Un Terraptor cambiado
Ter atravesó el túnel como si de un túnel de humo se tratara, tras un minuto andando vio la salida. Un lugar oscuro, una explanada rojiza con edificios del estilo de construcción Grox rodeándole. Delante de él tenía a Ed y a Krash, con los ojos como platos, mirando alrededor. Alrededor, más de veinte Grox, armados hasta los dientes, los rodeaban con cara de tonto. No se esperaban que, al ir a Conquistar el planeta Cantón por medio de agujeros espacio-temporales, les aparecieran sus enemigos en su propio planeta.
Durante unos segundos pareció que el tiempo se había parado, todos estaban paralizados por la sorpresa. Ter inmediatamente pasó a la acción. Se adelantó a Ed y a Krash, que abrieron más los ojos al verle a él, y dijo, en un tono casi burlón:
-Señores, si me lo permitís, me llevo a estos dos al lugar de donde proceden.
Un Grox, mejor vestido que los demás, dijo de repente:
-¡Eh, no! ¡De aquí no se va nadie! –El capitán Grox se dirigió a sus soldados- ¡Apresadlos!
Los diecinueve Grox restantes se acercaron a los tres, Ter, con Frip todavía durmiendo en un brazo, lanzó un mandoble con la espada que lanzó a varios Grox bien lejos; no los mató por que los golpeó con la parte roma de la espada. Pero los demás aprendieron y dispararon con sus pistolas a Ter. Este, a la velocidad del rayo, interpuso la espada entre los disparos y él, de manera que cuando rebotaron alcanzaron a los Grox, haciéndoles bastante daño. Ter, sin dejar de moverse, repartió mandobles entre cada uno de los Grox antes de que ellos pudieran siquiera moverse. Cuando terminó, en poco más de un segundo; volvió a su posición original, junto a sus amigos, y mirando en dirección al Capitán Grox.
-¿Me los puedo llevar ahora?
El Grox, sorprendido pero en absoluto asustado, pulsó un botón del traje de su pecho; inmediatamente una ensordecedora alarma resonó por todo el campamento; y varios focos, ubicados en los edificios, apuntaron a Ter.
Sin pensárselo dos veces, Ter rebanó la cabeza del Grox sin contemplaciones y se dio la vuelta hacia el portal que lo había traído hasta aquí, para empujar a sus amigos al mismo.
Cuando se dio la vuelta, el portal había desaparecido.
Varios disparos –balas de plasma que venian de los edificios- alcanzaron el suelo junto a Ter, éste buscó una salida posible, entre esos edificios. A los dos segundos la encontró, una puerta abierta en uno de los edificios por donde salían Grox armados que corrían hacia él.
-¡Seguidme! Gritó a sus amigos, que todavía lo miraban con los ojos como platos.
Se dirigió corriendo hacia la puerta, devolviendo los disparos de los Grox con la espada. Cuando llegó, acabó con los pocos Grox que quedaban vivos en la entrada y esperó a sus amigos, que acababan de empezar a correr.

Cuando llegaron, lo primero que hizo Ed fue preguntarle a Ter, mientras este cerraba la puerta:
-¿E... Eres tú? ¿Ter? ¡D..De dónde has salido!
-Ahora no hay tiempo para preguntas. Debemos salir de aquí.
Dicho esto, se empezaron a oír disparos que chocaban contra la puerta, Ter los instó a subir por las escaleras.
-Subamos todo lo que podamos, hasta encontrar algo útil que nos sirva para irnos de este lugar.
Krash también tartamudeaba de la impresión.
-P...pero... ¿c... cómo? ¿Una nave?
-Obviamente- respondió Ter.
Subieron escaleras arriba, con Ter al frente, al poco se encontraron más Grox bajando con las armas preparadas. Ter los despachó de un sablazo –esta vez si usaba la espada por su parte cortante- y subió un par de escalones más.
-Vamos. Rápido.
Siguieron subiendo, Ter, en un momento dado, entregó al dormido Frip a Krash, y siguió subiendo.
-¿Le ha pasado algo?
-Ya lo creo, exactamente lo mismo que a mí. Pero ahora ni hay tiempo, cuando salgamos de aquí os contaré lo que deba contar.
En el primer piso encontraron una habitación, parecía una sala de reuniones, con un Grox bien vestido y armado paseando alrededor de una mesa ovalada. Se sobresaltó al ver a Ter abrir la puerta de la estancia, y sacó su pistola para dispararlo.
Ter sacó su pistola más rápido y disparó a la pistola del Grox, que salió volando lejos de este.
El Grox sacó otra pistola de un bolsillo, con la mano dolorida, en cuanto fue a disparar Ter repitió la maniobra, disparando a la pistola.
El Grox no se había quedado sin armas, sacó una granada buscadora –Ter las conocía, las utilizó cuando lo secuestraron los Grox-, pero antes de que pudiera tirarla, Ter se acercó corriendo y le aplastó la mano contra la pared, con la granada dentro.
El Grox soltó un grito de dolor y le asestó un puñetazo a Ter con la mano libre, ante la mirada atónita de Ed y Krash –que seguían mirando a Ter como si fuera un fantasma-. Ter cogió la mano libre con su mano –en la que tenía la espada- y la aplastó contra la pared también, con más fuerza. Giró la espada de la mano de manera que si afilado borde quedó por encima de la cabeza del Grox. Éste no se atrevió a darle una patada.
Ter miró fijamente al Grox –tenia apariencia de ser un capitán también-.
-Tú vas a ser nuestro billete de salida.
El Grox no se dejó asustar, aún en la situación en la que estaba.
-Ni loco te ayudaría.
-Para loco ya estoy yo, gracias- Ter dio la vuelta al Grox y lo cogió como si fuera un rehén, pero, en vez de apuntarle con la pistola, le acercó la espada al cuello por debajo.
-¿Dónde hay, si puede saberse, una nave lo suficiente grande para llevarnos a los tres? –señaló por un momento a Ed y a Krash.
Los Grox son conocidos por su valentía y su orgullo, pero también por su inteligencia y saben cuando han sido derrotados. Éste lo sabia, y decidió colaborar. Un poco.
-Hay un hangar, a unos doscientos metros de aquí, con cazas estelares. Pero han dado la alarma, varios tanques se dirigirán aquí, y otros cazas, si no han llegado ya. No llegareis vivos al hangar.
Ter aflojó al Grox y se agachó, poniéndose a su altura.
-Llévanos.
El Grox no se sorprendió.
-Si me ven con vosotros me matarán.
-Entonces sólo muéstranos el camino.
Ahora el Grox sí se sorprendió.
-¿Y cuando lleguéis a la nave? Me matarás, como es normal.
-Yo no he dicho eso.
Ahora los que se sorprendieron fueron Ed y Krash, que escuchaban la conversación mientras vigilaban el pasillo, pistola en mano. ¿No iba a acabar con él?
El Grox, extrañado, le indicó el camino, mencionando los lugares y las puertas que tenían que atravesar.
Cuando hubo acabado, Ter simplemente le soltó y se fue con sus amigos. El Grox se quedó como quien ve irse a la muerte.
-¿Y yo que hago ahora?
Ter le respondió:
-Vive.
El Grox se quedó mirando la puerta por donde Ter y los demás se habian ido. Al poco, después de pensar, supo lo que tenía que hacer.
Ter y los demás corrían por los túneles subterráneos que intercomunicaban el hangar con los demás edificios del campamento. En un momento determinado oyeron una voz Grox que Ter reconoció inmediatamente:
-¡A todas la unidades que persigan a los fugitivos! ¡Se dirigen al hangar 15 por los túneles subterráneos!
-¡Para qué lo dejaste vivir! –gritó Krash al ver que los perseguían varios Grox por detrás.
-Me pareció buena persona-dijo Ter en un tono casi burlón.
Disparaban mientras corrían a los Grox, a la vez que estos les disparaban a ellos. En un momento dado se metieron tras una puerta del túnel, y subieron unas estrechas escaleras.
Aparecieron por una escotilla en una explanada asfaltada, en el gran hangar del campamento. Los Grox que los vieron empezaron a disparar, los tres amigos devolvieron los disparos, con Ter delante para repeler algunos disparos con la espada. Corrieron hacia un caza abierto, en cuanto se metieron los tres, Ter cerró la puerta de la nave y se puso a los mandos. Elevó la nave unos metros y acribilló todo ser viviente con las ametralladoras mientras la nave salía del edificio por un lado. Se elevaron a toda velocidad; varios cazas les empezaron a perseguir, pero, al menos, ya estaban fuera del planeta.
Relativamente a salvo.