así como yo la quería y éramos amigas desde los seis años.

Una vez dentro, con los espejos metálicos dándonos de frente y el repugnante olor a tabaco, empezamos nuestra conversación.
- Que día más asqueroso - dije melancolicamente.
- Qué, ¿ningún regalito de San Valentín? - meneé la cabeza con tristeza y ella prosiguió - Bueno, ¿y si nos fuésemos por ahí después del colegio con Kevin?

Kevin era su novio. Él había sido mi mejor amigo desde siempre hasta que un día le presenté a Julia y se enamoraron. Eran la pareja más perfecta que yo conocía.
- Vale. - asentí - ¿Disco y cena?
- Perfecto.- aceptó ella guiñadome un ojo.

* Contado por chico *
La clase estaba vacía. Todos estaban en el pasillo, para variar. Yo permanecía dentro, indeciso y sintiendome un completo gilipollas. Lo que iba a hacer resultaba tremendamente cursi. Apreté con fuerza la carta.
Ignoré mis pensamientos y puse la carta en su mesa. Luego abandoné el lugar del crimen.

* Contado por Emy *
- ¡Diós mío, Emy! ¡Es una carta! - gritó Julia con voz estridente.
- Lo sé, lo sé...- susurré.
Había un sobre encima de mi mesa y yo temblaba al mirarlo. Después lo cogí y me decidí a leer la carta.

Mis ojos brillaron. Una suave caligrafía permanecía delante de mis ojos y una voz me susurraba sus palabras:
"Emy, no sabes quien soy y si de mi depende, nunca lo sabrás. Tenemos más en comun de lo que imaginas, y eso me deja confuso. Pero de lo que estoy seguro es que te quiero.
X"
Se la leí a Julia y durante muchas noches yo también la releí en mi cama, pero ahora yo observaba con dulzura la perfecta caligrafía de X.
