Sigamos

Con tres infantes en casa los adultos andan un poco estresadillos. Pero los niños se lo pasan pipa jugando juntos.

Y volvemos a lo de siempre, enseñar a hablar a las gemelas...

...y a caminar. Esto es agotador, pero queremos que crezcan bien.

Menos mal que ya es el cumpleaños de Rubén, un infante menos que soportar

Y así ha quedado nuestro chaladito. Con la niñez ha adquirido el rasgo de distraído, toda una promesa el chavalín...
(Recordemos que era demente y neurótico

)

Su gemela favorita es Remedios, no sé muy bien por qué, pero juega mucho con ella y la mima.

También se dedica a hablar sólo y atención a las caras que pone. Vamos, demente perdido

Por su parte, Christian ha conseguido un ascenso. La carrera musical le va bastante bien por el momento.
(No sé si tiene cara de satisfacción o de cansancio...).

Y a Roberto también lo han ascendido. Ya ha llegado al nivel 10 en la profesión culinaria.

Con esto cumple el deseo de toda su vida. Muy bien, abuelete!

Así que decide jubilarse para poder disfrutar de más tiempo libre en sus últimos días de vida.

A Rubén ahora le ha dado por pintar. Menudo talento tiene!
(Atención, va vestido con ropa formal...).

Cuando llega del cole, todos los días se dedica a hacer los deberes. A lo mejor no está todo perdido.

Oh, oh, este resplandor me suena...
(Roberto, tío, te vas a morir delante de los niños?)

"Hola, Parca, me vas a librar tanto crío y vas a llevarme con mi Rebe? Venga, larguémonos rápido"
Así que Roberto se fue encantado, pero parece que Ruth no está tan contenta y llora.

El que también llora es Rubén. A pesar de estar un poco mal de la cabeza, el chaval tiene sentimientos.

Su madre tiene que ser fuerte y corre a consolarlo. Pero vamos, al niño no le apetece que nadie lo consuele.

Y la vida sigue para la familia Ros. Ruth se vuelca en sus hijas, Rubén sigue ¿mejorando? la pintura y Christian trabaja.

Parece que a estas dos les gusta crecer después de que alguien se muera...

Y así han quedado de niñas. A la izquierda, Rosa, que ha adquirido el rasgo de ambiciosa, sumándose a los de artística y distraída. Y a la derecha, Remedios, que ha adquirido el rasgo de disciplinada (es virtuosa y odia estar al aire libre). Parece que estas dos tienen mejores rasgos que su hermano mayor.
(Personalmente, creo que Rosa ha salido más guapita).

Rubén se ha dado cuenta de la belleza de Rosa e intuye que es probable que sea la heredera. Encima, ahora que ha aprendido a leer ya no juega con él. No, no le cae bien su hermanita morena.

Una mañana, Christian se va al parque a dar un concierto improvisado. Tiene público, pero parece que triunfa más entre la gente anciana. Una lástima, él quería ser un ídolo de adolescentes histéricas.

Rosa se ha adjudicado el caballete. Tiene más talento que su hermano, claramente. El niño, resignado, se va a jugar al ajedrez. Por su parte, Remedios está bastante enganchada a los juegos de ordenador. Niña, haz como tu hermanos y dedícate a algo productivo!

Una noche, Roberto aparece en el salón y se encuentra con Remedios.
"Hola, yayo! Por qué no querías que mamá se casara con papá?"
"Tranquila, ya está superado. Veo que está llevando a esa familia adelante muy bien".

Sin infantes, Ruth puede dedicarse un poco más a sí misma y cultivar su cuerpo. Suda mucho, pero parece que le gusta.

Rosa ha aprendido a montar en bici y se dirige a inspirarse mirando cuadros.

Vaya, qué sorpresa! Ese cuadro lo pintó su tía Rocío.

Christian está un pelín agobiado con tanto niño. Por una parte está deseando que crezcan, pero, por otra, le dan pavor las hormonas adolescentes. Veremos si crecen pronto y bien...