Continuemos...
Chloe y Genaro estaban inseparables y muy enamorados.

Pero eso tenía sus consecuencias, Chloe tenía algo revuelto el estómago...

El deseo de ella era llegar lejos en el mundo de la Medicina, por eso no esperó más y fue al hospital a empezar a trabajar.

Pero nada más salir, ¡plum!, ¡bebé a la vista!

Llamó a Genaro para que viniera a casa y contarle lo sucedido, tenían que hacer algo.

Así que Chloe le sacó el anillazo y le propuso matrimonio. A él parecía que le iba a dar un infarto.

Estaba sorprendido, pero por supuesto aceptó.

Madison estaba muy contenta con su futuro sobrino, pero también por su hermana.

Lo celebraron en el mirador, como lo hicieron sus padres, solo que ella con el bombo. Había mucha gente y no conseguía encontrar al más importante: al novio.

Pero de repente, entre el desconcierto, Malvina decidió marcharse...


Elijah estaba destrozado, no podía parar de llorar como un poseso.

Toda la gente estaba contemplando la escena, cuando Chloe vio en una esquina a alguien...

¡Genaro, hombre un detalle venir a TU boda!

Así que ante la mirada de todos los invitados, ya algunos menos, intercambiaron anillos y besos.


Genaro se acomodó en casa como uno más de la familia. Solo le obligaron a cambiar sus ropajes.

Chloe tenía una barriga enorme, estaba apunto de explotar.

Genaro y ella fueron al hospital (donde trabajaban ambos), que estaba de parto.

Y... ¡sorpresa! Rebajas 2x1 en babylandia.

Salieron con dos niñas: Jada y Gabrielle.

No tenían mucho espacio en casa, así que metieron las cunas donde pudieron.


Madison llamó a su novio el policía. Le contó que se sentía un poco fuera de lugar en la casa, ahora que la familia había crecido tanto.

Así que le propuso matrimonio para poner nuevo rumbo a sus vidas.

Pero la tragedia llegó esa noche. El fundador, el patriarca de la familia Washington, murió haciendo lo que más le gustaba: cuidar de su jardín.

Trato hecho Parca, déjame ir antes de que las gemelas conviertan esto en un infierno.

Pobre Chloe, ahora sí que era la heredera única. Su marido intentaba consolarla.

Madison y Chloe hablaban de la crueldad de la muerte y sus planes de futuro. Madison le contó que estaba preparando su boda.

Chloe debía cuidar el jardín que Elijah había estado cuidando durante toda su vida en el barrio.

Elijah volvió de forma espectral y Madison aprovechó para contarle sus planes con el poli (sí papi, ese que quería meterte en la cárcel).

Aunque él hacía de las suyas convirtiéndose en misterioso humo verde.

Llegó el día de boda para Madison, pero desde que se despertó estaba ansiosa, no tenía buenos presentimientos.

La celebraron en casa para evitar incidentes como el de la boda de su hermana. Pero empezó un poco mal: Chloe no llegó al baño a tiempo y...

Afuera, bajo el sauce, empezaron la ceremonia, amenizada por los cánticos de las gemelas.


Se besaron y todos aplaudieron. Pero algo raro había pasado...

Todo se quedó en un beso y no hubo boda real, qué desastre.

Madison entró sola de nuevo a casa y su prometido se fue a la suya corriendo...

A la vez de todo esto, Jada y Gabrielle pasaron a infantes. Todo había sido un poco caótico (ya se olía algo Madison).


Pero no lo podía permitir: llamó a su prometido a casa por la mañana y se casaron DE VERDAD y con anillos.

Ahora ya podían marcharse de casa. Se fueron corriendo a un nuevo solar cercano a empezar una nueva vida.

Ahora Chloe, Genaro, Jada y Gabrielle eran los nuevos Washington. Reformaron la casa para celebrarlo: ampliaron el salón-comedor y trasladaron los dormitorios a un segundo piso. ¡Empieza la 3ª generación!


