por Eddlm » 11 Jul 2010, 20:10
Tres puntos de vista
Y era verdad, era el único Terraptor que miraba con tristeza a su creación. A los miles de millones de metales humeantes que había lanzado contra los Aylers. A las miles de vidas que se habían perdido gracias a su mandato, gracias a su afán por derrotar a los Aylers.
Nosotros los Rinara, también miramos con suma tristeza los suelos de su planeta. Ahora muchos vivimos allí y ayudamos a reconstruirlo... Nos profusa una gran tristeza que este planeta acabe así por culpa de la guerra. Mucha tristeza, en verdad.
Y pensar que a algunos, el mirar estos paisajes, sólo les da más sed de venganza...
Vemos las caras de los Terraptors cuando miran fijamente los restos de las naves caídas en la Batalla de Terra. Sus caras no muestran tristeza. Sólo odio. Furia.
Palabras malditas entre los Rinara.
No los despreciamos ni odiamos por ello, sencillamente ver sus caras sólo nos produce más tristeza. La violencia sólo lleva a la violencia... y si eso se prolonga demasiado, acaba llevando a la muerte. La muerte de todo.
Todo por lo que peleas desaparecerá si utilizas la violencia para conseguirlo...
No los despreciamos por querer vengarse de lo que hicieron los Aylers con ellos. Aunque tampoco los apoyemos, pues no apoyamos la violencia bajo ninguna circunstancia.
Pero lo que están mirando son hierros que ellos mismos mandaron a quemar.
Esas naves, los restos de esas naves, están ahí porque ellos nos mandaron a la guerra. La culpa de que esos hierros estén ahí es suya, y no de los Aylers. Si ellos vieran lo que nosotros vimos... Todos esos planetas... negros, rojizos, vacíos, cuando antes eran de vivos colores y estaban llenos de seres que vivían su vida sin hacer daño a nadie...
Si vieran como un planeta cambia de color en sólo un día... si vieran como va cambiando... Kilómetro a kilómetro, edificio a edificio, animal a animal, todo muere... y sólo quedan sus grises restos.
No me cabe duda de que enloquecerían. Serian capaces de hundir su propia civilización por conseguir matar a uno sólo de los Aylers que hicieron eso.
Nosotros, en cambio, no les guardamos rencor ninguno. Es su modo de vida, matar. No somos quienes para hacerles cambiar. Nuestro modo de vida es otro mucho más tranquilo, vivir dejando vivir... Y si alguien nos ataca, nos retiramos. Es sencillo, no buscamos problemas.
Pero los Terraptors si.
Muchos, muchos problemas. Buscan la violencia, y la violencia trae problemas. Siempre.
Y, tontos de nosotros, les estamos siguiendo...
Pero sólo los seguimos por un motivo.
Ter.
Él nos habló de muchas cosas hace tiempo, y nos enseñó muchas cosas muy importantes. Nos dijo que todo ser debe luchar por vivir, y que nadie debe huir de nadie nunca. Tampoco nosotros. ¿Por qué? Le preguntamos. Porque algún día podrían acorralaros, nos respondió.
Nos dijo que debíamos acabar con los Aylers a cualquier precio. ¿Incluso si ese precio es morir nosotros? Preguntamos.
Ese precio lo lleváis pagando desde que empezasteis a huir de los Aylers ¿por qué no seguir pagándolo un poco más, si tenéis la promesa de que dejareis de pagar?
Nos dijo que debíamos fabricar las armas más destructivas conocidas para acabar con los Aylers ¿No hay otra alternativa para frenarlos? Preguntamos.
¿Se os ocurre alguna otra alternativa? Respondió.
Nos dijo que la violencia, bien utilizada, no genera violencia, como muchos creen. Sino paz.
¿Cómo es posible que la violencia genere paz? Preguntamos.
Él, sencillamente, se fue de la clase. Poco después, volvió con otro Terraptor, el Terraptor más conflictivo que yo haya visto. Con sólo vernos, nos amenazó a todos, cuando terminó, se giró amenazó a Ter con que le arrancaría la cabeza si no le dejaba salir de ahí. Ter se mantuvo en silencio. El Terraptor le lanzó un puñetazo, que Ter aguantó tranquilo, y luego Ter cogió al Terraptor por el cuello y lo tiró contra la pared.
El tipo se levantó como pudo y se fue -cojeando y silencioso- a la puerta de la habitación. Cuando vio que Ter la había cerrado con llave al entrar antes, se mantuvo de espaldas a la puerta sin decir ni pío y con más miedo que vergüenza.
¿Creéis que si le hubiera dicho que por favor no nos matara se habría callado? Hay seres que sólo conocen el lenguaje de la violencia. No vamos a atacar a nuestros enemigos por el mero hecho de eliminarles, sino por que nuestro ataque significa “Si me causas problemas te los causaré yo a ti.”
Nuestra violencia traerá la paz, a nadie le gustan los problemas.
Esa fue una de las muchas cosas que nos enseñó en sus clases a los Rinara. Nos convenció de que el objetivo de esta guerra era conseguir la paz, no eliminar a los Aylers. Él lo había decidido así, y cualquiera que dijera lo contrario mentía.
Nos prometió que si le ayudábamos en este proyecto, haría lo posible por que el mínimo de seres muriera.
Ahora, que construimos las bases para los tanques y fábricas de armas, junto a las cordilleras de metal fundido, no estamos seguros de que nos dijera la verdad.
Ter era el único Terraptor que miraba con tristeza esas cordilleras de metal porque sólo veía en ellas el daño que había hecho a nuestro planeta y a los Rinaptors. No se le ocurría que los trozos de metal fundido y retorcido eran más Ayler que Rinaptor, que el planeta oscurecido y destrozado por la guerra, era a partir de ahora SU planeta, y no de nuestros enemigos.
Habíamos conseguido muchas cosas ese día, pero Ter sólo veía lo malo.
Nosotros los Terraptor vemos en esas montañas de metal una oportunidad de acabar con los aylers y el peligro que suponen para nosotros, vemos en ellas nuestra primera victoria. ¡Hemos recuperado nuestro planeta natal! ¡¿Qué hay de triste en ello?! ¡Ahora tenemos un lugar donde vivir! ¡Un lugar donde asentarnos y prepararnos para acabar con los Aylers!
Ter y los Rinara sólo ven el lado malo de la violencia y la destrucción. Cada vez que ven al enemigo derrotado sienten pena por él. ¡Deberían sentir alegría! ¡Ganaron! ¡No son ellos los que están muertos!
Los Rinara llevan miles de años retrocediendo ante los Aylers y no sienten odio ni rencor por ellos... ¿Cómo es posible? ¡Cualquier Terraptor en esa situación se armaría hasta los dientes –los Rinara pudieron haberlo hecho- y se lanzaría cual piedra por montaña a por los aylers! ¡Colgaría sus cabezas encima del portal de su casa! Me parece increíble que dos razas tan diferentes, como son los Terraptor y los Rinara, se hayan unido.
Sabemos el motivo de la unión, pero a ninguno de nosotros los Terraptor nos gusta. En un principio sólo existían dos Terraptors, que se unieron a los Rinara y les pidieron que les clonaran para poder re-crear nuestra civilización, la civilización Terraptor. Pero, una vez creados nosotros, ¡Ter y los Rinara unieron las civilizaciones!
¿¡Porqué!? ¡Para ir todos juntos a por los Aylers!
¡Los Rinara no saben nada de guerra, sólo nos estorban en esta batalla!
Por supuesto Ter en sus sermones –eso no merecía ser llamado “clase”-, nos intentaba convencer de que necesitábamos a los Rinara para ganar esta guerra. Ponía como excusa que ellos poseían los escudos y la tecnología suficiente para atacar a los Aylers sin fracasar. Dijo que recordaba las armas que antes los Terraptors fabricaban, y sabía que no serian rivales contra los Aylers
¡JÁ! No nos lo creemos. Todos sus generales y comandantes dicen lo mismo que él, pero no nos lo creemos.
Pero él es el que manda, así que por ahora habrá que obedecer sus órdenes.
Reconstruir nuestro planeta y fortificarlo.
Y luego... La guerra!
Yo no era el único que sentía tristeza al ver esas cordilleras de metal, los Rinara también lo miraban entristecidos. Los que tenían entereza para mirarlo sin derrumbarse y ponerse a llorar como descosidos...
Pero he de reconocer que esas cordilleras no solo encierran a muchos muertos Rinaptor. No sólo hay compañeros ahí, sino enemigos. Todo debe ser tomado en cuenta...
Comprendo a los Rinara. Bajo esas montañas de chatarra hay muertos. Muchos muertos. ¡Millones de ellos! Eso entristece a cualquiera. Además, todos sabemos que ese paisaje se repetirá muchas veces en esta guerra.
Pero también estoy con los Terraptor. Se repetirá muchas veces, pero ¡no habrá Rinaptors en esos escombros la próxima vez!
No... no. Sólo habrá Aylers.
Comprendo el respeto y el amor que sienten los Rinara por todas las formas de vida, incluidos los Aylers... Pero debo convencerles de que los Aylers no son formas de vida, sino robots. ¡Y recordarles que les llevan acosando desde hace miles de años! No puedes amar a quien te odia. Es totalmente irracional.
Pero ¿Cómo hacerles ver...? Aún sigo pensándolo.
Por el otro lado los Terraptors son precisamente problemáticos en el otro sentido. Al mirar las montañas de metal fundido sienten el más puro odio. Odio total hacia todo. Ni a un loco se le ocurriría molestar a un Terraptor que este frente a una de esas montañas.
Y ha habido situaciones así, la abismal diferencia entre los Rinara y los Terraptor ya se ha cobrado sus primeras víctimas. Rinaras inocentes que no pensaban que podían importunar a “ese Terraptor que mira las montañas”.
Los responsables de sus muertes han sido duramente castigados y aislados de los demás durante años. Ya hay cárceles en el Anillo.
Hay cárceles antes que casas... muy mal empezamos.
Sé que los Rinara no harán cambiar a los Terraptors, cada día estoy más seguro. Unos miran a los otros con desprecio y los otros a los unos con tristeza y temor. Son dos especies demasiado diferentes para poder convivir. En cuanto revivamos este planeta, con la ayuda de la tecnología Rinara, los Terraptor nos quedaremos en Terra y los Rinara trabajarán en el Anillo. Los unos alejados de los otros, sólo los generales y gente de altos cargos podrá mezclarse con los de la otra especie. Y no muy a menudo.
En verdad estoy harto de ver a los Rinara lloriquear y a los Terraptors amedrentar a los demás.
Pido a Spora que me mande una señal... Algo que me diga si estoy haciendo bien, si es buena idea hacer colaborar al gato y al ratón.
Ter Rawinston, 2 de Septis del 212
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